Índice de Compendio de la historia de México de Manuel PaynoLección XIX de la Cuarta ParteLección XXI de la Cuarta ParteBiblioteca Virtual Antorcha

COMPENDIO DE LA HISTORIA DE MÉXICO

Manuel Payno

Cuarta parte

HISTORIA MODERNA
Época actual
Desde junio de 1867, a fin de diciembre de 1871

LECCIÓN XX

El señor Lerdo de Tejada.- Enfermedad peligrosa del señor Juárez.- Principio de la cuestión electoral.- Candidatos.- División del partido liberal.- Personajes notables de esta fracción.- El Ayuntamiento de San Ildefonso.- Pronunciamiento y asalto de Tampico.- Rebelión de la Ciudadela.- El señor Juárez declarado presidente constitucional.- Noticias biográficas de Juárez.- La nueva revolución.- Plan de la Noria.


- En la lección anterior hemos visto que el gobierno federal triunfó completamente, y que una de las personas complicadas en la revolución fue puesta a disposición del jurado del Congreso. ¿Qué siguió después?

- La tranquilidad se restableció durante algunos meses, y el gobierno aumentó su poder y su prestigio, especialmente el señor Lerdo de Tejada.

- Decidme algo de particular sobre esta persona tan notable en la política.

- El señor Lerdo, como se ha dicho ya, fue ministro del señor Juarez durante la época en que pasaron los acontecimientos de la guerra de Intervención. Su carácter firme contribuyó a que no se celebrase convenio ni transacción alguna con los franceses; a que se castigase inflexiblemente a los principales personajes, y a que se mantuviese al través de las revoluciones y de todos los inconvenientes, el principio de autoridad; de modo que unido con el señor Juárez, se formó por estos dos caracteres singulares un poder fuerte y resistente, que durante once años ha sobrepujado todo género de obstáculos y mantenido el gobierno en sus manos.

- Desearía conocer algunos pormenores de la vida del señor Lerdo, ya que me habéis dado a conocer la de otros personajes en el curso de esta historia.

- Don Sebastián Lerdo de Tejada nació en la ciudad de Jalapa (Estado de Veracruz) el 25 de abril de 1825. Sus padres lo dedicaron a la carrera del foro, e hizo los primeros estudios en Jalapa, y los cursos de latinidad, filosofía y teología en Puebla. En el Colegio de San Ildefonso en México, estudió jurisprudencia, y se recibió de abogado en 1851. En el año siguiente fue nombrado rector del colegio, cargo que desempeñó satisfactoriamente muchos años. En 1855 fue electo magistrado de la Corte Suprema de Justicia. De 1861 a 1864, fue diputado al Congreso de la Unión. En 1863 salió de la capital en unión del señor Juárez, y en 12 de septiembre fue nombrado ministro de Relaciones y Gobernación, Elegido popularmente presidente de la Corte de Justicia, no se le concedió la licencia respectiva para que continuase en el ministerio y se separó de él, pero a pocas semanas el tribunal accedió y el señor Lerdo ingresó de nuevo al ministerio y continuó dirigiendo la política del país.

- ¿Qué medidas políticas de importancia pueden citarse en esta época?

- El gobierno, para mantener siempre su poder y superioridad, dictaba medidas que influían más o menos en los Estados, y eran censuradas en el Congreso por la oposición y sostenidas por los diputados ministeriales; pero lo que tuvo un carácter general y notoriamente benéfico, fue la ley de amnistía que expidió el Congreso en 13 de octubre de 1870. En virtud de ella fueron derogadas las restricciones en los derechos civiles establecidas por la Convocatoria, y los presos políticos quedaron en libertad. Negrete, que estuvo a punto de ser fusilado y que se hallaba preso en el Convento de Santa Teresa, salió inmediatamente, y Aureliano Rivera pudo abandonar su escondite y los mexicanos desterrados volver a su patria.

- ¿Hubo alguna otra cosa notable en esos días?

- Sí, por cierto. El 17 del mismo mes de octubre fue acometido el señor Juárez de un violento ataque cerebral. Durante algunas horas se creyó que había muerto. La alarma fue grande y la revolución habría sin duda seguido a la muerte de este supremo magistrado. Se restableció en menos de una semana y el gobierno continuó sin variación.

