Índice del Epistolario revolucionario e íntimo de Ricardo Flores MagónCarta anteriorCarta siguienteBiblioteca Virtual Antorcha

Penitenciaría Federal de los Estados Unidos.

Leavenworth, Kansas.

Diciembre 28 de 1920.

Señorita Elena White.

New York, N. Y.

Mi querida camarada:

Hace un año, dos de mis más queridos amigos, Emma Goldman y Alejandro Berkman, fueron lanzados al mar porque a los mandatarios de este país, en un tiempo la tierra de la libertad y el hogar de los valientes, los consideraron incapacitados para compartir las alegrías y los dolores del pueblo norteamericano, y sobre todo demasiado libres y valientes para permitirles plantar sus tiendas sobre el suelo que la tradición confería a todos los rebeldes del mundo ... Fue aquel un momento de angustia cuando Emma y Alejandro pusieron sus pies en la cubierta del Bufford. La justicia dejó caer su brazo con la mayor desesperación. La libertad misma creyó estar bajo las garras de una pesadilla. El domicilio del nacido en país extranjero dejó de ser sagrado, y en el peso de la noche fue arrancado de los brazos de su familia y encadenado. Un aliento de tragedia y de horror envenenaba el ambiente; Torquemada rió burlonamente, y los restos mortales en Plymouth Rock enrojecieron de vergüenza ... Y ahora que recuerdo el ultraje, amontonado en un rincón de mi calabozo, medito, y medito, y medito, y me pregunto: ¿Qué objeto se persigue con estas deportaciones y encarcelamientos, y hasta linchamientos, de los que acarician un ideal diferente del que sostienen los que están en el poder? Y después de tanto pensar hasta conseguir un dolor de cabeza, no puedo encontrar más que una contestación: ¡matar el ideal! ¡Cuán lejos estamos del hombre que habitó la caverna, y, al mismo tiempo, cuán cerca también! Podemos navegar en el aire; somos capaces de platicar a través del espacio; sabemos enrolar la luz a través de un carrete y obligarla a trabajar para nosotros; hasta hemos perseguido y arrojado de los cielos a los dioses, y hemos suspendido de las estrellas la argentina hamaca de nuestros sueños, para mecernos voluptuosamente en el azul ... Sin embargo, nuestra jurisprudencia no difiere esencialmente de la fundada por un ladrón en la noche de los tiempos, al grito de: ¡Esto es mío! Toda nuestra vida social y política y nuestras relaciones internacionales gravitan alrededor del crímen consagrado como principio por la mano armada del primer ladrón que respiró sobre la Tierra ... Y así, cuando por medio de la alquimia del sufrimiento y del dolor humanos brota la flor blanca del blanco ideal de justicia, todas las fuerzas sociales, políticas e internacionales rivalizan unas con otras para arrancarla, creyendo, ¡oh, insensatos! que al hacerlo apaciguan todo el peligro que pudiera poner en riesgo la santidad del crimen, mientras dejan vivir la horrenda planta portadora de la flor divina. Por eso fue que Emma y Alejandro fueron entregados al océano hace un año; sin embargo, el sufrimiento y el dolor humanos, no han dejado de producir sus flores blancas ...

Efectivamente, si llego a dejar este infierno, escribiré un drama en inglés y te lo dedicaré, querida amiga.

¿Mi catarro? Me deja descansar dos o tres semanas y después vuelve a la carga con mayor furia, haciendo miserable mi vida.

1921 está ya a nuestros umbrales, levantando la mano para llamar a nuestras puertas. Llega cargado de dichas y de tristezas, y le pido deje a tus puertas un paquete enorme de felicidades, que dure los trescientes sesenta y cinco días seguientes, y te evite las penas que puede colocar sobre mis espaldas, porque ya estoy acostumbrado a ellas.

Con cariño para Erma y para todos los compañeros y más cariño y admiración para ti, Elena, quedo tu camarada.

Ricardo Flores Magón


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