Indice de la edición cibernética ¿Qué es el anarquismo? de Federica Montseny | Presentación de Chantal López y Omar Cortes | Segunda parte | Biblioteca Virtual Antorcha |
---|
¿Qué es el anarquismo?
Federica Montseny
PRIMERA PARTE
BREVE INTRODUCCIÓN AL TEMA La Enciclopedia Quillet, en una de sus ediciones, define así al anarquismo: Sistema político y filosófico, basado en el ideal de una sociedad sin gobierno. La palabra anarquía deriva del griego AN -no- y ARKIA -gobierno. Sin embargo, de una manera deliberada, se ha generalizado otra acepción del vocablo. Anarquía es hoy sinónimo de desorden, de caos. Anárquico es interpretado como algo desordenado, caótico. El anarquismo jamás es definido como Ideal de una sociedad sin gobierno, sino como un movimiento compuesto por Individuos violentos, propensos a utilizar, en todo momento, del terror, de la intimidación para imponerse en la sociedad y para entablar la lucha con sus adversarios, El anarquismo ha sido dlfamado, deformado y calumniado con igual unanimidad por conservadores y 'por comunistas. No obstante, nadie puede negar las bases científicas y filosóficas del anarquismo. Sus teóricos más eminentes han sido hombres de ciencia como el príncipe Pedro Kropotkin, el geógrafo Eliseo Reclus. el economista Domela Nievehuis, el pensador Rudolf Rocker, el historiador Max Nettlau. El estudio de las sociedades primitivas y de la evolución de la especie, llevó a Kropotkin y a Reclus a la conclusión de los efectos nocivos del Estado, que en lugar de ejercer función de árbitro y regulador de las relaciones sociales, se convirtió universalmente y a lo largo de sus múltiples transformaciones, en defensor de los intereses creados por los que lo detentaban y por los que habían confiscado los bienes de la colectividad en beneficio propio. Es decir, lo que lanzaran como grandes Iíneas políticas y filosóficas Proudhon y Bakunin, lo iluminaron con la luz de sus estudios y de su experiencia científica los hombres que continuaron y ampliaron su obra. El anarquismo es, pues, una doctrina social basada en la libertad del hombre, en el pacto o libre acuerdo de éste con sus semejantes y en la organización de una sociedad en la que no deben existir clases ni intereses privados, ni leyes coercitivas de ninguna especie. El hombre, movido por sus dos instintos paralelos, el egoísmo y el altruismo, que con él nacen y en él viven, sin imposiciones ni educaciones destinadas a domlnarlo y a malearlo, sabrá, por egoísmo, ponerse de acuerdo con los demás hombres, para facilitar su trabajo, su defensa y el medio en que debe desenvolverse, y, por altruismo, sabrá aportar su apoyo solidario a los más débiles y desvalidos. Sin caer en el infantilismo roussonlano, el anarquismo ha creído en el hombre y ha considerado que si se producían anormalidades fisiológicas, determinadas por la herencia o por malformaciones congenltales, la ciencia, la medicina estaban ahí para curarlo, para remediarlas. Un pensador anarquista argentino, Rafael Barret, definió con estas palabras profundas la posición de los anarqulstas en este sentido: La maldad es cosa de enfermos. Un hombre normalmente constituido, en posesión de todas sus facultades, sano, libre, con todos los medios a su alcance para vivir feliz, no será malo y buscará la sociedad de sus semejantes. ya que el hombre, como especie, es sociable, necesita la compañía de los demás hombres para desarrollarse y vivir armoniosamente. Para el anarquismo, sin embargo, la sociedad no puede ser y no debe ser sinónimo de esclavitud, de uniformidad ni de promiscuidad. Los derechos del individuo a la soledad, si así lo desea, al trabajo solitario, si sus inclinaciones a ello le llevan, son siempre reconocidos. La base del anarquismo es el hombre, sus derechos inalienables, el pacto libre con los demás hombres y la organización de una sociedad donde esos derechos estén garantizados por el conjunto armonioso de todos los hombres reunidos. Pi y Margall, que, sin ser específicamente anarquista, tantas ideas libertarias expresara en su obra, definió muy bien los límites únicos que tiene el ejercicio de la libertad individual, tal como la conciben los anarquistas: La libertad de uno termina donde empieza la libertad de otro. A lo largo de este opúsculo iremos exponiendo las diversas fórmulas prácticas de