- Veo que en todo el periodo corrido desde la batalla de Lo de Ovejo hasta fines de 1870, no hubo ninguna otra revolución.

- En efecto, la paz que puede llamarse política, se conservó; pero continuó la funesta plaga de los plagiarios, a pesar del rigor de la ley y de las muchas ejecuciones de los criminales.

- ¿Qué influyó en que no se turbase la paz?

- Varias cosas, tales como la exactitud en los pagos, la constante energía del gobierno; pero más que todo, la perspectiva de las próximas elecciones.

- Decidme algo acerca de este importante acto de los pueblos democráticos.

- Cercana ya la nueva elección para presidente de la República, los partidos se prepararon fijándose en tres candidatos.

Los juaristas comenzaron a apoyar la reelección, y se fijaron en el C. Benito Juárez.

Los lerdistas contrariaron el principio de la reelección como antidemocrático, y se fijaron en el señor Lerdo de Tejada.

El partido de la oposición se fijó en el general Porfirio Díaz, y tomaron el dictado de porfiristas o constitucionalistas.

- ¿Qué parte tomaba en esta lucha el partido conservador?

- Muy poca. Los liberales, al llegar el periodo electoral, se dividieron en las fracciones ya dichas, y los conservadores, divididos también, se inclinaron los unos al señor Lerdo, otros al señor Juárez, y sólo algunos de los antiguos oficiales del ejército tomaron el partido del señor Díaz.

- ¿Quiénes eran los personajes principales que dirigían estos partidos?

- El partido juarista, que ha significado largas épocas los principios de la democracia pura, así como la nacionalidad y la independencia de México, ha sido siempre muy numeroso; pero las personas más notables que se pusieron a defender la reelección, fueron Juan José Baz, Guillermo Prieto, Alfredo Chavero, Eduardo Arteaga, M. Morales Puente, Gabino Bustamante y el ministerio mismo, con excepción del señor Lerdo.

- ¿Quiénes eran los del partido de oposición?

- Los señores Manuel Zamacona, Ezequiel Montes, Eleuterio Avila, Manuel Mendiolea, Protasio Tagle, Justo Benítez, Felipe Buenrostro, y otros.

- ¿Quiénes eran los principales personajes del partido lerdista?

- Los señores Manuel Romero Rubio, Ramón Guzmán, Julio Zarate, José María Vigil, Jesús Castañeda, Nicolás Lemus, Hernández y Hernández y algunos otros más, tanto de la capital como en los Estados.

- ¿De qué medios se valieron para hacer triunfar sus candidatos?

- De la tribuna, de la prensa y de su influjo en los Estados.

- ¿Qué periódicos se señalaron por las opiniones en esta cuestión?

- En principios de 1870 aparecieron, tanto en la capital como en los Estados, multitud de publicaciones. En la capital El Siglo XIX tomó el partido del señor Lerdo; El Mensajero y El Ferrocarril, el partido del general Díaz; La Paz, El Federalista, El Correo de México y El Monitor, el partido del señor Juárez.

- ¿Qué pasó en el Congreso?

- Los lerdistas y porfiristas formaron una liga, y con esto una mayoría que, a pesar de los esfuerzos de los juaristas, dictó ciertas leyes adecuadas a su intento.

- ¿Cómo se manejaron los Estados?

- En el transcurso de algunos meses, fueron manifestando sus opiniones. Aguascalientes, San Luis, Michoacán, Puebla, Morelos, Hidalgo y parte de algunos otros adoptaron el partido del señor Lerdo. Oaxaca, Nuevo León y fracciones de muchos, el partido del general Díaz; los demás el del señor Juárez.

- ¿Qué ocurrió de notable en la capital con motivo de esta lucha electoral?

- El domingo 18 de diciembre de 1870 se reunieron los electores para nombrar Ayuntamiento. No teniendo ningún partido seguridad del triunfo, se fraccionaron. Los lerdistas eligieron su Ayuntamiento en San Ildefonso. Los juaristas en Chiarini. Ninguno de estos ayuntamientos entró a funcionar el 10 de enero de 1871. Remitida la cuestión al Congreso, la liga ganó y se mandó reponer al Ayuntamiento de San Ildefonso. En estos días don Manuel Saavedra renunció el Ministerio de Gobernación, y le remplazó don José María Castillo Velasco.

