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Primera parte

CAPÍTULO XI

MI CONTROVERSIA CON EL SEÑOR DE LA BARRA Y CON EL EMBAJADOR ZAMACONA INCLÁN. EL ARMISTICIO.


La víspera de que el señor don Francisco León de la Barra saliera de Washington para México, a hacerse cargo del Ministerio de Relaciones, mi amigo, el señor David Lawrence, jefe del Departamento Latino Americano de la Prensa Asociada en la capital norteamericana, me dijo que deseaba presentarme con el señor De la Barra por si algo pudiera ofrecerse en el curso de los acontecimientos de México. De pronto no acepté la proposición; pero en vista de la insistencia del señor Lawrence y reflexionando en que no estaría por demás conocer al nuevo ministro de Relaciones, acepté la invitación, siempre que la presentación no se hiciera a mi solicitud, cosa que se hizo constar por Lawrence en el momento mismo de presentarme. En la tarde siguiente fuimos a la Embajada, fuí presentado al señor De la Barra, quien me dijo salía para México esa noche llamado por el gobierno; que haría lo posible por ver cómo se arreglaba la situación, la cual, en su concepto, podría traer algunas complicaciones internacionales. Yo me limité a oírlo, deseándole un feliz viaje; pero ya al despedirnos, me dijo que, por lo que pudiera ofrecerse, me dejaría una clave: la de la Westem Union, agregando siete. Nuestra conversación duró unos minutos.

Con motivo del ataque de Agua Prieta por parte de los revolucionarios, hubo algunos muertos y heridos en Douglas, Arizona; y como era natural, la prensa americana hizo el gran escándalo y el gobierno se vió obligado a hacer una representación al de México. Este contestó, según se dijo, de una manera inconveniente o poco diplomática, lo cual causó un escándalo mucho mayor, no sólo en la opinión pública, sino en el mismo gobierno. Al cabo de pocos días, los ánimos se calmaron un poco; y según los datos que pude recoger, ello se debió a que el gobierno mexicano había retirado la nota. No sé si será verdad.

En estas circunstancias supe, por telegramas de la Prensa Asociada, que el señor Madero con sus fuerzas de Chihuahua, se dirigía de Madera a Casas Grandes, lo que me hizo suponer que llevaba la intención de atacar Ciudad Juárez. Todavía no apagada completamente la efervescencia con motivo de lo de Douglas, atacar Ciudad Juárez me parecía peligroso. En esta situación se me ocurrió un expediente y lo puse en práctica, dirigiendo un telegrama al señor licenciado Federico González Garza, agente en El Paso, preguntándole dónde estaba Madero y cuántos hombres traía, porque le iba a poner un plan al gobierno; y con fecha 16 de abril recibí la siguiente contestación:

El Paso, Tex., 16 de abril de 1911.
Doctor F. Vázquez Gómez.
Washington, D. C.

Positivamente Dr. (Madero) encuéntrase Bauche con dos mil quinientos. Urge avise resultado ultimátum.

González Garza.

Con estos datos dirigí en clave el telegrama siguiente:

Washington, D. C., 16 de abril de 1911.
Señor F. León de la Barra.
Mexico City.

Madero con tres mil hombres preparado atacar Juárez. Ese gobierno, para evitar graves complicaciones, pérdida de vidas y propiedades, puede ordenar evacuación plaza. Después de esto, negociaciones de paz pueden ser abiertas. Urge contestación.

Vázquez Gómez.

Pudiera creerse por los críticos de la revolución, sobre todo por aquellos que nunca se molestaron, sino para aprovecharse de ella después del triunfo, que yo propuse la paz en el telegrama que acabo de transcribir; pero como se habrá visto por documentos copiados antes, apenas me hice cargo de la agencia confidencial, el 21 o 22 de febrero, y ya el 23 me llamaban de Corpus Christi para negociaciones de paz; a principios de marzo fuí llamado a Nueva York y poco después fueron a verme con el mismo objeto Braniff y Esquivel Obregón. Además, yo estaba seguro de que el gobierno no desocuparía Ciudad Juárez, pero mi objeto fue aprovechar el estado psicológico originado por los asuntos de Douglas y orillar al gobierno de México a un armisticio que significaba, de hecho, el reconocimiento de la beligerencia de la revolución, lo cual podía traernos más tarde el reconocimiento de igual derecho por parte de los Estados Unidos.

El día 18 de abril y por conducto del señor Lawrence, me comunicó el nuevo embajador, señor don Manuel Zamacona lnclán, que deseaba hablar conmigo. A las diez de la noche, hora de la cita, estaba yo en la Embajada. Después de las formalidades de toda presentación, me dijo el señor Zamacona lnclán:

- Señor doctor: perdone usted que lo haya molestado haciéndolo venir; pero he recibido un telegrama del señor ministro de Relaciones de México y en él me dice que usted ha pedido al gobierno la desocupación de Ciudad Juárez. ¡Cómo quiere usted que el gobierno desocupe una plaza fuerte! Esto sería desprestigiarse ante el mundo, y por patriotismo, debemos evitar esto al gobierno de nuestro país.

