Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 10 de mayo de 1915 Sesión del 12 de mayo de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 11 DE MAYO DE 1915

Presidencia del ciudadano José Quevedo

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 12 de mayo de 1915)


En la sesión que ayer celebró la Convención Revolucionaria, se siguió tratando el artículo XXIV del Programa de Reformas, y que se refiere a la nueva organización del Ejército Nacional. Después de varias aclaraciones, se convino en que el artículo volviera a la Comisión, para que fuese modificado, de acuerdo con el sentir de la Asamblea, manifestado en el curso de los debates.

A continuación, se presentó, modificado, el artículo VI, que se refiere a la Ley Minera, y que se había retirado para redactarlo en otra forma. Ya modificado, fue objeto de nuevas impugnaciones, proponiendo algunas otras adiciones que se consideran indispensables.

Se comenzó a discutir una proposición para que el Encargado del Ejecutivo destine la suma de dos millones de pesos en la compra de artículos de primera necesidad para mejorar las condiciones del pueblo. Hoy se decidirá este asunto, previo dictamen que rinda la Comisión respectiva.

La delegación de las fuerzas del general Carrera Torres presentó una proposición en el sentido de que la Asamblea Revolucionaria emprenda, inmediatamente, los trabajos que juzgue más apropiados para obtener la unificación revolucionaria. La proposición fue recibida con aplausos, y pasó a la Comisión respectiva, para que dictamine.

COMIENZA LA SESION

A las cuatro y veinticinco de la tarde comienza la sesión, presidida por el delegado Quevedo. El acta de la anterior resulta aprobada, con algunas aclaraciones de los delegados Liñeiro, Pasuengo Sergio, y Piña.

Inmediatamente después se da lectura a una atenta invitación que la delegación suriana hace a sus colegas del Norte, para asistir a una junta privada fijada para hoy miércoles a las diez de la mañana, en la Cámara de Diputados, y destinada a cambiar impresiones sobre asuntos políticos de actualidad. Se acepta la invitación.

Luego, la Secretaría anuncia que sigue la discusión del artículo XXIV del Proyecto de Reformas de la Revolución, que se refiere a la organización del Ejército. Los ciudadanos inscritos desde el día anterior, hacen uso de la palabra, para aclaraciones, rectificaciones y alusiones personales.

El delegado Orozco estima que el sostenedor del artículo -Cervantes- no ha llegado al fondo de la cuestión, desde el punto de vista de nuestras condiciones sociológicas, e insiste en que el Ejército ex federal era una institución corrompida y que el sistema de su organización resulta corruptor; en consecuencia, no pueden caber ni el uno ni la otra en la formación del nuevo Ejército de la Revolución. Combate también la idea del servicio militar obligatorio, estimándolo inconveniente, e insinúa que su sostenedor -el delegado Cervantes- lo pide, por un espíritu profesionista, de la misma manera que los clérigos hacen propaganda para buscarse adeptos. (Se escuchan siseos en las galerías)

Para terminar, dice que la argumentación de Cervantes nada resuelve, y que más han hecho los carrancistas para resolver varios problemas, por lo cual los aplaude.

El delegado Piña advierte que no se trata del servicio obligatorio, cuestión que no propone el artículo, sino una ligera modificación que consiste en el concepto organizar, por el de reorganizar.

Luego, el delegado Samper hace algunas aclaraciones, en las que se muestra de acuerdo con el delegado Cervantes; pero como ése no es asunto de discusión inmediata, propone únicamente la modificación del concepto antes citado.

González Cordero insiste en sus proposiciones, formuladas el día anterior, sobre las pensiones a viudas y huérfanos de los revolucionarios que han muerto, la prohibición de la leva y la fijación de la recompensa que obtendrán los soldados que pertenecen a la Revolución, cuando éstos dejen de servir al Ejército.

El delegado Fierro rectifica algunos conceptos que el delegado Cervantes expresó en la sesión anterior.