- ¿Quedó funcionando el Ayuntamiento de San Ildefonso?

- Sólo por algunos días. El gobernador del Distrito, Gabino Bustamante, lo suspendió y llamó al anterior. En el Congreso se trató de exigirle la responsabilidad; pero en esos momentos, un ataque de pecho, del que ya padecía, quitó la vida al señor Bustamante. Esta cuestión quedó resuelta de derecho por la Corte Suprema de Justicia, que negó el amparo a los regidores suspensos.

- ¿Qué hizo el señor Lerdo en estas circunstancias?

- Tanto el señor Lerdo como el señor Juárez, en lo personal se guardaron mutuas consideraciones. El señor Lerdo se separo del gabinete y tomó su asiento en la Corte Suprema de Justicia. Desde ese momento la división del partido liberal fue ya muy marcada.

- ¿Pasaron a más adelante estas cuestiones, y por causa de ellas se turbó la paz?

- Al menos la cuestión electoral ha servido de motivo. En fines de mayo de 1871, los jefes y oficiales de la guarnición federal de Tampico se pronunciaron, desconociendo al gobierno constitucional. En pocos días hubo suficientes tropas en las cercanías de Tampico, Y pusieron cerco a la ciudad. El mando en jefe lo tomó el general Sóstenes Rocha. El 11 de junio dispuso el asalto de la plaza, organizando tres columnas: una al mando del general Corella, otra a las órdenes del general Alcántara, y la tercera a las órdenes del general Ceballos. Se bombardeó la plaza desde las tres hasta las cuatro de la mañana. A esas horas se emprendió el asalto, y aunque hubo una vigorosa defensa, los fortines y la Casa Mata fueron tomados a la bayoneta, y la plaza quedó reconquistada el 12 de junio por las tropas del gobierno. En esta función de armas salieron heridos los generales Corella y Alcántara, que murió de fiebre poco después, y de una y otra parte hubo más de seiscientos hombres fuera de combate entre muertos y heridos. Con esta victoria cesaron por entonces los trabajos revolucionarios.

- ¿Qué resultado tuvieron las elecciones?

- Se verificaron en toda la República con más o menos regularidad, como tiene que suceder siempre en todo país democrático, y el 16 de septiembre se instaló el sexto Congreso constitucional.

- ¿De qué cuestión se ocupó?

- En las juntas preparatorias, de la revisión de las credenciales, que continuó después y fue muy reñida por parte de la oposición, que defendió a sus diputados hasta lograr que casi todos entrasen en la Cámara.

- ¿Qué siguió después?

- Un acontecimiento terrible e inesperado y que poco faltó para que hubiese acabado con la existencia del gobierno, y en ese caso las cosas habrían tomado otro aspecto distinto.

- ¿Cuál fue ese acontecimiento?

- La mayor parte del batallón de policía se sublevó el 1° de Octubre, a cosa de medio día, matando a su jefe el teniente coronel don Ambrosio Larragoiti. Los amotinados, bajo la dirección, según se dijo, del general Negrete, Feliciano Chavarría y coronel Toledo, sorprendieron a la Ciudadela y se apoderaron de la artillería y del material de guerra, quedando sólo en Palacio cuatro o seis piezas de batalla. En seguida se posesionaron en la cárcel de Belén y armaron a cosa de seiscientos presos. El ministro de la Guerra se hallaba en San Angel, y el presidente sólo en Palacio con una corta guardia. Pareció por algunas horas que todo estaba perdido; sin embargo, el señor ]uárez, con la serenidad y calma que le era habitual, bajó a la comandancia general, encontró ya algunos jefes y oficiales, entre ellos al general don Alejandro García, a quien confirió el mando en jefe. Inmediatamente se dictaron diversas disposiciones para impedir que se propagara el movimiento, y para circundar la Ciudadela. Se confió el mando de una columna al general Loaeza, otra a la del general Sóstenes Rocha, otra de caballería a las órdenes del general Loera, otra de reserva a las del general Ignacio Alatorre, y otra a las del general Donato Guerra. Al coronel Guadalupe Alva se le encomendó la guardia de Palacio. A las tres estaba circundada de tropas la Ciudadela, y a las cuatro se rompió de una y otra parte el fuego de cañón. A cosa de las once de la noche, el general Rocha, acompañado del general Poncel, y a la cabeza de los batallones de zapadores y 10 de línea, asaltó la fortaleza. El combate fue rudo, y después de la fusilería siguió la bayoneta y arma blanca; pero al cabo de dos horas los sublevados fueron vencidos y los fosos y campos de la Ciudadela quedaron cubiertos de muertos y herídos. En esta función de armas hubo de una y otra parte como ochocientos heridos, muertos y dispersos. Se fusiló en la misma Ciudadela al teniente coronel don Luis Echagaray y algunos oficiales del batallón sublevado. Toledo, que estaba dentro de la fortaleza, escapó en la confusión que hubo en la madrugada y lo mismo hizo Chavarría que estaba en Belén. Negrete permaneció ocultó en una casa frente a la Ciudadela, y salió de la ciudad algunos días después. Aureliano Rivera, que se pronunció con cosa de cincuenta hombres en Popotla, entró hasta frente de la Alameda. El coronel Castro, gobernador que era del Distrito, salió a atacar a la fuerza de Rivera, recibió un balazo y murió en esta refriega.

