Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 22 de mayo de 1915 Sesión del 25 de mayo de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 24 DE MAYO DE 1915

Presidencia del ciudadano José Quevedo

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 25 de mayo de 1915)


Con motivo de la renovación de la Mesa Directiva de la soberana Asamblea Revolucionaria, durante la tarde de ayer se produjo una larga discusión, en virtud de que entre los delegados existen dos criterios sobre el particular. La delegación del Sur cree necesaria la renovación total de la Mesa, incluso la del presidente de la Convención, que no ha sido cambiado, desde que el general González Garza se hizo cargo del Poder Ejecutivo, en enero último. Contrariamente a lo que piensa la delegación suriana, la del Norte estima inconveniente hacer ahora la renovación total, y funda sus argumentos en el hecho de que tal cambio, además de innecesario, restaría prestigio a la Soberana Asamblea.

Durante toda la sesión, éste fue el único punto que se trató, y quedó pendiente para continuar su discusión en la junta de hoy.

COMIENZA LA SESION

Cerca de las cinco de la tarde se abrió la sesión, bajo la presidencia del ciudadano Quevedo. Luego que la Secretaría dio cuenta con el acta de la sesión anterior, el licenciado Díaz Soto y Gama recordó que como primer asunto en la orden del día, se hallaba anotada la renovación de la Mesa. Pregunta a la Presidencia cómo va a hacerse la renovación, porque el Sur estima conveniente renovarla por completo, y anuncia que ya tiene candidato para presidente.

El vicepresidente Quevedo expresa su opinión de que sólo deberán designarse nuevos vicepresidentes y secretarios; pero, de todos modos, la Asamblea será la que resuelva sobre ese particular.

El delegado Nieto advierte que con anterioridad existe una moción, firmada por él y otro delegado, pidiendo que sólo se elijan nuevos vicepresidentes y secretarios, por no considerar oportuno ni conveniente la remoción del presidente, actual Encargado del Poder Ejecutivo.

Díaz Soto y Gama presenta una moción, en el sentido en que antes habló; es decir, pidiendo la renovación total de la Mesa, y se funda en consideraciones de alta política, y para conservar las buenas relaciones entre el Norte y el Sur.

Nieto pide preferencia para su moción, por ser anterior a la del licenciado Díaz Soto y Gama. Este ciudadano muestra su conformidad, y se pone a discusión la moción del delegado Nieto.

En contra habla el delegado suriano Orozco. Dice que ha llegado el día de en que el actual Encargado del Poder Ejecutivo deje el poder, porque su permanencia al frente del Gobierno, resulta imposible para la buena armonía de los aliados. Estima que el general González Garza no ha sabido mantener la unión Villa-Zapata, en la forma conveniente, y que si dicho funcionario continuara en su puesto, la Revolución correría el peligro de dividirse en tres grandes facciones, en lugar de dos, como ahora existen. Agrega que el Encargado del Ejecutivo ha demostrado su incompetencia para estrechar la unión de los aliados, que el Sur tiene muchos cargos que hacerle, y que los va a hacer, para que el pueblo todo, se entere y vea la razón que asiste a los surianos para aprovechar la oportunidad de la renovación de la Mesa, para pedir la renuncia de González Garza. Insiste en que la permanencia de González Garza en el poder, ha creado con el Sur una situación insostenible, pues con excepción de pocos elementos surianos, cuya opinión no ha consultado, puede asegurar que la mayoría está inconforme con la política de González Garza.

Advierte que no sabe qué sucederá si los del Norte se empeñan en conservar en el poder a González Garza, pero sí cree que la trascendencia de tal acto afectará grandemente la situación, no sólo del Gobierno de la Convención, sino del país entero.

Anuncia que él, como encargado del Cuartel del Sur, tiene muchos cargos que hacer a González Garza, pero se reserva esos cargos, porque sus colegas tienen otros graveS; algunos probados, otros vagos, pero robustecidos por sospechas justificadas.