organización social, ideadas por los anarquistas y expuestas, sea en escritos redactados por sus teóricos, sea en acuerdos tomados en los diversos Congresos en que el tema de la organización de la vida en una sociedad liberada del Estado pensaron los anarqulstas. Porque, contra lo que piensa el vulgo mal informado, nadie se preocupó tanto de los aspectos prácticos de la organización del mundo, después de la revolución social que debería terminar con la existencia del Estado y establecer las líneas generales de la sociedad futura, como los anarquistas. Los teóricos marxistas, atrincherados en la teoría del Estado en manos de la clase trabajadora o de las minorías dirigentes, rara vez abordaron el tema. Nosotros no sólo lo abordamos, sino que nos esforzamos en resolverlo, como se verá más adelante. ORIGEN Y DESARROLLO DEL ANARQUISMO Es evidente que la teoría anarquista no surgió de' una pieza, armada y presta a formularse, de una sola cabeza. Hasta llegar a la formulación de un Godwin, de un Proudhon, a la tesis polémica de un Bakunin, pasó por un largo período de maduración que se extiende desde los filósofos griegos, el pensamiento chino de Lao Tsé hasta nuestros días, pasando por la Edad Media, el Siglo de Oro español, el Renacimiento italiano, la Revolución francesa, sin olvidar las agitaciones sociales del siglo XIX en Rusia, Italia, España, Francia, Alemania y la aportación de los economistas ingleses. Sócrates, Heráclito, Demócrito, Epicuro (Véase, haciendo click aquí, Epicuro, Textos, México, primera edición cibernética, febrero de 2004, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Epicteto, Diógenes, Platón (Véase, haciendo click aquí, Platón, La República, México, primera edición cibernética, julio de 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Aristóteles, en el conjunto de su concepción filosófica aparecen Ideas sobre el hombre, la vida, las pasiones, la sociedad, en las que hay atisbos de crítica común a lo que más tarde debía ser pensamiento anarquista. En los primeros apóstoles del cristianismo, así como en Jesús, tal como nos lo muestran los pensadores que lo han estudiado como revolucionario y como hombre, las formulaciones aparecen aún más claras. En la propia Edad Media, calificada como período de máximo obscurantismo, fueron numerosos los pensadores que expusieron teorías audaces, demoledoras, socialmente hablando. En nuestro Siglo de Oro, el pensamiento ya se afina y se perfila. Baste sólo recordar el Discurso a los pastores del inmortal Cervantes. Rabelais, Montaigne, Restif de la Bretonne, aportaron ya ideas concretas. El Haz lo que quieras rabelaisiano, inscrito en el pórtico de la abadía de Theleme, es todo un poema y todo un programa. En las Utopías aparecidas por esa época -La Ciudad del Sol (Véase, haciendo click aquí, Campanella, Tomaso, La ciudad del sol, México, primera edición cibernética, agosto de 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), de Campanella y la Utopía (Véase, haciendo click aquí, Moro, Tomás, Utopía, México, quinta edición cibernética, septiembre del 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), de Tomás Moro- por el contrario, la obsesión autoritaria aparece muy presente. Pero, en cambio, en obras literarias del Renacimiento italiano, y sobre todo en las personas y el pensamiento de algunos de sus hombres -Vanini, Leonardo de Vinci, Giordano Bruno, Miguel Servet, Luis Vives, San Juan de la Cruz, por no citar más que algunos- se muestran las aspiraciones a la libertad, la concepción de un hombre en plena posesión de sus derechos individuales y deseando la justicia, la igualdad, la fraternidad sobre la tierra. Pero es en el siglo XVIII, antes y durante la Revolución francesa, como las ideas más definidamente libertarias florecen y se manifiestan. Los llamados enciclopedistas y los hombres que prepararon en las conciencias la Revolución, llevaban ya en ellos las fórmulas que más tarde expresaran con mayor coordinación y fuerza, Proudhon en Francia, Pi y Margall en España. La aparición del famoso libro de Godwin Investigación sobre la justicia política y de la primera Declaración de los Derechos del Hombre de Paine, son ya considerados formando parte de los clásicos del anarquismo. En ellos, y en Coeurderoy, Rousseau, La Boetie, Bellegarrigue y Dejacques (Véase, Haciendo click aquí, Nettlau, Max, La anarquía a través de los tiempos, Biblioteca Virtual Antorcha, México, Cuarta edición cibernética, enero de 2003, Captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), encontraron Proudhon y Bakunin principios y críticas por ellos ampliados y profundizados. En, los años II, III y IV de la Revolución francesa, cuando se escribe y se pronuncia por primera vez la palabra anarquistas, como sinónimo de hombres con un pensamiento social y político revolucionario. El grupo de Los Iguales (Véase, haciendo click aquí, Babeuf, Graco, El manifiesto de los plebeyos y otros escritos, México, primera edición cibernética, junio de 2005, Biblioteca Virtual Antorcha. captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Babeuf y sus amigos, fueron calificados de anarquistas. Hubo incluso un joven barón alemán, Clotz, subyugado -por los principios de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución, que los hizo suyos y que transformó su nombre patronímico conviretiéndolo en Anarchasis. No es posible tampoco pasar sin citar la aportación al anarquismo de los individualistas americanos, sobre todo de Thoreau (Véase, haciendo click aquí, Thoreau, Henry David, Desobediencia civil, México, primera edición cibernética, septiembre de 2003, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Mackay, Tucker y Warren, que tanto contribuyeron a la evolución de la literatura y del pensamiento americano. No hay que olvidar que en un momento dado, hasta políticos como Jefferson, sintieron simpatía por el anarquismo. Ello explica el auge obtenido en Estados Unidos por el Movimiento libertario, que llevó a la burguesía americana a buscar el pretexto para destruir la serie de organizaciones de grupos y de periódicos que existían en U.S.A. en los años 1880. El pretexto fue la huelga en la fábrica MacCormick de Chicago, la bomba arrojada contra la policía, obra probablemente de un agente provocador, el arresto y condena a muerte de los mártires de Chicago (Véase, haciendo click aquí, Mella, Ricardo, Los mártires de Chicago, México, segunda edición cibernética, agosto de 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés) que dio origen al 1° de Mayo en 1886. Figura señera del movimiento y de la literatura anarquista americana fue una mujer, muerta desgraciadainente muy pronto, Voltaire de Cleyre, hija de
emigrados franceses y cuyo aporte como escritora y como poetisa es inestimable. En otro capítulo de este estudio, al tratar del anarquismo internacional desde la Revolución rusa de 1917 a la Revolución española de 1936, hablaremos de otra mujer excepcional, Emma Goldman (Véase, haciendo click aquí, Goldman, Emma, La hipocresía del puritanismo y otros ensayos, México, primera edición cibernética, abril de 2003, selección, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés). Aunque de origen ruso, la mayor parte de la vida de Emma Goldman y del que fue su compañero, Alejandro Berkman, transcurrió en Norteamérica. En Estados Unidos, como obra extraordinaria y perdurable, se citará siempre lo que fueron las joyas tipográficas, realizadas por un hombre que editó con amor y arte exquisito diferentes obras maestras de la literatura libertaria universal y singularmente de Thoreau, Kropotkin, Reclus y Voltairine de Cleyre: Joseph Ishill, fundador de la célebre colección Prensa de la Oropéndola. Nettlau lo admiraba profundamente y a la obra de Ishill dedicó un escrito. Tampoco puede desdeñarse la aportación de los individualistas alemanes como Max Stirner, Nietzsche. Del primero citemos El Único y su Propiedad (Véase, haciendo click aquí, Stirner, Max, El único y su propiedad, México, tercera edición cibernética, enero del 2003, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), y del segundo El Anticristo (Véase, haciendo click aquí, Nietzsche, Fedrico, El anticristo, México, segunda edición cibernética, agosto de 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Así hablaba Zarathustra, Genealogía de la Moral, La Gaya Ciencia, etc., que tanta influencia tuvieron entre la juventud de fines del siglo XIX y principios del XX. Pero sería injusto olvidar lo que aportaron a las ideas libertarias, la obra y la acción de hombres como Juan Most, Gustavo Landauer (Véase, haciendo click aquí, Landauer, Gustav, Incitación al