Soberana Convención Revolucionaria


El voto

Primera edición cibernética, junio de 2003

Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés











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Presentación

Uno de los tantos temas abordados en el documento Programa de Reformas Político-Sociales, expedido por la Soberana Convención Revolucionaria lo fue el del voto.

En efecto, en los puntos diez y once del citado documento, se especificaba:

X.- Procurar la efectividad del sufragio, con la adopción de procedimientos que eviten la indebida intromisión de las autoridades en las elecciones y castigar severamente los fraudes y abusos de aquéllas.

XI.- Implantar el sistema de voto directo, tanto en las elecciones locales como en las federales, y facultar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que decida si así lo piden los electores, en última instancia, sobre la validez de las elecciones, de los Poderes de los Estados.

El documento que a continuación publicamos aborda, precisamente, la discusión habida en el seno de la Soberana Convención Revolucionaria, sobre estos puntos del Programa de Reformas Político-Sociales de la Soberana Convención Revolucionaria.

Ahora, que están prácticamente a la puerta las elecciones para conformar la legislatura federal en la Cámara de Diputados, pensamos que no viene a mal el recordar que este tema ha estado presente en todos los momentos de la historia de México, palpándose el gran interés mostrado por intentar su superación.

Asi, sea cual sea la postura de quien lea este documento, relativa al asunto de votar, definitivamente no esta de más el echar una mirada sobre nuestro pasado y enterarnos de la manera como abordaban este asunto los convencionistas, en la sesión que tuvieron en la ciudad de Cuernavaca, en el Estado de Morelos.

Para finalizar señalaremos que por desgracia, y en mucho debido a que aquél dia de esa sesión, 10 de marzo de 1915, el gobierno carrancista optaba por la desocupación táctica de la ciudad de México, aprestándose las fuerzas militares convencionistas a trasladarse a la dicha ciudad de México, en su loca e inexplicable obsesión por ocupar esa plaza que, militarmente hablando, no guardaba importancia alguna dentro del plano de contienda bélica de aquél entonces, la discusión sobre los puntos 10 y 11 del Programa de Reformas Político-Sociales de la Soberana Convención Revolucionaria, se hizo, prácticamente, a las carreras, ya que los convencionistas muy preocupados y ansiosos se encontraban por volver a instalarse en la ciudad de México, sin reparar en lo inútil y absurdo de su tan anhelada pretención.

Esperamos que la lectura de este documento haga meditar sobre la importancia de la institución del sufragio en el devenir histórico de México.

Chantal López y Omar Cortés




Sesión celebrada en la Ciudad de Cuernavaca, Mor.,

la tarde del día 10 de marzo de 1915.

Presidencia: Ciudadano General Pasuengo.

LISTA y CUENTA: Ciudadano Secretario Zepeda.

El ciudadano Marines: El señor Segovia me suplicó hiciera presente que no asistía porque está en cama.

El ciudadano Secretario: Faltaron ayer los ciudadanos Delegados. (Insértese).

El ciudadano Fernández: Pido la palabra para aclarar que yo no falté ayer.

El ciudadano Secretario: Da cuenta con el acta de la sesión anterior. Aprobada.

El ciudadano Nieto: Declaración de la hora.

El ciudadano Presidente: Las cuatro y media exactamente.

El ciudadano Secretario: Sigue la discusión del Programa de Reforma.

La Mesa, por conducto de la Secretaría, suplica a los ciudadanos que forman la Comisión de Programa se sirvan pasar a la Mesa a presentar las reformas hechas a los artículos discutidos ayer.

Artículo 10°. (Insértese).

Está a discusión.

El ciudadano Nieto: Para una aclaración.

El ciudadano Casta: Pido la palabra en contra.

El ciudadano Valle: Pido la palabra en contra.

El ciudadano Aceves: Favor de volver a leerlo. (Campanilla, voces).

El ciudadano Secretario: Artículo 10°. (Insértese).

-El ciudadano Cervantes: Suplico a la Mesa, por conducto de la Secretaría, que para evitar una redundancia se tachara la siguiente palabra; el artículo dice: (Insértese).

Desde el momento en que esa intromisión es indebida, tachar la palabra indebida para evitar discusiones. Así de que queda el articulo en esta forma: Procurar la efectividad del sufragio con la adopción de procedimientos que eviten la intromisión de las autoridades en las elecciones ...

Está a discusión.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra en contra el Delegado Casta.

El ciudadano Casta: Señores Delegados: ...

El ciudadano Aceves: Pido la palabra para una interpelación a la Mesa. Desearía saber, señor Presidente, si ya estará dictaminado el asunto aquel del señor Quevedo. Tiene mucho tiempo de presentado y no sabemos ... (Voces: No está a discusión eso).

No pregunto si está a discusión o no, es interpelación a la Mesa.

El ciudadano Secretario: La Comisión de Poderes informa al ciudadano Aceves que todavía no está dictaminado; esperamos que lo hará a la mayor brevedad posible.

El ciudadano Aceves: Me parece que hay consigna en eso.

El ciudadano Castellanos: Pido a la Presidencia que llame al señor Aceves al orden porque no está eso a discusión.

El ciudadano Aceves: Es una pregunta que tengo el derecho de hacer.

El ciudadano Castellanos: Ya estaba concedida la palabra a un orador.

El ciudadano Aceves: Pero no estaba haciendo uso de ella.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Casta.

El ciudadano Casta: Probablemente se imaginará que al haber pedido el uso de la palabra en contra de este artículo, voy a hacerlo en contra del sufragio y no, señores; leo en el artículo: procurar, me parece que los señores que formularon este artículo no se acordaron o no se han acordado de la sangre que ha costado la implantación de ese principio y eso de procurar me parece ambiguo enteramente; se procurará y si no, pues que no resulte. Yo deseo que ese artículo sea más efectivo, que sea un hecho la efectividad del sufragio y la adaptación, no con la adaptación y la adopción de procedimientos que eviten la intromisión de las autoridades; pero no procurar la efectividad del sufragio con la adaptación de procedimientos; que sea un hecho la efectividad del sufragio y que se adopten procedimientos para evitar la intromisión de las autoridades.

Yo creo que la Comisión Dictaminadora no tendrá inconveniente en hacer más efectivo el artículo, que considero yo de grandísima importancia.

El ciudadano Velázquez, en pro: Señores Delegados:

Aunque nuestras leyes constitucionales siempre han determinado que el sufragio sea efectivo, esa ha sido una de tantas promesas que en la práctica no han dado ningún resultado, como todo lo que se refiere a los derechos del hombre; de ahí que veo la necesidad del presente artículo, porque es necesario insistir en que el sufragio sea efectivo para poder así tener los gobernantes que necesita la República.

Por lo que toca a la objeción que hace el señor Casta, no estoy enteramente en desacuerdo con ella; en efecto, debe ser más claro el artículo, debe decirse, no sólo que se procure, sino que se haga efectivo, que se realice, que sea un hecho la adopción de procedimientos que vengan a hacer que nuestro pueblo tenga efectivamente sus derechos para elegir a sus mandatarios. Creo que no se necesitan más argumentos para venir a demostrar que esa declaración en el programa de gobierno sea enteramente esencial; y así suplico a la Asamblea que apruebe el artículo, si es posible, haciéndolo más claro de lo que está.

El ciudadano Valle en contra: Señores Delegados:

Después de la razón dada por el señor Casta y el compañero Velázquez con respecto al artículo 10°, que está a discusión, y como éste era el objeto de haber pedido la palabra en contra, ya no haré uso de ella, considerando que lo demás es punto de detalle.