Asegura, finalmente, que el Sur, al exponer su petición, no se vale de maquinaciones, Que todo es claro como la luz, y pide a todos los delegados que llamen en su auxilio la razón y el buen criterio, para resolver este asunto, que es de gran importancia. Pide que se deseche la moción a debate porque la renovación de la Mesa, debe ser total.

LA OPINION DEL GENERAL ZAPATA

El delegado Piña habla para sentar un hecho. Expresa que en la entrevista celebrada últimamente con el general Zapata, éste jefe estimó de inconveniente, por ahora, la separación del actual Encargado del Ejecutivo.

Apela el delegado Piña a la honorabilidad del delegado Bonilla, que presenció la entrevista. (Las galerías aplauden prolongadamente, y se escuchan bravos al general Zapata)

Piña apela también al testimonio de los delegados que lo acompañaron a la entrevista con Zapata, (Contreras y Zubiría y Campa), para que ratifiquen o rectifiquen sus conceptos.

El delegado Bonilla aclara que el general Zapata no empleó el término inconveniente acerca de la separación de González Garza; que cuando la Comisión le habló de la separación del general Palafox de la cartera de Agricultura, el general Zapata expresó su deseo firme de que dicho funcionario continuara en su puesto, y que es cierto que mostró conformidad en el plazo que la Comisión pidió para que la Asamblea nombrase presidente preconstitucional, mientras había comunicaciones con el Norte y se ponían de acuerdo con los revolucionarios que militan con el general Villa.

Disculpa la afirmación de Piña, porque éste se sintió con fiebre después de la entrevista.

Entre Bonilla y Piña surgen otras aclaraciones, y por ellas se sabe que el general Zapata, al considerar que había incompatibilidad entre Palafox y González Garza, expresó que Palafox debía continuar en su puesto, y que González Garza, si quería, podía renunciar.

EL PRESTIGIO DE LA CONVENCION

Aborda la tribuna el delegado Palacios Moreno. Estima que el prestigo de la Convención está al borde de un abismo, porque sus actos no revisten la seriedad que debían tener. Cree que el asunto que es motivo de la discusión, puede y debe resolverse de acuerdo con el régimen parlamentario que está en vigencia, puesto que fue promulgado. De esta manera todo quedará subsanado, con el nombramiento de nuevo Gabinete (Díaz Soto y Gama interrumpe: ¿Cuál Gabinete?) ... Hace dos meses, el Encargado del Ejecutivo presentó candidatos. (Rumores del Sur: ¡ah! Risas) ... y si no estamos conformes con esa política, pidamos que caigan los Ministros (Díaz Soto y Gama: ¿Cuáles Ministros?) ... Hace dos meses. (Nuevos rumores y risas del Sur)

Palacios Moreno dice que va a abogar por el prestigio de la Convención, por que se respeten los acuerdos y leyes que la misma ha dictado, pues estima que si los revolucionarios no son capaces para respetar sus disposiciones, entonces que se rompa todo cuanto se ha hecho y se vayan todos a la calle. (Las galerías aplauden ruidosamente)

Estima el orador que es inconveniente aprovechar el cambio de Mesa Directiva para remover al actual Encargado del Ejecutivo, porque sería sentar el precedente de que cada mes hubiera nuevo Encargado del Poder Ejecutivo.

Recuerda que la ley parlamentaria señala tres casos en que el presidente puede ser destituido, y cree que de acuerdo con esa disposición, se debe pedir la renuncia de González Garza; pero mientras tanto, la renovación de la Mesa sólo debe hacerse en sus vicepresidente y secretarios.

Señala, luego, el peligro de quedar a merced de la voluntad de caudillos, porque entonces la Asamblea quedará sin respetabilidad, y nadie la tomará en serio; los mismos jefes que ahora la reconocen como poder supremo, vacilarán con los frecuentes cambios de presidente, y nadie sabrá a qué atenerse.

