Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 12 de junio de 1915 Sesión del 14 de junio de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 13 DE JUNIO DE 1915

Presidencia del C. Doctor Alfredo Cuaron

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 14 de junio de 1915)


En la sesión celebrada ayer tarde por la Soberana Convención, se aprobó el dictamen de la Comisión suplente de Relaciones, acerca del espíritu que debe informar la contestación del Gobierno Convencionista a la nota enviada por los Estados Unidos, y que contiene las declaraciones del Presidente Wilson con respecto a los asuntos de México.

El dictamen, después de las modificaciones acordadas en el curso del debate, quedó redactado y aprobado en los siguientes términos:

A la -Comisión que suscribe pasó para su estudio la nota del Excelentísimo señor J. M. Cardoso de Oliveira, que transcribe las declaraciones dadas a conocer por el Presidente Wilson el día dos del presente mes, y en cumplimiento de tal acuerdo hemos procedido al estudio de los documentos y antecedentes relativos, tomando asimismo en consideración los proyectos de respuesta formulados por los ciudadanos delegados Piña y Cervantes.

La Comisión estima que en tesis general, la respuesta a dichas declaraciones debe ser en forma semejante a la que aquellas revistieron y seguir para su publicidad procedimiento análogo al que empleó la Cancilleria Americana. En tal concepto, la Comisión ha procurado alcanzar una forma sencilla y concisa, y en esta virtud.

Considerando primero, que el Gobierno Convencionista no recibió una nota directa del Gobierno de Wáshington sino que el Presidente Wilson emitió las declaraciones ya conocidas, y que fueron transmitidas por el señor Bryan al Encargado de Negocios del Brasil en México, con instrucciones de darlas a conocer a las Autoridades de esta ciudad;

Considerando segundo, que el tono que predomina en la mayor parte de dichas declaraciones es de la más afectuosa cordialidad;

Considerando tercero, que la historia y el espíritu de la facción Convencionista parecen ignorarse en dichas declaraciones;

Considerando cuarto, que el Gobierno Convencionista, según consta por las reiteradas invitaciones de unificación que el Encargado del Poder Ejecutivo González Garza, y el nuevo Encargado de dicho Poder, Lic. Lagos Cházaro, han dirigido al general Venustiano Carranza y a todos los jefes levantados en armas excitándolos patrióticamente a un armisticio que sea preliminar de un definitivo pacto de unión, no han tenido todavía contestación alguna;

Considerando quinto, que al final de las declaraciones del expresado Presidente Wilson, el tono y espíritu de cordialidad se rompe bruscamente con un concepto que contrasta con los pensamientos del mismo Presidente, quien reconoce no tener derecho para resolver los asuntos de México, la Comisión tiene el honor de someter a la aprobación de la Honorable Asamblea las siguientes

PROPOSICIONES

I. Facúltese al ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo, para que en nombre del Gobierno Convencionista haga públicas las declaraciones cuyo espíritu se delineará a continuación, pasando atentamente copia de ellas al Ministro del Brasil y Encargado de los intereses americanos, con la súplica de que se sirva darlas a conocer al Gobierno de Wáshington.

II. Si las condiciones actuales del país aparecen ante el Gobierno americano como angustiosas, es, no porque obedecen a circunstancias peculiares nuestras, sino al estado de Revolución en que nos encontramos, y por el cual, indudablemente, han pasado todos los pueblos, constituyendo una etapa dolorosa pero necesaria para su progreso, cuando las instituciones vigentes en un momento dado llegan a ser un obstáculo para esa evolución.

III. Explíquese el origen, desarrollo y tendencias del Gobierno Convencionista, atendiendo a su carácter impersonal, representativo, democrático y muy francamente unionista, haciendo constar que aquéllos que se segregaron de él son quienes sostienen la facción disidente personalísta.

IV. Que si por un evento desgraciado las nobles intenciones y esfuerzos múltiples del Gobierno Convencionista en pro de la unificación, esfuerzos comprobados con las repetidas invitaciones dirigidas a todos los jefes disidentes, no llegaran a producir la tan anhelada unificación de cuantos lucharon contra la usurpación, este Gobierno no podrá ser considerado como responsable de la continuación de la guerra.