El ciudadano Zepeda, en pro: Veo que todos están de acuerdo en el fondo de este artículo y tenía que serIo, porque todos los presentes han luchado por la realización de este ideal y por eso no iré al fondo de él; y como quiera que el Delegado Casta ha hecho hincapié en una palabra, voy a explicarle en qué se fundó la comisión nombrada dentro de la Comisión de Programa para redactar de esta manera el artículo. La Revolución podrá hacer todo lo que en mano esté para implantar ciertas reformas; pero la Revolución no podrá reformar lo que es cuestión individual más que política; la Revolución podrá, por ejemplo, establecer leyes muy liberales en el sentido del sufragio, pero la Revolución no podrá obligar a aquel pueblo a que deje su apatía y que el pueblo se atemorice por engaños de hombres que lo compren o que lo amenacen; por eso al poner aquí procurar, ha querido tanto como decir, la Revolución hará todo lo que esté de su parte por llevar acabo esa reforma, por implantarla. Ahora después de haberla hecho, el pueblo verá si se aprovecha de esa reforma y la lleva a cabo con sus esfuerzos; de manera que ahora, en cuanto a la segunda parte, dice: con la adopción de procedimientos; es claro, porque no es cuestión nada más de implantar de cualquier manera por un decreto por ejemplo, el sufragio es efectivo, sino que se va a implantar con procedimientos que eviten la intromisión de las autoridades en las elecciones, que según hemos visto, es un estorbo para que este sufragio sea efectivo; y como quiera que hasta hoy todo ha sido un mito, a pesar de las leyes benéficas que se han dado en este sentido en tiempo del señor Madero, que llegamos hasta el voto directo, y aquí se dice el voto directo, las autoridades siempre se metieron en lo que no debían meterse, en lo que no les va ni les viene; pero si les convenía y por eso es por lo que se ha dicho: castigando severamente a las autoridades. De manera que, expresados los motivos que tuvo la comisión para redactar el artículo en este sentido, espero que los Delegados que hablaron en contra, nos digan si están entendidos en eso o no.

El ciudadano Mancilla, en contra: Señores Delegados:

He pedido la palabra en contra porque creo que falta algo a este artículo; aquí se habla de que se evite la intromisión de las autoridades en las elecciones, lo cual me parece muy bueno, pero creo que hay algo más malo que las autoridades, en mi concepto, me refiero al clero si le dejamos tomar parte, porque creo que se llevan más electores con un sermón diciendo que fulano es el candidato de Dios, que un liberal de buena intención procurando llevar al Poder a gente honrada. Por lo tanto, le suplico lo tome en consideración para que este artículo, no sólo se extienda a las autoridades civiles y militares, sino eclesiásticas, que, en mi concepto, son las más nocivas y con ella a sus afines. ¿Quién no recuerda al funesto Partido Católico que desgraciadamente nos gobernó por un momento? Suplico, pues, a la Asamblea que lo tome en consideración.

El ciudadano Montaño, en pro: Estoy de acuerdo en que la innovación que se trata de hacer al artículo para hacerlo más claro es conveniente y puede hacerse esa modificación, a efecto de que se diga que se haga efectivo el sufragio efectivo tal como se ha predicado tantas veces, pero que ha sido una nulidad a través del tiempo, pues hasta hoy el sufragio efectivo nunca ha podido realizarse y el pueblo siempre ha visto burlados sus derechos por el escamoteo electoral; siempre lo hemos visto y lo hemos lamentado; todos los dictadores han procurado sobornar a los electores o han impuesto la consigna a los electores; muchas veces se han visto reducidos a prisión y, por último, a nadie se obscurece que la necesidad del artículo a discusión es bastante clara y evidente. Por tal circunstancia creo yo que la aclaración que tratan de hacer varios compañeros en el artículo a debate puede hacerse a efecto de que sea más claro el artículo, haciéndolo más efectivo para que no reste absolutamente ninguna duda. Por lo tanto, señores Delegados, creo conveniente que se haga la aclaración correspondiente, tal como lo han solicitado varios compañeros.

El ciudadano Secretario: La Mesa por conducto de la Secretaría, pregunta a los Ciudadanos Delegados en vista de que han hablado tres oradores en pro y tres en contra, si está suficientemente discutido este artículo. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. (Voces: No, no, está muy mal este artículo).

De acuerdo con el Reglamento, han hablado tres en contra y tres en pro y la obligación de la Mesa es preguntar. Los que consideren que está suficientemente discutido, sírvanse poner en pie. No está suficientemente discutido. (Voces: Cómo no, sí está).

Ahora sí, suficientemente discutido. Se pone a votación. Las personas que lo aprueben sírvanse poner en pie. Rechazado.(Voces: No se oye).

La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a los ciudadanos Delegados si permiten que vuelva al seno de la Comisión para reformarlo. Sí se permite. La Mesa suplica a los ciudadanos que fornan la Comisión de Programa se sirvan pasar a reformar el artículo.

Artículo 11. (Insértese).

Está a discusión.

El ciudadano Samper: Pido la palabra para una moción de orden, antes de que se proceda a la inscripción de los oradores.

El ciudadano Presidente: Tiene usted la palabra.

El ciudadano Samper: He pedido la palabra para hacer observar a la Secretaría, lo siguiente que redundará indudablemente en beneficio de las acaloradas discusiones que va a suscitar este artículo.

Este artículo consta de dos proposiciones y de acuerdo con el Reglamento, deben ponerse sucesivamente a discusión; las proposiciones son las siguientes: Primera ... (Insértese), la segunda es esta otra: Facultar a la Suprema Corte de Justicia ... (Insértese).

Pido a la Secretaría que ponga sucesivamente a discusión las dos proposiciones en que claramente está dividido el artículo, para evitar confusiones que serán enojosas y que indudablemente serán acaloradas.

El ciudadano Secretario: La Mesa, sin prejuicio ninguno, se apega al Reglamento; el Reglamento dice que se discutirá artículo por artículo y por tal motivo se pondrá a discusión artículo por artículo. (Voces: no, no).

El ciudadano Samper: Hay un artículo en el Reglamento sobre este asunto.

El ciudadano Cervantes: Como miembro de la Comisión encuentro la observación del señor Samper perfectamente debida, atinada; de manera que debe someterse a la consideración de la Asamblea en dos proposiciones, y pido permiso a la Asamblea para que así se haga y se formulen.

El ciudadano Secretario: La Mesa, por conducto de la Secretaría, informa a los señores Delegados que entra en receso la sesión por diez minutos, mientras la Comisión de Programa reforma el artículo.

El ciudadano Nieto, para una moción de orden: Hay dos o tres artículos que tienen que reformarse, y yo creo que no bastarán los diez minutos, ¿por qué no pasamos adelante?

-El ciudadano Secretario: Se suplica a los ciudadanos Delegados que forman parte de la Comisión de Programa, que pasen a hacer la reforma.

El ciudadano Secretario: Artículo 10. (Insértese al Art. 10 reformado). Está a discusión.

El ciudadano Nieto: Pido la palabra para una interpelación a la Comisión. Al señor Presidente de la Comisión ciudadano Cervantes, le suplico me haga el favor de decirme lo siguiente: después de evitar la intromisión de las autoridades en las elecciones, ¿qué idea tiene respecto de los procedimientos que se deben emplear para llevar esto a la práctica?