En seguida, habla Cervantes. Deplora que se emplee el tiempo en contestar alusiones personales, desatendiéndose del punto a debate. Rectifica varios conceptos del delegado Orozco, le hace notar que no es posible destruir el pasado, porque del pasado tenemos algo que forma parte de nuestra propia vida. Critica las tendencias de aplaudir frecuentemente al carrancismo, con el pretexto de las comparaciones, pues aunque un espíritu de fraternidad lleve al grupo convencionista a buscar la unión de todas las facciones revolucionarias, no hay que olvidar que el carrancismo es una facción política enemiga, que, porque ha obrado mal, está en desacuerdo con los otros revolucionarios del Norte y del Sur. Y si continuamente se les aplaude, resultará un contrasentido la lucha que se sostiene. Agrega que los extremados elogios al carrancismo, dan lugar a que en público se diga que en el seno de la Convención hay elementos que pretenden pactar con Carranza para traicionar a Villa. (Aplausos en las galerías) (Rumores en las curules del Sur. Voces: no es cierto)

Cervantes continúa su peroración. Insinúa la conveniencia de organizar cuanto antes los elementos del Norte y del Sur, para que los esfuerzos de éstos contra el enemigo sean más eficaces. Respecto a las proposiciones del delegado González Cordero, dice que no tiene inconveniente en aceptarlas, y que para ese efecto, le ruega que las presente concretas.

UNA TRANSACCION PATRIOTICA PARA BIEN DE LA REVOLUCION

Habla el licenciado Díaz Soto y Gama. Se extraña de los conceptos de Cervantes acerca de los rumores de la calle, que insinúan el pacto con Carranza para traicionar a Villa. Se dicen muchas cosas, de las que no hay que hacer caso. Pero desde el punto de vista patriótico, buscar una transacción que una a todos los elementos revolucionarios, para salvar la obra de la Revolución, nada tiene de reprobable el deseo de que cuanto antes se llegue a esa unión, que dará término a la lucha criminal y dolorosa. (Aplausos)

Agrega que él estima que no hay motivos para rechazar ese deseo de unificación, porque los ideales de una y otra facciones, son los mismos, ambos grupos luchan por el mejoramiento social del país, y que sólo pueden oponerse a la deseada unificación los reaccionarios, que verán en ese pacto el derrumbamiento definitivo de sus ambiciones. Añade que a las dos facciones en pugna sólo las separa un hombre -Carranza- y que sólo están en desacuerdo los convencionistas, en lo que se refiere a los procedimientos de los carrancistas, que al buscar el camino para llegar al fin revolucionario, cometen actos que ningún beneficio traen a la obra revolucionaria. (Aplausos en galerías y curules)

Para hacer aclaraciones, replica Cervantes. Está de acuerdo con las ideas de Díaz Soto y Gama, en lo que respecta a la unificación revolucionaria, pero no está conforme con que se califique de criminal la actitud de los jefes que están peleando precisamente por devolver la tranquilidad a la Nación. Estima que el criterio de Díaz Soto y Gama es el de un recluta que no tiene fe en el triunfo, ni fe en su causa. (Rumores)

Agrega que es necesario poseer aptitud militar para llegar al triunfo, y recuerda la frase de Simón Bolívar de que están de antemano vencidos los que no esperan la victoria.

Cervantes hace notar que él sabe que en las filas carrancistas hay elementos buenos, que están equivocados, que han entrado a una lucha por sostener a un hombre; pero esos elementos tienen las puertas abiertas para volver a la Convención cuando reconozcan su error. También, como Soto y Gama, está en desacuerdo con los procedimientos de los carrancistas, por considerarlos infructuosos y hasta contraproducentes para los fines revolucionarios, pero a pesar de todo, estima que los disidentes son equivocados que tarde o temprano, se convencerán. Y para demostrar que los jefes del Norte tienen el mismo espíritu de confraternidad hacia los descarriados, cita fragmentos de un manifiesto que el general Angeles publicó en Monterrey, y en el cual documento llama a los carrancistas hermanos equivocados. (Aplausos en galerías y curules)

Díaz Soto y Gama vuelve a hacer uso de la palabra. Díce que no duda en el triunfo militar, por más que éste signifique muy poco; pero como buen mexicano, desea el triunfo moral, el convencimiento por la razón. Sólo al enemigo se le debe combatir por la fuerza; al amigo equivocado, por la persuasión. Y éste será el único triunfo verdadero, porque traerá la unificación revolucionaria. (Aplausos de las curules y de las galerias)

La Presidencia ruega que se dé por terminado el incidente. Se consulta si la Asamblea permite retirar el artículo a debate, para que sea modificado. La respuesta es afirmativa.

