Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 9 de enero de 1915 Sesión del 11 de enero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 10 DE ENERO DE 1915 CELEBRADA EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Crónica del periódico La Convención, publicada en su edición del día 11 de enero de 1915


La sesión de ayer comenzó a las cinco y veinte minutos de la tarde, El secretario Quevedo pasó lista y el presidente declaró abierta la sesión de la Junta Previa, El secretario Briones dio en seguida lectura al acta de la Junta Previa, relativa a la sesión que antier tuvo lugar, para resolver acerca de las diversas credenciales presentadas, y dicha acta, sin discusión, fue aprobada en votación económica.

Continuó la discusión de credenciales y no estando presentes los representantes de los generales Rafael Buelna y Antonio Noriega, el delegado Castellanos propuso, y se aceptó, que en el periódico La Convención se publicara la lista de los representantes que no han concurrido a las sesiones de la Junta, para sostener sus credenciales, a fin de que, si después de esa inserción, continuaren faltando, se dé aviso de ello por la vía telegráfica a sus respectivos mandatarios.

Puesta al debate la credencial que el general Castilla Brito expidió en favor del ciudadano Alvaro Torres, el capitán Piña hizo la apología del referido general, y ampliada ésta por su mandatario, se aprobó por unanimidad.

En igual sentido se aceptó la que el ciudadano general Cabral expidió en favor del ciudadano Agustín Preciado, previo el informe que sobre sus antecedentes revolucionarios rindió el representante.

Llenado igual requisito se aprobó sin discusión la que el general Orestes Pereyra otorgó a favor del licenciado Francisco Encinas.

Sucesivamente y sin debate se aprobaron: la credencial expedida por el general Santiago Crespo, en favor del coronel Ezequiel Catalán Muñoz.

La otorgada por el general Porfirio Bonilla, en favor del ciudadano Manuel Bonilla Dorantes.

La que el general Vicente Navarro expidió al ciudadano Rodolfo García Romero.

La extendida por el general Rafael Espinosa, en favor del ciudadano Ramón Espinosa.

La que el general Ignacio Moris expidió a favor del ciudadano Enrique Liueiro.

La expedida por el general Luis Huicha, en favor del ciudadano Francisco R. Velázquez.

Al discutirse esta credencial, el ciudadano Díaz Soto y Gama dijo que no debía pasar fríamente el hecho de que la Convención presenciaba, al ver entre sus miembros a los representantes de la aguerrida, indómita y valiente tribu yaqui, que por primera vez tomaba participio en una asamblea mexicana para hacer la paz con los que creyera sus eternos enemigos. Que por lo mismo, era el momento de que se rindiera un homenaje a esa hermosa raza y pedía un aplauso para ella.

Los delegados Montaño y Lecona hicieron suya la anterior proposición y la Asamblea saludó con nutridas palmas la presencia de los delegados que enviaron los generales Moris y Huicha.

Luego se pasó a discutir la credencial otorgada por el general B. López Palian, en favor del ciudadano Luis Zubiría y Campa.

Como el ciudadano Zubiría y Campa fue miembro de la Cámara que funcionó durante el Gobierno del señor Madero, el ciudadano Castellanos, signatario del dictamen, pidió al presunto delegado explicara su actitud cuando se presentó la renuncia de los señores Madero y Pino Suárez.

El ciudadano Zubiría expresó que, cuando tal cosa tuvo lugar, él estaba en Durango; pero que, si hubiera estado aquí, seguramente habría votado como votó el Grupo Renovador a que perteneció, pues se había asegurado que dicho voto significaba la salvación de esas vidas, como se hubieran salvado, si Huerta no hubiera faltado a sus ofrecimientos.

Los ciudadanos Soto y Gama, Pasuengo, Bermúdez de Castro y Encinas, defendieron la personalidad del ciudadano Zubiría, quien por su parte entró en detalles sobre la contienda que siguió el Grupo Renovador.

Terminada la discusión de credenciales, se levantó la sesión de la Junta Previa, para abrirse la de la Soberana Convención Revolucionaria.

El secretario Quevedo leyó el acta de la sesión verificada el sábado último, y sin debate, se aprobó en votación económica.

Los nuevos delegados otorgaron la protesta de honor y pasaron a poner su firma en el libro respectivo.

En seguida se dio cuenta con varias comunicaciones y mensajes dirigidos a la Convención, últimamente, y los cuales recibieron el trámite correspondiente.

Se leyó un mensaje subscrito por el ciudadano López Jiménez y dirigido al delegado Guillermo Servín, en el que le participa que su representado, el general Martiniano Servín, falleció en Ramos Arizpe, combatiendo en contra de los infidentes a la Convención, capitaneados por Maclovio Herrera.

El representante del extinto general presenta su renuncia a la Asamblea, y antes de resolver sobre el particular se da cuenta con una moción subscrita por el ciudadano Alessio Robles, en la que pidió: primero, que en señal de duelo por la muerte del general Servín, se enlute por tres días la tribuna de la Convención; y segundo, que su representante continúe ocupando el puesto que actualmente desempeña.

El ciudadano José H. Castro pide que se añada a esa muestra de condolencia el nombre del general Cleofas Cedillo, muerto, igualmente, en el campo de batalla.

Muy emocionado aborda la tribuna el general González Garza, para lamentar que el signatario de la proposición estuviera ausente y no pudiera fundarla; pero en su defecto, él lo hará. Dice que toma la palabra para venir a derramar una lágrima sincera sobre la tumba recién abierta del general Servín.

Esto, señores -añadió-, me da también la oportunidad para exhortarlos a que hagamos un esfuerzo sobrehumano para que cese y termine esta inicua guerra, que devora las fuerzas vivas del país.

Dijo que Servin había sido uno de los más esforzados luchadores en la Convención, para que la unificación fuera un hecho; y después de hacer el panegírico del extinto, añadió que ya que la Asamblea, inspirada en sentimientos de nobleza y de altruismo, daba muestras de profundo pesar por la desaparición de uno de sus mejores sostenedores, sentara de una vez por todas el precedente de que todos los generales muertos en campaña, ya defendiendo a la Convención, ya al fetiche Carranza, guarden un lugar en el corazón de los delegados, porque todos -dijo para concluir- son nuestros hermanos, aunque descarriados; y de ese modo cumpliremos con nuestra obra de concordia y de unificación.

Puesta a discusión en lo general, fue aprobada la moción propuesta; y, en lo particular, sobre la segunda parte de la misma, pidió la palabra en contra el delegado Zubiría y Campa, manifestando los motivos que había, en su concepto, para que el ciudadano Guillermo Servin no continuara con la representación que había traído a la Asamblea.

En pro hablaron sucesivamente los delegados Castro, Encinas, Casta Rodríguez y otros, resultando, al fin, aprobada por unanimidad.

Se levantó la sesión, habiendo anunciado la Mesa que la de hoy lunes, se abriría a las 4 en punto de la tarde.

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