El ciudadano Cervantes: Me permito advertir al señor Nieto que en el programa se han puesto principios generales sin meterse en materia de detalle; los miembros de la Comisión entendemos por intromisión, entrometerse, es decir, mezclarse en asuntos en que no debe meterse, que no le corresponden.

El ciudadano Nieto: Es decir, que el criterio de la Comisión es ¿evitar las intromisiones cuando éstas no son justificadas?

El ciudadano Cervantes: Evidentemente.

El ciudadano Secretario: ¿No hay quien tome la palabra?

El ciudadano Velázquez: Yo la tomo en contra.

(El ciudadano Secretario volvió a leer el artículo, a moción del ciudadano Piña).

El ciudadano Borrego: Pido la palabra para interpelar a la Comisión. Señor Cervantes, le suplico atentamente que se sirva atender a algunas observaciones que voy a permitirme hacerle.

Dice el artículo, que se van a expedir leyes que impidan la intromisión absoluta de las autoridades.

El ciudadano Cervantes: Me hace favor de leer, señor Secretario, no dice que se van a expedir leyes.

El ciudadano Secretario: (Insértese).

El ciudadano Borrego: ¿Nada más la intromisión de las autoridades? Porque habría que hacer una distinción, hay autoridades de autoridades; es imposible pedir la intromisión de los ayuntamientos y los ayuntamientos son autoridades.

El ciudadano Cervantes: Yo suplicaría al señor Presidente para aclarar las dudas del señor Borrego y del señor Nieto que tenga la bondad de mandar traer un diccionario para que se les lea la palabra intromisión. (Voces: no, no).

Pudiera ser que fuera un error nuestro, favor de mandar traer un diccionario.

El ciudadano Nieto: Renuncio a lo que pide el señor Cervantes, yo estoy ya contorme con lo que me dijo antes y no me queda duda ninguna.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Velázquez.

El ciudadano Velázquez: Señores Delegados: He pedido la palabra en contra, porque me parece que falta un precepto necesarísimo para que obliguemos si es posible a nuestro pueblo a que practique el voto; pudiera decírseme que todos tienen el derecho de votar o de dejar de votar; pero eso no satisface el objeto que nos proponemos de procurar la efectividad del sufragio para que sea efectivo, y teniendo en cuenta la apatía de nuestro pueblo para ir a las urnas electorales, el poco empeño que siempre ha tomado por encargarse de los asuntos públicos, se necesita castigarlo si es posible con penas algo duras para que deje esa apatía y procure ayudar a hacer el bien del país; pudiera decírseme que todos tienen el derecho de votar o no votar, pero eso mismo decían los retrógrados, los verdaderos retrógrados; cuando se implantó la instrucción obligatoria, decían: nosotros tenemos el derecho de hacer que nuestros hijos aprendan o no, de instruirlos o no instruirlos, porque nadie tiene que mezclarse en lo que nuestros hijos sean; pero el legislador entendió que un pueblo ilustrado y culto es más fácil de gobernarlo, hace más beneficios con su práctica, etc.; naturalmente decretó la instrucción obligatoria y de allí que para que el sufragio sea efectivo necesitamos también decretar la obligación de que todos los ciudadanos se acerquen a las urnas electorales; así se pondrán en contacto con las personas que van a elegir, todos se ocuparán de los asuntos del País en un ramo de tanta importancia como es la elección de sus mandatarios.

Creo que no es preciso extenderse mucho para comprender la necesidad imprescindible de la reforma que propongo en este punto a los señores Delegados.

El ciudadano Secretario: Sigue a discusión: ¿No hay quien tome la palabra?

El ciudadano Cervantes, como miembro de la Comisión: El señor Delegado Velázquez tocá un punto que, no cabe duda, tiene su importancia; pero para hacer la afirmación que él establece, necesita primeramente demostrarme, como punto de Derecho Constitucional, que existe la obligación para todo ciudadano de votar en las elecciones, y todavía, cuando me haya demostrado que existe ese precepto, que se considera como una obligación. Yo le diré que hay obligaciones morales del ciudadano cuya sanción no debe estar sometida a penas, es decir, que el ciudadano tiene la obligación moral de ejecutar determinado acto, pero cuya no ejecución no debe entrañar la penalidad, y si nos colocamos en el punto de vista en el cual se deben ver las cosas prácticas, convendrá el señor Velázquez en que la efectividad del sufragio no deja de ser una utopía, puesto que en países mucho más civilizados que el nuestro no se ha conseguido todavía. De manera que sería vano prevenir al ciudadano que no vote, cuando tenemos de antemano la seguridad de que nuestras disposiciones no tendrán sanción por la experiencia; porque de hecho, aunque no lo queramos o aun cuando lo queramos, no es fácil que se lleven a la práctica los ideales democráticos, siendo la efectividad del sufragio un mito.

El ciudadano Velázquez: Pido la palabra para hacer una aclaración al señor Delegado Cervantes.

Señor Delegado Cervantes, señores Delegados:

La Constitución previene que una de las obligaciones es hacer uso del voto ... (Voces: No, no). Sí, señores, es una obligación y si mal no me acuerdo es también un derecho; pero es una obligación y está consignada entre los derechos y obligaciones; parece que el artículo 36 constitucional, dice: Obligaciones del ciudadano: Votar en las elecciones, inscribirse en la Guardia Nacional, contribuir al pago de los impuestos; y si para que se inscriba en la Guardia Nacional se establecen penas y hay también que obligarlo a que pague los impuestos, no veo la razón por qué no deban establecerse penas a los que dejen de cumplir la primera obligación; esa es una de las razones que ha existido porque tal vez siempre ha habido quienes argumenten, como argumenta el señor Cervantes.

Por otra parte, si la efectividad del sufragio es un mito, es inútil que pongamos leyes electorales, es inútil que procuremos el sufragio, porque si es un mito, no se conseguirá nunca nada; precisamente para procurar que deje de ser un mito, es necesario establecer todos los medios posibles para que sea una realidad; pudiera ser muy bien una realidad, castigando a aquellos que no procuren convertir ese mito en realidad.

El ciúdadano Montaño: Pido la palabra en contra del artículo. Me he propuesto hablar en contra de ese artículo, no por otra causa, sino porque mucho tiempo nosotros hemos observado ... (Campanilla).

El ciudadano Presidente: Como habló un Delegado en contra, va a hablar otro en pro, usted se reserva para cuando hable el del pro. Tiene la palabra el ciudadano Marines Valero.

El ciudadano Montaño: Está bien.

El ciudadano Piña: Pido la palabra para una moción de orden.

El señor Velázquez que argumentó en pro: Solicitó el uso de la palabra para hacerle una aclaración al señor Cervantes ...

El ciudadano Presidente: El habló en contra primero.

El ciudadano Piña: Después el Presidente de la Comisión.

El ciudadano Presidente: Le contestaron nada más.

El ciudadano Piña: El señor Presidente de la Comisión haciendo uso de un derecho o de una obligación, ha argumentado en contra de los principios del señor Velázquez; por lo tanto, debe hablar en esta vez un señor en contra. El señor pidió la palabra para una aclaraclon.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Mannes Valero.

