Índice de Estado de la revolución después de la prisión de Hidalgo y sus compañeros de Lucas AlamánCAPÍTULO VIICAPÍTULO VIII - Segunda parte -Biblioteca Virtual Antorcha

ESTADO DE LA REVOLUCIÓN DESPUÉS DE LA
PRISIÓN DE HIDALGO Y SUS COMPAÑEROS

Lucas Alamán

CAPÍTULO VIII
Primera parte

Razones en que el Virrey fundó la órden para que Calleja siguiese con su ejército a Cuautla. - Marcha a aquel punto. - Fortificaciones de Cuautla y número de sus defensores. - Atácala Calleja con mal éxito. - Acontece lo mismo a Llano en Izúcar. - Marcha Llano a unirse a Calleja. - Sitio de Cuautla. - Constancia y valor de los sitiados. - Son batidas las fuerzas independientes que estaban fuera de la plaza. - Miseria a que ésta se ve reducida. - Situacion comprometida de los sitiadores. - Salida de Morelos. - Diversos incidentes del sitio. - Reflexiones sobre este.


La llegada de Morelos a Cuautla de Amilpas el 9 de Febrero de 1812 con todo su ejército, determinó la direccion que habia de tomar Calleja con el suyo. Dícese que antes de salir, repitió su renuncia del mando, y que el Virrey no insistió en que lo conservase, hasta despues que lo rehusaron los ya brigadieres graduados por efecto de la promocion general, Jalon, coronel de los granaderos, y Ortega, comandante de artillería, a quienes lo ofreció. Pudieron ser estas hablillas, producidas por el conocimiento que se tenia del disgusto que entre ambos habia, no obstante las apariencias de sinceridad y confianza que procuraron dar al público, durante la residencia de Calleja en México.

Cual fuese el estado de las cosas en las provincias inmediatas a la capital, y las razones que el Virrey tenia para disponer la marcha del ejército del centro sobre Cuautla, así como el plan de operaciones que se propuso, se ve muy claramente en la orden o instruccion que dió a Calleja el 8 de Febrero, que por este, me ha parecido conveniente copiar a la letra, no obstante su extension.

Dice así:

La capital de México (1) se halla rodeada de las gavillas de bandidos que tienen interceptadas las comunicaciones por todos rumbos, tanto de correos como de provisiones, siendo notable la actual escasez que se experimenta de las últimas, y temible que lleguen a obstruir completamente los únicos caminos de Texcoco y Toluca, que verdaderamente no han estado ni están en una completa franquicia.

La gran reunion, compuesta de las gavillas de los Villagranes y cura de Nopala Correa, despues de haber tomado por un largo bloqueo, en que se han portado heroicamente aquellos moradores, el real de Zimapan, amenaza a Ixmiquilpan, se extiende por todas las ramificaciones de aquel rumbo, hasta comunicarse y unir sus operaciones de robos y demas excesos, con las gavillas de Cañas y de otros cabecillas situados o residentes en las inmediaciones del camino de Querétaro, por cuya ocupacion tienen aniquilado el comercio de tierra adentro, con absoluta imposibilidad de remitir azogues, pólvora y demas efectos indispensables para la elaboracion de minas y platas, como otros géneros de comercio, así de real hacienda como de particulares de que carecen absolutamente y con sensibilísima privacion las provincias de Guanajuato, S. Luis, Zacatecas, la Nueva Galicia, y las internas. La encadenacion de aquellos rebeldes con los de la villa del Carbon, Tepeji, Chapa de Mota, Jilotepec, Santa María Tixmadeje y demas pueblos y ranchos, hace extensivas sus correrías por el Montealto, Cuautitlan, Cuesta de Barrientos, Tlanepantla, Azcapozalco, los Remedios, Tacuba y hasta las garitas de esta capital.

Los de Santa María Tixmadejé y algunos otros pueblos de la direccion de Valladolid, interceptan la correspondencia y giro de aquella con esta ciudad, y despues que el ejército se ha retirado de Toluca, vuelven a aparecer gavillas de Tenancingo y de aquel rumbo, permaneciendo siempre en rebelion los ranchos o sierras inmediatas a aquella ciudad, el real de Temascaltepec, Sultepec y paises confinantes.

Peor aspecto presenta todavia el camino viejo de Puebla (2) y toda aquella provincia. Los rebeldes ocuparon con fuerzas considerables los pueblos de Teotihuacan, Otumba, Calpulalpan, Apan y todas las haciendas del territorio, talándolo y destruyéndolo todo, e insultando incesantemente a los infelices moradores adictos a la buena causa, que viven en la inquietud doméstica.

Tlaxcala ha sido invadida repetidas veces, viéndose sus habitantes obligados a vivir con toda la inquietud, sobresalto y vigilancia que se tendria en una plaza sitiada. La provincia de Tepeaca está perseguida y dominada en general: Todos los pueblos y haciendas padecen extorsiones y desafueros, cuyos males amenazan con el hambre en el año venidero, pues privados los labradores del ganado vacuno, hasta el número de dos mil bueyes, es imposible que puedan preparar y sembrar sus tierras, faltos de aquellos indispensables animales.

De este estado de trastorno público se sigue la dificultad o absoluta imposibilidad de la precisa correspondencia con Oaxaca y su provincia, y lo que es mas, con la plaza y puerto de Veracruz, último golpe que puede darse al comercio de este reino, y causa que ha de motivar un sensible desaliento en la península y una opinion en toda la Europa de nuestro estado de decadencia, juzgando por la falta de noticias, que los rebeldes hayan conseguido triunfar de las tropas reales, sufriéndose desde luego el estanco de capitales, habiendo en esta ciudad mas de dos millones de pesos en poder del conductor (3); para trasladarse a aquella plaza, sin que lo haya podido verificar en el espacio de algunos meses por la dificultad que ofrecen los caminos, y la falta de tropas para superarla.

