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XIV

EDUCACIÓN DEL ADOLESCENTE MEDIANTE LA COMPOSICIÓN LIBRE

Movilizar la energía, decíamos en una charla anterior es la base de la educación. Movilizarla, para, a continuación, canalizarla. Pero no siempre es fácil lograrlo, sobre todo en los institutos cuando los adolescentes no sienten por las materias de su programa el interés y entusiasmo que serían de desear. Por esta razón es curioso conocer los resultados obtenidos en ese aspecto por un educador rumano, Constantino Muresanu.

Ejerció en un instituto de su país, desde 1916 a 1919, y he aquí el problema que se planteaba: ¿Cómo sostener y conservar la fuerza moral en estos alumnos cuando las tres cuartas partes del país está en poder de los alemanes, cuando la mayoría de los padres han muerto por la patria, cuando sus fuerzas están casi agotadas por falta de alimento?...

¡Espléndido problema de psicología aplicada!

La solución -nos dice- fué recurrir a las últimas reservas de energía y para ello se consideraron las lecciones como motivos de educación moral, aprovechando cada incidente para despertar, dinamizar y vivificar dichas reservas, antes de lanzar simiente de nuevas ideas. Es el mismo procedimiento del agricultor que ara la tierra antes de sembrar.

Pero veamos cómo se produjo en la práctica. Su procedimiento está expuesto en un buen libro, lleno de entusiasmo y de vida, que ha sido presentado recientemente como tesis en la Facultad de Letras de Ginebra. MURESANU: L'éducation de l'adolescent par la composition libre Delachaux, editor. Neuchâtel y París, 1930. (N. del T.)Porque Muresanu, aún siendo profesor de segunda enseñanza desde hace quince años, trabajó últimamente varios cursos en el Instituto J. J. Rousseau y en la Universidad ginebrina.

Este procedimiento es el de la composición libre, que anima y alienta al alumno para expresarse y realizar sus valores íntimos, artísticos, intelectuales y morales. Tales composiciones son leídas y analizadas en clase, pero la crítica se hace de modo que no se hieran la suceptibilidad ni el amor propio del novel escritor. Dicho método, aplicado, claro está, con tacto especial, obtuvo tan buenos resultados que la lectura de dichas composiciones se convirtió en una fiesta para todos.

Para nuestro autor presenta el ensayo una triple ventaja: permite al maestro conocer sus alumnos, estimularles y, finalmente, conseguir disciplina.

Conocerles ante todo. El adolescente es un ser en estado de transición, de reajuste, que pasa de un medio ambiente a otro; deja la infancia que fué hasta entonces su mundo, para entrar en el del adulto lleno de nuevos valores. Su yo hasta entonces dependiente, se afirma. Pero todo ello no marcha sin dificultades, sin choques, sin luchas, porque la realidad social no le satisface plenamente. En la imposibilidad de adaptarse al medio exterior, se crea una realidad interior. Ahora bien, la composición libre permite apreciar y conocer el mundo nuevo correspondiente a sus aspiraciones íntimas, sondear el alma de estos jóvenes.

Muresanu ha comprobado que pasan por dos fases principales. Primeramente, de once a catorce años hay una simple revuelta contra el no yo; esta tendencia se expresa en la composición por la forma epigramática. A los quince años el conflicto toma carácter trágico; revuelta y crisis se resuelven en lirismo (composiciones líricas o liricoépicas). Es la época de las luchas, de los retos, de las confesiones. A veces éstas son el grito doloroso de un enfermo. El maestro debe actuar no solamente en psicólogo, utilizando el método clínico para establecer un diagnóstico, sino también como médico.