El ciudadano Marines Valero: Yo creo que todos los medios artificiales que se empleen para conseguir la efectividad del voto, serán tan perjudiciales como los medios artificiales que se emplean para conseguir cualquiera otra cosa, por ejemplo, para combatir la religión cristiana o para combatir la religión católica. Voy a tener que hacer aquí una digresión; muchos han creído que para combatir la religión católica, se necesita destruir, se necesita hacer pedazos los monos, como se hizo en el Estado de Nuevo León, apresando a los curas, cerrando los templos, etc., etc., y no haciendo con eso sino conseguir precisamente el resultado contrario, porque exaltado el ánimo, los sentimientos del pueblo católico lo convirtieron en más católico todavía de lo que era antes; así considero ahora los procedimientos artificiales que se quieren emplear para conseguir la efectividad del sufragio; porque yo entiendo que el sufragio es una prerrogativa, no un deber; siendo una prerrogativa, queda a elección del ciudadano que vaya a votar desde luego se le coarta su libertad. Hay muchas cosas que desearíamos que hicieran los ciudadanos; por ejemplo, todos estamos convencidos de que los ciudadanos debieran ser perfectamente morales y, sin embargo, a nadie le imponemos una multa porque no lo es: se la imponemos cuando ofende a otro, pero no porque sea inmoral; a ver, vaya usted a imponer una multa al noventa por ciento de los habitantes de Cuernavaca que dicen insolencia y media en esa plaza, que da vergüenza oirlas. No señor, tienen libertad de ser como se les antoje.

Por otra parte, en la vida diana, en lo matenal, deseanamos que todo el mundo tuviera automóvil, que todo el mundo vistiera perfectamente bien, que comiera mejor, que viviera en palacios, y sin embargo, a nadie lo multamos porque viva en una pocilga, porque vista calzones y huaraches; no señores, está dentro de la libertad humana el que viva como quiera, siempre, naturalmente, que no ofenda a la moral y a la paz pública.

Ahora, en lo que se refiere al sufragio, bonitos estaríamos si fuéramos a imponerlo como una obligación, siendo, como debe ser un derecho que debe ser a voluntad para ejercitarlo o no. Un indio ¿qué sabe quien está bueno para Presidente de la República?, si nosotros a veces nos vemos negros para encontrar nuestro hombre, porque todos vienen flojos; pues, si esto nos pasa a nosotros ¿qué será para un indio ignorante que no conoce más que sus burros, su leña y sus montes? Seguro está que vayamos a obligarlo a que vaya a ejercer el sufragio cuando no sabe lo que va a hacer, los resultados serán pésimos. No creo que sea ese el procedimiento y así como para combatir la religión católica no se destruyen los monos, sino debe educarse a los individuos, no se debe impedir al cura que hable, sino contrarrestar las supersticiones y las mentiras y predicar la verdad, y predicarla en todas partes, en la escuela, en los periódicos, en la calle, en la tribuna y en todas partes; así también, en lo que se refiere al sufragio, para combatir la apatía de nuestro pueblo, vamos convenciéndolo de que necesita preocuparse por la cosa pública; pero no lo llevemos de las orejas a depositar su voto, porque eso nos ridiculiza ante el mundo que nos muestra con caracteres muy claros que la mejor manifestación de la libertad es dejar al individuo que haga lo que quiera, o elegir o no elegir, quedándose en su casa rascándose alguna parte oculta de su cuerpo. (Risas y siseos).

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Piña.

El ciudadano Piña: Señores Delegados:

El ciudadano Marines: Antes de que se me censure, confesaré que cometí una falta. (Aplausos).

El ciudadano Piña: ... Yo soy inconforme con el artículo 10°, y así lo expresé al calce de ese dictamen que consulta la reforma del propio artículo y que la consulta en tres artículos distintos, aun cuando se trata del mismo asunto ...

El ciudadano Cervantes: Eso no está a discusión.

El ciudadano Piña: Yo ruego al señor Delegado Cervantes no me interrumpa.

El ciudadano Piña: Dice el artículo 10°. (Insértese).

En primer lugar, este artículo no nos consulta ninguna novedad porque no entraña ninguna reforma, esa es la verdad de las cosas, porque la efectividad del sufragio disponen todas las leyes de la República, tanto las federales como las locales, mandan que sea efectivo el sufragio y disponen que las autoridades solamente intervengan en estos actos cívicos en casos muy indispensables como son los de convocar a elecciones, formar padrones, nombrar empadronadores para formarlos padrones y vigilar que se instalen las casillas, etc., etc. Por lo demás, las autoridades solamente cuando tienen especial interés en hacer triunfar una candidatura se entrometen siempre, aun cuando las leyes disponen todo lo contrario. De modo que así vamos a disponer que las autoridades no se entrometan en la práctica del sufragio, pero vamos a disponer una cosa que ya está dispuesta, como ya he dicho antes, que no es una novedad, y por lo tanto este artículo no constituye ninguna reforma; aun cuando temo que, apenas haga mención de los dos artículos once y doce que se relacionan con el primero, porque en seguida me van a decir algunos señores Delegados que eso no está a discusión, siempre me permito hacer observar que los artículos siguientes se relacionan con el mismo asunto, es decir, tienden a garantizar la efectividad del sufragio y no veo razón por qué un mismo asunto se consulte en tres artículos distintos, toda vez que, según la práctica que venimos observando, procuramos que en un solo artículo se condensen las ideas que sobre un mismo ramo tiene la Asamblea; por ejemplo, el artículo primero del programa está redactado así: (Insértese).

Vemos pues, que ahí consultamos tres cosas distintas, tres procedimientos diversos para lograr un mismo fin, y así sucesivamente ...

El ciudadano Cervantes: Señor, consultando algunos de los miembros de la Comisión, hemos convenido que este artículo no entraña reformas, por lo que aceptamos la indicación del señor Delegado Piña en el sentido de que se suprima, a reserva de que forma parte del preámbulo de ese programa, del mismo modo que otro artículo que hemos retirado. Suplico se pida permiso, si no hay inconveniente.

El ciudadano Velázquez: Pido la palabra en contra.

El ciudadano Piña: Sigo con el uso de la palabra, señor Presidente.

Aquí a mi oído dice el señor Delegado Velázquez que no se debe retirar, porque a juicio de él, esto de establecer el voto obligatorio entraña una reforma. ¿Tan pronto ha olvidado el señor Delegado Velázquez que la Constitución califica de obligatorio el voto? Es una facultad del ciudadano, como una obligación. Por lo tanto, no es reforma y para qué vamos a consultar una cosa que no entraña una reforma, eso es sencillamente dar el timo al pueblo, o es mucho afán de legislar, o de querer ponerle los ojos verdes a nuestras gentes.

Una vez que algún señor Delegado miembro de la Comisión dictaminadora manifestó estar dispuesto a retirar este artículo o los tres artículos que se refieren a la misma cosa ... (Voces: No, no). Estoy con el uso de la palabra. Les ruego que consulten a la Asamblea si está conforme en que se retire, en la inteligencia de que si la Asamblea no está dispuesta a acceder a la indicación de los señores miembros de la Comisión dictaminadora, haré uso de la palabra en contra del mismo.

El ciudadano Velázquez: Pido la palabra para una aclaración.

El ciudadano Soto y Gama: Pido que la pregunta sea para retirarlo definitivamente, para que quede suprimido.

El ciudadano Secretario: La Mesa por conducto de la Secretaría ...

El ciudadano Presidente: La Presidencia manifiesta que el señor Delegado Velázquez pide la palabra para una pequeña aclaración.

