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TODA UNA VIDA DE LUCHA
(Homenaje a Mollie Steimer)

Recopilación y comentarios,
Chantal López y Omar Cortés

TESTIMONIO DE MOLLIE STEIMER
MOLLIE STEIMER




Regresando de la estación a las doce del día, el primero de noviembre de 1922, encontre mi habitación cerrada y vigilada por dos soldados y un agente de la G.P.U. vestido de civil. El último pidió mi nombre, y luego me dijo que estaba bajo arresto, y que fuera con el al cuartel general de la G.P. U.

La casa estaba llena de gente que había sido detenida a pesar de ser pacientes venidos a consulta con el doctor en cuya casa ocupaba yo un cuarto. No solamente ellos, sino los profesores que visitaban a la hija del doctor que se encontraba seriamente enferma, fueron tambien hechos prisioneros durante tres días.

Al segundo día de mi arresto me presentaron ante el agente Shmitkov. Rehuse contestar a sus preguntas pero exigí saber por que había sido arrestada.

Usted -me dijo-, está acusada de pertenecer a una organización secreta que está prestando ayuda a los anarquistas encarcelados, y que tiene contactos en Europa y America.

¿Cómo se le ocurre llamar a la sociedad que ayuda a los anarquistas encarcelados una organización secreta? -le pregunte. Apenas hace algunos días visite la G. P. U. para intervenir a favor del compañero Nicolaev. Ante usted, nuestra sociedad había delegado a Tatyana Polozova, a Fleshin, y a mi misma incontables veces para interceder en favor de diferentes compañeros, y siempre nos aceptó como delegados de una conocida organización. ¿Por que de repente la llama usted secreta y la considera contrarrevolucionaria?

En vez de contestar, cambió de tema y me preguntó como podía ser que yo tuviese relaciones con esos contrarrevolucionarios: Emma Goldman y Alejandro Berkman. Naturalmente, una discusión comenzó sobre el significado de la palabra contrarrevolucionario.

Pero el hombre era de tan estrecho y cerrado entendimiento que no vi ningún sentido el discutir con el y abandone la pieza.

Poco tiempo despues, me llevaron a La Casa de Encierro Preliminar. Esa vez eramos 29 anarquistas arrestados, y a pesar de que a todos nos llevaron a otra cárcel, aún estabamos seguros de que pronto nos dejarían en libertad debido al hecho de que el gran día festivo -7 de noviembre- debía ser celebrado ...

No obstante, a la tercera semana de nuestro encarcelamiento el mismo Shmitkov me entregó -en forma escrita- la siguiente sentencia:

Mollie Steimer, dos años de exilio en Obdorsk, Siberia.

El compañero Fleshin recibió la misma sentencia. Inmediatamente enviamos una declaración a la G.P.U. manifestándonos en huelga de hambre para protestar contra esa acción y pidiendo nuestra liberación.

La huelga comenzó el 17 de noviembre y a las ocho de la noche del día 18 fuimos liberados bajo las siguientes condiciones: no abandonar Petrogrado y presentarnos a la G.P.U. dentro de dos días. Luego nos pidieron hacer una declaración escrita en la que nos comprometíamos a dejar de realizar propaganda anarquista; lo que nos rehusamos hacer. Posteriormente nos dijeron que pronto nos enviarían a Siberia, o si estabamos de acuerdo nos darían los documentos necesarios para ir a Europa.

En esa epoca, algunos anarco-sindicalistas franceses que eran delegados a Rusia para asistir al Congreso Internacional de las Uniones Rojas de Trabajo, se enteraron de este caso y preguntaron a Lozovsky de que banditismo se trataba para que Fleshin y yo estuviesemos acusados. Tambien escribieron una carta de protesta a Trotsky. Como resultado de su intercesión, no fuimos hostigados por la G.P.U. durante varios meses.

SEGUNDO ARRESTO

El 9 de julio de 1923, a la una de la mañana, me despertaron pisadas y ruidosas voces que provenían del pasillo, y antes de que pudiera comprender algo sonaron fuertes golpes sobre la puerta. Cuando pregunte quienes eran, me contestaron que Steimer y Fleshin eran requeridos por la G.P.U. En el momento de abrirles la puerta, siete hombres irrumpieron salvajemente, apuntandonos con sus revólveres y ordenándonos que alzáramos las manos, en seguida fuimos registrados y se nos ordeno que mostrasemos el lugar que ocupábamos. Despues de registrar el pequeño cuarto durante tres horas, tomaron algunos libros y folletos que se vendían legalmente en las librerías de Rusia. Luego, el jefe del grupo, Ivanov, nos leyo la orden de arresto. Despues nos llevaron a la prision de la G.P.U., calle Gorohovaya, No 2.