Todos estos males, el perjuicio de estar interceptado el comercio de Acapulco, imposibilitada la descarga de la nao, y la traslacion de sus efectos al interior del reino, privándose el real erario en medio de su penuria, de un millon de pesos que deberia reportar de los derechos de aquel cargamento, y la inminencia de que aquella plaza y su puerto puedan sucumbir a las fuerzas de la insurreccion, están apoyadas en el cuerpo de Morelos, principal corifeo de la insurreccion en la actualidad, y podemos decir que ha sido en ella el genio de mayor firmeza, recursos y astucias, habiendo ciertas circunstancias favorables a sus designios, prestádole mayor osadía y confianza en llevarlos a cabo, principalmente el ataque de Tixtla, en que derrotó aquella division (4) que aunque debiera haber sido respetable por su número, perdió todas las ventajas en la indisciplina, en la relajacion y en el desórden, y sobre todo en la incapacidad de su comandante para conducirla.

Es pues indispensable combinar un plan, que asegure dar a Morelos y a su gavilla un golpe de escarmiento que los aterrorice, hasta el grado de que abandonen a su infame caudillo, si no se logra aprehenderlo.

Sus principales pumas ocupados son Izúcar, Cuautla y Taxco, habiendo destacado en estos últimos dias una vanguardia, que ocupó sucesivamente los pueblos de Totolapa, Buenavista, Juchi, Tlalmanalco, y Chalco, la cual se ha replegado posteriormente a Totolapa y Cuautla, teniendo avanzadas en Buenavista.

El plan que dictan las referidas posiciones dle enemigo es, el de un ataque simultáneo en los puntos de Izúcar y Cuautla, para no darle lugar a que reuna el todo de sus fuerzas en alguno de los dos, y aunque seria mas completa la operacion atacando con la misma simultaneidad el real de Taxco, presentaria inconveniente la necesidad de subdividir las fuerzas, no siendo suficientes las que hay en Toluca, especialmente por la escasez que tienen de oficiales, para desempeñar el ataque de aquel punto.

Limitándonos, pues, a las operaciones de Izúcar y Cuautla, y contando con que las verifiquen la division de Puebla y el ejército del centro, es preciso proporcionar las fuerzas de la primera al objeto de que debe encargarse.

Por el último estado de 25 del anterior, constaba la fuerza de su infantería disponible, de 631 plazas, excluyendo la urbana, que debe quedar guarneciendo la ciudad, a que agregados 400 infantes de la vanguardia situada en Atlixco, harán 1.031. Estos podrán aumentarse hasta 1.531 con las 500 plazas de que consta el batallon de Asturias, cuyo número podrá ser suficiente para aquella operacion.

Su caballería por el mismo estado y contando con la de la vanguardia, no pasa de 240 dragones, siendo indispensable aumentarla con 300 caballos del ejército del centro. Esta division deberá llevar ocho piezas de artillería, a saber: dos obuses, dos cañones de a 8, dos de a 6 Y dos de a 4, no siendo necesario enviarle de esta capital mas de un obus, por tener en Puebla las demas piezas mencionadas, con un oficial y treinta artilleros de que carece.

Izúcar dista de Puebla diez y seis leguas, que deberá hacer la division en cuatro jornadas, siendo la primera a Cholula, la segunda a Atlixco, la tercera a la hacienda de S. José, distante dos leguas de Izúcar.

Para atacar a Cuautla, deberá desde luego avanzarse la vanguardia del centro, compuesta de 600 infantes y 500 caballos, con cuatro piezas de artillería a Chalco, donde observará o tomará noticias de los puntos que ocupe el enemigo y de si subsiste en Buenavista, Totolapa y el mismo Cuautla.

Bajo este supuesto, emprenderá su marcha el ejército desde México por Chalco, Tenango, Ameca, Ozumba y Atlatlauca, que segun informe de persona práctica, es la ruta adaptable para la artillería, debiéndose llevar algunos indios gastadores para la habilitacion de un corto trecho de camino que la necesita, mas allá de Ozumba, donde hay que dar una corta vuelta a los Cedritos, e introducir las piezas por las tierras de labor, abriendo portillos en unas cercas débiles; pues aunque hay veredas por donde conducirlas sin aquella operacion, son angostas y están cubiertos sus costados de bosque, bien que esta circunstancia no ofrecerá obstáculo, debiendo creerse que los enemigos no se aprovecharán de esta ventaja para impedir la marcha, pero en todo caso serian arrollados por partidas sueltas, que se destinasen al intento.

Por noticias de dos soldados del batalldn de Tula llegados ayer a Cuyoacan y fugados de las tropas de Morelos, que los hicieron prisioneros en Taxco, se sabe que aquel salió el 6 de Cuernavaca, con dirección a Atlixco, y que el 8 debia entrar en la misma Cuernavaca con una division el brigadier D. Miguel Bravo. Esta relacion manifiesta que las gavillas de aquellos rebeldes, se mueven de unos a otros de los referidos puntos, pudiendo suceder que al dirigirse el ejército a Cuautla, esté la mayor reunion en Cuernavaca, o que batidos en el primer punto, se retiren al segundo, cuya probabilidad deberá tenerse presente por el Sr. comandante de la expedicion, para en los respectivos casos, dirigirse en primera instancia al punto en que averigüe haber mayor reunion, o continuar su ataque en Cuernavaca, despues de haberlos batido en Cuautla.

Siendo de esperar que derrotados en los principales parajes de Cuautla, Cuernavaca e Izúcar, dirijan los bandidos su fuga hácia el Sur, deberá entonces perseguirlos la division de Puebla por aquel rumbo, y considerada suficiente aquella fuerza para disipar las reliquias de Morelos, el ejército del centro se restituirá a la capital, para tomar el nuevo destino que dicten las circunstancias.

Méjico, 8 de Febrero de 1812.
Venegas.