El ciudadano Velázquez: Aunque el señor Delegado Piña nos dice que ésta no es una reforma, como no son muchas de las que determinamos allí, pero pido que como una medida política efectiva se acepte, para que el pueblo comprenda que estamos haciendo algo bueno por él. No se le ha dado nunca el sufragio efectivo y creo que es una medida política que precisa adoptar.

El ciudadano Cervantes: Pido la palabra como miembro de la Comlslón.

El ciudadano Presidente: Vamos primero a preguntar si se suprime el artículo.

El ciudadano Secretario: La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a los señores Delegados si están conformes con que se suprima el artículo 10° para incluirlo en el preámbulo que se haga. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Aprobado. Artículo 11°. (Insértese).

El ciudadano Piña: Es el mismo caso que el anterior.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Nieto.

El ciudadano Nieto: No fue de ese artículo del que yo pedí la palabra en contra, fue respecto del que se refiere a las atribuciones que se le dan a la Suprema Corte de Justicia.

El ciudadano Treviño: Señores Delegados:

Ha sido motivo de grandes estudios llegar a decidir si el voto en nuestro país ha de ser directo o indirecto; mi concepto es que debe ser indirecto, debido a la falta de civilización y a la inconsciencia de las grandes masas.

Sin pretensiones de ninguna clase, como siempre que he tomado la palabra, voy a exponer mi criterio; he observado en muchas poblaciones de la República y en tiempo de elecciones, más bien durante las elecciones del señor Madero, que la gran masa iba a votar de un modo inconsciente, sin saber quiénes eran los candidatos y que unos directores de esos individuos eran los que los llevaban ahí; esto demuestra esa necesidad por la falta de cultura del pueblo y así ¿vamos a hacer que el voto sea directo para que sea más consciente? Es lógico, es natural que en un pueblo surjan algunos individuos que sean de la confianza de las comunidades de aquellos y que por tal motivo tenga su confianza para que los represente en las elecciones y que esos individuos guiados por amor a aquel pueblo, por el conocimiento que tienen del país, sean unos actores conscientes del acto que se efectúa; por tal motivo, creo yo que basándome en la ignorancia de nuestro pueblo, el voto indirecto sea el que más resultado dé por ser más consciente.

El ciudadano Orozco: Pido la palabra en pro.

El ciudadano Montaño: Pido la palabra en pro.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra en pro el señor Delegado Valle.

El ciudadano Valle, Luis C.: Señores Delegados:

Al pedir la palabra en pro del artículo que está a discusión, es con el fin único y sujetándome a lo que yo he visto, voy a exponer las razones a continuación:

En lo particular, en el Estado de Puebla que es en donde yo he visto y he notado la votación, no ha sido directamente, sino de manera indirecta; así es de que aquí dice el artículo. (Insértese).

Y por esa parte, yo estoy de acuerdo, porque según las razones que ha expuesto aquí hace rato el compañero Treviño, decía él que entre los del pueblo, ¿cómo no había de haber un individuo de confianza de los demás habitantes de esa localidad, a quien le confiaran su voto para que ese lo diera en la forma que debiera hacerlo? Por otra parte, yo advierto que el compañero Treviño está en un error, por lo que se ha visto; dice el compañero Treviño que muchas veces y la mayoría de los habitantes confían esos votos a uno de sus mejores de confianza y resulta que aquel individuo se vende, una cosa muy triste, se vende y ya cuando los habitantes o los votantes que depositaron su voto en aquel individuo para que fuera a depositarlo en favor de algún individuo que pudiera ser útil para el efecto y que se le nombre, resulta que va a ser todo lo contrario; así es que yo estoy por la parte de que el voto sea directo, no indirecto, porque resultaría un fracaso.

El ciudadano Marines: Pido la palabra en contra.

El ciudadano Castellanos, en contra: Como muchos de los preceptos que contiene el programa de gobierno son altamente morales y grandemente avanzados, pero precisamente porque son muy avanzados no los debemos poner nosotros en práctica, creo que debemos tender hacia ellos, debemos procurar que se lleven a la práctica, pero de procurar que se lleven a la práctica una cosa que sea buena a que se pueda verificar, hay una gran diferencia. Estimo y sostengo, como muchas veces he dicho, que habemos aquí muchos individuos soñadores y muy amigos de creer que lo que nosotros pensamos es lo único bueno y que es lo que debe ponerse en práctica. Desgraciadamente, y digo desgraciadamente, precisamente porque yo quisiera que de los individuos que forman la República Mexicana, si no fueran precisamente ilustrados y conscientes, si cuando menos tuvieran aquellos conocimientos o aquella enseñanza rudimentaria para poder llegar a conocer la trascendencia que tiene la práctica de ciertas formas políticas, desde el punto de vista de las reformas que quiere implantar la Convención que a ellos mismos les aporta, desgraciadamente no es así. Seguramente que uno de los grandes derechos que la naturaleza le concede al hombre es el de escoger a los individuos que lo conduzcan por el camino más conveniente; esto traducido en el lenguaje político es el derecho de elegir y este derecho tiene una trascendencia infinita desde cualquier punto de vista que se le considere. De suerte que si cada uno de los individuos que forman la República Mexicana estuviera en condiciones de poder de una manera deliberada, consciente, escoger a sus directores, seria esto uno de los grandes factores que evitarían los movimientos revolucionarios en uno de los cuales estamos nosotros tomando parte activa. Como una justificación de lo que digo, debo señalar el hecho de que fue la bandera primitiva de esta actual revolución la del sufragio efectivo; esto se viene a probar porque en ese momento de elecciones bastó para que nos lanzáramos a la revolución por su ilegalidad. Más tarde, modificándose, como todas las revoluciones se modifican en el transcurso de esas mismas revoluciones, vinieron a agregarse estas nuevas necesidades que se van presentando, pero el origen de esta revolución insisto en que fue motivado por el sufragio efectivo: estas palabras sufragio efectivo, fueron una gran verdad, un gran principio que yo quisiera que lo pusiéramos en práctica por medio del voto directo; pero el voto directo, señores, consiste en que sólo es compatible con la ilustración rudimentaria, aunque sea de cada una de las entidades que van a hacer uso de ese voto. De otra manera, no puede ni debe concedérseles esa facultad.

El día que nosotros tengamos siquiera siete millones menos de individuos que no sepan leer y escribir, ese día creo yo que puede y debe muy bien ponerse en práctica el voto directo; no podrá ponerse en práctica, teniendo entendido que hay un gran sociólogo, cuyo nombre no recuerdo, pero que dice que el voto directo sólo debe utilizarse entre individuos conscientes, entre individuos que sepan apreciar toda la trascendencia que tiene el elegir a sus mandatarios, y como esto no puede hacerse si no es mediante la instrucción, la de saber leer y escribir, no es posible por consiguiente el que este voto se ponga en la práctica; ojalá se pueda poner, ojalá ese ensayo que nosotros pretendemos nos salga de la manera que nosotros deseamos, con un resultado benéfico; yo me alegraré mucho y si bien es cierto que debemos ser atrevidos para ciertas reformas, yo creo que nosotros estamos convencidos de que si esas reformas van a fracasar, no debemos ni intentarlas.

Conforme con que las reformas encuentren grandes escollos, grandes sacrificios; pero siempre y cuando tengamos aunque sea una sola esperanza de llegarlas a poner en práctica; mientras no tengamos esa esperanza, no debemos ni siquiera intentarlas, porque lo que hoy hacemos, mañana lo tendremos que deshacer.

