Una nube de aventureros de todos los países, fue atraída por estas condiciones que les permitían entregarse a una explotación inmoderada, haciendo todavía más penosa la situación de la población mexicana, y esos aventureros, por los beneficios que reciben del gobierno, son los encargados de vocear por todo el mundo la sabiduría de los hombres de Estado mexicanos; las brillantes oportunidades que ofrece México para la inversión de capitales, y, ocultando cuidadosamente que es en el infortunio y el dolor y la angustia de una raza entera en lo que se basa la formación de rápidas y fabulosas fortunas, piden a sus gobiernos cruces, cintas y diplomas honoríficos para los tiranos de México, y hacen hablar a la prensa de todos los países en honor de las autoridades mexicanas.

Sin libertad para nada, a no ser que para morirse de hambre, los mexicanos estaban a punto de degenerarse, envilecerse, de no aportar su contingente al progreso humano.

Una quietud de muerte reinaba en México como una consecuencia del terror que Porfirio Díaz administró tan pródigamente.

Era menester lanzar miradas investigadoras por uno y otro lado a fin de convencerse que nadie se encontraba cerca, para atreverse a dar una opinión en voz baja. La prensa libre enmudeció, habiendo sido encarcelados, envenenados o asesinados los periodistas en la sombra de los calabozos; de sus lechos eran extraídos por la noche los desafectos al gobierno, para ser asesinados en la vuelta de cualquier camino; la tribuna era ocupada solamente por los lacayos de la tiranía; la paz de los cementerios reinaba.

En estas condiciones, y al acercarse la segunda reelección de Porfirio Díaz, los estudiantes de la ciudad de México rompieron el silencio con una vigorosa protesta contra la tiranía, protesta que resonó en todo el país. Esto ocurrió en la primavera de 1892. Ricardo Flores Magón tenía entonces 17 años de edad, y por tomar parte en la protesta, fue arrestado por primera vez. Él y los con él fueron encarcelados, se salvaron de ser fusilados gracias a que el pueblo de la ciudad de México se agitó e impidió al gobierno la ejecución del crímen.

En febrero de 1893, Ricardo Flores Magón formó parte del cuerpo de redacción de un periódico oposicionista, El Demócrata, que fue suprimido por el gobierno en abril del mismo año, antes de cumplir tres meses de estarse publicando, y sus redactores fueron encarcelados. Ricardo pudo esta vez burlar a los esbirros de Porfirio Díaz.

Dsde aquel momento, la tiranía redobló su crueldad y un silencio todavía más profundo, cobijó los crímenes de los plutócratas y de las autoridades.

Nadie tenía confianza de nadie; no se sabía si se estaba en presencia de un hombre honrado o de un delator; en los hogares se hablaba en voz baja y a puerta cerrada, del insufrible despotismo.

Fue en tales circunstancias, cuando la cobardía cerraba los labios y cuando visiblemente degeneraba el pueblo mexicano, cuando Ricardo Flores Magón y su hermano mayor, Jesús, que entonces soñaba con la redención de los oprimidos y es hoy Ministro de Gobernación del Gabinete de Francisco I. Madero, y sostenedor, por lo tanto, del mismo sistema de peonaje que entonces combatía, fundaron Regeneración el 7 de agosto de 1900, en la ciudad de México.

La aparición de este periódico produjo estupor por la energía con que en él se denunciaba la esclavitud que pesaba sobre el pueblo mexicano. Los plutócratas y los hombres mismos del gobierno fueron presa de la general estupefacción. En este medio de envilecimiento, de cobardía, de abyección, no podía explicarse cómo dos hombres tenían la audacia de enfrentarse al gobierno más fuerte y más brutal del mundo.

Al mismo tiempo, un grupo de ciudadanos de la ciudad de San Luis Potosí, capital del Estado del mismo nombre, entre los cuales se encontraba Librado Rivera, lanzó una convocatoria a todos los liberales de la República Mexicana, excitándolos a unirse para luchar, por medios pacíficos, contra la influencia que el clero católico tenía sobre el gobierno; se indico la conveniencia de formar clubs liberales en todo el país y se señaló el 5 de febrero de 1901 para que se congregaran en San Luis Potosí delegados de los clubs que para esa fecha estuvieran instalados. delegados de todos los rincones del pais llegaron a dicha ciudad y entre ellos Ricardo Flores Magón, quien al ver que todos, con excepción de Rivera, hacian cargos al clero únicamente por la situación en que se encontraba el pueblo, pronunció un discurso en que denunció la verdadera causa de la miseria, de la ignorancia y de la tiranía, barriendo con frailes, plutócratas y autoridades. Este discurso fue escuchado con terror. Todos atacaban al clero; pero no se atrevían a señalar al gobierno y a los plutócratas como factores del odioso despotismo que sufría el pueblo mexicano, de manera que la palabras de Ricardo hicieron estremecer a todos los concurrentes.

Poco después de tres meses, por los últimos dias de mayo, Ricardo y Jesús Flores Magón fueron reducidos a prisión en la ciudad de México por la publicación de Regeneración, y se les sujetó a torturas mil, siendo la más cruel la de no habérseles permitido ir a dar el último beso y el último saludo a su madre que desde su lecho de muerte los llamaba.

De Regeneración, N° 100, del sábado 27 de julio de 1912