En consecuencia de estas disposiciones, salieron de México el 10 de Febrero 300 dragones del ejército del centro a reforzar la division de Puebla y una vanguardia compuesta del 2° batallon de la Corona, con alguna caballeria a situarse en Chalco, de donde se retiraron las avanzadas de Morelos que se hallaban en aquellas inmediaciones. El grueso del ejército se puso en marcha el 12 por la tarde, acampándose en el llano de S. Lázaro, y los habitantes de la capital que habían tenido el espectáculo de una entrada triunfal, satisfacieron entónces su ociosa curiosidad viendo un campamento que se hizo un paseo, concurriendo a él muchos coches y multitud de gente de todas clases. Calleja salió el dia siguiente con une escolta y varios de los jefes principales, y puesto al frente de sus tropas, siguió sin accidente digno de atencion su marcha, segun el itinerario demarcado en las instrucciones del Virrey, hasta acampar el 17 en Pasulco a dos leguas de Cuautla.

Morelos, avisado que Calleja marchaba contra CuautIa, tomó sus medidas para la defensa de aquel punto, en el que habia resuelto sostenerse, tanto por la comodidad de las subsistencias que le proporcionaba el país; cubierto de haciendas ricas, cuanto por las ventajas que le ofrecia para la resistencia (5). Dió orden en consecuencia para que se le reuniesen las tropas que tenia distribuidas en diversos lugares de las cercanías, contando tambien con el auxilio de las que en número crecido le ofrecia mandar la junta de Sultepec, y de que llegaron muy pocas. Tenia pues Morelos bajo sus órdenes los tres mil hombres que él mismo habia conducido, de los que mil eran de infantería y los otros dos mil de caballería, que hacian tambien servicio a pié, mandando los caballos a pastar fuera del pueblo; a estos se agregaron trescientos de caballería de la demarcacion de Huetamo, al mando del teniente coronel Cano y de D. Francisco Ayala, y mil indios de los pueblos contiguos. Estas fueron las fuerzas con que contaba en el primer ataque, y durante el sitio se le presentaron D. Miguel Bravo con cuatrocientos hombres de infantería y caballería y tres piezas; trescientos hombres que condujo Anaya, a cuyo número quedaron reducidos los setecientos que le mandaba la junta, habiendo desertado los demas en la marcha (6); trescientos que llevó de Chautla el cura Tapia, en lugar de mil que Morelos esperaba, y doscientos cincuenta hombres que fueron de Yautepec, haciendo el total de unos cinco mil y quinientos hombres. Calleja en sus partes hace subir el número de los defensores de Cuautla a doce mil; los escritores afectos a la revolucion lo disminuyen considerablemente (7), pero lo que he asentado es sacado de lo que el mismo Morelos dijo en las declaraciones de su causa. Aunque este número de hombres fuese mucho menor que el que se habia presentado a Calleja en todas las acciones anteriores, era sin embargo gente muy diversa de aquella con que habia hasta entonces combatido. No se trataba ahora de una muchedumbre de indios a pié indisciplinados y desarmados, ni de hombres del campo a caballo, fáciles de espantar con el estrago de la artillería y cuyos jefes les daban el ejemplo de la fuga, aun antes de empezar el combate. Exceptuando la poca gente allegadiza de las inmediaciones de Cuautla, los demas eran todos negros y mulatos de la costa, hombres de resolucion y fuerza, armados con fusiles y diestros en su manejo, a quienes habia ensoberbecido una serie casi no interrumpida de sucesos felices, y mandados por hombres de honor y de corazon, tales como los Bravos y Galiana.

D. Leonardo Bravo, que habia quedado mandando en Cuautla durante la expedicion de Morelos a Taxco y Tenancingo, habia comenzado a formar las fortificaciones de aquel pueblo, y Morelos a su regreso las hizo continuar con empeño, cierto de que seria atacado allí (8). La posicíon de Cuautla es ventajosa para la defensa: hállase situada (9) en un bajío llano al que por todas partes domina, sin que sea dominada por ninguna, rodeada de platanares y arboledas pegados a los edificios por todos vientos, y por el Poniente que no lo está tanto, corre de Norte a Sur una atarjea de mampostería de vara y medio de grueso, que gradualmente se eleva hasta doce o catorce varas de altura, terminando en la hacienda de Buenavista, a cuyas máquinas de moler caña conduce el agua hallándose la casa y oficinas dentro de la misma poblacion, hácia el Sur de ella. Esta se extiende algo mas de media legua de Norte a Sur, y en esta direccion corre una calle recta, en cuyo principio al Norte está la capilla del Calvario; en anchura se extiende mucho menos y en la calle principal, se hallan con sus plazas los conventos de S. Diego y Santo Domingo, susceptibles de ser fortificados, siendo el último la parroquia del lugar. Al Oriente de este se levantan las lomas de Zacatepec, entre las cuales y el pueblo corre un rio de unas doscientas varas de caja y cuya corriente, aunque abundante y rápida, se ciñe a un canal de doce a quince varas. La fortificacion se hizo con inteligencia, formando un recinto de las dos plazas y los dos conventos, circunvalados de cortaduras, parapetos y baterías amerlonadas y guarnecidas con treinta piezas de artillería de diversos calibres (10).

El 18 salió Calleja de su campo de Pasulco (11), con el objeto de atacar á Cuautla, pero habiendo hecho un reconocimiento a su rededor en que anduvo mas de seis leguas, y no encontrando lugar oportuno para el ataque, acampó en la loma de Cuautlixco, a media legua de Cuautla (12). Morelos intentó inquietarle con su caballería por la retaguardia, pero cargado por la de Calleja, la de Morelos huyó en desórden y él mismo, habiéndose adelantado demasiado imprudentemente, corrió riesgo de ser cortado y caer prisionero. Quedó herido en poder de los realistas un andaluz que acompañaba a Morelos, a quien divertia con sus chistes, y fue fusilado y colgado de un árbol (13).

