Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 7 de mayo de 1915 Sesión del 10 de mayo de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 8 DE MAYO DE 1915

Presidencia del ciudadano José Quevedo

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 10 de mayo de 1915)


En la sesión que el sábado último celebró la Soberana Convención Revolucionaria, resultó aprobado por mayoría de votos el artículo XXIII del Programa de Reformas Politicas y Sociales de la Revolución, concebido en los siguientes términos:

Art. XXIII. Atender a las ingentes necesidades de educación y de instrucción laica que reclama el pueblo, elevando la remuneración y consideración del profesorado, estableciendo escuelas normales en cada Estado, o regionales en donde se necesiten, exigiendo en los programas de instrucción que se dedique mayor tiempo a la cultura física y a los trabajos manuales y de instrucción práctica, e impidiendo a instituciones religiosas que impartan la instrucción pública en las escuelas particulares.

La votación se recogió nominalmente, y se obtuvo un cómputo de cuarenta y cinco votos por la afirmativa, contra veinticuatro por la negativa.

LA SESION

A las cuatro y veinte minutos de la tarde se abrió la sesión, bajo la presidencia del ciudadano Quevedo; se dio lectura al acta de la anterior, que fue aprobada sin debate. Luego ocupó la Presidencia el ciudadano Mesa Salinas, y se dio lectura a los nombres de los ciudadanos inscritos para hablar sobre el asunto a discusión.

El delegado Cuervo Martínez hace uso de la palabra para aclaraciones, y manifiesta que está conforme con lo que en sesión anterior asentó el delegado Cervantes, acerca de la necesidad que hay, de que en nuestro sistema de educación se dé preferencia a la enseñanza práctica, en igual grado que a la teórica.

En seguida, el delegado Mejía hace también algunas aclaraciones y argumenta en el sentido de que debe hacerse toda clase de esfuerzos para lograr que la instrucción en México llene los altos fines que le corresponden, desterrando los viejos sistemas cUyos resultados, según se ha visto, no son prácticos, ni han llenado las condiciones que nuestro medio requiere.

Es, pues, indispensable, qUe todos los esfuerzos del Gobierno tiendan en lo sucesivo a crear la pedagogía nacional.

EMANCIPACION DE LA UNIVERSIDAD

A continuación pasa a la tribuna el delegado Pérez Taylor, anunciando que también va a hacer algunas aclaraciones.

Considera que el asunto de la educación, que reviste trascendental importancia, no ha sido abordado en el punto de capital interés que presenta, pues el artículo a debate es, más que una base de donde debe partir el sistema educativo, un reglamento que puede ser aplicado después. El asunto primordial, según opina el orador, es el relativo a definir en manos de quién queda la instrucción, porque ahora sucede que el Ministerio de Instrucción Pública es un agente de política, y debido a las condiciones por que atravesamos, el ramo de enseñanza se ve afectado por los continuos cambios. Además, siendo tan estrecho el radio de acción de la Secretaría de Instrucción Pública, sus trabajos quedan circunscritos al Distrito Federal. Plantea el asunto del modo siguiente: Emancipar la Universidad Nacional, aboliendo el Ministerio de Instrucción Pública, o, para obtener resultados más eficaces, emancipar la Universidad y centralizar la enseñanza. De este modo, opina el orador, el agente político habrá desaparecido, y, por consecuencia, todos los que se dediquen a la educación de los niños, prácticamente habrán quedado substraídos a los trastornos que la política pudiera originar.

Considerando la Mesa que el orador se ha extendido más de lo que debiera, en el asunto para el cual pidió la palabra, lo llama al orden, pero a petición de algunos delegados, y con anuencia de la Asamblea, continúa tratando el punto.

Pérez Taylor hace una exposición acerca de cómo funcionaría entonces el ramo de instrucción, dependiendo todas las escuelas de altos estudios de la Universidad, y las de enseñanza primaria y normal, de alguno de los Ministerios: el de Gobernación, por ejemplo.

Insiste en que tal es el punto capital para encauzar por mejores rumbos la enseñanza nacional, y estima que mientras este punto no quede definido, no se habrá llegado a una decisión favorable para la juventud mexicana. (Aplausos)

LA ENSEÑANZA RELIGIOSA

El inciso final del artículo a debate, que prohíbe a las instituciones religiosas que impartan enseñanza en las escuelas, es tratado por varios delegados. Velázquez estima que no se ha definido perfectamente esa prohibición, al decir solamente que en las escuelas particulares.

Encinas argumenta en el sentido que esa prohibición no puede hacerse efectiva, porque es demasiado amplia, y fácilmente se pasaría de la escuela particular al hogar, que no es otra cosa que una pequeña escuela; y esta injerencia resultará inconveniente. Por otra parte, el mismo delegado, estima que la prohibición constituye un ataque a la libertad de trabajo, pues prohibiendo la enseñanza religiosa, se resta en la vida social una carrera, como es la del sacerdocio, la cual debe tener las mismas libertades que otras profesiones.