V. Este Gobierno está de tal manera interesado en el restablecimiento de una administración regular, que sólo espera la unificación de todas las facciones para hacer efectivas las reformas que constituyen la finalidad de la Revolución; y de esa manera, como consecuencia inmediata, sobrevenga naturalmente el imperio de la Constitución de la República, ya reformada.

VI. Ante la declaración de que en el caso de que no podamos los mexicanos arreglar nuestras diferencias dentro de un plazo muy corto, el Gobierno de la Unión Americana se vería forzado a decidir qué medios deberá emplear para lograrlo, el Gobierno Convencionista no puede comprender cómo el Presidente Wilson hace la declaración previa en su misma nota, de que los Estados Unidos no desean ni pretenden tener ningún derecho para resolver los asuntos de México, y a mayor abundamiento, el mismo Jefe de la Nación Americana declaró categóricamente en lndianápolis lo siguiente: Tengo orgullo en pertenecer a una nación poderosa, que dice: Este país (México), al que nosotros podríamos aplastar, tendrá tanta libertad en sus asuntos como la que nosotros tenemos; si yo soy fuerte, me avergüenzo de intimar al débil; en proporción con mi fuerza, mi orgullo consiste en mantener esa fuerza libre y no en oprimir con ella a otro pueblo.

Si contrariamente a la interpretación que en el sentido más amistoso da el Gobierno Convencionista a las declaraciones del Presidente Wilson, la parte final de éstas significará una negación de la simpatía instintiva y generosamente demostrada a la Revolución Mexicana, y significará también presión o amenaza, el Gobierno Convencionista, aun abrigando la conciencia de su sacrificio, sabría sostener la dignidad del pueblo mexicano.

Por lo demás, seguimos conceptuando que la idea general del Gobierno de los Estados Unidos, es ayudar amigablemente al pueblo mexicano a terminar esta lucha fratricida, lo cual será para el mayor bien de la patria.

ECONOMICO

Dígase al ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo, que es de manifestarse al Ministro del Brasil, nuestro cordial agradecimiento por sus buenos oficios, encaminados a resolver dignamente el actual conflicto.

LA SESION

A la hora reglamentaria, la Secretaría pasó lista de asistencia y el vicepresidente Cuarón declaró abierta la sesión. Se aprobó el acta de la anterior, sin debate, y en seguida se puso a discusión el dictamen de la Comisión de Relaciones.

El delegado Zubiría y Campa, una vez que se le concedió permiso para hablar, opinó que mejor que con razones, debía contestarse con hechos al Presidente Wilson.

Expuso su opinión acerca de la manera cómo debe interpretarse la nota, y expresó que los esfuerzos del Gobierno convencionista deben encaminarse a contrarrestar el cambio de política anunciado por Wilson. Señaló después las fuerzas poderosas que tendrán que ejercer influencia en el Presidente Wilson para orillarlo a una intervención armada; y, para evitar que los Estados Unidos lleguen a este acto, propone que la Convención nombre una Comisión que vaya a parlamentar con Carranza, ya que éste no se ha dignado contestar las excitativas que le han hecho los ciudadanos González Garza y Lagos Cházaro, con su carácter de Encargados del Ejecutivo, sucesivamente.

Samper defiende el dictamen y dice que sí debe contestarse la nota americana, siguiendo los mismos trámites adoptados por el Presidente Wilson. Los trabajos que se hayan emprendido o emprendan para lograr la unificación, no son del resorte de la Comisión de Relaciones, y por eso ésta no hace mención más que del espíritu unionista que caracteriza la Asamblea.

El delegado Pérez Taylor pronuncia un vehemente discurso, cuyos argumentos son: la unificación revolucionaria, 0 la muerte, por un lado, por el otro la política del dólar, que es causa de la caída de los Gobiernos en México, y de la situación caótica en que vivimos.

Expone su opiníón de que hay que llegar a la unidad revolucionaria a toda costa, y propone que si los carrancistas no se someten a la Convención, los convencionistas se sometan a Carranza. (Aplausos)

Se refiere después al peligro que constituye para México la estancia de Mr. Lansing como Secretario de Relaciones de los Estados Unidos, pues dicho señor Lansíng fue quien redactó y envió la nota a Obregón para que éste abandonara la ciudad de México. (Durante su peroración fue muy aplaudido)

Considerando el asunto suficientemente discutido, se pide su votación en lo general. Resulta aprobado y se pone a discusión la proposición primera en lo particular.

Sin ninguna modificación y sin debate se aprueba.