Como una medida probablemente de transacción, yo propondría a la Asamblea que no se volviera a prejuzgar nada absolutamente de la manera de cómo se va a hacer efectivo el sufragio; estamos perfectamente convencidos de que muchos de nuestros preceptos legales son muy buenos, y lo único que se necesita, lo ha dicho perfectamente bien Samuel S ...dice: nos preocupamos demasiado de los principios y no nos fijamos en los hombres. Yo creo que muchos de estos principios que nosotros hoy tachamos de malos, son y serán muy buenos si hay sufragio honrado que los ponga en la práctica; lo mismo da que nosotros pretendamos ahorita poner el voto directo como una idea muy avanzada si no tenemos individuos honrados que puedan llevar a la efectividad ese voto directo, si no tenemos esos hombres capaces de hacer efectivo el voto directo. ¿Cómo va a votar un individuo que no conoce a quienes va a elegir? ¿lo va a hacer únicamente porque se le diga o se le sugiera que tal o cual individuo es competente? Seguramente que no será la base de donde se parta para legislar sobre el particular; esto debe hacerse por medio de los comprobantes, en cualquiera forma que sea, para que quede una constancia y esto sólo puede hacerse sabiendo los individuos leer y escribir. Mientras esto no suceda, no será posible, se le podrá regañar poniendo su nombre, suplantando el nombre de las personas a quienes elijan. Como no sabemos todas las necesidades ni todas las dificultades con que tropezaremos mañana al elegir, ya sean autoridades locales, ya sean federales, iremos palpando, cuando llegue el caso, las necesidades e iremos viendo cómo se van haciendo esas elecciones sucesivas y en vista de esas elecciones sucesivas comenzando por las de los ayuntamientos y siguiendo en el orden que deban hacerse se irán haciendo las reformas que se juzgue conveniente, se hará lo que sea factible, porque así la Asamblea puede darse cabal idea de lo que realmente es factible; si el resultado de esas elecciones es favorable, se implanta el voto directo y yo seré el primero en sostenerlo y en darle mi voto de aprobación; pero yo creo que no debe figurar aquí el artículo y pido a la Asamblea que lo rechace para que se reserve el derecho de saber si se debe, llegada la oportunidad, aceptar el voto directo, fijándolo en otra forma para que no digamos nada si se implanta o no el voto directo. Ya en el artículo anterior se dice mucho respecto del voto, ya en el preámbulo se dice que se va a hacer efectivo el sufragio, pues ya veremos la manera de cómo hacerlo efectivo y vuelvo a insistir, señores Delegados, en esto que yo quiero que grabéis de una manera radical, que nos acordemos que siempre que se trate de programa de gobierno no nos fijemos únicamente en los principios, fijémonos en la parte práctica, en los hombres que van a llevarlos a cabo; no porque un principio es muy bueno podemos llevarlo a la práctica sin saber cómo ni de qué manera vamos a proclamarlo; para hacernos dignos de mayor censura si no se obtiene el resultado. Es necesario que en todo veamos antes de que haya hombres competentes y que las condiciones sean probables de dar resultados favorables; mientras esto no sea posible, no debemos meternos en ese maremagnum. Rechacemos el artículo sin prejuzgar si implantamos el voto directo, no nos preocupemos si debe ser indirecto o directo, procuremos dejar el principio de hacer efectivo el sufragio y ya veremos después la forma en que debe hacerse. (Aplausos).

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Montaño.

El ciudadano Soto y Gama: Como miembro de la Comisión pido la palabra para hacer aclaraciones y rectificar hechos.

El primer hecho que señalo, es doloroso: la única cosa buena que logró hacer el maderismo en su buena época, por cierto, fue el voto directo, y los hombres de 1910 que fue lo único que hicieron, vienen ahora a retractarse de su obra y a hacernos retroceder. Este es el hecho doloroso.

La otra rectificación de hecho, es ésta: El señor Castellanos ha estado hablando media hora sobre la restricción del voto, sobre que se quite el derecho de votar a los que no saben leer ni escribir y ese argumento tal vez se aplica contra el voto directo como contra el voto indirecto, lo mismo es engañado el que no sabe escribir al nombrar al diputado directamente, que al nombrar al elector, con el único peligro de más, que una vez nombrado el elector, en el régimen indirecto, es más fácil corromperlo que a mil individuos que lo eligieron. (Aplausos).

El objeto del voto directo es simplemente esto: dificultar la corrupción de la masa electoral; es más fácil corromper a los ochenta electores de un distrito que a los ochenta mil ciudadanos de ese distrito. Esa es toda la rectificación clarísima que tengo que hacer, y es triste que las pocas conquistas de 1911 las echemos abajo de una plumada. El camino de un demócrata, si quiere hacer obra democrática, es no retroceder.

El ciudadano Cervantes: Pido la palabra para hacer una aclaración a la llamada aclaración del señor licenciado Soto y Gama.

Desde luego me ha sorprendido que el señor Licenciado Soto y Gama que, conforme a sus teorías socialistas no le concede ninguna importancia a estas cuestiones políticas, venga ahora a asentar una opinión tan clara y tan terminante, y yo me permito decirle que estoy rigurosamente de acuerdo con la opinión del Doctor Castellanos, porque estimo que la manera de engañar al pueblo es justamente haciéndolo creer que tiene capacidad de ejercitar un derecho, cuando de hecho no la tiene, porque aunque se diga lo que se quiera y se hable mucho del pueblo jamás se podrá demostrar que un individuo que no conoce ni el idioma que hablan sus congéneres, podrá conocer el acto tan trascendental de ejercer el voto. De manera que en esto tiene absoluta razón el señor Castellanos y repito que yo estoy rigurosamente de acuerdo con él en cuanto a que el voto debe ser restringido, porque debe ejercitar facultades de voto aquel que sabe lo que quiere decir voto; pero pretender que indígenas que no saben el idioma, que no saben leer ni escribir vayan a ejercitar un acto tan trascendental como ese, es puramente un sueño.

El ciudadano Marines, para una aclaración: Yo creo que no se dificulta mucho para el ciudadano el elegir Ayuntamientos y Jueces de Primera Instancia y Jueces de Paz, porque ciertamente si hay muchos que no saben escribir, sí tienen criterio para saber quien les conviene como gobernante. Lo que sí yo afirmo y olvidé explicarlo la vez pasada que hablé, es esto: que los ciudadanos, que muchos ciudadanos, no todos, no entienden cuál es el individuo más apropiado para la Presidencia de la República, y yo propondría a la Comisión que se aceptara el voto directo en las elecciones municipales y el indirecto en las de Presidente de la República y demás autoridades federales, por la razón sencillísima de que mal puede ejercer un derecho si no conoce lo que va a hacer.

El ciudadano Piña: Pido la palabra para un hecho.

El ciudadano Presidente: Tiene usted la palabra.

Voy a sentar un hecho, señores, que es en mi concepto un poderoso argumento contra las teorías sostenidas por el señor Delegado Castellanos y por el señor Cervantes, en el sentido de que el voto debe ser indirecto.

Durante el regimen porfiriano, el voto era indirecto; el pueblo es una especie, mejor dicho, en una frase de elección designada a los electores, éstos concurrían las más de las veces a la Capital del Estado y entonces, caso que se repitió en Hermosillo, capital del Estado de Sonora, los electores eran encerrados en un corralón y ahí se les obligaba a que emitieran el voto en el sentido que convenía al Gobierno, y precisamente, decepcionado el pueblo, desencantado por la manera tan atroz de como se burlaba su voluntad expresada por medio del voto, el pueblo de la República secundó el Plan de San Luis Potosí que ofrecía hacer efectivo el voto. (Aplausos).

