La obra que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, escrita en 1924 por el íntegro pacifista y gran literato francés, Romain Rolland, tiene la particularidad de haber sido la primera obra que sobre Gandhi se escribiera en Occidente. De más está el señalar la sorprendente manera en como el público europeo recibió este libro, alcanzando muchísimas ediciones, al grado que bien podríamos señalar a Romain Rolland como el introductor del pensamiento gandhiano en Europa.

Curiosamente, Rolland no conocería a Gandhi sino hasta siete años después de haber escrito este ensayo, o sea, en 1931.

Obviamente de mucho serviría para el éxito editorial de esta obra, tanto la calidad de la pluma de Rolland, a quien, por cierto, habíasele otorgado el Premio Nobel de literatura en 1915, al igual que a la tozudez de la lucha no violenta iniciada por Gandhi en Sudafrica y continuada en la India.

Rolland y Gandhi constituyen, a no dudar, dos almas gemelas que se encuentran comulgando bajo el singular contenido del pacifismo.

Ante aquella Europa postrada ante la barbarie que representó la carnicería de la denominada Primera Guerra Mundial, a la especie humana quedábale prácticamente la obligación de reflexionar, y de manera muy seria, sobre su actitud ante el presente y el porvenir. La injusticia continuaba campeando por todos los rincones del mundo y era menester enderezar entuertos, calmando esa sed de desesperación popular que amenazaba con desbordar pasiones encaminándose por los tenebrosos campos de la violencia. ¡Qué mejor ejemplo que el brindado por ese obscuro abogado indio admirador de Tolstoi y de Thoreau en su lucha contra el imperio inglés y su caudal de racismo y prepotencia!

Así lo entendio Romain Rolland, quien ni tardo ni perezoso, dióse a la tarea de divulgar la lucha del llamado, por el también prestigiado literato indio, Rabindranath Tagore, como el Mahatma, esto es, el alma grande.

El presente ensayo, más que una biografía es un recuento de las primeras actividades de Gandhi, asi como un intento de explicación de sus teorías de lucha. Señalamos, intento, porque el esbozo de Rollaind se encuentra inacabado, y no obstante el enorme cúmulo de notas de que hace uso, no logra cabalmente su objetivo de precisar, de manera clara, lo que podría denominarse teoría política de Gandhi. Quedan muchos huecos, muchas interrogantes sin respuesta que al lector tocará desentrañar, ya hundiéndose en el pensamiento gandhiano, o bien, reflexionando sobre muchos de los planteamientos teóricos esbozados en este ensayo por Rolland.

Es muy importante el tener en cuenta que la terminación de este ensayo, en 1924, lejos, muy lejos se haya de la apoteosis de la lucha gandhiana, ya que tan sólo abarca sus inicios, por lo que Rolland no aborda al Gandhi triunfante, al Gandhi que terminó dándole un patada en el trasero al imperio británico, obligándole a reconocer la independencia del inmenso territorio de la India. Ya lo hemos señalado, el escrito de Romain tiene la gran trascendencia de haber sido de los primero ensayos que divulgaron, de cara al lector de Occidente, la interesantísima lucha de Gandhi.

Resulta por demás evidente que en la gesta histórica de la independencia de la India, el pensamiento y las tácticas gandhianas jugaron un muy importante papel, mas difícilmente podríamos señalarlas como las principales, porque si tal hiciésemos mentiriamos. Ciertamente el concepto de la no-violencia y la táctica de la desobediencia civil, particularmente en lo referente a la negativa a pagar impuestos -recordemos que una de las grandes luchas y grandes éxitos del quehacer gandhiano durante su lucha en contra del imperialismo británico se centró en su famosa resistencia al monopolio ejercido por los británicos sobre la producción de sal en la India, al igual que su negativa a pagar el denominado impuesto de la sal, lucha que se generó seis años después de terminado este libro, en 1930-, tuvo sus momentos, mas ello no puede orillarnos a considerar tales tácticas u estrategias como cruciales. Junto a los gandhianos desarrolláronse, en la lucha independentista de la India, otras corrientes de pensamiento y acción no sólo divergentes a la gandhiana, sino incluso abiertamente contrarias, que igual o parecido peso tuvieron en el proceso proindependentista.

Ahora bien, si analizamos la India actual, la India del 2012, tendríamos que reconocer que muy lejos se encuentra el resultado obtenido con las primigenias intenciones de Gandhi. Así, conviene, pues, colocar al gandhismo en su justa dimensión, y ello no obstante lo mucho que puedan atraernos sus teorías y tácticas en torno a la no-violencia y a la desobediencia civil.

Sin lugar a dudas que este ensayo, que ahora colocamos en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha, moverá a la reflexión a más de uno de los que se adentren en su lectura.

Como complemento a este escrito, hemos incluido, al final del mismo, la película, con una duración de más de tres horas, Gandhi, realizada en el año de 1982, por considerar de importancia el contenido de la misma como complemento de esta lectura.

Omar Cortés

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