Se pone a discusión la proposición segunda.

Díaz Soto y Gama estima que debe decirse al Presidente americano que la situación actual es una consecuencia natural de la Revolución, y no reconocer que la situación es casi tan deplorable como la estima el Presidente Wilson.

Samper, como miembro de la Comisión Dictaminadora explica las causas por las cuales aparece asi redactada la proposición.

Serratos, también de la Comisión, está conforme en que se reforme la cláusula de acuerdo con las indicaciones de Díaz Soto y Gama.

Pérez Taylor cree que la modificación propuesta significaría la exhibición de las lacras de la Revolución.

Díaz Soto y Gama vuelve a hablar para reforzar sus argumentos anteriores en favor de la modificación.

El delegado González Garza es de opinión que se retire por completo dicha cláusula, puesto que lo que allí se dice debe dejarse al criterio del Ejecutivo.

Finalmente, la Asamblea concede permiso a la Comisión para que retire la proposición segunda y la presente modificada de acuerdo con el debate.

Se pasa a la discusión de la proposición tercera y se aprueba sin discusión.

Igual trámite se siguió con la cláusula cuarta.

La cláusula quinta, para la cual se inscribieron en contra varios delegados, antes de ser discutida es explicada por Samper, como miembro de la Comisión. Hace notar que el Presidente Wilson pide el restablecimiento de la Constitución.

Orozco habla en contra y cree inoportuno hablar de restablecer la Constitución, cuando aún no pasamos por el período preconstitucional. Señala los diversos inconvenientes que encuentra en la redacción de la proposición a debate, y pide que se diga al Presidente Wilson la verdad acerca de las intenciones del Gobierno Convencionista.

El delegado Nieto habla en seguida. Recuerda que el supremo ideal de la Revolución, es la justicia, la ley; en suma, la Constitución.

Es necesario, -continúa el delegado Nieto- que la Revolución no se convierta en una serie de venganzas, de pillajes, sino que sea justiciera; porque los encarcelamientos sin ley son crímenes. (Aplausos)

En el Plan de Ayala se lee este lema: ¡Reforma, Libertad, Justicia y ... Ley! ¿Qué objeto tiene esa palabra entonces? Se necesita una Constitución reformada, pero Constitución al fin. ¿Por qué los del contra no quieren decir a Estados Unidos que se trata de establecer el Imperio de la Constitución? Es lo que necesitamos decirles, es la única promesa que nos salvará de la intervención. Sin justicia, ni el reparto de tierras puede efectuarse. Seguirán repartiéndose como hasta ahora: ¡los que tienen más hombres armados a sus órdenes, tendrán los latifundios más extensos! (Aplausos)

Si no quisiéramos la ley, sería una vergüenza ser revolucionario y aun ser mexicano.

Argumentan aún Briones, en favor de una mayor claridad de redacción, y Zubiría y Nieto para rectificaciones.

Soto y Gama se opone, porque dice que el anuncio de establecer la ley, hará que los carrancistas desconfíen de la Convención; que no se pueden dar en estos momentos libertades a la prensa reaccionaria y, por último, que la proposición de establecer la Constitución echa en tierra toda la obra de la Convención.

El delegado Cervantes comienza por protestar contra la Presidencia que le negó el uso de la palabra, y dice que antes que dejar de ser representante del general Angeles prefiere no ser Ministro. Ataca a Soto y Gama y a Orozco que dijeron que la ley era pedida por una sociedad contaminada de corrupción: dice que son catorce millones y medio de hombres los que piden la ley y el orden para trabajar, porque no tienen como modus vivendi la Revolución. Se refiere a la ingenua y simpática fontana de Pérez Taylor, y termina asegurando que si la Convención no suministra remedio para esta ruina de la Patria, serán los delegados justamente llamados traidores por la Historia.

El artículo quinto que se halla en la parte resolutiva del dictamen presentado por la Comisión de Relaciones es retirado para ser reformado y más tarde unánimemente aprobado tal como lo publicamos en otro lugar de este diario.

El sexto corre igual suerte, así como el económico, y después de que Díaz Soto y Gama felicita por su actividad y acierto a la Comisión de Relaciones, se levanta la sesión pública para entrar en secreta.

El secretario cita para hoy a las diez de la mañana.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 12 de junio de 1915 Sesión del 14 de junio de 1915Biblioteca Virtual Antorcha