- Precisamente por patriotismo lo he hecho, le contesté; porque si Madero ataca Ciudad Juárez y sucede lo que en Douglas, usted comprenderá que la situación se pondrá gravísima, y eso es lo que pretendo evitar.

- Está bien, replicó el señor embajador; pero, ¿qué no se le ocurre otro medio?

Yo comprendí desde luego que había tenido buen éxito mi plan, pero me limité a contestar lo siguiente:

- Señor, yo he dedicado mi vida de profesionista a curar enfermos; pero de esto no entíendo una jota; usted está en mejor condición que yo para encontrar el medio más a propósito.

- ¡Qué le parecería a usted un armisticio!, inquirió el señor Zamacona Inclán.

Aunque yo sabía que un armisticio sólo puede concertarse entre fuerzas beligerantes, le contesté:

- Le suplico me haga el favor de explicarme qué cosa es un armisticio.

A lo cual accedió bondadosamente el señor embajador, persona correcta, bien educada y culta.

- Bueno -le dije-, me parece que el armisticio sería un medio para evitar alguna complicación.

- Entonces ¿lo propongo?, me dijo.

- Propóngalo usted -le contesté-.

Después de habernos tratado por una segunda y tercera vez y que hubo entre nosotros mayor confianza, me obsequió el señor Zamacona Inclán las copias de algunos telegramas que sobre este asunto Be cruzó la Embajada en Washington con el Ministerio de Relaciones Exteriores de México.

Dicen así:

Abril 18.
A la Embajada, del señor De la Barra:

Diga doctor que gobierno mexicano, deseoso siempre de evitar las pérdidas de vidas y propiedades y el riesgo de posibles complicaciones internacionales, considerará cualquiera proposición que se le presente para un armisticio entre sus tropas y las de los rebeldes. Contestación debe ser pronta para obtener resultado inmediato.

De la Barra.

La Embajada contestó:

Al señor De la Barra, de la Embajada:

Doctor dice, anoche dirigió Madero primer telegrama consultándole armisticio y hoy vuelve a telegrafiar comunicándole contenido mensaje de usted abril 18, quedando en espera de la contestación. Por si hubiere dificultades indica conveniencia ordénese jefe armas Ciudad Juárez dé facilidades a correos, envíe licenciado Federico González Garza.

Zamacona Inclán.

Indudablemente que el señor Zamacona Inclán, al telegrafiar a su gobierno, me hizo aparecer como habiendo propuesto yo el armisticio, pero ya queda explicado cómo pasaron las cosas. Tan pronto como recibí esta noticia (telegrama De la Barra) de parte de la Embajada, puse el telegrama siguiente:

Washington, D. C.
19 de abril de 1911.
Señor Federico González Garza.
El Paso, Texas.

Dícenme gobierno considera proposición armisticio. Diga usted Madero si conviénele, déme facultades arreglarlo. Créolo conveniente por implicar este acto reconocimiento que busco. Preferible después de Ojinaga para tratar.

Vázquez Gómez.

Me habían dicho que iban a tomar Ojinaga; pero el gobierno tenía allí un batallón bajo las órdenes del general Manuel Gordillo Escudero y ni siquiera se intentó formalmente atacar dicha plaza.

Washington, D. C.
19 de abril de 1911.
Emilio Vázquez Gómez.
San Antonio, Texas.

Pedí gobierno desocupación de Juárez antes de tratar paz. Contestó armisticio. Aceptarelo Chihuahua y Sonora si Dr. (Madero) consiente. Implica reconocimiento. Es preferible tomar antes Ojinaga. Avisa, pero no publicar.

F. Vázquez Gómez.


Washington, D. C.
19 de abril de 1911.
A Francisco I. Madero.
C/o. Federico González Garza.
El Paso, Texas.

Conviene déme facultades telégrafo arreglar armisticio inmediato Chihuahua y norte Sonora. Triunfo está dándolo Coahuila y sur del país. Durante tregua trataré con México condiciones fundamentales de paz con instrucciones daráme usted aquí. Gobierno ofrece pronta y fácil comunicación. Convenido lo fundamental, comisiones harán tratos formales. Mis felicitaciones.

F. Vázquez Gómez.

Lo de Coahuila resultó insignificante, pues aparte del licenciado Andrés Sánchez Fuentes que traía ciento veinte hombres y Alberto Guajardo, cincuenta, no había otro grupo rebelde importante en aquel Estado; pero por la prensa asociada nos llegaban noticias favorables del sur.

