LA SOBERANA
CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA
(1914-1915)





PRESENTACIÓN

En el devenir del macro proceso social, político y económico, conocido genéricamente como Revolución Mexicana, jugó un papel determinante la experiencia de gobierno contenida en la Soberana Convención Revolucionaria.

De brevísima duración, la Soberana Convención Revolucionaria quedó como el desesperado intento por trascender los estrechos marcos jurídicos y económicos que intentaban ahogar las alternativas revolucionarias generadas por el pueblo en armas contra la usurpación huertista.

En efecto, si bien los sectores proclives a la reinstalación del antiguo régimen porfirista habían logrado su objetivo de impedir que la administración encabezada por el señor Francisco I. Madero lograse gobernar un país convulso, resultando de ello un gobierno fallido, hecho que creó un escenario favorable al cuartelazo que finalmente se produjo bajo la conducción de Victoriano Huerta; de la misma manera, a lo ancho y largo de la República, la insurgencia popular aglutinada bajo diversas banderías y dispares caudillos, paciente e inteligentemente esperaba el momento propicio para revelarse. El golpe de Estado fraguado por la rancia élite militar porfirista en contubernio con el embajador norteamericano y sectores pertenecientes a las clases acomodadas del antiguo régimen, generó la coyuntura para que esa insurgencia popular diese la voz de ¡Presente!

La lucha militar en contra de la usurpación huertista, acaudillada en un inicio por el señor Venustiano Carranza, y aglutinada en torno al documento circunstancial Plan de Guadalupe, y al ideario del constitucionalismo, tan caro al movimiento ideológico político que encumbró al señor Francisco I. Madero a la presidencia de la República, porque no debemos olvidar que era al Partido Constitucional Progresista al que pertenecía el señor Madero cuando fue electo Presidente, contó a su favor con la circunstancia del cambio gubernamental en los Estados Unidos de Norteamérica, y del alejamiento que el nuevo gobierno encabezado por Woodrow Wilson tuvo, desde un inicio, con su par mexicano Victoriano Huerta.

Así, si en un principio parecía haber pocas posibilidades de éxito por parte de la insurgencia popular contra la usurpación, conforme fueron ocurriendo los acontecimientos, la balanza fue inclinándose a su favor.

Como acontece en toda lucha popular, el mismo desarrollo de los sucesos va revelando figuras emblemáticas en diferentes terrenos; y la lucha constitucionalista generó sus propios héroes, sus propios caudillos, así como sus propias contradicciones internas que fueron acentuándose en la medida en que el horizonte del triunfo iba delinéandose cada vez con más firmeza y cercanía.

El movimiento constitucionalista estaba consciente de que no deberían de repetirse los errores cometidos por la insurgencia encabezada por el señor Francisco I. Madero, quien con la firma de los tristemente célebres Tratados de Ciudad Juárez, dejó intacto el sistema porfirista incluso con su ejército federal. La insurgencia popular encarnada en el movimiento constitucionalista intuía que, si alcanzaba la victoria, todo sería distinto.

Agosto del 2010

Chantal López y Omar Cortés


IMPORTANTE

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EL INICIO

La insubordinación

En la estructura militar constitucionalista, la figura del Primer Jefe, en ese momento el señor Venustiano Carranza, erguíase por encima de todos los demás mandos de ejércitos y divisiones que la componían, constituyéndose en la máxima autoridad militar y política del movimiento. Tocábale pues, al señor Venustiano Carranza ordenar todos los movimientos de sus subalternos. Dicen los que de él fueron allegados, que siempre buscó evitar que se creara o generara un héroe que hiciese sombra a su mando, y que por tal razón era muy cuidadoso en escoger el cuerpo militar al que encargaba acciones militares de trascendencia, buscando con ello equilibrar la repartición de victoriosos laureles entre sus generales, con la clara intención de que ninguno de ellos sobresaliese en exceso. La campaña militar constitucionalista que ya en 1914 controlaba zonas y ciudades de mucha importancia en el Norte de México, contaba ya con jefes de armas y ejércitos de alta estima popular. Así, después de haber alcanzado una excelsa notoriedad con la toma militar de la ciudad de Torreón, Coahuila, el general Francisco Villa y su División del Norte, convirtiéronse en motivo de alarma para el Primer Jefe del Ejercito Constitucionalista quien, intuyendo la fama que podría alcanzar el general Villa, dejolo en la banca excluyéndolo del avance militar constitucionalista sobre el último fortín del ejército federal huertista, esto es, la campaña hacia la toma de la ciudad de Zacatecas. El señor Carranza encargó esta misión al general Nateras, quien, por más esfuerzos que hizo, fracasó en sus intentos. Y, cuando el general Villa se enteró del malogro del general Nateras, dejándose ganar por su caracter impulsivo y agresivo, no dudo en movilizar sus tropas trasladándose a la ciudad de Zacatecas, misma que sitió y terminó tomando. Su acción militar determinó prácticamente el derrumbamiento del ejército federal huertista, pero al haber sido su actuar un indiscutible acto de insubordinación, generó un rompimiento profundo en el Ejercito Constitucionalista.