Al amanecer del 19 Calleja se puso en movimiento para verificar el asalto; la posicion de Cuautla y los atrincheramientos del enemigo, hacian de poco provecho la artillería y absolutamente inútil la caballería que eran las dos armas en que consistía la fuerza principal de su ejército; reducido pues a usar únicamente de su infantería, formó con ella cuatro columnas de ataque, una de cada una de los cuerpos que habia en su ejército, granaderos, Corona, Guanajuato y patriotas de S. Luis. Morelos habia dado el mando del punto de S. Diego, el mas peligroso de todos, a D. Hermenegildo Galiana, el de Santo Domingo a D. Leonardo Bravo, y en la hacienda de Buenavista estaban D. Victor Bravo y el cura Matamoros. Los granaderos de Calleja atacaron el parapeto de S. Diego acercándose a él arrimados a las cercas del camino, y llegaron hasta la misma trinchera, en la que fue muerto por mano de Galiana el capitan Sagarra, pero fueron rechazados con pérdida; el coronel Jalon no sostuvo su reputacion adquirida, pues se dice que se ocultó tras de una pared, o dió alguna otra muestra de flaqueza, por lo que Calleja lo suspendió del mando del cuerpo, y desde entónces, no obstante el favor que Venegas le dispensaba, no volvió a figurar en cosa importante hasta que regresó a España. La accion se empeñó con encarnizamiento por todas partes; las dos columnas que se dirigian lateralmente a la trinchera de S. Diego, formadas por los regimientos de Guanajuato y S. Luis, taladrando de casa en casa, llegaron hasta cerca de la plaza, y aun corrió la voz de que se habian apoderado de S. Diego, lo que introdujo entre los insurgentes el desorden que Galiana se dió prisa a contener. Repetidos fueron los esfuerzos de los asaltantes, pero al cabo de seis horas de combate, consumida la mayor parte de sus municiones, herido mortalmente el coronel de Guanajuato conde de casa Rul, el de los 'patriotas de S. Luis D. Juan Nepomuceno Oviedo, y otros buenos oficiales, Calleja tuvo que retirarse, desistiendo del intento de tomar el punto a viva fuerza (14).

El resultado de este ataque, no solo confirmó a Morelos en la resolucion de sostenerse en Cuautla, con la cierta confianza de que obtendria ventajas, sino que le hizo concebir el designio de acercarse a México. despues de obtener una victoria decisiva sobre las tropas reales, pues aunque antes se le habia asegurado por la junta y por otras noticias vagas, que en aquella ciudad habia buena disposicion para recibirlo si se presentaba delante de ella, no le habian inspirado confianza estos avisos, por lo que tenia resuelto no marchar sobre la capital miéntras no hubiese batido al ejército que entonces lo sitiaba (15).

Calleja conocia bien toda la dificultad de la empresa, pero al mismo tiempo estaba penetrado de la necesidad de llevarla adelante (16). En junta de todos los jefes que celebró en la noche siguiente al ataque, todos sin excepcion, opinaron que era menester diferir este, hasta que se recibiesen los medios necesarios para repetirlo con buen éxito. El mismo Calleja expuso al Virrey que no era posible tomar la plaza por asalto, sino con mucha pérdida, y con infantería acostumbrada a este género de operaciones, pero le añade:

Si Cuautla no quedase demolida como Zitácuaro, el enemigo creeria haber hallado un medio seguro de sostenerse; multiplicaria sus fortificaciones en parajes convenientes, en las que reuniria el inmenso número que de temor se le separa, y desde las que interceptaria los caminos y destruiria los pueblos y haciendas; las pocas tropas con que contamos se aniquilarian y acaso se intimidarian, y la insurreccion que se halla en su último término, cundiria rápidamente y tomaria un nuevo y vigoroso aspecto.

Este sistema de guerra que Calleja creia con razon que podia ser tan funesto, fue el que los independientes adoptaron, como a su tiempo veremos, en el último periodo de la revolucion, la cual fue mas larga y empeñada que lo que creia entónces Calleja, estando en aquel tiempo muy distante de hallarse, como él decía, en su último término.

Para evitar estas funestas consecuencias, le dice al Virrey, Cuautla debe ser demolida, y si es posible sepultados los facciosos en su recinto y todos los efectos serán contrarios; nadie se atreverá en adelante a encerrarse en los pueblos, ni encontrarán otro medio para libertarse de la muerte que el de dejar las armas.

Pero para llevar al cabo estos intentos, se necesitaban otros medios que los que Calleja podia emplear.

Cuautla, le dice él mismo al Virrey, está situada, fortificada, guarnecida y defendida de un modo, que no es empresa de pocas horas, de poca gente y de pocos auxilios; exije un sitio de seis ú ocho dias, con tropas suficientes para dirigir tres ataques y circunvalar un pueblo, que aunque su recinto ocupa mas de dos leguas, puede reducirse a la tercera parte. Estas tropas necesitan acopios de subsistencias, forrajes, algunos morteros, artillería de mas calibre, un hospital de sangre en el mismo paraje en que lo están las provisiones y forrajes, y de quinientos a seiscientos trabajadores. Conozco que todo esto exije gastos, tiempo y mucho trabajo, pero los talentos políticos y militares de V. E. compararán las ventajas que producen, con los males que de no hacerlos nos deben resultar.

En espera de la resolucion del Virrey, Calleja se mantuvo a media legua de Cuautla en el campo de Cuautlixco, no obstante la dificultad que le ofrecían las subsistencias y sobre todo los forrajes, y aunque no intentó nada serio, hizo varios movimientos sobre el pueblo con su caballería, sin que se llegase a empeñar accion alguna, porque Morelos hacia retirar a los puntos fortificados las partidas que de ellos salian, al aproximarse las de Calleja.

Entre las cosas que mas afligian a Calleja era el encontrarse con mas de doscientos heridos y enfermos mal asistidos, como lo han estado siempre los hospitales militares en este pais, á los que, contra lo que la humanidad exije, tenia que hacerlos conducir en burros. Para proporcionarles algun mas alivio, propuso al Virrey hacerlos llevar por Ozumba a Chalco, para que de allí fuesen trasportados a Méjxico en canoas, como se verificó. La pérdida de los realistas en esta accion entre muertos y heridos, ascendió a ciento setenta y tres hombres, segun Calleja informó al Virrey (17).