Dadas las condiciones en que se encontraban las fuerzas rebeldes en las cercanías de Ciudad Juárez, terreno estéril, pedí al señor embajador que durante el armisticio se permitiera introducir por Juárez alimentos y forrajes. Con este motivo el embajador telegrafió a México lo siguiente:

Doctor telegrafió a Madero mensajes de usted fecha de hoy, pidiéndole opinión y autorización. Insiste en que fuerzas Madero puedan introducir por Juárez alimentos y forrajes para tiempo que dure armisticio.

Aunque los preliminares del armisticio comenzaron el 16 de abril con mi telegrama al señor de la Barra, el señor Madero se negó, unas veces a celebrar 1a suspensión de hostilidades, otras exigía que previamente de retirarael general Díaz y le entregaran la plaza de Ciudad Juárez, porque el general Rábago venía en auxilio de dicha plaza. Con este motivo hubo numerosísimos telegramas, pero por no hacer esta relación interminable, solamente transcribiré los más importantes.

Washington, D.C.
19 de abril de 1911
Federico González Garza
El Paso, Tex.

Situación muy grave por muertos Douglas. Urge decir Madero si acepta armisticio inmediato, formal, Estado Chihuahua y norte Sonora, mientras trátase la paz

Vázquez Gómez


El Paso, Tx.
20 de abril de 1911
F. Vázquez Gómez
Washingthon, D.C.

Madero dice sólo puede celebrarse armisticio si Díaz conviene preliminares paz bajo condiciones indica, siendo la principal, retiro Díaz, nombrándose provisionalmente Brra. En caso armisticio, debería entregarse Juárez, pues de otro modo exponémonos vengan refuerzos Chihuahua y se dificulte su toma. Espera resolución hasta mañana noche.

Federico González Garza

Supongo que la frase bajo condiciones indica, se refiere a lo que dije en telegrama que llevó Silvestre Terrazas, copiado más adelante.

20 de abril de 1911.
Federico González Garza.
El Paso, Tex.

Armisticio significa reconocer y absoluta suspensión actividades militares, movimiento tropas, envíos materiales, etc., en zona pactada. No llegarán refuerzos, quedarán más lejos arreglándose pronto. Si gobierno falta palabra, muere moralmente. Condiciones retiro, nombrar Barra es objeto lógico conferencias durante tregua. Gobierno está cayendo. Armisticio oportunidad hacerlo decentemente. Juzgo innecesario y peligroso ahora atacar. Aquí opínase preferible tregua inmediata, según condiciones legales. Conteste.

F. Vázquez Gómez.

Hay que tener en cuenta que la situación militar en el norte, en estos momentos, era poco más o menos la siguiente: los revolucionaríos, en número de dos mil quinientos frente a Ciudad Juárez, casi sin parque al llegar (allí se consiguió pasar alguna cantidad), y algunos quinientos más en la Sierra de Chihuahua; el gobierno, aparte de la guarnición de la plaza amenazada, tenía setecientos hombres en Ojinaga, otros setecientos entre Ciudad Juárez y Chihuahua, y en esta última ciudad y alrededores, cinco mil hombres al mando del general Lauro Villar. Por esto pensé que el armisticio era conveniente, pues inmovilizaba a todas estas fuerzas, su convenio indicaría a los revolucionarios de otras partes la debilidad del gobierno y aun daría lugar a nuevos levantamientos; esto, sin contar con que la opinión pública se pondría más abiertamente a favor de la revolución, como sucedió.

Los críticos de la revolución, que nada hicieron por ella en los momentos de prueba y de responsabilidad, y los que sólo fueron a observar y meditar para criticar después, escribiendo libros muy tranquilamente en su gabinete y casi siempre con ideas adquiridas años más tarde; esos, que según ellos, nunca se equivocaron y todo lo previeron; a ellos no hay que tenerlos en cuenta porque nada hicieron. Sólo así se explica que no se hayan equivocado: el que nada hace, nunca se equivoca. Aquí cabría recordar lo que dijo Roosevelt: En la lucha hay que contar con el que realiza actos y acomete la empresa; no con los que sólo se ocupan en decir cómo debió haberse planteado y desarrollado el problema.

El Paso, Tex.
20 de abril de 1911.
F. Vázquez Gómez.
Washington, D. C.

Privadamente dígole que Dr. (Madero) aceptaría armisticio con sólo ocupar Juárez. Después trataríanse condiciones.

González Garza.


El Paso, Tex.
20 de abril de 1911.
F. Vázquez Gómez.
Washington, D. C.

Conferencié Dr. (Madero). Viéronlo también Esquivel y Braniff. Admite armisticio condiciones dichas: Presidente Barra y ocupación Juárez. Espera resolución Díaz hasta mañana noche.