El ciudadano Castellanos: Pido la palabra para una pequeña aclaración.

El ciudadano Orozco: Suplico a la Presidencia se sirva decirme hasta después de cuantas aclaraciones nos va a conceder el uso de la palabra, porque yo estoy inscrito en pro.

El ciudadano Presidente: No sé qué hacer en este caso, señores, no tiene límite. (Voces: Llamar al orden a los oradores).

El ciudadano Menchaca, para una moción de orden: Suplico al señor Presidente que tenga en cuenta que los que piden la palabra para aclaraciones o para hechos, generalmente no lo hacen así, sino que hablan en pro o en contra, y como esto interrumpe la lista de los oradores le ruego llame oportunamente al orden a los que esto hacen.

El ciudadano Presidente: Yo le contesto al señor Menchaca que ya lo quisiera ver aquí. (Risas).

El ciudadano Castellanos: La aclaración que hizo el señor Soto y Gama respecto a la conquista que había hecho la revolución de 1910 referente al voto directo, diciendo que fue la única y lo más bueno que hizo la revolución, a esta aclaración le digo que si no recuerda cuántos individuos hubo de los elegidos por el pueblo que fueron nuestros verdaderos enemigos y que hubo verdaderos conflictos para evitar que esos individuos fueran a ocupar los lugares públicos para los que se les designaba, porque el partido reaccionario, el partido conservador, fue el que tuvo la mayor participación en este asunto y lo hizo valiéndose del voto directo.

Respecto a lo que dice el señor Piña que nos trae como ejemplo lo que él mismo califica que era una farsa, yo le pregunto ¿cómo nos puede servir eso de ejemplo? De manera que su ejemplo no tiene peso.

Por último, el que se hagan elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, o sea para mandatarios federales y locales, yo creo que éste es un asunto ya determinado, porque la Constitución de cada Estado habla sobre el particular diciendo en qué forma debe de hacerse; de aquí viene lo de la soberanía de los Estados que se le ha olvidado al señor Piña; y lo mismo en lo que se refiere a las elecciones federales y a los artículos constitucionales indican lo que debe hacerse sobre el particular.

El ciudadano Soto y Gama: Pido la palabra como miembro de la Comisión, para expresar dos palabras nada más que me comunicaba el señor Zubiría y Campa, diciéndome que cuando las elecciones del señor Madero, éstas se hicieron en forma indirecta, porque todavía no se reformaba la Constitución y me contaba que se presentó muchas veces este hecho que ustedes también deben haber presenciado: se presentaba un individuo en la mesa electoral a votar, le decían ¿a quién vota usted?; contestaba, por Madero; se le decía, bueno, eso para Presidente, pero para elector, ¿a quién?, pues también por el señor Madero, y no lo sacaban de ahí.

Con estos argumentos ustedes comprenderán cuál es el mejor voto, si el directo o el indirecto; y esto sucedía no porque no tuvieran confianza en un elector, porque ni lo conocían, sino porque no entendían que para nombrar un Presidente había que pasar por el conducto de otra persona.

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Montaño.

El ciudadano Ortiz: Yo pedí la palabra antes que el señor Montaño.

El ciudadano Montaño: Por un largo transcurso de tiempo hemos estado observando el sistema de voto indirecto; todos ustedes han visto cómo ha sido burlado el pueblo, cómo han sido sobornados los electores, cómo los electores han estado sujetos a consigna, cómo esos electores han burlado a los habitantes que pudieron elegirlos, cómo han pisoteado esos electores la honradez de aquellos que los eligieron; se han dejado corromper ya sea por miedo o por dinero; pero la cuestión es que nuestra democracia, que tanto hemos invocado, siempre ha sido burlada; el escamoteo electoral siempre lo hemos tenido a la orden del día y no hemos encontrado otro medio más racional en la actualidad que establecer el voto directo; de esa manera tendremos menos hombres corrompidos, porque es muy fácil corromper a un hombre pero no es fácil corromper a tantos millones de hombres.

Por tal motivo, creo que el voto directo nos dará los mejores resultados; ensayemos otro sistema nuevo; todos vosotros habéis visto que los hombres electos nunca han sido ungidos con la tan decantada soberanía, nunca han sido ungidos con el voto popular, como tanto se ha dicho, siempre esos gobernantes han sido electos por consigna, no han sido la representación genuina del pueblo; siempre a esos hombres los han comprado los déspotas, los dictadores, en todo tiempo los hombres más ambiciosos que más se dejan sobornar se han burlado del pueblo, en todo tiempo y en toda época lo han hecho y hay que poner un hasta aquí a los comediantes de fraudes electorales, hay que poner un hasta aquí a los convenencieros y hay que poner un hasta aquí a las consignas y hay que poner un hasta aquí a toda esa sarta de burlas de que ha sido víctima el pueblo, y creo que la única manera de establecer un hasta aquí a esas consignas, a esos escamoteos electorales, es precisamente el voto directo. (Aplausos).

Por tanto tiempo se ha hablado de democracia en nuestro país; pero esa democracia aquí, con múltiples dificultades, con obstáculos que casi son insuperables, con un mundo de cosas que ya nos tienen aturdidos, que el pueblo mexicano no está apto para la democracia, si el pueblo no ha podido ir a las urnas electorales, es precisamente porque en las urnas electorales han encontrado los cañones y las bayonetas; ha encontrado el pueblo que en vez de recibírsele decorosamente, como se recibe a un verdadero pueblo, se le ha recibido como a un esclavo y a ese pueblo se le ha dado de sablazos, se le ha ultrajado y por eso tenemos que lamentar la indiferencia del pueblo, porque muchas veces ese pueblo ya no va a las urnas electorales, mejor toma las armas para derrocar a los tiranos. (Aplausos).

No estoy por la idea de que sólo los que sepan leer y escribir sean los únicos que deben tomar participio en la lucha electoral en las urnas electorales, porque esto sería gozar del privilegio de ejercitar unos sus derechos políticos y otros no en materia de sufragio; no estoy conforme, porque entonces sólo se establecerían privilegios y nosotros estamos contra los privilegios; no señores, vengan aquí todos para hacer uso de sus cédulas, para depositar su voto, vengan a ejercitar sus derechos; pero no establezcamos desde ahora las castas de los privilegiados para establecer el voto; vengan acá los analfabetas, los últimos campesinos de nuestros cerros, vengan todos los que se nombren hijos de México para que tengan derecho a designar en general a los hombres que puedan regir los destinos de su pueblo, los destinos de la Patria. (Aplausos).

Por cuánto tiempo, señores, hemos lamentado nosotros que no podamos ver esa democracia que hizo feliz a Roma y por la que se elevó a la categoría de República llegando a ser la señora del mundo entero; y nosotros todavía estamos poniendo obstáculos a la democracia; nombramos a cada momento la soberanía de los Estados, la soberanía del pueblo y nosotros somos los primeros en burlarla, nosotros somos los primeros en violarla; ponemos obstáculos a la democracia cuando si en México existiese la soberanía, sería el pueblo rey; cuando establezcamos la soberanía de los Estados, cuando a los hombres no se les pongan obstáculos para votar, entonces ese pueblo será grande y poderoso, como la fue Roma y como lo fue Grecia. (Aplausos).