Estima que lo que piden los surianos, es un mal paso, y que éste, como todas las medidas inconvenientes que se han dictado, obedece a circunstancias políticas del momento, las cuales no deben formar regla para el legislador.

(La Presidencia suplica a las personas de las galerías que ocupaban un palco, que lo desalojaran, para que pudieran penetrar algunos miembros del Cuerpo Diplomático, que deseaban presenciar la discusión)

Palacios Moreno continúa en el uso de la palabra. Estima de inexacta la afirmación de que González Garza sea motivo de desunión entre el Norte y el Sur; cita el caso de que el general Pacheco, revolucionario suriano, con bastante prestigio, ha ocupado la cartera de Guerra, gustoso de colaborar con el general González Garza, y, según dice un oficio del Encargado del Ejecutivo, otros elementos surianos están igualmente dispuestos a formar parte del Gabinete; respecto de los candidatos del Norte que están en Chihuahua, el mismo Encargado del Ejecutívo, está seguro de que aceptarán.

¿Dónde está -pregunta el orador- la necesidad de renovar al Encargado del Ejecutivo? ¿Dónde las causas de desunión de que habla, no la delegación del Sur, sino la facción palafoxista? Porque, es necesario decirlo de una vez, aquí, en todo esto, sólo hay maquinaciones de los palafoxistas, aquí hay una llaga, y porque sobre esa llaga el Encargado del Ejecutivo aplicó el hierro candente de la verdad, se hacen todas estas maquinaciones contra el general González Garza. (Voces del Sur: ¡No es cierto!) (Las galerías aplauden)

El orador continúa:

No soy el primero en señalar esa llaga. Desde la conferencia íniciada por Carranza, entre Villarreal, Cabrera y el general Zapata, Cabrera, con el tino que tiene para ver las cosas, declaró que Palafox era la llaga de la Revolución del Sur; pues bien, ¡tengamos valor para enfrentarnos a esa llaga, que amenaza ser una llaga nacional! (Aplausos en las galerías)

Insiste Palacios Moreno en que Palafox es la única causa de todas las dificultades que se han presentado, que ese es el origen de los discursos de Díaz Soto y Gama, de las amenazas de cuartelazos de que habla Orozco; y pide que los delegados tengan suficiente valor civil para jugarse la cabeza ...¡Yo me la he jugado ya, porque para eso soy revolucionario! (Aplausos en las galerías)

Luego se refiere a las imputaciones del licenciado Díaz Soto y Gama, hechas en sesiones anteriores, acerca de los adictos y serviles del Ejecutivo. Dice que él es adicto al Ejecutivo, porque ése no cuenta con más fuerza que su valor civil para enfrentarse a las bayonetas de Palafox. (Aplausos)

Opina de Diaz y Soto y Gama, que antes atacó las tiranías; ahora las defiende. (Aplausos)

Termina pidiendo que la renovación de la Mesa no se haga en su totalidad, como quiere el Sur; que si se desea la destitución de González Garza, se pida, de acuerdo con las prevenciones que fija la ley parlamentaria, y pide a los que tienen compromisos con Palafox, que aplacen sus exigencias, para mejor ocasión, en que la estabilidad del Gobierno y la salud de la Patria no corran peligro. (Aplausos)

MOTIVOS DE NO RECONOCIMIENTO

El delegado Piña insiste en que sus compañeros de Comisión ratifiquen sus palabras acerca de que el general Zapata cree inconveniente la remoción de González Garza en los momentos actuales.

Contreras hace constar que el general Zapata ha sido informado de que el enviado del presidente Wilson manifestó que los frecuentes cambios de presidentes en el Gobierno Convencionista, eran motivo para que el Gobierno norteamericano no hubiera reconocido al nuestro; que también ha pesado la cuestión económica y ha advertido que el cambio de presidente, por ahora, traería consigo la depresión de nuestra moneda, y, finalmente, que está de acuerdo en que se aplace algún tiempo la designación de presídente preconstitucional.