Bibliografía virtual

1.- La ruptura entre Venustiano Carranza y la División del Norte.
2.- La División del Norte marcha hacia el sur y prepara la expugnación de Zacatecas.
3.- Cómo se inició el distanciamiento entre el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y la División del Norte.
4.- Coahuila en poder de la Revolución.







EL PLEITO

Los Tratados de Torreón

La insubordinación del general Francisco Villa, no obstante que trajese como resultado el más importante triunfo militar de las fuerzas constitucionalistas contra el ejército de Victoriano Huerta, de manera alguna podía ser pasada por alto. Por lo tanto, la reacción del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista fue la de destituir del cargo de general a Francisco Villa retirándole ipso facto mando de tropas. Para tal efecto iniciáronse una serie de conferencias telegráficas entre Villa y Carranza en las que cada parte expuso sus razones, pero manteniéndose inamovible el Primer Jefe en su resolución, a grado tal que pidió a los subalternos de Villa nombrasen de entre ellos al que substituiría en el mando al depuesto general, generando aquello una insubordinación general de todos y cada uno de los altos mandos de la División del Norte, quienes no aceptando la destitución de Francisco Villa, presentaban su dimisión como efectivos del Ejército Constitucionalista, acto que enredó aún más la ya de por sí complicadísima situación. Así, ante ese panorama escisionista, la propuesta del general de la División del Noreste, Pablo González, de celebrar unas reuniones en Torreón con el objeto de superar esa crisis escisionista, vino a constituirse en la herramienta idónea de canalización de tales desacuerdos. Las reuniones en Torreón se celebraron, emergiendo de ellas varios acuerdos, entre los cuales destacó el que precisaba que al triunfo de la Revolución se reuniría una Convención cuya finalidad sería la de formular el programa de gobierno del movimiento triunfante y que debería conformarse por delegados nombrados por los diferentes jefes de armas del ejército triunfante.

Bibliografía virtual

1.- Las juntas de Torreón.
2.-
La batalla de Zacatecas y los Tratados de Torreón.







LA CONVENCIÓN

De Teoloyucan a Aguascalientes

El triunfal avance del Ejército Constitucionalista concluirá en agosto de 1914 mediante la firma de los Tratados de Teoloyucan, en los que se establecen las bases de la transmisión del poder por parte del derrotado régimen huertista, precisándose la disolución del Ejército Federal, y su substitución por un ejército revolucionario. Ya en la ciudad de México, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, el señor Venustiano Carranza, auxiliado por los generales Alvaro Obregón y Pablo González, busca contrarrestar a sus dos máximos oponentes representados en las figuras del señor José María Maytorena, gobernador de Sonora; y, el general Francisco Villa, quienes prácticamente establecieron un pacto contra Carranza. Destacando la labor de corre, ve y dile del general Álvaro Obregón quien constantemente viajo a Chihuahua y Sonora buscando elaborar puentes de comunicación con lo que se denominaba la disidencia, según se decía, encabezada por el general Francisco Villa quien era mal aconsejado por el general Felipe Ángeles. De esos continuos viajes emergieron valiosos documentos signados por Obregón y Villa que sin duda forman parte del tesoro documental de la Revolución Mexicana. Cumpliendo con lo señalado en los Tratados de Torreón, y recordado en algunos de los documentos signados por Villa y Obregón, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, convoca en la ciudad de México la realización de una Convención militar a la que acuden únicamente representaciones de las fuerzas de su confianza; pero los convencionistas, viendo la necesidad de crear puentes de entendimiento y comunicación con sus correligionarios de la División del Norte, acuerdan trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, considerándola como un punto neutral.