Para resolver el conflicto propone que en vez de prohibir la enseñanza religiosa en las escuelas particulares, el Gobierno tome especial empeño en establecer muchas y buenas escuelas oficiales, a fin de que los padres de familia den preferencia a las escuelas laicas, sobre cualesquiera otras. Termina diciendo que disiente con la parte final del artículo.

El delegado Marines Valero habla para exponer que la palabra educación debe tener una acepción más amplia que la que le dio en sesión anterior el delegado Cervantes, y contrariamente a lo que fija el artículo en el sentido de que se dedique mayor tiempo a la cultura física y a los trabajos manuales y de instrucción práctica, estima conveniente que ese mayor tiempo, o cuando menos igual, se emplee en la enseñanza de ciencias especulativas.

Cita ejemplos en apoyo de sus argumentos, y opina que el concepto educación, en el artículo, no está claro, y que al impartirse la instrucción se practica la educación.

El delegado Castellanos pide a la Mesa que se pase lista para ver si hay quórum, pues estima que muchos delegados se han ausentado, y no cumplen con su deber. (Aplauso en las galerías)

La Secretaría pasa lista. Muchos delegados que estaban en los pasillos vuelven al salón. La Mesa declara que sí hay quórum y continúa a debate el artículo XXIII.

El delegado Méndez considera que son de tomarse en cuenta los argumentos de Pérez Taylor, porque, efectivamente, es tan estrecho el radio de acción del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, que su influencia quéda circunscrita al DIstrito Federal. Respecto a la prohibición que entraña el artículo a debate, lo estima indispensable para la nueva oríentación de la enseñanza, porque el papel del educador no es religioso, ni puede serlo, porque toda religión resta facultades de aptitud para la lucha.

El general Pasuengo, Sergio, no está conforme con la prohibición; estima que seria más conveniente establecer un servicio de inspección para las escuelas, a fin de que la enseñanza que en ellas se imparta, sea laica. Esto en los primeros años del niño; que en llegando a más edad, el Estado debe dejarlo en libertad para escoger la carrera que mejor quiera. Su tesis se funda en que hay que formar el alma del niño en los primeros años, para grabarle los sentimientos que la escuela laica persigue; después ya no correrá peligro de caer en los prejuicios sectarios.

El vicepresidente Salinas pide permiso para dejar la Presidencia, en virtud de que va a hacer uso de la palabra. Como no está el otro vicepresidente, de acuerdo con la Asamblea, ocupa el sitio el secretario Fierro.

El delegado Salinas explica en conceptos sencillos el por qué de la prohibición a debate. Considera que la grandeza de la Iglesia está en la necesidad de creencias que explota, y puesto que como parte interesada, su mira principal es buscar adeptos, hay que quitar los medios por los cuales puede obtenerlos.

En vista de que ya han hablado tres oradores en contra y tres en pro, la Mesa pregunta si se considera el asunto perfectamente discutido. La mayoría resuelve por la afirmativa. Se pide votación económica; pero como en esta hay confusión, se recogen los votos nominalmente.

Mientras esto sucedía, el delegado Marines Valero, desde su asiento, repitió dos veces: Hago constar ... sin que se le dejara concluir, porque aún no se terminaba la votación.

Recogida ésta, se obtuvo el resultado que anotamos al principio de esta crónica.

Entonces el delegado Marines Valero pudo hablar y dijo que hacía constar que la Asamblea Revolucionaria había aprobado un solemne disparate. (Las galerías aplauden)

Marines Valero prosigue, exponiendo las razones en que funda su afirmación, que son las mismas que expresó antes. Cuando terminó de hablar, las galerías aplaudieron.

El delegado Zepeda pide la palabra (voces: no hay nada a discusión) ... para una protesta. (Voces: quiere protestar a nombre de la iglesia. Otras voces: Que hable, que hable. Siseos, rumores, la Presidencia llama al orden por medio de la campanilla. Más voces: que hable, que hable)

El delegado Zepeda renuncia a hablar.

A continuación se da cuenta con una proposición en que se pide que se excite a la Comisión de Justicia para que presente dictamen acerca de la petición de nulidad de las leyes expedidas en el ramo de Justicia, por el Ejecutivo.

Otra proposición firmada por el ciudadano Roberto M. Tagle, en que propone que sean dados de baja en el Ejército Convencionista los españoles que a dichas filas han ingresado, con el propósito de especular. Varios delegados hacen suya la proposición, y pasa a la Comisión respectiva.

A petición del delegado Marines Valero, la palabra españoles se substituye por extranjeros. (Aplausos)

A continuación se da cuenta con una proposición de varios delegados del Sur para que se suspenda la sesión pública, para entrar en secreta.

La Mesa pregunta a la Asamblea si se accede a lo pedido por los firmantes de la moción. La respuesta es afirmativa, y termina la sesión pública a las seis y cuarenta minutos de la tarde.

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