Zubiría y Campa informa que pudo advertir que el general Zapata no está interesado en el cambio de Encargado del Ejecutivo, y que por dos veces manifestó que estima inconveniente que por ahora se haga la remoción.

El delegado Bonilla hace nuevas aclaraciones, en el sentido en que habló la primera vez.

El delegado Ledesma habla para asentar hechQs. Durante su peroración, es interrumpido por frecuentes y ruidosos siseos de las curules y las galerías. La Mesa llama al orden a estas últimas, y ruega a los delegados que escuchen con atención al orador. Como a pesar de las recomendaciones de la Presidencia, Ledesma es interrumpido nuevamente, renuncia a seguir hablando, porque estima que se le coarta la libertad.

El delegado Díaz Soto y Gama hace interpelaciones al delegado Borrego, representante del general González Garza en la Convención. Del diálogo entablado se desprende que el Encargado del Ejecutivo no admitirá nuevamente en su Gabinete al general Palafox, que el general Zapata desea que Palafox continúe en su puesto, que Piña no está dispuesto a que sea reconsiderado el caso Palafox por la Asamblea, y que el mismo general Zapata pide la reconsideración de ese asunto, para que se obre en justicia.

Si Palafox resulta culpable, que se le substituya.

Toca su turno, para hablar, al licenciado Díaz Soto y Gama. Cede su puesto al general Montaño, y éste lo cede al que sigue en la lista de inscripción.

Habla el delegado Castro. Dice que ya se esperaba las argumentaciones de los del pro; pero que él va a hablar conforme a su conciencia. Estima que la labor del Ejecutivo no ha sido eficaz, como las circunstancias lo demandan (siseos y aplausos), que los reaccionarios se pasean insolentes protegidos por el Ejecutivo, cita el caso de Jiménez Castro. Considera que el general Palafox en el Ministerio de Agricultura es una garantía para que se cumplan los ideales agrarios de la Revolución, y no ve que haya motivos para restar a la causa un hombre tan valioso.

La Presidencia hace notar al orador, que no está a discusión el asunto Palafox. (Las galerías aplauden a la Presidencia y sisean al orador)

Castro sigue hablando acerca de la personalidad del general Palafox, elogiándolo como radical, y tacha al Ejecutivo de hombre débil. Por estas causas la delegación de la División Carrera Torres no puede estar conforme con la política de González Garza.

El delegado Menchaca interpela a Castro si la delegación de que forma parte, ha consultado a sus generales su opinión sobre la gestión del Encargado del Ejecutivo.

Castro contesta que expresa su sentir como revolucionario, y está seguro que si su representado estuviera aquí, opinaría lo mismo. (Aplausos del Sur)

El delegado Treviño advierte a la Asamblea que los delegados de la División Carrera Torres son partícipes de una empresa agrícola que se está fundando en Morelos. Con este motivo, Castro hace varias aclaraciones.

Surge un incidente, sobre el cual hablan los delegados Treviño, Chargoy y Méndez, para aclarar lo relativo a la colonia agrícola que se ha fundado en Cuernavaca, y en la que tiene participación Mr. Hall.

El delegado Treviño es acusado de haber hecho un cargo muy grave del delegado Méndez, y se defiende diciendo que mientras no se le pruebe, nada le interesará lo que se le imputa.

Nuevamente se habla de los negocios que en la colonia se efectúan, hasta por algunos delegados, y toma la palabra el delegado Nieto:

El delegado Orozco, señores delegados, expresó que las ideas puestas a discusión debían ser diáfanas y cristalinas; recojo el concepto y ruego a los delegados que normen su conducta por esa recomendación, olvidando que si nosotros -según se nos achaca- perdemos nuestra independencia en las antesalas del Ejecutivo, hay muchos que la perdieron también en las antesalas de Palafox ...

Recordó que la permanencia de Roque González Garza en el poder, es el resultado de un pacto de honor hecho en Cuernavaca, donde Díaz Soto y Gama mismo lo admitió, con la sola condición de que el régimen parlamentario se implantase, y afirma que la facción contraria a González Garza, sólo obra movida por intereses de personalismos obcecados.