El día 2 el orden estaba restablecido, y el terror reinaba con las ejecuciones que se hicieron, y que la exageración pública y las pasiones de partido ponderaron en extremo, dando tema para los discursos que se pronunciaban en el Congreso, especialmente por el diputado Zamacona.

- ¿Qué pasó después?

- Los partidos continuaron cada vez más exaltados, demostrándolo en el Congreso y en la prensa; pero no obstante, los asuntos políticos y constitucionales siguieron su curso, contándose para estos actos con una mayoría en el Congreso, a pesar de la unión de los otros dos partidos, que subsistió por algún tiempo en muchos de los actos legislativos y políticos.

El 12 de octubre fue declarado presidente constitucional de la República el C. Benito ]uárez, por ciento ocho votos contra tres, que sacó el general Díaz, y cinco en blanco. Se abstuvieron de votar cuarenta diputados, muchos de los cuales se salieron del salón se subieron a la galería como simples espectadores de lo que ellos llamaron farsa electoral. En los distritos electorales, partiendo de un censo de población de 8 836 411 habitantes, tuvo Juárez 5 837 votos; Porfirio Díaz 3 555; Lerdo 2 874, y 95 varias personas. El número total de votos fue de 12 361, y faltaron sólo 344 para que Juárez en esta segunda reelección tuviese mayoría absoluta.

- Pues que vamos ya a terminar nuestra rápida lectura histórica, dadme algunos pormenores relativos a la vida del señor Juárez.

- Fue una vida singular, llena de aventuras, y una persona que, lo mismo que Lerdo, que Díaz, que Ocampo, que Degollado y que otros muchos hombres políticos, será siempre interesante para el estudio, para el ejemplo y para la filosofía de nuestra moderna historia.

El C. Benito Juárez nació en el pueblo de San Pablo, a catorce leguas de Oaxaca, el año de 1806. A los doce años no sabía ni leer ni escribir, ni aun el idioma castellano. El año de 1818 abandonó su pueblo y fue a Oaxaca, donde encontró un protector que se llamaba don Antonio Salanueva. Hasta 1821 comenzó a estudiar en el Instituto de Oaxaca, latín, filosofía y teología. En 1834 estudió leyes y recibió su título de abogado. En 1831 fue nombrado en Oaxaca regidor. En 1832 diputado a la legislatura. En 1842 juez de lo civil. En 1844 secretario de Gobierno, y en 1847 electo gobernador. Fue desterrado por Santa Anna, y vivió en Nueva Orleáns, sufriendo graves dificultades pecuniarias hasta 1855. A la vuelta de su destierro fue nombrado por Comonfort gobernador de Oaxaca, y poco tiempo después, su ministro de Gobernación. En 1857, cuando el golpe de Estado, era presidente de la Corte de Justicia, y reasumiendo el mando, salió de la capital donde estaban pronunciados Zuloaga, Parra, Osollo y Miramón, y tomó el rumbo del interior, estableciendo por fin el gobierno en Veracruz, y regresando triunfante a México en 1861. En 1863, a causa de la invasión francesa, salió de la capital, y de la manera que ya se ha indicado, conservó la autoridad del gobierno constitucional, regresando en 1867. Fue electo presidente y cumplió su término de cuatro años, a pesar de todas las revoluciones y dificultades de que se ha procurado dar una idea, y reelecto en 1871, tomó posesión de nuevo de la presidencia, prestando la protesta ante el sexto Congreso el dla 10 de diciembre a las dos de la tarde, siendo presidente del Congreso el C. Alfredo Chavero, y habiendo concurrido a este acto solemne ciento treinta diputados.