Como médico, sí. ¿Pero qué hacer entonces? Para prevenir refoulements perniciosos, para evitar los dos peligros opuestos: renuncia a la lucha (actitud wertheriana), y odio a la sociedad (actitud byroniana). Muresanu recurre a la composición libre, que obra no ya como medio diagnóstico, sino como agente terapéutico o más bien profiláctico, previniendo la catástrofe. Como compensación a los obstáculos que encuentra en su camino el adolescente va a realizar sus quimeras mediante un trabajo creador, que se convierte de este modo en válvula de seguridad. Gracias a la imaginación, la esfera del yo puede ampliarse sin dificultad. La composición libre no sólo estimula al adolescente dándole ocasión de expresarse libremente, sino que actúa como medio de disciplina sublimando sus instintos; sobre todo el combativo debe, para alcanzar sus fines, tener muy en cuenta los datos de la observación, las reglas de estilo y poéticas, las conveniencias sociales, en una palabra, subordinarse a finalidades espirituales.

Muresanu alentó por tanto las formas de composición más apropiadas para obtener estos resultados. He aquí, como ejemplo de lo logrado, algunos de los epigramas cuyos autores son niños de trece años:

Une cage pleine de rats. Una jaula llena de ratas.
C'est l'image de notre classe!! ¡¡Es la imagen de nuestro salón!!
Qui savent faire bonne chasse!! ¡¡quienes saben cazar!!
Quant aux maîtres, ils sont les chats. En cuanto a los maestros, ellos son los gatos.

(Se dejan los epigramas como en el original a fin de que no pierdan su forma versificada)

Como se ve, el alumno sacia aquí sus tendencias agresivas, aunque de un modo socializado, contra el liceo y sus maestros. Sabe ejercerlos también contra sus condiscípulos. Véase para el perezoso:

Il dit travailler sans relâche! Dice que trabaja sin descanso
Mais dès qu'arrive l'examen Pero en cuanto llega el examen
Que va-t-il se passer? Le lâche, ¿Qué va a ocurrir? El cobarde
Tout d'un coup malade il devient. de repente enfermo cae.

y para el charlatán:

Cet hiver tu as été Este invierno fuiste
un parfait et gran nageur. un perfecto y gran nadador
Maintenant que c'est l'été Ahora que es verano
Te voilà bon patineur. te vuelves buen patinador.

Pero hay necesidad de canalizar poco a poco este instinto de lucha, y el maestro lo puede lograr orientando las composiciones hacia el autoepigrama, la autocensura, hacia la crítica del propio sujeto: Preparamos así a jóvenes para esta noble lucha que no termina jamás: la cruzada contra los defectos personales, contra la inercia moral del medio..., contra los prejuicios en el dominio social y científico, contra las fuerzas destructoras de la naturaleza. Más tarde son la redacción de fábulas, y las composiciones líricas y épicas (en su libro da el autor numerosos ejemplos), lo que Muresanu utiliza como medio de adaptación progresiva a la vida social y moral.

Seguramente el éxito del método se debe al talento personal y excelente aptitud del maestro rumano. Su libro es un estudio psicológico repleto de datos interesantes, y para todo educador, fuente de sugestiones e inspiraciones capaces de transformar la marcha de la escuela.

Lo dicho muestra de modo fehaciente la capital importancia que tiene, si aspiramos a obtener de la personalidad del maestro el máximo rendimiento, que aquél pueda ejercer su apostolado de acuerdo con sus aptitudes. Es lo que A. Ferrière nos recuerda en su interesante trabajo titulado L'école sur mesure à la mesure du maître Editado por el Groupe Français d'Éducation Nouvelle. Rue Gay Lussac, 41. París, 1931. (N. del T.) En ella el distinguido pedagogo nos muestra que el sistema de programas múltiples permite establecer un régimen susceptible de tener en cuenta las aptitudes dominantes y el temperamento de los maestros. Obra de inteligente racionalización de la máquina escolar. Sería evidentemente de utilidad, tanto para el alumno como para el maestro, que el talento pedagógico de este último no estuviera refrenado, como ocurre con tanta frecuencia, por un programa rígido que repugna a su personalidad, o por inspectores retrógrados.

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