Para concluir, asegura que el general González Garza continúa siendo el trait d´union entre el Norte y el Sur, porque los disidentes que siguen a Palafox, son muy pocos, y entre los adictos al Ejecutivo se halla lo más prestigiado de las huestes surianas. Se refiere a la Comisión del Norte que en reciente fecha fue a Cuernavaca a traer la opinión del general Zapata, y hace un llamamiento a todos los delegados, para obrar con cordura en tan delicado asunto.

Retuerce el argumento de sus contrarios, que aseguran el rompimiento del Norte con el Sur, en virtud de que éste no está de acuerdo con que González Garza siga en el poder, y asienta:

Lo mismo podemos decir los del Norte, puesto que puede romperse la unión porque nosotros no juzguemos conveniente que Palafox vaya al poder.

La remoción frecuente de Primer Magistrado -continúa- como ya lo dijo el licenciado Palacios Moreno, quita seriedad a nuestra causa revolucionaria.

La Revolución se hunde, señores, no porque estén o dejen de estar en la presidencia el general Palafox o el general González Garza, sino por nuestra incompetencia en estas curules.

Desprecia las amenazas que Orozco hiciera, y exclama:

Si por no reconsiderar el asunto Palafox correrá sangre (según dijo el delegado aludido) y esa es la nuestra, que sea en buena hora: estamos dispuestos para ello. (Aplausos)

Cuenta una hermosa leyenda romana, deduce una consecuencia práctica de ella, y señala el empeño de los partidarios de Palafox, que llevan esta divisa al atacar a González Garza: Si cayó el nuestro, que el otro caiga también ... Reitera la afirmación sobre la firmeza con que se mantendrán en sus puestos, y es largamente aplaudido.

LA IMPUGNACION DE DIAZ SOTO y GAMA

El discurso del delegado Diaz Soto y Gama fue una larga serie de cargos al Ejecutivo, a quien acusó de no tener en su gestión algún acto revolucionario (siseos y aplausos), de no perseguir a los enemigos, como al asesino Jiménez Castro, que se pasea en Plateros; de que sus partidarios obstruccionan por la formación del Comité de Salud Pública; de que ha llamado lirismo al reparto de tierras y quiere alquilarlas; de que intenta atraerse las simpatías de generales surianos, a quienes -como al general Castillo- da dinero para pagos, que les niega a los pagadores del Cuartel General; de haberse atraido de ese modo a Almazán y al general citado; de oponerse a que Palafox esté en Agricultura, donde es necesario, ya que el Ejecutivo dicta medidas reaccionarias, y quiere que el Centro tenga facultad para legislar en los Estados; de no crear el departamento de confiscaciones; de tener en su Estado Mayor a felixistas como Meraz Rivera; de haberse unido a la defensa social, etc., etc.

Parangona la conducta del Jefe del Ejecutivo con la de Palafox; dice que Villa lo regañó; que sólo se dirige a las galerias cuando va a informar a la Asamblea. El licenciado Palacios Moreno, el delegado Pérez Taylor, la Compañia de Luz y Fuerza, Maytorena, Velázquez y otros, son objeto de los ataques del orador. (Las galerias y tribunas interrumpen con aplausos, escasas ocasiones; si sean frecuentemente; lanzan exclamaciones de ¡uy, uy!, cuando amenaza al Ejecutivo; dan origen a significativos rumores, hasta que resumiendo su discurso concluye, entre siseos y aplausos)

Velázquez dice: Maytorena, a quien ataca el delegado Soto y Gama, ha repartido ya las tierras a los yaquis, mientras el señor Soto y Gama está haciéndose terrateniente ... (Aplausos)

El delegado Nieto hace las siguientes aclaraciones: No es verdad que el Ejecutivo no haya propuesto Ministros, desde el 28 de mayo los propuso; las galerias aplauden al general González Garza, porque son más conscientes que muchos delegados (aplausos), que el disgusto entre Zapata y el Ejecutivo no io cree, porque la única fuente de información -en ese sentido- es el delegado Díaz Soto y Gama. Por último, demuestra que no es excesiva la cantidad que se da decenalmente para la Brigada González Garza, porque, efectivamente, consta de los elementos que figuran en las nóminas, y no como otras Brigadas, cuyo efectivo es sólo imaginario.

