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LA EPOPEYA DE LOS HERMANOS FLORES MAGÓN
1892-1912

VI



Este resultado fue presagiado desde el mes de diciembre de 1910, al retirarse Alfred Sanftleben de la redacción de la sección inglesa de que se había hecho cargo; retiro ocasionado por un artículo, en que declaró que El Partido Liberal Mexicano se había unido a los revolucionistas de la burguesía.

Como hacía un mes que Ricardo Flores Magón en un artículo había expuesto que, los ideales de madero no eran los del proletariado, sino los de los ricos, los de los intelectuales, los del clero, por esta razón la actitud de Sanftleben suscitó una desaprobación muy seria, y por lo mismo. el 31 de diciembre del mismo año se hizo cargo de la redacción de la sección inglesa, Ethel Turner, compañera del autor de Barbarous México, trabajo que desempeñó hasta el 15 de abril de 1911, en que, el que esto escribe se hizo cargo de esa sección.

Dos meses antes de esa fecha, el 25 de febrero, la Junta resolvió denunciar a Madero, lo cual efectuó Ricardo Flores Magón en un artículo larguisimo calzado con su firma, explicando lo que había motivado tal determinación. En ese artículo Magón avanzó argumentos categóricos que a mi modo de ver, los acontecimientos han justificado con exceso, siendo el resultado desde entonces un nuevo alineamiento de fuerzas tan significativo, que como yo creo, aún ahora, apenas comenzamos a entenderlo.

El día 8 de febrero de 1911 el compañero Prisciliano G. Silva tomó con un puñado de valientes la plaza de Guadalupe, Estado de Chihuahua, donde capturó al enemigo muchos rifles, municiones de boca y guerra, ropa, zapatos, buenos carros, etc. Madero entonces estaba próximo a ser aniquilado por el esbirro Rábago que le iba pisando los talones. En esta aflictiva situación se valió del mil veces traidor Lázaro Gutiérrez de Lara para enviar un mensaje a Silva, pidiéndole ayuda para salvarse de una muerte segura. Silva le envió todo lo que necesitaba y hasta un carruaje para el propio Madero. El encargado de conducir los elementos que necesitaba Madero, fue el propio de Lara, quien ayudó al hoy presidente de México a traicionar de la manera más infame al generoso liberal Silva, pretendiendo que éste lo reconociera como Presidente provisional de la República Mexicana, lo que no consiguió, mientras tanto con el servilismo e hipocresia de que tiene fama, de Lara había tenido tiempo de persuadir a los inconscientes a que juraran obediencia a Madero, quien sintiéndose fuerte con esto, logró desarmar y encarcelar al liberal Silva y a sus leales.

No fue el anterior el único crímen cometido por Madero en ese tiempo; Gabino Cano, otro miembro del Partido Liberal avanzaba a la cabeza de cincuenta hombres entre quienes se encontraban catorce heridos y por esto se vió obligado a pasar al lado americano en busca de auxilio médico. Sabedor Madero de esto, y como días antes no hubiera accedido Cano a unírsele con su fuerza, aprovechó la oportunidad para denunciarlo ante las autoridades americanas, y fue arrestado bajo la acusación de haber violado las famosas leyes de neutralidad.

Esos acontecimientos determinaron a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano a denunciar a Madero como traidor, haciendo conocer al mundo entero que la causa del proletariado mexicano no estaba de acuerdo con sus procedimientos y que desde ese momento era una amenaza directa para la emancipación por la cual el Partido Liberal habia sido organizado. A esta fecha, hacia muchos meses que los procedimientos de Madero se tenían a discusión, pues además de lo expuesto se tenia casi perfecto conocimiento de que dicho sujeto, aprovechándose de la prisión de los principales miembros de la Junta en Florence, Ariz. había engañado a innumerables miembros del Partido Liberal en toda la República, diciéndoles que estaba de acuerdo con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.

Con la denuncia de Madero se descubrió que en el mismo seno de la Junta existía otro judas que no pudo menos que darse a conocer; este bribón es Antonio I. Villarreal que sin tardanza voló al lado del descendiente de Elizondo, quien lo protegió lo mismo que al falderillo de Lara.

De este rompimiento decisivo se hizo solidario el Partido Socialista de este país, declarándose abiertamente enemigo del Partido Liberal Mexicano; hasta ese tiempo y mientras aparentemente el Partido Liberal parecía asociado a Madero, el Partido Socialista consideraba la revolución mexicana como un movimiento internacional y de primer orden. Dicho partido, guiado por el Appeal to Reason dio principio a una campaña de la cual, en mi opinión sólo sobresalió una virulencia estúpida e impertinente.

En el editorial de ese periódico publicado el 27 de mayo de 1911 decía al principio con mucho énfasis: La revolución mexicana ha terminado, y luego seguía: de este modo termina un acontecimiento histórico, muy notable, el cual prácticamente fue inaugurado por el Appel to Reason (sic).

Antes de esa fecha, el Partido Socialista había publicado una protesta oficial contra la intervención por los Estados Unidos, en honor de la verdad expléndida.

He aquí un pasaje: Afirmamos que ni el gobierno ni el pueblo de los Estados Unidos tienen intereses propietarios en México; que las especulaciones de un corrillo de ladrones de industria que son americanos, no nos justifican para intervenir en los destinos políticos o sociales de ese país, el cual han invadido bajo su responsabilidad individual.

Esta protesta está calzada con las firmas de Victor Berger, quien poco tiempo después, con un descaro, con un cinismo inaudito, denunció a los rebeldes mexicanos como bandidos.

Sin embargo, esa protesta escrita y publicada por el Partido Socialista no se puede borrar y realmente eso debe ser: el pueblo americano no debe dejarse arrastrar por las ambiciones de los politicastros; debe respetar los esfuerzos de sus hermanos porque su causa es la propia. Debe parar mientes en esa protesta que cada una de sus palabras encierra una verdad, sobre todo ahora, que la intervención parece inminente, y que sin embargo de haber publicado el Partido Socialista esa justa protesta, ahora se mantiene en un silencio sepulcral.

De Regeneración, N° 107 del sábado 14 de septiembre de 1912

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