Bustamante pretende, que en una carta escrita por Calleja al mariscal de campo Tornos, director de artillería, que fue interceptada por Larios y entregada á Morelos, confesaba el mismo que pasaron de cuatrocientos; pero como la comunicacion al Virrey fue reservada y en que Calleja tenia mas interes en aumentar que en disminuir su pérdida, parece ser a lo que debe estarse, no habiendo por otra parte constancia alguna de la carta que se dice haber sido escrita a Tornos. Fue en general muy sentida la muerte del conde de Casa Rul, pues ademas de sus enlaces de familia, tenia un carácter generoso y franco, rayando en despilfarrado y ligero, que le habia ganado muchos amigos (18).

No lo fue menos, especialmente en el ejército, la del coronel Oviedo; era este, como en otro lugar se dijo, administrador de la hacienda de Bocas en las inmediaciones de S. Luis, y casi todos los soldados del batallón de patriotas de aquella ciudad, llamados los Tamarindos, eran sus criados o dependientes; vivia entre ellos de una manera patriarcal, con lo que lo amaban y obedecian como a su amo mas que como a su jefe, y por llamarle así sus soldados, era conocido en el ejército con el nombre del amo Oviedo.

Mucho llamó la atencion que miéntras el coronel ya entónces brigadier Jalon, de profesion militar, y que habia hecho la guerra a los franceses en España, se condujo con cobardía; dos jefes que estaban muy distantes hasta entónces del ejercicio de las armas, como Rul acostumbrado a la disipacion de la capital, y Oviedo retirado en el sosiego del campo, hubiesen sabido morir con honor al frente de sus cuerpos. En casi todo el curso de esta guerra, los individuos que no habian pertenecido ántes ál ejército y los cuerpos provinciales o de nueva creacion, se distinguieron tanto o mas que los jefes veteranos; y cuerpos de línea, y desde entónces se hizo patente que en la profesion militar el pundonor es calidad mas esencial que la instruccion (19).

La pérdida de las tropas de Morelos fue muy corta (20), y aunque en la poblacion hubo algun número de muertos, estos mas bien fueron de los desgraciados habitantes, en cuyas casas penetraban los soldados irritados, satisfaciendo en ellos su furia y su venganza.

Cierto escritor de la historia de estos tiempos refiere que Morelos, en vista de las comunicaciones de Calleja al Virrey que Larios interceptó, y en que aquel manifestaba la considerable pérdida que habia sufrido y la escasez de municiones en que quedaba, deliberó con sus jefes sobre el partido que convendria tomar; que Galiana opinó que se debia atacar a los realistas en su campo, antes que pudiesen recibir los auxilios que Calleja pedia; pero que Morelos recelando que estas comunicaciones y el haberlas hecho interceptar, fuese una astucia de Calleja, resolvió no moverse de sus atrincheramientos. Si esto es así, es muy de aplaudir la cordura de Morelos, pues ni la escasez de municiones era tal, que no le quedasen a Calleja las suficientes para batir al enemigo, como el mismo lo dice al Virrey (21), ni las tropas de Morelos, aunque hubiesen podido rechazar a los realistas tras de los parapetos, estaban en estado de batirse con ellos en campo raso, ni mucho menos de atacarlos en su campamento, como lo veremos por la serie de los sucesos posteriores.

Segun el plan formado por el Virrey para el ataque simultáneo de Cuautla e Izúcar, Llano, ya ascendido a brigadier, se puso en marcha sobre el último de estos puntos con las tropas de Puebla, a las que, aunque no pasaban de mil quinientos a dos mil hombres, se dió el título pomposo de ejército del Sur.

Formábanlo los dos batallones de Lobera y Asturias, expedicionarios, con cuyo nombre caracterizaremos en adelante, porque así se les llamaba comunmente, a las tropas venidas de España; el batallon llamado de la Union, que se componia de piquetes de varios cuerpos; dragones de Tulancingo y Puebla, lanceros de Veracruz y las compañías de España y México, que del ejército del centro fueron a unirse con aquellas tropas, llevando la artillería que el Virrey habia prevenido en sus instrucciones.

El plan de ataque de Llano fue el mismo que formó Soto Maceda, y la defensa se hizo de la misma manera que entónces. Llano se situó con todas sus fuerzas en el cerro del Calvario que domina la poblacion; el 23 de Febrero a la una de la tarde, rompió sobre esta el fuego de granadas y balas rasas con los abuses y cañones de a 8 y de a 6; protegidas por este fuego hizo avanzar a las tres de la misma tarde dos columnas de ataque, formada la primera por el batallón de Lobera, mandado por el mayor D. José Enriquez (e), y la segunda por el de Asturias a las órdenes del de igual clase D. Francisco Caminero (e), llevando cada columna una pieza de a 4, y dejando a sus espaldas dos escuadrones de caballería que protegiesen su retaguardia, ambas dirigidas por el coronel D. José Antonio Andrade, segundo de Llano. Los insurgentes mandados por el P. Sanchez, a cuyas órdenes estaban Guerrero y Sandoval, parapetados en la plaza y cubriendo con honderos las azoteas de las casas circunvecinas, rechazaron a los asaltantes, que no pudiendo avanzar nada, se retiraron a las cinco a su posicion del Calvario. Repitióse el ataque el siguiente dia 24 por las mismas fuerzas a las órdenes de Andrade, pero formando una sola columna con dos cañones de a 6 y dos de a 4: Llano se situó con el resto de la artillería en un punto que flanquea al pueblo a tiro de metralla, para sostener el asalto, dejando al batallon de la Union de reserva y toda la caballería formada a las dos entradas del pueblo. El éxito fue el mismo que el dia anterior; Andrade no pudiendo penetrar en los atrincheramientos y sufriendo un fuego vivo de las troneras practicadas en las casas, se retiró al Calvario, pegando fuego a los barrios de Santiago y el Calvario. La artillería desde la eminencia de este nombre, siguió todo aquel dia lanzando granadas y balas sobre la poblacion, que sufrió bastante de ellas (22).