Calumniar no es acusar, señor Soto y Gama, y usted sólo tiene una gran aptitud para disparatar y para calumniar. (Largos aplausos)

Como el impugnador del Ejecutivo ha dicho que Villa regañó a González Garza, Acosta dice que tal cargo es capcioso.

El incidente nacido de tal afirmación, es complicado, hablan varios delegados (Quevedo, Ortiz) y Liñeiro da la explicación, diciendo que si Villa dijo algo despreciativo del Ejecutivo, fue porque no habían podido cortarle a los disidentes la comunicación con Veracruz, mientras las fuerzas del Norte combatían a Obregón en Celaya ... (Aplausos)

EL DISCURSO DE CERVANTES

El delegado Cervantes, entre aplausos de las galerías, se dirige a la tribuna y dice:

Os pido perdón, señores delegados, si inicio mi discurso con dos oraciones; la primera es del delegado Soto y Gama y dice: ¡Ay del Jefe del Ejecutivo si continúa en la Presidencia!; y la segunda es perteneciente a una de las arengas célebres de Cicerón, conocida por catilinaria, y dice: ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?, ¿ hasta cuándo este furioso ardor tuyo nos poseerá de esta manera? ... (Lee el primer período de la requisitoria ciceroniana, y es aplaudido)

Hace tres horas que está a discusión una sencillísima moción que tiene por objeto renovar la Mesa Directiva de la Convención; mas esto ha servido de pretexto para traernos por raros vericuetos a ciertas cuestiones fundamentales, y originar nuevos ataques contra Roque González Garza. Los del contra exhiben paladinamente un móvil de personalismo, porque si atendieran a la lógica de las cosas, verían que el nombramiento de vicepresidentes es un asunto, y otro el de la defensa de Palafox y los ataques al Ejecutivo, a quien no se pierde ocasión para lastimar.

Los cargos contra él son infantiles, de sobra conocidos y sin pruebas, es decir: ¡mendaces!...

Demuestra que aún sigue siendo González Garza el trait d'union entre el Norte y el Sur, recuerda su fecunda obra de unidad, realizada en Aguascalientes; se refiere a la amenaza de Díaz Soto y Gama, quien afirmó que si Roque González Garza no dejaba el poder, sobrevendría un cisma; asienta el hecho de que la Convención no es respetada porque no se apoya en la fuerza de las bayonetas, como sucede con Palafox, que permanece a la fuerza en Agricultura.

Señala la inconveniencia de exigir que Palafox vuelva al Gabinete, sin haber antes sido depurado por un juicio; a fin de ver si los actos delictuosos de que se le acusa, son o no verdaderos, y defiende al Ejecutivo del cargo que se le hace, de no perseguir a los enemigos, citando hechos concretos. De igual modo procede en io relativo a que se diga que soborna a jefes del Sur.

Insiste en el caso de que los disidentes aun tengan comunicación con Veracruz, a pesar de ser hondamente dañoso para el general Villa, y censura a los que hablan de unión, en vísperas de un terrible encuentro; déjese -prosigue- esto para cuando seamos fuertes; entonces abriremos los brazos a nuestros hermanos equivocados; hoy, hablar de acercamiento, son bellas palabras que indican un proceder desleal ...

Concluye asegurando que la única arma que el Ejecutivo posee contra sus enemigos, es su conducta inmaculada, que no puede tacharse de reaccionaria, a pesar de todos los empeños de los que a diario lo impugnan. (Aplausos)

Como la hora es muy avanzada (10 p. m.) se levanta la sesión.

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