Indice de La vida heróica de Práxedis G. Guerrero de Eugenio Martínez Nuñez LIBRO SEGUNDO EL REVOLUCIONARIO - Capítulo primero - PreliminaresLIBRO SEGUNDO EL REVOLUCIONARIO - Capítulo Tercero La conspiración en El Paso y Ciudad JúarezBiblioteca Virtual Antorcha

LA VIDA HERÓICA DE PRÁXEDIS G. GUERRERO

Eugenio Martínez Nuñez

LIBRO SEGUNDO

CAPÍTULO SEGUNDO

Primeras luchas de Guerrero



Cómo se unió Guerrero a la Junta del Partido Liberal.

Aunque ya desde 1905 había abrazado Guerrero la causa revolucionaria con la publicación de su periódico Alba Roja en San Francisco California, no es sino hasta el mes de mayo del siguiente año, estando trabajando en las minas de carbón de Morenci, cuando entró en contacto con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, precisamente en los momentos en que esta agrupación se encontraba preparando su Manifiesto y Programa de principios.

Ya desde poco antes de haber abandonado la República se habia interesado Práxedis por los trabajos de los periodistas que con el tiempo habrían de integrar aquella Junta, y que después de haber combatido la dictadura en México, la seguían combatiendo en los Estados Unidos; pero aunque ya había pensado en unírseles desde poco antes de haber atravesado la frontera, no se había resuelto a hacerlo, porque no habiendo tenido hasta entonces oportunidad de conocerlos ni de tratar!os a fondo, no estaba completamente persuadido de su sinceridad ni de la rectitud de sus intenciones. Se necesito que el escritor socialista Manuel Sarabia, miembro de la Junta y amigo suyo, fuera a visitarlo a Morenci y le relatara detalladamente la historia de sus compañeros, sus levantadas ideas y sus nobles aspiraciones, para decidirlo a unir sus esfuerzos a los de quien tan desinteresadamente luchaban por el bien común.

La Junta Auxiliar Obreros Libres.

Una de las primeras actividades del joven libertario después de haberse unido a los compañeros de Sarabia, fue la de organizar en unión de sus amigos Francisco Manrique y Manuel Vázquez, una agrupación de obreros entre los mexicanós qu~ trabajaban en las minas de Morenci, con el objeto de propagar en la región suriana de los Estados Unidos y en el norte de la República los principios revolucionarios que desde septiembre de 1905 venía sosteniendo' la Junta Organizadora del Partido Liberal. Dicha agrupación, fundada sólo tres días después de haber estallado la huelga de Cananea, quedó constituida según puede verse en el siguiente documento:

Los suscritos, reunidos en el salón de la Fraterlanza Italiana, declaramos solemnemente instalada una Junta Auxiliar denominada Obreros Libres que se adhiere a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano para trabajar por la regeneración de la patria.

Protestamos luchar enérgicamente por los derechos del pueblo mexicano actualmente infamado y vergonzosamente escarnecido por la tiranía de la dictadura. La reforma social y la reforma política de México son los ideales por los que estamos y estaremos siempre dispuestos a sacrificar nuestras energías todas.

La causa del pueblo es la nuestra.

Reforma, Libertad y Justicia.
Morenci, Ariz., 3 de junio de 1906.
Práxedis G. Guerrero, presidente; Manuel S. Vázquez, secretario; Agustín Pacheco, tesorero; Francisco Manrique, primer vocal; Filiberto Vázquez, segundo vocal; Abraham Rico, tercer vocal; Telésforo Viguerilla, cuarto vocal; Félix Rubalcaba y Cenobio Orozco (1)

Deben haberse atravesado algunos contratiempos en las actividades de Guerrero, ya que no es sino hasta después de veinticuatro días de ¡nstalada la nueva agrupación cuando envió a la Junta del Partido Liberal el acta constitutiva de la misma, así como una cantidad de dinero que su mesa directiva destinaba para ayuda de los gastos de propaganda. Por su parte la Junta, que ignoraba la enorme adquisición que había hecho al contar ya entre sus filas con dos e]ementos de tan alto valer moral e intelectual como Guerrero y Francisco Manrique, no contestó al joven revolucionario sino hasta dos semanas después de haber lanzado su Manifiesto y Programa de primero de julio debido, probablemente, a que los Flores Magón y Juan Sarabia no recibieron oportunamente en Toronto su comunicación, misma que Antonio I. Villarreal, por motivos que son desconocidos, pero que seguramente eran de sobra justificados, no les pudo remitir desde San Luis Missouri a su debido tiempo.