El Virrey Venegas se hallaba visitando la oficina del Apartado de oro y plata, cuando recibió el parte de Calleja en que le avisaba el mal éxito del ataque de Cuautla (23). No pudo disimular su desagrado y dispuso inmediatamente se aprestasen las municiones que aquel general pedia. Al mismo tiempo, aunque ignoraba todavía el descalabro sufrido en Izúcar, dió órden a Llano para que desistiendo de toda operacion sobre aquel punto, marchase inmediatamente a incorporarse al ejército del centro en Cuautla.

No podia recibir Llano tal orden en circunstancias mas oportunas, pues que ella lo sacaba con decoro de la situacion comprometida en que se hallaba, despues de haber sido rechazado por dos veces en Izúcar. Emprendió pues la marcha el 26 sin detenerse, pero teniendo que pasar delante de los parapetos enemigos para tomar el camino que habia de seguir, colocó al frente de estos al batallon de la Union, el cual y parte de la artillería sostuvieron el fuego, miéntras que el resto de la division desfilaba.

Los independientes salieron con un cañon a picar la retaguardia y varias de sus partidas inquietaron incesantemerite a Llano en todos los pasos difíciles, especialmente en la barranca de Tlayacaque, en la que tuvo que empeñar una accion formal para poder llegar al lado opuesto. En una de estas barrancas, le fue preciso abandonar un cañon de a 8, cuya cureña se inutilizó (24). El camino que Llano siguió por el rancho de Temascalapa y las haciendas de S. Ignacio y Santa Clara, es muy escabroso y difícil, y va dando vuelta alrededor del volcan de Popocatepetl, que desde su cumbre elevada sobre toda la cordillera que forma la Nueva España, veia a sus faldas pasarse los sucesos mas importantes, que iban a decidir de la suerte de todo el pais.

Uano llegó con su division al campo de Calleja el último dia de Febrero y se alojó en la hacienda de Casasano. El 5 de Marzo se comenzaron las obras de circunvalacion; el campamento principal de Calleja estaba al Poniente, en tierras de la hacienda de Buenavista; el de Llano se situó al Oriente, sobre las lomas de Zacatepec, quedando el pueblo en medio de los dos. Las trincheras se abrieron al Sur, entre la derecha de Calleja e izquierda de Llano, a medio tiro de fusil de las baterías enemigas; al Norte, en el punto del Calvario, se construyó un fuerte reducto bien guarnecido con infantería y artillería, entre la derecha de Llano e izquierda de Calleja, y en las lomas de Zacatepec, en el centro de la division de Llano, se levantó otro para defender la caja del rio. Los intervalos de unos a otros de estos puntos, se cubrian con partidas de caballería de veinticinco hombres de dia y cincuenta de noche, y para la fácil comunicacion entre ellos, se abrieron de unos a otros caminos de veinte varas de ancho a tiro de fusil de Cuautla, atravesando suertes de caña, y echando puentes sobre las zanjas (25) que conducen a ellas el agua.

Las lomas de Zacatepec tienen a su derecha una profunda barranca llamada de la agua hedionda, cuyas vertientes, formadas por una fuente medicinal azufrosa que le da el nombre, derraman en el rio; en las sendas intransitables que en esta quebrada habia, se abrió un camino de coche, y en el pueblo de Amelzingo, cubierto de espesa arboleda, que está a la derecha de esta barranca, acampó el batallón de Lobera y escuadron de Puebla, ambos a las órdenes de Enriquez. Para la comunicacion de este punto con el Calvario, el mas inmediato aunque no poco distante de él, se echó un puente sobre el rio y se levantó un fuerte espaldon que atravesaba toda la caja de este. Lo mismo se hizo al Sur entre la derecha de Calleja e izquierda de Llano, y así quedó formada la línea de circunvalacion de mas de dos leguas, aunque con grandes intervalos entre los cuerpos que la defendian, cuyo número no bastaba a guarnecer tan dilatado espacio (26).

No se descuidó Morelos en aumentar por su parte sus obras de defensa, pues fortificó la hacienda de Buenavista que no lo estaba cuando Calleja atacó, y formó un reducto en el platanar para defender la derecha del rio, frente al campo de Llano.

El 10 de Marzo rompió Llano el fuego sobre la poblacion y se generalizó en toda la línea. Los independientes no se intimidaron por esta lluvia de granadas y balas. Cuento hoy, le decia Calleja al Virrey en 13 de Marzo a las seis de la mañana, cuatro dias de fuego que sufre el enemigo, como pudiera una guarnicion de las tropas mas bizarras, sin dar ningun indicio de abandonar la defensa. Todas las mañanas amanecen reparadas las pequeñas brechas que es capaz de abrir mi artillería de batalla; la escasez de agua la ha suplido con pozos; la de víveres con maiz que tienen en abundancia, y todas las privaciones con un fanatismo difícil de comprender y que haria necesariamente costoso un segundo asalto, que solo debe emprenderse en una oportunidad que no perderé si se presenta.

Por esta obstinada resistencia conoció Calleja, que habia obrado muy indiscretamente emprendiendo el sitio, sin tener artillería de batir y sin todos los aprestos necesarios; debió emprenderse, decia él mismo al Virrey, con todos los medios oportunos para asegurar el suceso; pero las circunstancias, las distancias, las noticias equivocadas y el concepto que se tenia del enemigo lo impidieron; en consecuencia le propuso que se hiciese venir artillería gruesa de Perote, y todo cuanto pudiese necesitarse sin perder instante, prefiriendo aquella a todas las demas atenciones, a las que se podria despues ocurrir; y si el Virrey no estuviese conforme en estas ideas, le pide le prevenga terminantemente lo que debia ejecutar, en circunstancias que por cualquiera parte que se mirase, ofrecian muchas dificultades para el acierto (27).

Echábase de ver en todo esto, el inconveniente gravísimo que para las operaciones de un sitio resultaba de la extraña composicion del ejército del centro. Escaso de infantería; sobre abundante de caballería y con artillería de corto calibre, el sitio tenia que reducirse a un mero bloqueo, que era lo único en que podia emplearse el excesivo número de caballos que en este ejército se contaban.

