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CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 11 DE ENERO DE 1915 CELEBRADA EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Crónica del periódico La Convención, publicada en su edición del día 12 de enero de 1915


Ayer, a las 4.30 p. m., el secretario Quevedo pasó lista y abierta la sesión de la Junta Previa, bajo la presidencia del general González Garza, se dio lectura al acta de la celebrada la tarde del domingo, que, sin debate, fue aprobada.

Fueron puestos a discusión los dictámenes de la Comisión de Poderes, que declaran que son de aceptarse las credenciales expedidas por los generales Agustín Estrada, en favor del ciudadano Baudilio B. Caraveo, Angel Barrios, en favor del coronel Héctor Fierro; Petronilo Hernández, en favor del mayor licenciado Enrique Olvera; Julián T. Medina, en favor del teniente coronel Fidencio F. Ruiz; Luis Matus, en favor del coronel David Rodríguez; Felipe Angeles, en favor del ingeniero Federico Cervantes; Rosalío C. Hernández, en favor del ciudadano Carlos M. Samper, y Rafael Buelna en favor del ciudadano Pedro Buelna.

Sin debate y previo el informe que acerca de su personalidad, rindieron los interesados, las credenciales anteriores se aprobaron en votación económica.

Se puso en seguida a discusión la personalidad del ciudadano Mauricio S. Chirinos, representante del general Chavarría.

El delegado Héctor Fierro acusa a Chirinos de que había sido partidario de los hombres de la Ciudadela, correligionario de Vera Estañol y, cuando se rompió el pacto de la Ciudadela, indignado contra Huerta, se hizo pasar por revolucionario y ha sorprendido la buena fe del general Chavarria.

Otros varios delegados piden la palabra en contra; pero, antes, la presidencia ordena que hable el acusado, para exponer su defensa.

El licenciado Chirinos trata de sincerarse de los cargos que se le hacen, presenta una certificación expedida por el Juez Instructor Militar, Néstor Monroy, y otra del Presidente municipal de Xochimilco; cita el testimonio de los ciudadanos Bauche Alcalde y Miguel Díaz Lombardo, que están ausentes, y el del delegado Lecona, que está en el salón. Se dirige en seguida al secretario Palacios Moreno, para que diga si estuvo en relaciones con Vera Estañol, y el interpelado contesta que le consta que en asuntos judiciales no estuvo el ciudadano Chirinos en relación con aquel individuo; pero que, en lo que se refiere a asuntos políticos, no puede asegurar hechos que ignora.

Chirinos insiste; expone sus ideas revolucionarias y, por último, presenta una colección de periódicos que hablan de su aprehensión.

La Comisión signataria pide retirar su dictamen para presentarlo modificado, reprobando la credencial; pero la Asamblea resuelve que continúe la discusión, y, como varios delegados se habían inscripto en contra, la Mesa concede la palabra a los ciudadanos Santos Coy, Briseño, González Winfield y otros.

El delegado Fierro, acusador de Chirinos, presenta una fotografía, en la que, según certifica la secretaría, aparecen en un grupo retratados los siguientes individuos: Rodolfo Reyes, Guillermo Meixueiro, José Inés Dávila, Onésimo González, Mauricio S. Chirinos, Quintín Sandoval, Hernández Jáuregui, Javier Larrea y el general Servin.

Chirinos se defiende diciendo que esa fotografía fue tomada en la Penitenciaría.

El delegado Fierro da en seguida lectura a un documento expedido por el general Iriarte, en que se hace constar la protesta de los habitantes de Xochimilco por la admisión del ciudadano Chirinos, cuya filiación felicista es conocida en el Ejército Libertador.

Varios delegados solicitan, a la vez, la palabra. El general Montaño pide que, habiendo la Revolución enarbolado la bandera de la justicia, justo era dejar al ciudadano Chirinos que libremente hiciera uso del derecho de defensa.

Continúa éste tratando de destruir los cargos que se le hacen, y por último, la Asamblea reprueba la credencial. Se acuerda que se participe lo sucedido al general mandante y se suplica al ciudadano Chirinos abandone el salón.

Subscrita por el ciudadano Santos Coy, se presenta una moción para que Chirinos sea aprehendido y consignado, para que depure su conducta, y la Asamblea, por mayoria, no la toma en consideración.

Abandona el salón el ciudadano Chirinos, y entonces se provoca un incidente.

El delegado Cervantes protesta contra la actitud de algunos miembros de la Asamblea, que, no obstante haberse rechazado la moción del ciudadano Santos Coy sobre la captura del ciudadano Chirinos, habían salido del salón, con objeto de entregarlo a la policía.

La presidencia designa a los ciudadanos Montaño, Piña y general Guerra, para que sea puesto en absoluta libertad el ciudadano Chirinos, quien en esos momentos vuelve al sa1ón. El ciudadano Santos Coy se manifiesta inconforme con la decisión de la Mesa y dice que Chirinos iba a ser aprehendido por orden del que habla.

Muchos delegados piden la palabra para aclaraciones, mociones de orden, etcétera; pero la presidencia, con toda energía, encauza el debate y el ciudadano Soto y Gama hace notar a la Asamblea su falta de hospitalidad, y su apasionamiento cuando debe de procederse con un espíritu más amplio de libertad y de justicia.

Siguió un ligero debate y por fin la Mesa, dando por terminado el incidente y después de haber oído el informe del general Montaño, asegurando que el licenciado Chirinos se hallaba en completa libertad, levantó la sesión de la Junta Previa, para abrir la de la Soberana Convención.

Leída el acta y aprobada sin debate, los nuevos delegados prestaron la protesta correspondiente y pasaron en seguida a firmar en el libro respectivo.

La secretaría dio lectura a varios documentos en cartera que para su estudio y resolución pasaron a las diversas Comisiones dictaminadoras.

Después se dio lectura a la moción presentada por el delegado Quevedo, pidiendo que se suspendiera la sesión pública para entrar en la secreta.

En tal virtud, la Presidencia declaró que se suspendía la sesión. Inmediatamente después se abrió la secreta, que se prolongó hasta esta madrugada.

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