Al recibir la mencionada comunicación, Ricardo Flores Magón, como presidente de la Junta del Partido Liberal, contestó desde luego al nuevo combatiente; le escribió una carta particular con la intención de estimularlo para que no desmayara en la lucha en que se había iniciado, y redactó la bienvenida que la Junta del Partido daba a su recién establecida agrupación obrera, remitiendo estos asuntos a Villarreal para que los enviara a su destlno, haciendo aparecer de esta manera que ambos documentos habían sido expedidos en San Luis Missouri. La carta de Flores Magón está concebida en los siguientes términos:

St. Louis, Mo. Julio 14 de 1906.
Sr. Práxedis G. Guerrero.
Morenci, Arizona.

Estimado correligionario:

Tengo el gusto de referirme a su grata de fecha 27 del pasado con la que recibimos el Acta de Instalación de la Junta. Auxiliar Obreros Libres. Adjunto se servirá Ud. encontrar la comunicación de la Junta.

Recibí y entregué a la Tesorería la suma de $22.00 que fue recogida en la segunda sesión de esa Junta del modo siguiente: Sr. Agustín Pacheco, $2.00; Sr. Filiberto Vázquez, $2.00; Sr. Francisco Manrique, $5.00; Sr. Félix Rubalcaba, $2.00; Sr. Telésforo Viguerilla, $2.00; Sr. Manuel S. Vázquez, $5.00; Sr. Práxedis G. Guerrero, $2.00; Abraham Rico, $2.00.

Remitimos a ud. cupones y la suscripción de Regeneración (2).

Mucho gusto tenemos de que se hayan resuelto Uds. a agruparse para trabajar en beneficio de la causa común, y es de desear que los entusiasmos que los animan no se resfríen.

Lo urgente en estos momentos es activar la unión, formar el Partido fuerte qUe tenga que derrocar el despotismo reinante en la patria, y hacer efectivo el Programa del Partido Liberal.

La unión se hace más fuerte cada día tanto en la República mexicana como en la región suriana de los Estados Unidos donde residen millares de compatriotas, y no hay más que contarnos, saber cuántos somos para poder calcular la fuerza del Partido, y una vez fuertes, reclamar con la energía necesaria lo que se nos niega a los mexicanos: la libertad y el bienestar.

Así, pues, no hay que ahorrar esfuerzo alguno para que nuevos adeptos ingresen al Partido.

Es bueno, por lo demás, que nos pongamos de acuerdo sobre el medio que hemos de emplear para imponer el Programa del Partido Liberal. Consideramos que no debemos dejar que el Programa quede solamente escrito, sino que hay que luchar por todos los medios hasta conseguir su triunfo. Sobre el asunto es bueno que discutan Uds. y participen a la Junta el resultado de su deliberación que será tomado en cuenta (3).

En espera de sus apreciables letras, quedo de Ud. afmo. atto. amigo y correligionario.

Ricardo Flores Magón (4).

La comunicación de la Junta dice así:

Con entusiasmo acogió esta Junta el Acta de Instalación de la Junta Auxiliar Obreros Libres y hace votos por que todos y cada uno de los miembros de esa nueva agrupación, perseveren en sus propósitos de luchar enérgicamente por los derechos del pueblo mexIcano.

Los ideales no pueden ser más nobles: Reforma Social y Reforma Política y bien merecen cualquier sacrificio por sostenerlos y hacerlos triunfar, como es indudable que triunfarán a pesar de los obstáculos de un gobierno traidor, de una plutocracia corrompida y de una clerecía hipócrita.

La Junta da a ustedes la bienvenida. Son una unidad más que viene a robustecer al ayer agonizante y casi muerto Partido Liberal.