El 11 de ese mismo mes, Ivanov me interrogo:

PREGUNTA
¿Es usted anarquista?

RESPUESTA
Sí.

PREGUNTA
¿Conoce usted a Maria Veger?

RESPUESTA
Rehuso contestar.

PREGUNTA
¿Conoce usted a Alexey Alonetzky?

RESPUESTA
Rehuso contestar.

PREGUNTA
¿Da conferencias Maria Veger sobre grupos de estudiantes, no es cierto?

RESPUESTA
Rehuso contestar.

PREGUNTA
¿Han realizado asambleas anarquistas?

RESPUESTA
Rehuso contestar.

PREGUNTA
¿Ha visitado el Colegio Nacional de Ingeniería de la calle Sodovaya el 3 de julio?

RESPUESTA
Sí, estuve ahí.

PREGUNTA
¿Que hizo usted?

RESPUESTA
Yo averiguaba sobre los libros pertenecientes a Marcus Kamchi; ahora, él está prisionero y desea sus libros para continuar sus estudios.

Después supe que a causa de mi visita a esta escuela el joven estudiante Petrov, fue arrestado bajo sospecha de tener contactos con anarquistas; siendo expulsado de la escuela y sentenciado a 2 años de exilio.

Nos tuvieron en prisión durante cuatro días. Fueron días y noches espantosas. Esos minúsculos pedazos de cuevas obscuras que ahí llaman celdas están infestadas de insectos: piojos y chinches. Todo el tiempo uno se ve obligado a rascarse y espulgarse. Yo pensaba que iba a volverme loca durante esos cuatro días y esas cuatro noches que estuve ahí, claro está, jamás pude dormir. Finalmente decidimos (digo decidimos, porque en esa época eramos cuarenta y un anarquistas arrestados, y todos estabamos en esa prisión), emplear cualquier medio posible para obligarlos a que nos trasladaran de ahí. Todos enviamos declaraciones pidiendo un traslado inmediato y amenazando causar les dificultades si nuestra demanda era ignorada. Por fin nos llevaron a la Casa de Encierro Preliminar. Ahí los prisioneros políticos estaban separados de los delincuentes comunes y confinados en diferentes condiciones. Las pocas mejorías que los prisioneros políticos pudieron disfrutar se obtuvieron en 1921 después de una huelga de hambre de diez días. Sin embargo, el gobierno trató a menudo de retirar esos pocos privilegios. Por consiguiente, cuando me llevaron a esa prisión, me pusieron en la sección destinada a los delincuentes comunes cuyas condiciones eran las siguientes:

- A las ocho de la mañana, una taza de agua caliente y una libra de pan;
- a las diez, quince minutos de paseo al aire libre;
- a las doce, una taza de sopa insípida, grisácea y mal oliente; un pedazo de carne, tan duro y de olor tan desagradable que era imposible comerlo;
- a las seis, comíamos lo mismo que a las doce.

Visitas de quince minutos sólo se obtenían tramitando permisos especiales.

Las mejorías que los prisioneros políticos consiguieron fueron:

1) Dos horas de paseo al aire libre.
2) El derecho a recibir visitas de parientes.
3) El acceso a la biblioteca de la carcel dos veces a la semana.
4) El derecho de tener a una persona que representara a los prisioneros políticos ante la G.P.U.
5) También la comida tuvo alguna mejoría.

El veintiuno de julio, me llamaron a la oficina de la carcel y, una vez mas, me encontré frente a Ivanov.

Con fundamento en el artículo 60 del Código Penal, esta usted acusada de trabajar en una organización secreta que tiene contactos en Europa. Al decir esto, me tendió la acusación escrita. Firme aquí. me ordenó. Rehuse firmar y exigí una explicación mas clara. Ha dado conferencias frente a trabajadores y estudiantes en las que desarrolló propaganda anarquista.

¿Puede probar esto? -le pregunté.

No, no exactamente, pero tenemos suficientes motivos para sospechar.

¿Nos procesara?

Nada de eso, contestó cortante. Su caso sera enviado a Moscú y eso es todo.

¿Por que me tiene usted como delincuente común? -le increpé.

Porque Moscú ordena que los prisioneros políticos ya no tengan mas privilegios que los delincuentes comunes. Segundo, usted debe estar aislada de los demas.

LA INEVITABLE HUELGA DE HAMBRE

Después de esta conversación, envié una declaración a la G.P.U. pidiendo la condición de prisionera política.