No bastando los pozos para la provision de la poblacion, las tomas de agua, dijo el mismo Calleja al Virrey en 2 de Abril, son el objeto de una accion continuada, y esta mañana a favor de la proximidad del pueblo y de un bosque que le cubre, rompió el enemigo la de Juchitengo que cubre el Sr. Llano: se proveyó abundantemente de agua, corrió mucha sobrante, y fue menester una accion empeñada para hacerle abandonar la toma. Morelos emplea todos los medios que se propone y son capaces de producir efecto, escopeteando todo el dia a los diferentes puestos que cubren la entrada a las cuatro tomas de agua, y no hay alguno que no haga sobre ellos algun ataque vigoroso hasta llegar a las bayonetas.

Estos frecuentes combates por las tomas de agua, decidieron a Galiana (28) a emprender establecer una fortificacion que asegurase permanentemente la provision de la plaza, y aprobado su intento por Morelos, lo ejecutó con el mayor acierto y bizarría. Calleja, cuyos informes copio de preferencia, porque en ellos no puede caber parcialidad en favor de los insurgentes, informó al Virrey en 4 de Abril, de este suceso en los términos siguientes:

Al amanecer de ayer, quedó cortada el agua de Juchitengo (29) que entraba en Cuautla, y terraplenada sesenta varas la zanja que la conducia, con orden al Sr. Llano, por hallarse próxima a su campo, de que destinase el batallon de Lobera con su comandante, a solo el objeto de impedir que el enemigo rompiese la toma: pero a pesar de todas mis prevenciones y en el medio del dia, permitió por descuido, que no solo la soltase el enemigo, sino que construyera sobre la misma presa un caballero o torreon cuadrado y cerrado, y ademas un espaldon que comunica el bosque con el torreon, para cuyas obras cargó un gran número de trabajadores, sostenidos desde el bosque. A pesar de su ventajosa situacion, dispuse que el mismo batallon de Lobera, ciento cincuenta patriotas de S. Luis y cien granaderos, todo al cargo del Sr. coronel D. José Antonio Andrade, atacase el torreon y parapeto a las once de la noche, lo que verificó sin efecto, y tuvimos cuatro heridos y un muerto.

La construccion de este fortin, levantado en momentos, a la vista y bajo los fuegos de los realistas, y artillado con tres piezas, hizo a los independientes dueños del agua, durante todo el tiempo del sitio.

No era solo en el ámbito de la circunvalacion en el que sin cesar se combatia. Fuera de ella habian quedado D. Miguel Bravo, el cura Tapia y Larios, con cuerpos de caballería engrosados con infantería de los indios de los pueblos inmediatos (30) que para no ser sorprendidos se habian fortificado en Ocuituco y Tlayacaque, desde donde amenazaban un movImiento combinado, que obligase a abandonar los puntos de la línea distantes entre sí, y aunque fuese difícil que pudiesen lograr tal intento, ponian siempre a Calleja en la necesidad de estar en mucha vigilancia, a tener pronta alguna fuerza disponible y a fatigar el ejército, sin poder separar de él los cuerpos que era indispensable destinar a la escolta de los convoyes, pues separadQs de los puntos que guarnecian, quedaban expuestos a ser sorprendidos por un enemigo vigilante.

Con el objeto pues de destruir o alejar las fuerzas que a las órdenes de Bravo y el cura Tapia, se dejaban ver continuamente sobre las avanzadas de los sitiadores, incomodando a los forrajeros, hizo salir Calleja el batallón de Lobera bajo el mando del mayor Enriquez, con cuatrocientos caballos a las órdenes de Moran y Flan, hijo mayor del conde de la Cadena, con dos cañones, y esta division marchando durante la noche, atacó y desbarató al amanecer del 16 de Marzo a los insurgentes, que con ochocientos caballos, mil quinientos indios honderos y tres cañones, ocupaban una altura en el rancho de Mayotepec, perteneciente a la hacienda de Tenestepango (31). Los realistas en este encuentro no tuvieron mas pérdida que un oficial herido; los insurgentes abandonaron los tres cañones que tenian, tuvieron muchos muertos en el alcance, pero dispersos en aquel punto, pocos dias despues aparecieron otra vez reunidos, ocupando los caminos e interceptando las comunicaciones.


Notas

(1) Expediente de las campañas de Calleja. La ha publicado Bustamante en el opúsculo así titulado, fol. 159.

(2) Llámase camino viejo el que pasa por los llanos de Apan, habiéndosele dado este nombre, desde que el consulado de México abrió el camino nuevo por Rio frio.

(3) La conduccion de dinero a Veracruz se remataba entonces en subasta pública. El que ofrecia mayores ventajas al comercio adquiria el derecho exclusivo por el tiempo del remate, y se llamaba el conductor·

(4) Véase el Caítulo III de esta edición cibernética.

(5) Todo este párrafo está copiado a la letra de las declaraciones de Morelos, especialmente en cuanto al número de hombres que tenia.

(6) Dudo si en este número se comprenden los quinientos hombres que en 28 de Enero le avisó Rayon mandarle de Coyuca, a las órdenes del coronel D. Mariano Garduño, de los que dice Morelos en nota de su mano al calce del oficio: Que llegó su recomendado con cuatrocientos hombres, de quienes me prometo feliz concepto.

(7) Bustamante, Campañas de Calleja, fol. 169, en la nota asienta que no pasaban de mil hombres. ¿A quién se habrá de creer? ¿A este autor o a Morelos? Sin embargo, Bustamante tuvo en sus manos y publicó las declaraciones de este. D. Miguel Bravo y el cura Tapia se mantuvieron fuera de la plaza, por lo que no deben contarse como aumento de la guarnicion.

(8) Declaraciones de Morelos en su causa.