Bibliografía virtual

1.- De los Tratados de Ciudad Juárez a los Tratados de Teoloyucan.
2.- Proposiciones de Villa y Obregón a Carranza.
3.- Respuesta de Carranza a Villa y Obregón.
4.- Junta inaugural de la Convención militar en la ciudad de México.
5.- Sesión de la Convención militar en la ciudad de México del 5 de octubre de 1914 en la que se acuerda el traslado de la Convención a la ciudad de Aguascalientes.







LA CONVENCIÓN EN AGUACALIENTES

Reunión de hermanos.
Villistas, maytorenistas, carrancistas y zapatistas hermanados tras un mismo objetivo

Una vez instalada la Convención en la ciudad de Aguascalientes, inició sus trabajos, el 10 de octubre de 1914, en el Teatro Morelos, con la presencia de la crema y nata del triunfante y escindido movimiento constitucionalista. Los generales Obregón, Angeles, Villarreal y Hay, entre otros, tenían, o aparentaban tener auténtica prisa por superar diferencias y encaminarse a la conformación del plan de gobierno que debiera regir al triunfante movimiento constitucionalista. Pero la lucha de intereses, las ambiciones de poder, los odios y las envidias, aunque camufleados con excelentes y brillantes discursos, se encontraban presentes, y antes bien que disminuirse parecían agigantarse conforme transcurrían las horas, los días, las semanas ... La invitación de los convencionistas al Ejército del Sur para que participase en la Convención, más que buscar la completa representación de las fuerzas revolucionarias, constituía un intento para desbalancear el control que desde lejos, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista mantenía sobre la Convención. Sin duda aquella reunión revolucionaria podía plantearse como una alternativa civilizada para intentar superar las divergencias por medios políticos, relegando las tentaciones autoritarias de recurrir a las armas, esto es, evitar la confrontación armada y generar, en cambio, un panorama propicio a una ardua, profunda y duradera lucha política interna. Por desgracia, las cosas no sucedieron así, y no obstante que durante las sesiones que la Convención celebró en la ciudad de Aguascalientes, se contó con tiempo suficiente para estructurar pactos de no agresión que calmaran las ansias de destrucción inmediata del contrario, sentida por la mayoría de las corrientes revolucionarias ahí presentes, el ambiente se encontraba tan cargado de energías encontradas, que bastaba una mínima chispa para prender la mecha. Con el arribo de la delegación zapatista a la Convención, generáronse condiciones que terminarían desquebrajando el frágil equilibrio que la Convención mantenía en su interior, conduciendo ello a que la representación de la División del Norte empezara a mostrar superioridad de cara a la representación propiamente constitucionalista de los partidarios del Primer Jefe. La unión de villistas, zapatistas y maytorenistas, la aprobación del Plan de Ayala, como baluarte programático convencionista, y el relegar al ya inservible y superado Plan de Guadalupe, estos tres factores amenazaban con dejar tendido en la lona al mismísimo Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. La decisión de la Convención de definirse como soberana, estableciéndose como la institución llamada a dirigir la Revolución en un periodo preconstitucional de excepción, en el que buscaríase crear las condiciones propicias para la puesta en práctica del programa revolucionario, lo que implicaba la suspensión de la normatividad emergida de la Constitución de 1857 y la aceptación de otra, transitoria ésta, de excepción, que emanaría de la Convención, y que en los hechos, implicaba la instauración de una dictadura revolucionaria, daba materialmente al traste con el criterio personalista encarnado en la figura del Primer Jefe encargado del Poder Ejecutivo, como acostumbraba nombrarse el señor Venustiano Carranza, habida cuenta de que la existencia misma de la Soberana Convención, minimizaba, en los hechos, la importancia de la tradicional división de poderes y de la supremacía del Poder Ejecutivo, en un México tendiente al presidencialismo. Pocos, muy pocos fueron los convencionistas que se dieron cabal cuenta de lo que estaba gestándose, por la auténtica rebatiña que surgió entre los convencionistas cuando quedó nombrado el general Eulalio Gutiérrez como encargado del Poder Ejecutivo, desplazando con ello al señor Venustiano Carranza. Aquel nombramiento prácticamente se constituiría en la gota que derramaría el agua fuera del vaso colmado hasta el tope. Así, si la mayoría de los convencionistas se hubiera percatado de lo que se había creado, jamás el nombramiento del encargado del Poder Ejecutivo, hubiese causado la rebatiña que causó, por la simple y sencilla razón de que ello, de cara al proceso que se iniciaba, era por completo intrascendente. No sucedió así, y aquel nombramiento puso de relevancia la existencia, en aquel tormentoso periodo revolucionario, de dos conceptos de país que se excluían y que avisoraban la hora de los combates.

