Índice de Artículos políticos 1914 de Ricardo Flores MagónAnteriorSiguienteBiblioteca Virtual Antorcha

ARTÍCULOS POLÍTICOS 1914

Ricardo Flores Magón

Selección de Chantal López y Omar Cortés

NO MÁS GOBIERNO



Un hombre puede tener buenas irítenciones antes de ser gobernante; pero es muy difícil que las conserve al alcanzar el Poder, y es imposible que siga teniéndolas mientras es gobernante.

Para alcanzar el Poder es indispensable que el candidato entre en componendas con los enemigos de su partido, de manera de asegurar su elección, ofreciéndoles beneficios que solamente pueden ser otorgados sacrificando los ideales. Llega, pues, el hombre al Poder sin nada de lo que le valió el favor de sus conciudadanos, y dispuesto a hacer simplemente todo aquello que le asegure la permanencia en el puesto codiciado.

Si, por una mera casualidad, el hombre ha podido elevarse sin contraer compromisos con los contrarios, y, por lo mismo, conserva intactas las intenciones que tenía cuando ofreció hacer el bíen del pueblo, esas intenciones morirán en su pecho una por una antes de comenzar a ponerlas en práctica. Una vez en el Poder se verá rodeado de individuos poderosos por su riqueza, su influencia, su talento, su sabiduría, y por políticos astutos que saben darse maña para estar bien con todos los Gobiernos, hombres que van al sol que nace, dispuestos a cambiar de chaqueta todos los días, si es necesario, para sus fines egoístas.

En un medio así, el hombre que antes se codeaba con el pueblo, lo olvida; mareado por el incienso de los aduladores, agasajado por hombres distinguidos y mujeres de alto rango social, en contacto continuo con diplomáticos y demás polilla dorada de la política internacional, llega a creer que es un hombre mejor que los demás hombres, se siente superior o se hace tirano como cualquier otro gobernante.

Los proyectos que tenía en la cabeza para librar de la tiranía al pueblo le sirven de risa, los considera irrealizables, atentatorios a los derechos adquiridos, monstruosos, criminales. Es que una nueva manera de ver las cosas se desarrolla en él. Antes veía las cosas de abajo para arriba: ahora ve las cosas de arriba para abajo. Su psicología es distinta; antes sentía y pensaba como parte integrante de la gran masa que compone la nación: ahora se siente desligado de esa masa, se ve sobre esa masa, se cree mejor que esa masa, se imagina superior a esa masa.

Como ya no está en contacto con el pueblo, no ve en él sino el rebaño que hay que arrear, al atajo que hay que hacer marchar por los caminos trillados que antes combatiera con todas sus fuerzas y todas sus energías. Sus nuevos amigos le parecen mejores, puesto que le proporcionan una suma mayor de placeres y de refinamientos que hacen amable y dulce la vida.

La Historia no registra en sus páginas el nombre de un gobernante que seriamente se haya preocupado por salvar al pueblo de la miseria y de la tiranía, y la historia de la humanidad cuenta ya varios miles de años. Por ella sabemos que el gobernante, el rico y el sacerdote de cualquier religión han sido los aliados inseparables, confabulados en todos los tiempos para tener al pueblo en la esclavitud.

No nos hagamos, pues, mexicanos, la ilusión de que un hombre barbón es mejor que un lampiño para gobernaros. ¡Ninguno es bueno! Lo mejor es no tener a nadie encima de nuestros hombros; lo mejor es guiarnos por nosotros mismos; pensar y resolver las cosas con nuestras propias cabezas.

Si confiáis en que Carranza os hará libres y felices, no sé ya ni qué pensar de vosotros, proletarios, porque eso significaría que las lecciones de la experiencia no han podido destruir ese vicio inyectado en vosotros por vuestros opresores y que consiste en considerar que el hombre sólo puede vivir bajo la férula de un hombre. Comprended, hermanos de cadenas, que el principio de la autoridad vive en el cerebro de los humildes, porque han sido sus mismos verdugos los que les han inculcado ese error.

Está a la mano el momento de prueba. Huerta marcha hacia otros países y un nuevo ambicioso se prepara a ocupar su puesto. Si queréis tener más gobiernos, os someteréis y con vuestra sumisión la verdadera Revolución la que quiere hacer tabla rasa de tiranos y explotadores, morirá aplastada por vuestra indiferencia; pero si, por ei contrario, obrando como verdaderos trabajadores, como hombres que saben que la riqueza social ha sido hecha por vosotros y, por lo mismo, sólo vosotros tenéis derecho a disfrutarla, os levantáis para sostener a vuestros hermanos que continúan con las armas en la mano, entonces merecereis el aplauso de todos los hombres inteligentes del mundo y podremos decir con orgullo: En México la institución llamada Autoridad es cosa del pasado, porque alli hay hombres.

(De Regeneración, N° 197 del 25 de julio de 1914)

Índice de Artículos políticos 1914 de Ricardo Flores MagónAnteriorSiguienteBiblioteca Virtual Antorcha