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Primera parte

CAPÍTULO X

NOTAS AL CUERPO DIPLOMÁTICO EN WASHINGTON. ESQUIVEL OBREGÓN Y BRANIFF. SALEN PARA EL SUR LOS SEÑORES FRANCISCO Y GUSTAVO MADERO.


Por medio de una carta fechada el 29 de marzo de 1911, remití al cuerpo diplomático acreditado en Washington, la siguiente nota:

Un sello que dice:
Gobierno provisional de la República mexicana.

Excelentísimo señor:

Tengo el honor de exponer ante vuestra excelencia las razones que imperiosamente han obligado al pueblo mexicano a tomar las armas para librarse de la tiranía de autoridades anticonstitucionales y restablecer el régimen legal, en el gobierno, y la soberanía popular en la República mexicana.

Se trata en el presente caso de una insurrección nacional, justa y obligada, porque el pueblo mexicano agotó vanamente los recursos legales y pacíficos, primero, para votar libremente en las elecciones, y después para denunciar y nulificar el escandaloso fraude electoral que se cometió; patriótica, porque no tiene más fin que el de restablecer el régimen constitucional, y, por último, necesaria, porque hace muchos años que no se hace justicia a quien la merece, de donde resulta que el pueblo mexicano vive sin disfrutar de laa garantías que le conceden las leyes.

Siendo estas las causas de la insurrección, el gobierno provisional espera de los sentimientos de humanidad y de justicia que norman la conducta de todos los pueblos civilizados, obtener la simpatía que han inspirado en todos los tiempos las luchas por la justicia y la libertad.

El gobierno provisional de la República dará en su oportunidad y en la forma debida, los pasos conducentes para obtener el justo reconocimiento de parte del gobierno de vuestra excelencia; pero entre tanto me permito llamar la atención de vuestra excelencia sobre los siguientes puntos y las siguientes seguridades:

A. Los jefes de las fuerzas de la insurrección nacional tienen instrucciones estrictas y precisas, de prestar sostenida atención a que, durante la contienda, sean observadas las leyes de la guerra, tanto en lo que a ésta se refiere directamente, como en todo lo relativo a la neutralidad y garantías de que debe disfrutar el servicio de la ambulancia o la Cruz Roja de ambos partidos beligerantes, así como las personas y propiedades de los extranjeros neutrales.
B. El gobierno provisional de la República reconoce y refrenda todos los tratados internacionales vigentes, celebrados entre México y las potencias extranjeras, antes del 30 de noviembre de 1910. Asimismo, reconoce y respetará las obligaciones contraídas por el gobierno de México con corporaciones o individuos extranjeros, antes de dicho 30 de noviembre de 1910.
C. Desde el momento en que el gobierno de una nación lo reconozca oficialmente, el gobierno provisional, en nombre de la República mexicana, responderá por los daños y perjuicios directos y materiales que la guerra ocasione a los ciudadanos o súbditos de aquella nación en sus personas y en los intereses que tengan en el país. Esta garantía se hará efectiva desde el día en que se reconozca la beligerancia de las fuerzas insurrectas.
D. En las aduanas marítimas y fronterizas ocupadas por el gobierno provisional, no serán reconocidos los documentos consulares de las oficinas del gobierno usurpador; y para disminuir las trabas que la guerra puede ocasionar al comercio, el gobierno provisional nombrará oportunamente cónsules, vicecónsules o agentes consulares en donde sea necesario, y si esto no fuere posible, se nombrarán agentes con instrucciones especiales en las aduanas y puertos que estén bajo la jurisdicción del gobierno provisional, para que después de revisar cuidadosamente la documentación respectiva, permitan la entrada de mercancías originarias de los países extranjeros amigos.
E. El triunfo de la insurrección nacional está asegurado, porque cuenta con el apoyo de todo el pueblo mexicano. En consecuencia, todo hace esperar que el estado de guerra será breve en la República Mexicana y que en fecha próxima, de conformidad con el plan de la insurrección y en acatamiento a los preceptos de la Constitución Federal, por cuyo restablecimiento se lucha, el pueblo será convocado a elecciones enteramente libres, a efecto de que quede reimplantado el repetido régimen constitucional.
F. Aun cuando el gobierno usurpador ha estado tratando de presentar la insurrección nacional como un movimiento de poca significación y de carácter simplemente depredatorio, los hechos están demostrando con toda evidencia que no es así, y que se trata realmente de insurrección general en todas las regiones del país. El gobierno usurpador ha comprobado, además, su absoluta impotencia no ya para sofocar del todo, sino para reprimir siquiera el creciente movimiento que apoya decididamente al gobierno provisional. Los extranjeros residentes en las regiones ocupadas por las fuerzas de la insurrección, no han tenido motivo alguno de queja o reclamación contra actos indebidos de los insurrectos, cuyo comportamiento califican unánimemente de humanitario y de respetuoso para la propiedad privada. Los jefes de la insurrección han sabido reprimir con energía todo asomo de abusos que hayan podido intentar algunos individuos, ajenos a la lucha, que quizá pensaron servirse de la anormalidad de las circunstancias para provecho personal ilícito.