Entiendo, señores Delegados, que en la conciencia de todos está que es más fácil corromper a un hombre que a muchos; a un hombre se le corrompe, como se ha visto con los electores ya por el dinero, ya por una copa de champagne, ya por un banquete, ya por una tamalada, ya por un taco de mole de guajolote. (Aplausos). En lo sucesivo, señores Delegados, pongamos un hasta aquí, establezcamos el voto directo; el pueblo no se engaña, mentira que se engaña cuando se le deje verdadera libertad para que venga a ejercitar su voto; porque sabe, porque comprende quienes son capaces de redimirlo y quienes son capaces de explotarlo, de encadenarlo, quienes son capaces de colocarle la cerviz en el yugo dominador del tirano; pero el pueblo no se equivoca, cuando tenga positiva libertad el pueblo tendrá el suficiente tacto para elegir sus gobernantes; todos vosotros, en la conciencia de todos vosotros existe, señores Delegados, que por tanto tiempo el pueblo ha pretendido ejercitar sus derechos; pero ¿cómo se le ha recibido en las urnas electorales, cómo se le ha burlado en los colegios electorales? De la manera más fatal y soberbia. ¿Cuándo ha resultado entre nosotros un gobernante electo verdaderamente por el pueblo, cuándo, señores? El único Presidente que yo tuve la honra, como todos vosotros la tuvisteis, de elegir, fue Francisco I. Madero. (Aplausos).

Confesemos la verdad histórica, no nos hagamos ilusiones; he dicho que sólo un hombre he contemplado en mi vida política, todos los demás se han impuesto, todos los demás se han impuesto por medio de la compra, del soborno; al pueblo se le ha humillado, al pueblo se le ha amagado y ese pueblo hasta ahora no puede ejercitar sus derechos. Si queremos verdadera soberanía si queremos verdadera democracia, como tanto se nos ha cantado en distintos tonos, pero que no sea una pseudodemocracia, esa soberanía ha sido una pseudosoberanía; hagámosla efectiva todos, todos debemos hacer un impulso poderoso; pero no vengamos a establecer restricciones para el pueblo, démosle libertades al pueblo y de esa manera ese pueblo verdaderamente irá a votar a las urnas electorales, de esa manera al pueblo no se le engañará cuando tenga libertad, cuando tenga luz, cuando tenga civilización, porque todos vosotros estaréis convencidos de que al pueblo se le ha negado la luz de la civilización y una vez que se le ha negado, ahora queréis ponerle cortapisas, a él que no tiene luz para que vaya a votar, ¿ahora vamos a establecer una casta privilegiada que sea la única que vaya a votar? Creo que no, señores, yo soy partidario de los campesinos, porque pertenezco a la última clase del pueblo; en mí encontrarán, señores, la convicción de que yo no permitiré desde ahora como creo que no permitirán todos los hijos de México de que se arrumben las masas que no han podido aprender a leer y escribir; pero que desde el momento en que tenga las garantías suficientes para votar, ese pueblo, aunque sea inconsciente sabrá perfectamente elegir a sus gobernantes y podrá salvarse de los déspotas.

Creo yo, señores, que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, pero también debo afirmar que si vosotros halláis a los campesinos que no saben leer ni escribir, si vosotros orillais a todas las masas inconcientes de nuestra República, desde ese momento vamos a establecer los privilegios, y yo voto contra los privilegios; yo quiero la positiva soberanía del pueblo y una vez que tengamos la soberanía del pueblo, les daremos la positiva libertad. De otra manera, aunque se diga que tenemos libertades, la verdad es que sólo existirá el yugo para el pueblo. Que se hable alto y claro, pero no establezcamos castas de ninguna naturaleza, no establezcamos que la aristocracia pueda gobernar en México; todo lo contrario, debe gobernar el pueblo sin distinción de clases; porque todos tenemos una gran aspiración, un gran impulso, una ansia grande y poderosa de ser libres y de redimir al pueblo del despotismo, dándole la verdadera corona de la libertad. (Aplausos).

El ciudadano Velázquez, en contra: Señores Delegados:

Estoy de acuerdo completamente en que el voto sea directo, pero insisto otra vez en que debe ser obligatorio. Había dicho anteriormente en una aclaración al señor Cervantes, que el artículo 36 constitucional señala como una obligación el voto y voy a probarlo. El Artículo 36 dice: (Insértese).

Ahora, el comentarista agrega:

Ya que nosotros hemos procurado que se haga efectivo el sufragio, uno de los medios que podemos encontrar para hacerlo efectivo es hacerlo obligatorio, de la misma manera, como antes decía, que se ha hecho la instrucción obligatoria.

Por lo que toca al voto directo, estoy enteramente de acuerdo con él y de ninguna manera con mi compañero el señor Marines Valero que quiere que un nuevo Papa venga a declarar a los indios de razón; porque dice que los indios son un atajo de animales, esa gente que por culpa nuestra, por culpa de las clases directivas ha estado en el obscurantismo. No señor, no es que le falte razón ni inteligencia suficiente para comprender quienes pueden hacerlo bien o mal y como prueba efectiva de este aserto está la de que en la actual contienda armada ha tomado una participación que, sin ella, nada hubiera podido hacer lo que se llama clase media o clase directora. Esto es todo. (Voces: muy bien).

El ciudadano Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ortiz, en pro.

El ciudadano Nieto, para una moción de orden: Le suplico a la Secretaría que informe si ya han hablado tres oradores en pro y otros tres en contra, y si fuere así que pregunte si está suficientemente discutido.

El ciudadano Presidente: Es el último orador que va a hacer uso de la palabra.

El ciudadano Ortiz: Hago uso de la palabra con el objeto de sostener el artículo a discusión. Daríamos una prueba de grandísima ingratitud al pueblo que nos está ayudando a luchar (voces: no se oye), si elimináramos al pueblo de votar, nos diría con mucha razón, sólo cuando se nos llama a los combates entonces sí somos capaces; aquí parece que se pretende que vengamos a predicar las teorías porfirianas, en aquella época se decía que el pueblo no estaba apto para la democracia, que no era digno ni capaz de elegir a sus mandatarios, ni mucho menos saber quienes eran útiles y quienes no; por consiguiente, yo sostengo que el voto debe ser directo, porque de lo contrario, vuelvo a decir, que sería una prueba de ingratitud que daríamos al pueblo, porque Limantour sólo supo que el pueblo era suficiente y competente para llevarlo de leva al ejército, para consignarlo a las armas; pero para el voto no era capaz; nosotros estamos predicando la libertad, estamos llevando a cabo la justicia y queremos hacer beneficios al pueblo; debemos aceptar, señores Delegados, el voto directo, porque de otro modo nos encontraremos en el caso de hacer una injusticia a los soldados que están en el campo de batalla luchando por la libertad. (Aplausos).

El ciudadano Zepeda: Pido la palabra para una aclaración.

El ciudadano Soto y Gama: Para una moción de orden. Que se pregunte si está suficientemente discutido el punto.

El ciudadano Pérez Taylor: Yo había pedido la palabra con anterioridad.

El ciudadano Soto y Gama: Si lo hace uno, tienen derecho de hacerlo otro y otro y nunca se acaba.

El ciudadano Pérez Taylor: Es para una aclaración de estadística, ciudadano Presidente, breve, concisa.

El ciudadano Secretario: La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a los ciudadanos Delegados, si consideran suficientemente discutido el artículo. (Voces: no, no, sí, sí).

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. Está a votación el artículo 11 que dice ... (Insértese). Los que lo aprueben, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. (Aplausos).