Correligionarios: no desmayéis. Tal vez la gloria tenga ya preparado el laurel que ha de ceñir vuestras frentes de luchadores. ¡Adelante!

Reforma, Libertad y Justicia.
St. Louis Mo., Julio 14 de 1906.
Presidente, Ricardo Flores Magón.
Secretario, Antonio I. Villarreal (5).

Juan Sarabia y los Flores Magón son perseguidos en Canadá.

Mientras Guerrero continuaba desarrollando sus trabajos revolucionarios en Morenci, iniciando nuevos adeptos al Partido Liberal, repartiendo proclamas entre los centros obreros, reuniendo y enviando fondos a San Luis Missouri para la campaña contra la dictadura y entrando en contacto con los jefes de los grupos rebeldes organizados por la Junta cerca de la frontera mexicana, Juan Sarabia y los Flores Magón comenzaron a ser perseguidos en Toronto por unos agentes del Servicio Secreto' que tras ellos habían sido enviados violentamente desde los Estados Unidos, por el simple hecho de haber atacado en Regeneración al potentado yanqui William C. Greene, presidente de la Compañía Minera de Cananea, como responsable de haber tratado a balazos a los mineros y a sus familiares indefensos durante los dos días que duró el levantamiento obrero en dicha población. De la ciudad de Toronto, después de haberse salvado de caer en una emboscada, partieron secretamente los tres luchadores a Montreal, población de la provincia de Quebec, hasta donde, sin embargo, los siguieron los esbirros, por lo que con todo género de precauciones regresaron a Toronto con la esperanza de haber despistado a sus perseguidores.

Al mismo tiempo que los Flores Magón y Juan Sarabia eran tenazmente perseguidos en el Canadá, la publicación de Regeneración tuvo que suspenderse por haber sido despojado de nueva cuenta de todos sus elementos de trabajo; pues William C. Greene, al ser atacado sin piedad ni miramiento en el periódico, marchó de Cananea para San Luis Missouri a presentar su acusación ante el Gran Jurado, y ayudando a los policías del Servicio Secreto que perseguían a los luchadores exiliados, sirvió de instrumento para embargar las prensas, cajas, etc., de la Junta Revolucionaria, incluso papeles privados, cartas, listas de sus agentes y de los que obraban de acuerdo con ellos en los Estados Unidos y en la República de Méxicana(6).

El Servicio Secreto o de Espionaje que perseguía a los liberales, producto de aquel pacto de sangre fraguado entre los gobiernos mexicano y americano, pacto digno de la eterna maldición de todos los hijos de nuestra raza, estaba dirigido desde la ciudad de México por Ramón Corral, Vicepresidente de la República y Ministro de Gobernación, y generalmente acusaba a sus víctimas de violación de las leyes de la neutralidad, de libelo criminal y no pocas veces de asesinato y robo, con objeto de que pudieran ser 'extraditadas legalmente a México y juzgadas aquí como reos del orden común. Entre los jefes más destacados de este servicio tenebroso figuraba un tal Thomas H. Furlong, director de la agencia de detectives Pinkerton de San Luis Missouri, que se vanagloriaba de haber capturado en poco tiempo a ciento ochenta revolucionarios mexicanos, a quienes había enviado a México a disposición del general Díaz, que, según declaracioncs del propio Furlong, hizo un trabajo corto con ellos.

Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia marchan a la frontera mexicana.

Ya estando de nuevo en Toronto, Juan Sarabia y los Flores Magón ocultaron hasta donde fue posible su identidad para eludir la acción de la policía; se cambiaron de nombres, fingieron ser italianos, se cubrieron con trajes. de obrero, y prácticamente eh la miseria como estaban por los gastos que habían hecho en su largo peregrinaje acosados sin tregua por los esbirros del despotismo, tuvieron que trabajar para su subsistencia como estibadores de cemento en un gran edificio que se estaba construyendo en los suburbios de la ciudad. Trabajando en esta fórma empezaron a reunir algún dinero con la idea de publicar de nuevo Regeneración y para emprender un viaje a la frontera mexicana con objeto de comunicarse con los grupos revolucionariós que existían al sur de Texas y Arizona, al norte de Chihuahua, en Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Tabasco, Veracruz y otros muchos Estados de la República, para de común acuerdo con ellos lanzarse simultáneamente a la rebelión armada contra la dictadura porfirista.