(9) Véase el plano que se acompaña. Esta descripción está tomada casi literalmente del parte de Calleja, de 28 de Abril, inserto en la Gaceta extraordinaria de 1° de Mayo, núm. 219, fol. 445. Calleja, tenia mucha claridad y precision para describir las localidades. Para poder referir con exactitud los sucesos de este sitio, he hecho recientemente un viaje a aquel pueblo, ahora ciudad con el nombre de Morelos, y me acompañaron en ella para explicarme todo lo ocurrido, D. Juan Felix Goyeneche, administrador que era cuando el sitio se verificó, de la hacienda inmediata de Casasano, quien acompañó a Calleja en todos sus reconocimientos, y D. Felipe Montero que estaba dentro del pueblo con Morelos, quien me ha dado un plano y una extensa relacion manuscrita, que contiene muchos pormenores curiosos. El mismo Montero ha sido comisionado por el ayuntamiento de aquella ciudad, para poner a las calles nombres que recuerden los sUcesos que en ellas tuvieron lugar. El plano que se acompaña es el que ha publicado Bustamante en el Cuadro histórico, tomado de la secretaría del virreinato, rectificado por mis propias observaciones.

(10) Parte de Calleja el dia mismo de la accion, que no se publicó entonces y se halla en el expediente de sus campañas, y lo ha publicado Bustamante en el opúsculo titulado así, fol. 168. Morelos en sus declaraciones dice, que tenia una c41ebrina y quince cañones.

(11) Tambien se llama el guamuchilar de Casasano, por estar en un bosque de árboles llamado guamuchiles, perteneciente á aquella hacienda.

(12) Todos estos nombres proceden de la palabra mexicana Quauh, águila. Así Cuautla es la ciudad de la águila, Cuernavaca, o Quauhnahuac, la águila coronada.

(13) Llamábanle el compadre curro; he visto el árbol en que fue colgado cerca de una choza, a mano izquierda del camino.

(14) Parte citado de Calleja.

(15) Así lo dice Morelos en las declaraciones de su causa, de las que está tomado literahnente.

(16) Partes de Calleja. Expediente de sus campañas, folio 168 y siguientes.

(17) Cuatro oficiales muertos y diez y seis heridos o contusos; quince soldados muertos y ciento treinta y ocho heridos o contusos, con tres extraviados. Mas adelante se insertará esta comunicacion original.

(18) Su cadáver fue conducido a México, y su esposa lo hizo enterrar en la iglesia del colegio apostólico de S. Fernando.

(19) Comíendo un dia del mes de Diciembre de 1810 en Guanajuato, con el conde de la Cadena Flan, en casa de mis parientes los Septienes, en la que estaba alojado, se hablaba del convoy que iba a despacharse a México y se dudaba de su seguridad, porque su escolta se componia en gran parte de jóvenes voluntarios, y Flan dijo que iba seguro con ellos porque todos eran hombres de honor. El honor es el valor, repitió apoyando mucho la voz en estas últimas palabras.

(20) Siempre seria algo mas que los dos hombres que dice Bustamante, Cuadro hIStórico, tomo 2°, fol. 45.

(21) Comunicacion de 19 de Febrero. Sus campañas, Col. 170.

(22) El parte de Llano aunque es fecho en Izúcar el 25 de Febrero, no se publicó hasta el 19 de Mayo en la Gaceta de aquella fecha, núm. 230, fol. 523, y a su continuacion el que Andrade dió a Llano.

(23) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 46.

(24) El parte de Llano de esta marcha, fecho en Casasano el 2 de Marzo, se publicó en la Gaceta de 21 de Mayo núm. 231, fol. 531. A lo que dice Llano agrega Bústamente, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 47, varias circunstancias de poca importancia y de que no he podido informarme por otros conductos.

(25) Estas zanjas se conocen allí con el nombre mexicano de apantles, conductos de agua. Se echa de ver fácilmente que esta parte de la tierra caliente es donde la agñcultura mexicana, antes de la conquista, estaba mas perfeccionada, porque todo lo relativo a un sistema de irrigacion bien entendido, tenia nombre propio mexicano: apantles como va dicho, son los acueductos o canales de riego; achololes, los derrames de un canal a otro, etc.

(26) Toda esta descrlpcion de las obras de los sitiadores, está tomada del parte muy circunstanciado de Calleja de 28 de Abril inserto en la Gaceta extraordinaria de 1°, de Mayo, núm. 219, fol. 445.

(27) Así como en todo lo concerniente a las operaciones de Morelos, he debido preferir a ningunas otras noticias las que él mismo da en sus declaraciones; así en lo relativo a Calleja, copio su correspondencia con el Virrey, en que por el carácter de secreto que tenia habla con toda franqueza. He sacado estas citas de lo que ha publicado D. Carlos Bustamante en el Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 57 y sig., con referencia al legajo núm. 19 del archivo general en que debe hallarse la correspondencia entre ambos, que no he podido consultar por mí mismo, por no haberse encontrado dicho legajo. Estas citas contienen los hechos mas importantes relativos a este famoso sitio; todo lo demas que Bustamante refiere de menudencias inconducentes, podrá verlas el lector si gusta en la obra citada de Bustamante, y ejercer su credulidad cuanto quiera.

(28) Siempre que no se diga el nombre, se entiende ser D. Hermenegildo.

(29) Es un ojo de agua bastante copioso que brota del lado del pueblo al pie del bastion construido por Galiana, y de allí se conduce el agua por acequias al interior.

(30) Así lo dice Calleja en sus citadas comunicaciones.

(31) Esta hacienda pertenece a D. Ignacio Cortina Chaves. El cerro que ocupaban los insurgentes se llama de Lizote. Véase el parte de Calleja en la Gaceta extraordinaria de 18 de Marzo, núm. 199, fol. 287 y el pormenor de la accion en el parte de Enriquez. Gaceta de 24 de Marzo, núm. 202, fol. 307. Recomienda Enriquez al voluntario agregado a la caballería de Moran, D. Manuel Pesquera, que con su fusil mató tres insurgentes, y al uno de ellos despues de haberlo herido gravemente, le ayudó a bien morir, hasta que espiró.

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