EL ARTICULO SOBRE LA LEY MINERA

A continuación, se presenta modificado el artículo VI del Programa, que había sido retirado para modificarlo, y que decía:

Aplicar una legislación minera que, además de impedir el acaparamiento de vastas zonas, declare caducas las concesiones de aquellas minas cuya explotación se suspenda por más de cierto tiempo.

Modificado, quedó redactado en esta forma:

Expedir una legislación minera que otorgue derechos a los descubridores de yacimientos metalíferos, proteja a la clase trabajadora de las minas, impida el acaparamiento de vastas zonas, favorezca las explotaciones y tienda a intensificar la producción.

Con esta nueva modificación, está en desacuerdo el miembro de la Comisión de Programa, general Pasuengo.

Puesto a discusión el artículo reformado, hace uso de la palabra el delegado González Cordero, y expone que el citado artículo resulta deficiente, porque le faltan algunas buenas prevenciones que contenía el primero, y, además, no previene nada en lo que se refiere a la explotación petrolífera.

Después de detallada exposición, propone que si la Comisión no tiene inconveniente, acepte el artículo en la forma que él propone, y que es la siguiente:

Art. VI. Expedir una legislación minera que asegure los derechos de los descubridores de los yacimientos metalíferos; proteja a la clase trabajadora de las minas; que impida el acaparamiento de vastas zonas, siendo la superficie de éstas en relación con el capital que prometan invertir; que declare caducas las concesiones de aquellas minas cuya explotación se suspenda sin causa justificada por más de cierto tiempo, a juicio de la dirección de las minas y del petróleo, que se creará dependiente de la Secretaria de Fomento; favorezca las explotaciones y tienda a intensificar el trabajo de las minas.

Expedir una legislación petrolífera en que, sin nacionalizar el petróleo, sean debidamente garantizados los derechos de los propietarios del subsuelo, así como los de la Nación, y declarándose de utilidad pública la industria petrolera.

Se impedirá la mala explotación y derroche de los recursos naturales; se revisarán las tarifas ferrocarrileras para abaratar los transportes, y se darán facilidades para la construcción de oleoductos y de toda clase de vías de comunicación en las regiones mineras y petrolíferas.

El delegado Velázquez está de acuerdo en que la legislación minera dé preferencia a los descubridores de vetas metaliferas.

El general Sergio Pasuengo propone que, para evitar largas discusiones, puesto que los tres artículos dados a conocer contienen buenos principios, se concreten en uno solo.

Finalmente, habla sobre este asunto el licenciado Zubiría y Campa, quien apoya en gran parte las modificaciones propuestas por el delegado González Cordero.

INVERSION DE FONDOS EN LA COMPRA DE VIVERES

Después de pasar lista, porque durante la peroración del delegado Zubiría y Campa, muchos representantes habían salido a los pasillos y el quórum quedó incompleto, la Secretaría dio lectura a una moción presentada por los ciudadanos Lecona y Diaz Soto y Gama, pidiendo que se ordene al Ejecutivo que invierta la suma de dos millones de pesos en abastecimiento de víveres para mejorar la situación económica del pueblo, a reserva de que cuando las circunstancias lo permitan, se destinen al mismo objeto los tres millones restantes de la autorización por cinco millones que se expidió en Cuernavaca. Los proponentes piden que el asunto se considere de pronta y obvia resolución.

El licenciado Díaz Soto y Gama hace uso de la palabra para fundar la proposición y expone las razones que los proponentes tuvieron en cuenta para dirigirse en ese sentido a la Asamblea. Las consideraciones económicas que hace, respecto al pueblo, merecen el aplauso de las galerías.