No obstante las precauciones que habían tomado para no ser descubiertos por los espías, el 30 de agosto supieron casualmente que se les estaba preparando una celada para capturarlos en su mismo domicilio, por cuya razón y en vista de que sólo contaban con el importe de dos pasajes hasta la frontera mexicana, esa misma noche salieron rumbo a México Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia, quedándose Enrique trabajando en la misma ciudad de Toronto, con la mira de reunirse más tarde con los otros luchadores.

Sarabia y Flores Magón llegaron el 2 de septiembre a El Paso, Texas, donde se encontraron con Antonio I. Villarreal, que había salido de San Luis Missouri antes de que ellos abandonaran el Canadá, así como con César E. Canales, con Prisciliano Silva, con Lauro Aguirre, con Vicente de la Torre, con Rafael Rembao, con J. Cano y con otros muchos de los principales miembros del Partido Liberal. Silva era jefe de un importante grupo rebelde que ya estaba armado y municionado en El Paso, Aguirre editaba en la misma ciudad un periódico de combate llamado La Reforma Social, De la Torre, Cano y Rembao eran unos antiguos luchadores que mucho se habían distinguido por sus ataques a la tiranía, y Canales era un valiente y talentoso periodista nuevoleonés que varias veces había intentado invadir el Estado de Chihuahua en actitud rebelde. Con estos y otros muchos elementos que se les unieron después, Juan Sarabia y villarreal (ya que Flores Magón había marchado a San Luis Missouri) trabajaron con inusitada actividad para iniciar cuanto antes el movimiento insurreccional contra el despotismo porfiriano.

Flores Magón se dirige a San Luis Missouri.

En efecto, en tanto que Juan Sarabia y Villarreal se quedaban en El Paso encargados de la organización revolucionaria, Ricardo Flores. Magón, al día siguiente de haber llegado a aquella ciudad, marchó a San Luis Missouri con la intención de publicar de nueva cuenta Regeneración, cosa que al fin logró con la ayuda de Librado Rivera y de Manuel Sarabia, al conseguir que les fueran entregados los materiales de imprenta que les habían sido embargados por el presidente de la Compañía minera de Cananea.

Flores Magón se comunica con Guerrero.

Como desde tiempo atrás la dictadura había ordenado una estricta censura para toda la correspondencia dirigida a la Junta del Partido Liberal, Ricardo Flores Magón, reconociendo en Guerrero un elemento de absoluta confianza por las pruebas que había dado de ser un hombre de firmes convicciones revolucionarias, que no sólo se conformaba con luchar por la causa común desde la Junta Auxiliar de Morenci, sino que había entablado estrechas relaciones con el grupo rebelde de Prisciliano Silva y con una organización liberal de Douglas dirigida por los periodistas Lázaro Puente y Antonio de P. Araujo, tan pronto como llegó a San Luis Missouri le envió una carta de carácter confidencial, en donde le participaba que, para evitar la censura ya aludida, había indicado a algunos de los adeptos que radicaban en México, que en lo sucesivo le escribieran por su conducto. La mencionada carta dice así:

St. Louis, Mo., Septiembre 6 de 1906.
Sr. Práxedis G. Guerrero.
Morenci, Arizona.

Estimado correligionario:

Confiado en la sincera amistad que nos une y, sobre todo, en su alto patriotismo y discreción, me he permitido indicar a varios de nuestros correligionarios que residen en la República Mexicana que me escriban por conducto de Ud.

Esta medida tiene la ventaja para la causa, de que no viniendo ¡as cartas desde México directamente para mí, se salvarán de la violación que ha ordenado el déspota de la correspondencia dirigida a nosotros.

Es posible que reciba Ud. giros u otros valores. Ruégole los cobre y me envíe en Money Order de correo el importe, descontando el valor de todos los gastos que haga Ud. para enviarme las correspondencias o fondos que se me dirijan por su apreciable conducto.

