Índice de Ensayo político sobre el reino de la Nueva España de Alejandro de HumboldtCapítulo duodécimoCapítulo décimo cuartoBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO DÉCIMO TERCERO

Rentas anuales del reino de Nueva España.- Su aumento progresivo desde el principio del siglo décimoctavo.- Fuentes de la renta pública.


Hasta aquí hemos procurado conocer las principales fuentes de la prosperidad pública. Examinaremos ahora las rentas del Estado, que se destinan a atender a los gastos del Gobierno, a la manutención de los magistrados y empleados, y a la defensa militar del territorio.

Según las antiguas leyes españolas, cada virreinato se gobierna no como un patrimonio de la corona, sino como una provincia particular. En las colonias españolas se encuentran todas las instituciones cuyo conjunto constituye un Gobierno europeo, y podrían compararse aquéllas a un sistema de Estados confederados, si los colonos no estuviesen privados de muchos derechos importantes en sus relaciones con el antiguo mundo.

La mayor parte de aquellas provincias (a las cuales los españoles no llaman colonias, sino reinos) no envían caudal ninguno neto a la tesorería general). En todas ellas, con excepción del Perú y México, los derechos y contribuciones que se perciben se consumen en gastos de la administración interior.

El producto de los ingresos de la Nueva España puede valuarse en 20.000,.000 de pesos, de los cuales 6.000,000 se envían a España, a la tesorería general.

El aumento extraordinario que se observa en esta renta pública desde principios del siglo XVIII prueba, así como el de los diezmos, los progresos de la población, la mayor actividad del comercio y el acrecentamiento de la riqueza nacional.

Las rentas del Estado, según los registros que se conservan en los archivos del virreinato y en el Tribunal Mayor de Cuentas, eran en 1712 de 3.068,400 pesos, y en 1802 ascendieron a 20.200,000.

La disminución del precio del azogue, la pragmática del comercio libre, el establecimiento de las intendencias, la organización de la renta del tabaco y otras varias medidas gubernativas, pueden considerarse como las causas de este aumento de las rentas públicas.

He aquí los principales ramos en que éstas consisten en la Nueva España:

1. Renta del producto de las minas de oro y plata: 5.500,000 pesos.
2. Real estanco del tabaco: de 4.000,000 a 4.500,000 pesos.
3. Alcabalas: cerca de 3.000,000 de pesos.
4. Producto líquido del tributo personal de los indios: 1.300,000 pesos.
5. Derecho sobre el pulque: 800,000 pesos.
6. Derecho de almojarifazgo: 500,000 pesos.
7 . Venta de indulgencias papales, o bulas de la Cruzada: 270,000 pesos.
8. Renta de correos: 250,000 pesos.
9. Real estanco de la pólvora: 150,000 pesos.
10. Renta de mesada y media anata, sobre los beneficios eclesiásticos: 100,000 pesos.
11. Estanco de naipes: 120,000 pesos.
12. Papel sellado: 80,000 pesos.
13. Estanco de juegos de gallos: 45,000 pesos.
14. Estanco de la nieve: 30,000 pesos.

El aumento del producto del tributo personal de los indios prueba un hecho muy poco conocido en Europa, y que es de gran consuelo para la humanidad, a saber, los progresos de la población india.

La costumbre singular de considerar como una regalía el derecho de vender nieve, también existía en Francia a principios del siglo XVII, y el estanco de la nieve no se suprimió en París sino porque, como el impuesto era muy crecido, hizo disminuir tan rápidamente el uso de enfriar las bebidas que la corte prefirió declarar libre el comercio de la nieve.

En México y Veracruz, que se surten de nieve del Popocatépetl y del Pico de Orizaba, no se introdujo el estanco de la nieve sino hasta el año de 1719.

Si comparamos los diversos ramos de los impuestos de que habla la obra estadística de José Antonio Villaseñor y Sánchez, publicada en México en 1746, con el rendimiento de los mismos en 1803, veremos que en cada ramo encontramos pruebas irrecusables de los progresos de la población y de la prosperidad pública.

En junto, las rentas públicas ascendieron en la primera de dichas fechas, según Villaseñor, a 3.381,880 pesos; y en 1803 montaron a 11.502,000, sin contar el estanco del tabaco, que en 1746 no existía, ni el gran aumento experimentado en el producto de los metales.

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