socialismo, México, primera edición cibernética, septiembre de 2005, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Rudolf Rocker (Véase, haciendo click aquí, Rocker, Rudolf, Nacionalismo y cultura, México, primera edición cibernética, marzo de 2007, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Max Nettlau, el austriaco Pierre Ramus y Fritz Kater, primer secretario de la Asociación Internacional de los Trabajadores, fiel a la línea bakuniniana, reconstruida en Berlín en 1922 y que pese a los múltiples avatares y persecuciones sufridas por las sindicales que la integran en los diversos países, la mayor parte caídos bajo regímenes de dictadura, aún existe. Inglaterra fue, como Suiza, lugar de refugio, a últimos del siglo XIX, de perseguidos políticos. Allí fueron a parar Malatesta huyendo de Italia, Kropotkin, expulsado de Suiza y de Francia, Fernando Tarrida del Mármol, ingeniero y anarquista español, expulsado de España. Todos estos hombres aportaron al movimiento anarquista inglés y a la cultura británica en general contribuciones valiosas. Buena parte de la producción literaria de Kropotkin, así como Tarrida del Mármol, apareció en la famosa Nineteenth Century, la célebre revista científica que fue exponente de las más audaces teorías. Pero cabe recordar que Godwin y su Investigación sobre la justicia política (Véase, haciendo click aquí, Godwin, William, Investigación acerca de la justicia política, México, primera edición cibernética, octubre de 2005, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), están en los orígenes del anarquismo; que Darwin, con su teoría de la evolución de las especies, y Herbert Spencer, con su El Hombre contra el Estado (Véase, haciendo aquí, Spencer, Herbert, El individuo contra el Estado, México, primera edición cibernética, abril de 2005, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), sin ser anarquistas, verificaron y dieron base a numerosas afirmaciones libertarias. Es en inglés donde se editó, por primera vez, lo que consideramos obra fundamental de Kropotkin, Ética: Origen y evolución de la moral (Véase, haciendo click aquí, Kropotkin, Pedro, Origen y evolución de la moral, México, primera edición cibernética, mayo de 2003, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés). Sin calificarse específicamente de anarquistas, hubo hombres, como el poeta Shelley, primero, y el escritor William Morris, después, que expusieron ideas completamente libertarias y que nosotros consideramos como poetas y pensadores tan estrechamente emparentados con el anarquismo como lo fue Guyau (Véase, haciendo click aquí, Guyau, Jean-Marie Esbozos de una moral sin sanción ni obligación, México, segunda edición cibernética, enero de 2003, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), en Francia. Tampoco es posible desdeñar el aporte de los economistas, como Stuart Mili y Henry James, entre muchos otros, cuya crítica y cuyo análisis fueron importantes y sirvieron de base a mucha argumentación libertaria. En el terreno que nos es propio, la obra realizada por la revista Freedom llena varios años de actividades del movimiento libertario en Gran Bretaña. En Bélgica, durante un período agitado de luchas políticas en Francia y en Alemania, se reencontraron llí también muchos hombres perseguidos por los gobiernos de los países en que nacieron o que, por oposición a los regímenes allí establecidos, en Bruselas buscaron asilo. Aparte el más conocido e ilustre de estos emigrados, Victor Hugo, no hay que olvidar la parte activa que tuvo en la creación y funcionamiento de la llamada Universidad Libre de Bruselas, nuestro compañero Ellseo Reclus (Véase, haciendo click aquí, Reclus, Eliseo, Evolución revolución y anarquismo, México, primera edición cibernética, agosto de 2005, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), profesor en ella. Naturales de Bélgica y figuras destacadas e insignes, cabe citar los nombres del filósofo Paul Gille, autor de La gran metamorfosis y del publicista Ernestan, cuyos escritos, de una limpidez y una elegancia de estilo inimitables, continúan siendo de actualidad permanente. Más cerca de nosotros, tampoco es desdeñable la obra realizada por Hem Day y sus cuadernos Pensamiento y acción. En Holanda, una figura lo domina todo y ella so!a basta para que el nombre de