El veintiseis de julio recibí una notificación negativa firmada por Zbrnev, un miembro del presidium de la G.P.U. de Petrogrado. Durante mis quince minutos de paseo en el patio, note una cara familiar a través de una de las ventanas, era María Veger. Tambien estaba prisionera como delincuente común. Por haber intercambiado unas palabras con ella, la dirección de la cárcel reaccionó terriblemente. De todos lados los guardias llegaban corriendo como si algo éxtremadamente terrible hubiera sucedido. Me regresaron a la celda y me amenazaron con enviarme a la cueva obscura si de alguna forma intentara de nuevo hablar con otros prisioneros. ¡Ya era imposible soportar semejante trato! El veintisiete de julio me declare en huelga de hambre, pidiendo, de nuevo, el ser tratada como prisionera política.

Maria Veger tambien comenzó su huelga de hambre por las mismas razones. Igualmente Lida Surkova, L.S.R. Zal Banzino y S. Fleshin, se unieron a nosotros.

Al tercer día de estar en huelga de hambre, Ivanov entró en mi celda diciendome:

Le otorgaremos el derecho de visitas y la condición de prisionera política en general, pero no podemos hacer lo mismo para María Veger.

¿Por que -pregunte con asombro-, si las dos estamos aquí por el mismo cargo?

Porque ella es una delincuente común -contestó-, estaba sentenciada a dos años de exilio en Archangel y se escapó de ahí antes de que pasaran seis meses (*).

Naturalmente, yo estaba muy indignada al escuchar tan ridícula declaración hecha por un representante del gobierno bolchevique, y le recorde los numerosos rebeldes que escaparon de la cárcel e igualmente del exilio, y cuán felices eran todos los prisioneros o exiliados cuando una fuga se realizaba con exito. Mencione los nombres de los mas altos líderes bolcheviques que escaparon de varias carceles, y le dije que si ella, María Veger, era una delincuente común porque se escapó del exilio, entonces, los mas idolatrados comunistas que se encontraban a la cabeza del gobierno eran, todos, igualmente delincuentes comunes. Después de oír esto, Ivanov azotó la puerta y jamas lo volví a ver.

Fui encerrada en la celda sin que nadie se entrometiera conmigo. Cada día la enfermera pasaba y asomándose por una pequeña ventanilla instalada en la parte superior de la puerta, me preguntaba acerca de mi salud. También el jefe de la guardia, de vez en cuando me preguntaba si yo deseába agua caliente, e igualmente el carcelero se asomaba a mi celda ocasionalmente. Eso era todo.

El tres de agosto, el doctor residente entró a mi celda. Me era imposible caminar y de mi boca emanaba un olor muy desagradable. Estaba tan débil que tenía grañ dificultad para levantar mis manos o mi cabeza y no podía mantener los ojos abiertos. El doctor me examinó y dijo: Puede aguantar un día más, pero si usted no toma algún alimento, mañana la llevaremos al hospital y la alimentaremos por la fuerza.

A cónsecuencia del informe que el doctor rindió a la G.P. U., Zbrnev vino al día siguiente y accedió a nuestras demandas.

LAS SENTENCIAS

Veintidos días más tarde -26 de agosto-, el mismo Zbrnev vino a la Casa de Encierro Preliminar y leyó las sentencias a quince anarquistas (de los cuarenta y uno que fueron originalmente arrestados, veintiseis lograron después ser liberados), en donde se les consideraba como sospechosos por traer consigo propaganda anarquista y, se les sentenciaba, ¡sin juicio! a purgar diferentes periodos en el exilio. La sentencia de Fleshin y la mía fue: ser expulsados para siempre de la Rusia Soviética.

El veintiseis de septiembre, Kolosov -agente de la G.P.U.-, nos entregó los pasaportes y los boletos para abordar el barco que zarpo de Petrogrado el veintisiete de septiembre de 1923 para dirigirse hacia Stettin, Alemania (**).

Firma:
Mollie Steimer

Certificado ante el alcalde de Drancy (Seine), Francia. El 10 de enero de 1925. Siguen un sello y la firma del alcalde.



NOTAS

(*) En 1921 Maria Veger fue arrestada por anarquista. El cargo contra ella era el de contrarrevolucionaria porque encontraron literatura anarquista en su cuarto. Paso tres meses en la cárcel de Moscú, en Butyrki, donde se enfermo de escorbuto. Fue sentenciada a dos años de exilio en Archangel, donde pasó seis meses hasta que finalmente logro escapar de ese detestable lugar.

(**) Stettin: puerto situado en el río Oder. Anexado desde 1945 a Polonia y cuyo nombre actual es: Szczecin.
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