Espero que perdonará Ud. esta molestia y le suplico que guarde absoluta reserva sobre el asunto, no porque corra Ud. algún peligro, que ninguno hay para Ud., sino porque es conveniente que no se llegue a saber que algunos correligionarios me escriben por su conducto. Asimismo le suplico que si cambia de dirección, se sirva comunicarlo a la mayor brevedad posible para dar a los correligionarios su nueva dirección y no dudo que procurará de alguna manera seguir recogiendo lo que le llegue a su antiguo domicilio, para que no vaya a perderse alguna correspondencia de interés.

Le ruego me escriba inmediatamente para saber si ésta llegó a poder de Ud. y dar con confianza su dirección a algunos de nuestros correligionarios.

Sírvase escribirme directamente a 2645 Lafayette Ave., St. Louis, Mo.

Su amigo y correligionario que lo aprecia y distingue.

Ricardo Flores Magón (7).

Esta carta la contestó Guerrero sin pérdida de tiempo, y por lo que en respuesta le dice Flores Magón el 21 de septiembre, se podrá ver la actividad con que trabajaba por la causa el joven revolucionario de Morenci:

Estimado correligionario:

Me refiero a su comunicación de fecha 10 del presente.

Le adjunto unos nombramientos y en sobre separado le mando más, hasta completar 18 que fue el número de cupones que mandó Ud.

Sírvase felicitar a nombre de la Junta a cada nuevo luchador que, unido a nosotros, ha de ayudar a la reconquista de las libertades patrias. Nos complace en verdad ver el empeño que toman por la causa. La patria, ya libre de sus odiosos tiranos, sabrá premiar los esfuerzos que hicieron sus hijos por libertarla.

Recibimos el giro de express que se sirvió mandar. Hemos anotado todas las cuotas debidamente.

El número 14 de Regeneración no lo hemos podido sacar por estar escasos de recursos. Para poder burlar las últimas persecuciones de la dictadura, tuvimos que gastar todo lo que teníamos.

Pero con la ayuda de nuestros correligionarios muy pronto lo publicaremos.

Si alguno de los miembros de esa H. Corporación no conoce el Programa del Partido Liberal, tenga la bondad de decírnoslo para mandarle algunos ejemplares.

Conviene seguir trabajando con mucho ardor, ya que la hora de la justicia nacional se aproxima rápidamente, pero con mucho sígilo, querido amigo, que los espías del Gobierno Mexicano no se enteren para que no entorpezcan nuestros trabajos.

Reciba saludos de mis compañeros y míos. Quedo de Ud. afmo. amigo y correligionario.

Ricardo Flores Magón (8).

Se inicia la Revolución.

Mientras Ricardo Flores Magón permanecía en San Luis Missouri publicando Regeneración y Guerrero luchaba por la Revolución en la Junta Obreros Libres en unión de Francisco Manrique y demás compañeros de Morenci, Juan Sarabia y Antonio I. Villarreal hacían frecuentes viajes por el interior de Chihuahua llevando instrucciones a los grupos liberales establecidos en varios Distritos del Estado, y en ocasiones permanecían dos o tres días en la misma ciudad de Chihuahua, donde discutían los planes del movimiento en la casa de la valerosa e inteligente periodista libertaria doña Silvina Rembao de Trejo, que desde tiempo atrás había convertido su amplia residencia en un concurrrido centro de conspiración antiporfirista (9).

Ya desde la capital de Chihuahua, o ya desde El Paso, Texas, Sarabia y Villarreal se comunicaban por correspondencia o por medio de unos agentes con todos los jefes de los núcleos rebeldes que se encontraban organizados en distintas regiones del país, y les enviaban una proclama revolucionaria para que la publicaran como suya en la fecha en que se iniciaran las hostilidades contra la dictadura. Dicha proclama, que es el primer documento de carácter netamente subversivo en la historia de nuestro movimiento político y social, está concebida en los siguientes términos:

A la Nación

Conciudadanos:

En legítima defensa de las libertades holladas, de los derechos conculcados, de la dignidad de la patria pisoteada por el criminal despotismo del usurpador Porfirio Díaz; en defensa de nuestro honor y de nuestra vida amenazados por un Gobierno que considera delito la honradez y ahoga en sangre los más legales y pacíficos intentos de emancipación; en defensa de la Justicia, ultrajada sin tregua por el puñado de bandoleros que nos oprimen, nos rebelamos contra la dictadura de Porfirio Díaz, y no depondremos las armas que hemos empuñado con toda justificación, hasta que en unión de todo el Partido Liberal Mexicano, hayamos hecho triunfar el Programa promulgado el día 1° de julio del corriente año, por la Junta Organizadora del Partido Liberal.