los Países Bajos ocupe lugar predilecto en este pequeño recuento de figuras libertarias: el de Domela Niewenhuis, uno de los pocos anarquistas que poseé un monumento público. La estatua de Domela domina el puerto de Amsterdam y dice el grado de influencia y el enorme prestigio adquirido por este hombre, uno de los mejores y más profundos pensadores anarquistas. Bakunin tuvo en Holanda amigos fieles, que le ayudaron en su combate, como César de Paepe, que apoyó la actitud de su compañero en sus luchas contra Marx, que no vaciló en calificar a Miguel Bakunin de agente del zarismo. Tal infamia ha sido recogida por discípulos de Marx, cuando de atacar y de difamar a los anarquistas se ha tratado. En Rusia el nihilismo fue poco a poco adquiriendo fisionomía ideológica. Primero fue un movimiento de protesta y de acción contra los abusos y atrocidades del zarismo. Por ejemplo, los llamados deciembristas no tenían características ideológicas muy definidas. Estaban movidos por un espíritu de justicia y por la vaga influencia del hegelianismo, pero aún no habían llegado a conclusión alguna. En ese ambiente de agitación casi mística se forjó el joven Bakunin y, con él, los primeros socialistas revolucionarios que, más tarde, se definieron como anarquistas. Fue asimismo en ese clima de luchas, de persecuciones, de sacrificios y de actos individuales desesperados, como se formaron, surgieron e irradiaron hacia el mundo, el anarquismo científico del príncipe Pedro Kropotkin y el anarquismo cristiano del conde Leon Tolstoy (Véase, haciendo click aquí, Tolstoi, Leon, Cristianismo y anarquismo, México, cuarta edición cibernética, enero de 2003, Biblioteca Virtual Antorcha, selección, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés). Hay países en donde las ideas libertarias adquirieron más rápidamente influencia y difusión. En Francia, después de La Commune. se produjo un período de enorme actividad anarquista. Figuras como la de Luisa Michel, Sebastián Faure, Carlos Malato, Juan Grave (Véase, haciendo click aquí, Grave, Jean, La sociedad moribunda y la anarquía, México, primera edición cibernética, octubre de 2009, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés) y tantos otros que sucedieron a los Reclus y demás pensadores que, a su vez, habían ampliado y definido el pensamiento proudhoniano, crearon periódicos, revistas y, unidos a los obreros sIndicalistas revolucionarios como Pataud, Pouget (Véase, haciendo click aquí, Pouget, Emile, El sabotaje, México, primera edición cibernética, enero de 2004, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Pelloutier (Véase, haciendo click aquí, Pelloutier, Fernand, Historia de las Bolsas del Trabajo, México, primera edición cibernética, diciembre de 2004, Biblioteca Vortual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Grifuelhes, etc., constituyeron en 1905 la C.G.T. Señalemos, para ilustración de los lectores, que de ese período del anarquismo en Francia, extraordinariamente rico, en el que florecieron numerosas revistas, como Le Temps Nouveaux, fundada por Kropotkin y continuada por Grave y en que nació Le Libertaire, fundado por Luisa Michel y Sebastián Faure, la historia general apenas hace referencia. Lo que de él retiene, son los nombres de los que realizaron actos de terror, movidos por la desesperación y guiados por las reacciones de sus temperamentos. Se cita a Vaillant, a Emilio Henry, a Ravachol (Véase, haciendo aquí, Lombroso, César, Los anarquistas, México, segunda edición cibernética, septiembre de 2006, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés); pero no se habla de Reclus, de Kropotkin, de Jean-Marie Guyau, estrechamente emparentados con el anarquismo y tantos otros. Se citan los actos de Ravachol, pero no se dice que en aquellos tiempos aparecieron obras fundamentales como El Hombre y la Tierra y la Geografía Universal de los hermanos Reclus, La Conquista del Pan (Véase, haciendo click aquí, Kropotkin, Pedro, La conquista del pan, México, primera edición cibernética, noviembre 2011, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), El Apoyo Mutuo, Campos, fábricas y talleres de Kropotkln, Ensayo sobre una moral sin obliqación ni sanción, La irreligión del porvenir, El Arte desde el punto de vista sociológico, de Guyau, La sociedad moribunda y la anarquía