Bibliografía virtual

1.- La Convención de Aguascalientes.
2.- Zapatistas en la Convención de Aguascalientes.
3.- Nombramiento del General Eulalio Gutiérrez como encargado del Poder Ejecutivo.
4.- El cisma convencionista.
5.- Manifiesto convencionista a la Nación.







LA CONVENCIÓN EN MÉXICO Y CUERNAVACA

Perdiendo el piso

En el momento en que los convencionistas de Aguascalientes deciden trasladarse a la ciudad de México para realizar ahí sus sesiones, el asunto medular estaba ya liquidado. Pues, resulta imposible ignorar que el previo acuerdo tomado por los primeros convencionistas, en la ciudad de México, pretendía llegar a unificar criterios y alejar los fantasmas de la guerra civil, por lo que este nuevo acuerdo de los convencionistas en Aguascalientes de trasladarse a México, rayaba en lo patético. Una Convención desmembrada, moribunda, fantasmagórica; en resumidas cuentas, un auténtico cadáver era lo que regresaba a la ciudad de México, pavoneándose de un supuesto triunfo contra las aspiraciones del Primer Jefe, pero hasta en esto erraban, porque el señor Carranza, muy contrariamente a lo que suponían sus enemigos, había cubierto muy bien sus cartas, y pronto los convencionistas se darían cuenta de ello. Ya en México, en el poblado de Xochimilco, se realizó la simbólica reunión entre los generales Francisco Villa y Emiliano Zapata. Ese encuentro, famoso por lo que representó, sirvió mucho más para el balconeo, que para asuntos prácticos. Así las cosas, rápidamente los acontecimientos involucionaron a tal grado que la confusión tendió a nublarlo todo. En menos que canta un gallo el general Eulalio Gutiérrez nombrado por la Convención en Aguascalientes, Encargado del Poder Ejecutivo, entró en serios conflictos con el general Francisco Villa. Y para el 16 de enero de 1915, abandonaría, junto con un grupo de incondicionales, la ciudad de México, sin haber hecho renuncia formal de su cargo. El general Roque González Garza, sería designado por los convencionistas en la ciudad de México como el nuevo encargado del Poder Ejecutivo. Pasada la crisis provocada por la intempestiva salida del general Eulalio Gutiérrez, los convencionistas se abocaron a organizar la Convención con el objeto de iniciar sus trabajos para determinar el programa revolucionario y la legislación extraordinaria que serviría de base para poder llevarlo a cabo en aquel periodo preconstitucional. Pero ante la adversidad militar y teniéndose por insegura la ciudad de México, los convencionistas optan por cambiar de sede, trasladándose a la ciudad de Cuernavaca, en donde contarán con la protección militar del Ejército del Sur. Una vez instalada en la ciudad de la eterna primavera, la Convención reanudaría sus labores, destacándose las diferencias y enfrentamientos ideológicos entre las representaciones de la División del Norte y del Ejército del Sur. Dos conceptos harto diferentes sobre las problemáticas sociales, políticas y económicas y sobre las alternativas para superarlas, chocaban estrepitosamente. Sin embargo, ello no fue un obstáculo para que la Convención siguiese laborando en pro de sus objetivos, y sería en la sesión celebrada en Cuernavaca el 24 de febrero de 1915 cuando se pondría a discusión el Proyecto de Programa de reformas en el orden político y social que defiende la Revolución. Compuesto de 25 puntos, este proyecto conjugaba, ciertamente, los anhelos y esperanzas que latían en los corazones de la insurgencia popular a lo ancho y largo de la República Mexicana. Particularmente conviene resaltar lo expresado en el punto XII, en donde se precisaba: XII.- Restringir las facultades del Ejecutivo de la Nación y de los Estados, y para ello adoptar un parlamentarismo adecuado a las condiciones especiales del país. Así, si bien en el terreno legislativo la Convención cumplía con sus funciones, en el plano militar el horizonte no se le presentaba nada halagüeño. En efecto, el ejército convencionista dependiendo en exceso de la actividad de la ya muy fraccionada División del Norte, se aprestaba a realizar combates que a la postre serían concluyentes con el Ejército Constitucionalista, y así, cuando por estrategia militar las fuerzas constitucionalistas abandonan la ciudad de México, los convencionistas radicados en Cuernavaca, ni tardos ni perezosos acuerdan su traslado de nuevo a la ciudad de México, ilusionados porque veían en ello un auténtico triunfo ... ¡¡¡A tal grado era el hechizo que la llamada ciudad de los palacios ejercía en su mente!!!. De nuevo en la ciudad de México, las cada vez más acentuadas diferencias entre norteños y sureños, provocarían una severa crisis al interior de la Convención cuando el General Roque Gonzalez Garza es prácticamente destituido a raíz de la presión ejercida por los sureños, designándose en su lugar, como nuevo Encargado del Poder Ejecutivo, al General Lagos Cházaro, quien contaba con el completo apoyo suriano. Finalmente, sería en el terreno militar donde se definiría la suerte convencionista. Las batallas que darían el punto final a la contienda entre convencionistas y constitucionalistas, ocurrirían entre los meses de abril y junio, en Celaya y La Trinidad, Estado de Guanajuato, donde el Ejército Constitucionalista terminaría prácticamente destruyendo a su oponente, el Ejército Convencionista.