Los excesos cometidos a diario por la dictadura en toda la extensión de nuestro infortunado país, los atentados contra el derecho electoral, contra el derecho de reunión, contra la libertad de imprenta y de discurso, contra la libertad de trabajo; las hecatombes con que sofoca el gobierno las manifestaciones de civismo, los asesinatos y los robos que cínicamente y en todas partes cometen las autoridades, el desprecio sistemático con que tratan al mexicano los actuales gobernantes, las consignaciones a los ciudadanos independientes, los empréstitos enormes con que la dictadura ha comprometido a la Nación sin más objeto que el enriquecimiento de unos cuantos opresores, la indignidad de nuestros tiranos que han solicitado la invasión de nuestro territorio por fuerzas extranjeras (10), y en una palabra, todo ese cúmulo de iniquidades, de opresiones, de latrocinios y de crímenes de todo género que caracterizan al gobierno porfirista, ameritan ser detenidos y castigados por el pueblo, que si durante treinta años ha sido respetuoso y humilde con la vana esperanza de que sus déspotas volvieran al buen camino, hoy que se ha convencido de su error y se ha cansado de soportar cadenas, sabrá ser inflexible en la reivindicación de sus derechos.

Los crímenes cada día mayores de la dictadura, y la imposibilidad de ser atendidos por medios pacíficos, pues cuantas veces hemos querido ejercitar un derecho hemos sido atropellados por los tiranos, nos precipitan a la Revolución; los que en ella vean un mal, no culpen al pueblo que durante treinta años ha sido de sobra pacífico y sufrido, culpen a la tiranía que por sus desenfrenos y su despótica intolerancia, nos ha hecho preciso recurrir a la fuerza de las armas para defender nuestros derechos y realizar nuestras justas y honradas aspIraciones.

No hay tras de nuestro movimiento miras ambiciosas ni personalismo. Luchamos por la Patria, por todos los oprimidos en general, por el mejoramiento de todas las condiciones políticas y sociales de nuestro país, para beneficIO de todos. Nuestra bandera de lucha es el Programa del Partido Liberal. La única autoridad que reconocemos mientras se establezca un gobierno elegido por el pueblo es la Junta Organizadora del Partido Liberal. Somos una fracción de ese gran Partido que ha luchado y luchará hasta vencer por la redención de la Patria, y obramos de acuerdo con nuestros correligionarios del resto del país que, como nosotros; se han levantado en armas en esta misma fecha contra la actual corrompida administración que no tardará en ser derribada y que en estos momentos ya tiembla ante el formidable movimiento revolucionario que estremece todos los ámbitos de la República Mexicana.

Hacemos un llamamiento a los oficiales y soldados del Ejército nacional para que, lejos de servir a la vil dictadura que deshonra a la Patria y la traiciona, se unan al movimiento libertador. Ellos son hijos del pueblo como nosotros; sobre ellos pesa el mismo yugo que a todos nos aplasta; ellos también son mexicanos y tienen el deber de luchar por la dignidad y por el bien de la Patria, y no por el bien personal de un déspota ladrón y sanguinario como Porfirio Díaz.

A los jefes y oficiales en servicio de la dictadura que se pasen a las filas liberales, se les concederá un ascenso de dos grados sobre el que tengan; a los soldados rasos se les pagará un peso diario libre de gastos (11), y a las clases se les darán sueldos equivalentes.