El ciudadano Casta se opone a que el asunto se considere inmediatamente, entre otras cosas, porque no hay dinero, y se pondría al Ejecutivo en un conflicto si se le ordenaba el desembolso de dos millones de pesos. Además, pregunta que adónde van a comprarse las mercancías, puesto que en lugares con los cuales está comunicado México, hay más carestia de ellos, que en la misma metrópoli.

Preguntada la Asamblea si el asunto se considera de pronta y obvia resolución, contesta en sentido afirmativo.

La proposición pasa inmediatamente a la Comisión respectiva, para que dictamine.

El delegado Cervantes apoya la moción presentada, y agrega que si no hay dinero, en vez de diez millones de pesos que se van a emitir para gastos de guerra, se emitan quince millones, para que cinco se destinen al cumplimiento del acuerdo de Cuernavaca. (Aplausos)

El delegado Piña explica por qué el Ejecutivo no dio cumplimiento a la disposición de emplear cinco millones de pesos al alivio de las necesidades del pueblo de México. La razón es de que se había decretado una emisión de veinticinco millones de pesos, y posteriormente el mismo Ejecutivo derogó ese decreto. Estima, además, que la inversión de dos o más millones, remediaría la situación transitoriamente, que, lo conducente, sería procurar por todos los medios hacer cesar la guerra civil, para que mejoraran las condiciones económicas en toda la República. (Aplausos en las galerías)

El delegado Marines Valero está de acuerdo con lo dicho por Piña y estima que el encarecimiento y escasez de artículos de primera necesidad, se debe a la explotación que hacen algunos individuos, prevalidos de sus grados en el Ejército. Denuncia un inmoral sistema de alcabalas y otros abusos que hay que remediar. (Aplausos en las galerías)

El delegado Díaz Soto y Gama explica las causas de tales abusos, fundándose en las condiciones especiales por que atravesamos. Y con este motivo, surge una discusión entre Cervantes y Díaz Soto y Gama, acerca de lo que debe ser el soldado y la manera de cómo debe comportarse.

Nieto asienta hechos que se relacionan con los abusos de que se ha hablado.

La Presidencia ruega que se dé por terminado el incidente, y mientras dictamina la Comisión sobre el punto a debate, se pasa a dar lectura a otros asuntos.

Dos credenciales expedidas por los generales Vargas y Albarrán.

Que se forme un presupuesto de gastos para el Comité de Salud Pública, Liñeiro.

Emancipación de la Universidad Nacional, Pérez Taylor.

Procurar el servicio militar obligatorio, Cervantes.

Credencial expedida por el general Banderas, en favor del licenciado Rodríguez, en substitución del delegado Gavaldón, que marchó a campaña.

Estudio sobre la resolución del problema económico de México, Carpio, Sabatini y Casas. Lo hace suyo el delegado Cervantes.

EL ACERCAMIENTO DE LOS DISIDENTES

A continuación se lee una proposición de los delegados Castro, Zamora, Espinosa y Chargoy, a la cual se adhieren Díaz Soto y Gama y Lecona, en la que proponen, por razones de índole humanitaria, y desde el punto de vista de la conveniencia revolucionaria, que la Convención procure, por todos los medios que estén a su alcance, obtener la unificación revolucionaria, por medio del acercamiento de los disidentes. (Aplausos)

Se pide que el asunto se considere de pronta y obvia resolución.

El delegado Nieto hace constar que hace varios días presentó, juntamente con el ciudadano Piña, una moción en ese sentido, y que, por lo tanto, no se crea que es opositor de esa idea; pero estima que es asunto que no se debe festinar, sino estudiarse con calma, para obtener mejores resultados. Insinúa la conveniencia de esperar los resultados de las operaciones militares que se desarrollan actualmente, porque cree que entonces la Convención quedará en mejores condiciones para obtener mayor eficacia en sus trabajos.

El delegado Castro funda la proposición.

La Secretaría pregunta si se considera de pronta y obvia resolución. La Asamblea resuelve en sentido negativo.

Con la lectura de la orden del día, termina la sesión a las ocho de la noche.

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