Bibliografía virtual

1.- Último intento para evitar la conflagración.
2.- Avanzadas convencionistas en la ciudad de México.
3.- Eulalio Gutiérrez y Francisco Villa en la ciudad de México.
4.- La entrevista Zapata - Villa.
5.- Huida del General Eulalio Gutiérrez.
6.- Informe del General Roque González Garza sobre la situación que enfrentaba la Convención.
7.- La Convención en Cuernavaca.
8.- Programa de reformas político-sociales de la Convención.
9.- Parte oficial de las batallas de Trinidad y toma de León, por el Ejército Constitucionalista.
10.- Intento de celebración de un armisticio con las fuerzas Constitucionalistas comandadas por el General Pablo González.
11.- Declaraciones de Francisco Villa en Aguascalientes.







LECTURAS RECOMENDADAS

Sugerencia bibliográfica

Alessio Robles, Vito, La Convención Revolucionaria de Aguascalientes, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Barrera Fuentes, Florencio, Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria (1° de octubre a 6 de noviembre de 1914), México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Barrera Fuentes, Florencio, Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria (9 de noviembre de 1914 a 27 de febrero de 1915), México, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Barrera Fuentes, Florencio, Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria (1° de marzo a 8 de julio de 1915), México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Cortés, Omar y López, Chantal, De los Tratados de Ciudad Juárez a los Tratados de Teoloyucan, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Cortés, Omar, La cosecha. Brevísima semblanza del General Álvaro Obregón, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Flores Magón, Ricardo, 1914: La intervención americana en México, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Flores Magón, Ricardo, Obras de teatro, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Magaña, Gildardo y Pérez Guerrero, Carlos, Emiliano Zapata y el agrarismo en México, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Obregón, Álvaro, Ocho mil kilómetros de campaña, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Portes Gil, Emilio, Autobiografía de la Revolución Mexicana, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Reed, John, México insurgente, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Soberana Convención revolucionaria, De mujeres seducidas e hijos naturales, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Soberana Convención Revolucionaria, El voto, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Zapata, Emiliano, Leyes y decretos, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

Zapata, Emiliano, Manifiestos, México, Biblioteca Virtual Antorcha, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés.

La batalla de Ojinaga, México, Videoteca Virtual Antorcha.