A los extranjeros les advertimos que nada pretendemos contra ellos, pero también les recordamos el deber que tienen de ser neutrales en los asuntos políticos de México, en los que no tienen derecho de intervenir. Prestaremos a las personas y propiedade de los extranjeros todas las garantías que nos sea posible, pues por el interés de nuestra querida patria y de nuestra propia causa, no queremos dar lugar a conflictos internacionales; pero los extranjeros que, faltando a la neutralidad, sirvan al Gobierno y nos combatan, no pueden esperar ninguna consideración de nuestra parte.

Reforma, Libertad y Justicia
Septiembre de 1906 (12).

La fecha para el levantamiento general de los cuarenta y cuatro grupos rebeldes que ya para esas fechas se hallaban establecidos en toda la República, habia sido fijada por Juan Sarabia y Villarreal, de acuerdo con sus compañeros de la Junta, para la noche del 15 de septiembre; pero ya haya sido por defectos de organización, por falta de armamento para equipar a todos los combatientes o por cualquiera otra circunstancia, abortó el proyecto. Sin embargo, la Revolución se inició a fines del mismo mes de septiembre con dos levantamientos, uno el día 23 en el pueblo fronterizo de Jiménez, en el Estado de Coahuila, encabezado por Juan Arredondo, y el otro, mucho más importante que el primero, ya que en él tomaron parte más de mil hombres, el día 30 en la ciudad de Acayucan, Veracruz, jefaturado por el gran revolucionario tlaxcalteca Hilarío C. Salas, que en la región suriana de dicho Estado desempeñaba el cargo de Delegado de la Junta del Partido Liberal. Los dos levantamientos fueron sofocados violentamente por la dictadura, y más de doscientos de los rebeldes que participaron en el de Acayucan fueron hechos prisioneros y conducidos más tarde con largas condenas, como bandoleros, al presidio de San Juan de Ulúa.



Notas

(1) Documento proporcionado al autor por el historiador José C. Valadez. Come se ve, Guerrero no pudo haber sido el primero que secundó el Programa del Partido Liberal, como se ha dicho, puesto que el Programa todaría no se promulgaba.

(2) Estos cupones eran solicitudes de ingreso al Partido Liberal.

(3) Esta era una manera de sondear a los nuevos miembros para saber hasta dónde llegaban su valor y decisión por hacer triunfar el movimiento.

(4) Este documento también me fue proporcionaJo por el señor Valadez.

(5) Documento de la misma procedencia que el anterior.

(6) Númenes rebeldes, páginas 164 y 165. Carta del Senador Fall al Presidente Wilson.

(7) También este documento me fue facilitado por el señor Valadez.

(8) Documento también del archivo del señor Valadez.

(9) De doña Silvina Rembao de Trejo. a quien traté per50nalmente en 1925, en la ciudad de Chihuahua en su residencia del barrio de Rastro Viejo, dice don Teodoro Hernández lo siguiente en su libro Las Tinajas de Ulúa: Mujer de temple fue la señora Silvina Rembao de Trejo, de Chihuahua, que aparece en la lista de los conspiradores magonistas de 1906. Falleció esta singular revolucionaria en diciembre de 1940, en la propia ciudad de Chihuabua, a muv avanzada edad, cerca de un siglo. Los revolucionarios de Chihuahua la llamaban patrona de la Revolución. Prestó servicios a la causa revolucionaria desinteresadamente, sacrificando todo su dinero hecho a base de una vida de trabajo honrado. Demostró un valor civil que pocos hombres se atrevían a exponer en aquellos tiempos de persecuciones porfiristas, escribiendo fulminantes artículos contra el régimen Terrazas-Creel. granjeándole esto muchas simpatías populares pero también muchos disgustos.

(10) Se refiere a laó tropas yanquis que el Gobernador de Sonora mandó traer de Arizona para ametrallar a los huelguistas de Cananea.

(11) Los soldados rasos de la dictadura ganaban dieciocho centavos diarios.

(12) Documento del archivo del autor.
Indice de La vida heróica de Práxedis G. Guerrero de Eugenio Martínez Nuñez LIBRO SEGUNDO EL REVOLUCIONARIO - Capítulo primero - PreliminaresLIBRO SEGUNDO EL REVOLUCIONARIO - Capítulo Tercero La conspiración en El Paso y Ciudad JúarezBiblioteca Virtual Antorcha