Presentación de Omar CortésQuincuagésimo comentario - Las huelgasQuincuagésimo segundo comentario - Sobre el retiro de la punitiva Biblioteca Virtual Antorcha

Alfonso Quiroga

MÉXICO EN 1916

QUINCUAGÉSIMO PRIMER COMENTARIO

COMPLOT EN CIUDAD JUÁREZ



Resultado de las medidas de represión dictadas por el gobierno, fue el complot tramado en Ciudad Juárez, el que, de haber estallado, pudo haber cambiado desde entonces la situación de la frontera norte del país.

Desde el día 13 de agosto por la mañana, sin saberse de quien fue la idea, muchos particulares, entre los que abundaba el elemento obrero, acordaron reunirse en las afueras de la ciudad, en pequeños grupos para no despertar las sospechas de las autoridades. El objeto que perseguían era el de apoderarse por sorpresa de la plaza, y una vez en posesión de ella, deponer a las autoridades carrancistas, substituyéndolas con ls que se eligiera luego.

Contaban para ello con la cooperación de varios oficiales de la guarnición; pero habiendo tenido oportuna noticia de lo que se intentaba, el jefe de las armas Francisco González ordenó que todas las armas y parque que estuvieran en poder de individuos particulares por habérseles dado cuando se habló de la guerra con los Estados Unidos, fueran entregadas en su oficina, bajo la pena de muerte para quienes no cumplieran con tal disposición.

Tan oportuno estuvo entonces el general Francisco González, que pudo evitar que estallara el movimiento. Considerando los conspiradores que sus planes fracasarían por haber sido descubiertos ya, desistieron por entonces y algunos huyeron hacia diferentes puntos.

Diecinueve de los conspiradores fueron aprehendidos por González y enviados a Chihuahua para que Jacinto Treviño dispusiera de ellos.

Volvió entonces a decirse que Marcelo Caraveo estaba haciendo propaganda anticarrancista y por segunda vez se anunció su captura.

Respecto de Inés Salazar, que poco tiempo antes había sido hecho prisionero, se tomaron también muy estrechas medidas de vigilancia, porque su filiación política daba lugar a suponer que desde su celda estaría dirigiendo los preparativos de un movimiento mayor. Así fue que, para terminar con el asunto de este jefe revolucionario, su causa fue puesta nuevamente a vista, citándose a los testigos.

Entre los de cargo estaba el mismo general Francisco González, quien hizo viaje especialmente desde el lugar de su residencia hasta Chihuahua para deponer en contra de Salazar.

De los 19 prisioneros complicados en el complot de Ciudad Juárez, nueve fueron fusilados y los demás castigados con cárcel.
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