Con las precedentes observaciones, tengo el honor de poner en el conocimiento del ilustrado gobierno dignamente representado por vuestra excelencia, que los intereses de sus nacionales están y estarán protegidos por el gobierno provisional de México, que me honro en presidir, y por los jefes de la insurrección.

Protesto a vuestra excelencia las seguridades de mi atenta consideración.

Guadalupe, Distrito de Bravos, Chihuahua
México, a 15 de febrero de 1911.
El C. Presidente provisional de los Estados Unidos Mexicanos, jefe de la insurrección,
Francisco I. Madero.
El C. secretario general, Federico González Garza.
Rúbricas.

La carta a que antes se hace referencia, es la siguiente:

Al margen:
Agencia Confidencial del Gobierno Provisional de México.
Washington.
Marzo 29 de 1911.
1533 I. Street Núm. 18.
Al centro:

Excelentísimo señor:

Tengo el honor de remitir a manos de vuestra excelencia la adjunta nota que el presidente del gobierno provisional de México y jefe de la insurrección nacional, dirige al excelentísimo señor ministro de negocios extranjeros de ...

Al cumplir, como lo hago, las instrucciones del referido gobierno provisional, tengo el honor de ofrecer a vuestra excelencia las seguridades de mi más alta y distinguida consideración.

El agente confidencial,
F. Vázquez Gómez.
Rúbrica.

Abajo:
A su excelencia:
el Embajador de ...
Washington.

El único que contestó fue el encargado de negocios del Brasil, según se ve por lo siguiente:

Un membrete que dice:
Embajada del Brasil.
Washington.

El encargado de negocios del Brasil saluda al señor F. Vázquez Gómez y le comunica que se apresurará a enviar a su destino el documento que acompañó a su carta de 29 del corriente.

Washington, 31 de marzo de 1911.

Cuando los señores Madero, don Francisco y don Gustavo, salieron de Nueva York rumbo a México para llevar la carta antes inserta, al jefe de la revolución, me telegrafiaron diciéndome los esperara en la estación de Washington; pero como el tren sólo se detenía en dicha estación diez minutos, resolví ir a esperarlos a Baltimore, y así lo hice en compañía del señor Juan Sánchez Azcona. En el trayecto de Baltimore a Washington hablamos acerca dc la misión que llevaban hacia el jefe de la revolución, encareciéndoles le dijeran que él, en vista de las condiciones y de las noticias que tuviera acerca del movimiento en el resto del país, podría resolver lo que creyera más conveniente.

Don Gustavo Madero, agente de la Comisión de hacienda, me preguntó si necesitaba dinero y cuánto. Le respondí que me dejara quinientos dólares. De ellos tuve que dar, posteriormente, ciento treinta y cinco al señor Sánchez Azcona por orden telegráfica del mismo señor Gustavo Madero. Refiero este incidente sin importancia, porque en la cuenta que se presentó más tarde al gobierno, se dijo que los gastos de la agencia confidencial fueron de cinco mil dólares, lo cual no es cierto; pues estos quinientos dólares, más ciento cincuenta que se me proporcionaron después para irme a El Paso, fueron los únicos que recibí del señor Gustavo Madero.

Pocos días después de que el señor Limantour hubo llegado a la ciudad de México, recibí la visita en mi despacho en Washington de los señores licenciado Toribio Esquivel Obregón y don Oscar Braniff, con el propósito, según me dijeron, de que se hiciera la paz en México. Me manifestaron que ellos no llevaban carácter oficial de ninguna especie y que iban por iniciativa propia, cOsa que no creí. Como era natural, yo les dije que el asunto de que me hablaban no era de mi resorte, sino del jefe de la revolución; y aunque ellos insistieron alegando que yo podía hacerlo y el señor Madero lo aceptaría, no me convencieron sus razones. Esto fue como a mediados de abril, porque el 16 del mismo mes les di una carta para el señor Francisco I. Madero diciéndole cuál era el asunto de que iban a hablarle los portadores, y un pasaporte o salvo-conducto para que pudieran pasar por el campo dominado por los revolucionarios. Más adelante se verá que estos señores iban, si no mandados, sí de acuerdo con el señor Limantour. Al segundo día de su salida de Washington recibí el siguiente telegrama:

Troupe, Texas
18 de abril de 1911.
Dr. F. Vázquez Gómez.
Washington, D. C.
1533 I. Street.

Llegaremos a El Paso jueves por la mañana.

Braniff, Esquivel Obregón.

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