González Garza.

Uno de los diplomáticos latinoamericanos, el doctor Membreiío, con quien había yo cultivado amistad, dándose cuenta de la preocupación que había en el elemento oficial en Washington por el inminente ataque a Ciudad Juárez, me dijo que consultaría con su gobierno acerca de la conveniencia de proponer un armisticio para establecer negociaciones de paz. Con este motivo y sabiendo que el gobierno mexicano aceptaba el armisticio y el señor Madero se negaba o lo aceptaba bajo condiciones que sólo podrían tratarse en las conferencias, puse el siguiente telegrama:

Washington, D. C.
20 de abril de 1911.
Federico González Garza.
El Paso, Tex.

Armisticio formal propuesto por neutral a ambas partes. Gobierno de México acepta. Urgeme saber si Madero también, para arreglarlo inmediatamente. Gobierno y opinión pública aquí muy excitados hoy por incidentes México. Ataque Juárez traería segura intervención armada al más ligero pretexto. Perderemos lo ganado. Urge inmediata contestación favorable.

Vázquez Gómez.

Según las noticias que yo tenía, el gobierno americano deseaba que se celebrara un armisticio, porque temía que al atacar Ciudad Juárez sobrevinieran accidentes serios en El Paso. Telegrafíe:

Washington, D. C.
20 de abril de 1911.
Federico González Garza.
El Paso, Tex.

Noticia tregua produjo gobierno americano espléndida impresión. Vióse manera decente caer Díaz. Si sábese o sospéchase amor propio impídela, perderáse mucho, principalmente si ataque origina complicaciones extranjeras. Comparar conducta sabia Taft incidente Douglas. Opino conviene tregua formal. Espero saber si acéptase.

Vázquez Gómez.

El Paso, Tex.
22 de abril, a las tres de la mañana.
Doctor F. Vázquez Gómez.
Washington, D. C.

En vista gravedad situación internacional, Madero acepta breve armisticio cubriendo zona de Juárez a Chihuahua, a fin de tratar paz sobre bases usted propuso Nueva York.

González Garza.

Ya he dicho antes que ni el señor Limantour ni yo propusimos nada, sino que nuestras conversaciones se condensaron en bases que pudieran servir para los arreglos si éstos llegaban a verificarse, pues no teníamos autorización para proponer ni aceptar nada. El telegrama anterior demuestra que el señor Madero no desautorizó nuestras pláticas de paz tenidas en Nueva York, como dijo el señor Sánchez Azcona en uno de sus artículos publicados en El Gráfico.

A las ocho de la mañana, mi amigo Lawrence fue a verme para saber qué había yo obtenido respecto del armisticio; y tan luego como le mostré el telegrama traducido, corrió a la Prensa Asociada a comunicar la noticia a la Casa Blanca y al mundo, por medio de lo que llaman un flash: palabra que suspende toda actividad telegráfica para dejar pasar la noticia que se desea, en el caso, que Madero aceptaba el armisticio.

Mi propósito era que el señor embajador y yo firmáramos el armisticio en Washington, porque haciéndolo así tendría mayor efecto moral y político, sobre todo, en el caso de que no hubiera arreglo y tuvieran que continuar las hostilidades. El gobierno de México estaba de acuerdo en que el armisticio se firmara en Washington, y, con este motivo, puse el siguiente telegrama:

Washington, D. C.
24 de abril de 1911.
Federico González Garza.
El Paso, Tex.

Gobierno úrgeme inmediata autorización para firmar armisticio vía diplomática. Fíjense, esto es importantísimo. Contésteme mandándome autorización como pedida ayer tarde. Urge porque gobierno no está obligado todavía.

Vázquez Gómez.

Pero contra mis propósitos y deseos recibí el siguiente telegrama:

El Paso, Tcx.
24 de abril de 1911
Vázquez Gómez.
Washington, D. C.

Madero y Navarro celebraron hoy armisticio cinco días, cubriendo cuadrilátero Juárez, Chihuahua, Miñaca, Casas Grandes. Madero desea celebremos convenios paz mitad camino Juárez y su campamento. Si posible, véngase inmediatamente dejando encargado Agencia, Vasconcelos. Mañana sitúole fondos.

González Garza.

Contesté:

Washington, D. C.
24 de abril de 1911.
González Garza.
El Paso, Tex.

Enterado arreglóse armisticio. Tratándose de causa nacional, juzgo absolutamente indispensable convenios celébrense Laredo, para quitarles carácter de una rendición. Mientras llego preparen instrucciones escritas, guardando secreto el contenido.

Vázquez Gómez.

Las negociaciones fueron en el lugar indicado por el señor Madero: entre Juárez y el campamento revolucionario.

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