- Para terminar nuestro estudio, sería conveniente que me dijeseis los acontecimientos de estos últimos días.

- Los que defendían la reelección, decían que el nombramiento del señor Juárez sería la señal de la paz, porque su nombre y su prestigio influirían en conciliar los partidos. Los que atacaban la reelección, aseguraban, quizá con fundamento, que la prolongación en el poder del señor Juárez sería la señal de la guerra civil. La verdad es que la paz en México no se consolidará sino cuando se respete invariablemente la ley, y los que pierdan no apelen a las armas. Los candidatos eran tres, los partidos estaban irritados y encaprichados. La presidencia, siendo una, deberían quedar dos entidades ofendidas y descontentas y la revolución de todas maneras era inevitable.

- Referidme lo que ha pasado hasta hoy.

- Apenas se declaró la elección, cuando por diversas partes estalló la rebelión. Haremos un registro de todo esto.

Don Trinidad García de la Cadena se separó del Congreso, y reuniendo gente entre Zacatecas y Aguascalientes, se pronunció otra vez contra el gobierno.

El general Donato Guerra, que lo hemos visto a la cabeza de una columna frente a la Ciudadela defendiendo al gobierno federal, marchó al interior y se pronunció cerca de Zacatecas.

El 7 de noviembre, el ministro de Gobernación anunció al Congreso que la revolución proclamada por el gobernador don Gerónimo Treviño en Monterrey, había cundido a Durango.

El Estado de Oaxaca había ya dado muestras de descontento y aun de rebelión, apoderándose de la artillería federal, fortificando la ciudad e introduciendo gran cantidad de víveres en ella.

Por fin, el 8 de noviembre, el general don Porfirio Díaz expidió un manifiesto en la hacienda de la Noria, donde vivía, y por esto se ha llamado el Plan de la Noria, y en virtud del cual se desconocieron los poderes constitucionales y se propuso la reunión de una junta de notables, conservando el mando el jefe de las armas hasta la organización de otro nuevo orden de cosas.

En 10 de noviembre se pronunció, proclamando al general Díaz, la guarnición federal del puerto de Guaymas, matando a los oficiales y tomando los fondos de la aduana marítima. El gobernador don Ignacio Pesqueira batió a los pronunciados en Bacanora, quedando la tropa prisionera y fusilados los cabecillas.

En 9 de noviembre, don Félix Romero reasume en la villa de Ixtlán el mando civil, declarando que el general don Félix Díaz no era ya gobernador, por haberse rebelado contra la Federación.

En el Estado de Sinaloa, la agitación y los trastornos que causó la cuestión electoral, quizá fueron tan graves como en los Estados del centro.

En 3 de septiembre de 1871, Cañedo en Imala y Parra en Piastla, se pronunciaron en contra del resultado de las elecciones. El segundo jefe plagió al diputado don Pablo Iriarte, e intentó hacer lo mismo con otros, a fin de que el Congreso de Sinaloa quedase sin quórum y no hubiese elección de gobernador.

El 8 de septiembre Cañedo es sorprendido y hecho prisionero en Imala, y el 19 el Congreso del Estado declara electo gobernador al licenciado don Eustaquio Buelna, que obtuvo veinticinco mil votos contra once mil que tuvo el general Márquez.

El 21 Parra fue derrotado en el punto llamado de las Higueras de Balluca, y el 27 tomó posesión de su encargo el nuevo gobernador; pero cuando se creía triunfante la causa del orden en todo el Estado, la guarnición de Mazatlán se pronunció el 17 de noviembre desconociendo a Juárez como presidente y a Buelna como gobernador, y nombrando a don Mateo Magaña.

En 4 de diciembre se pronunció en el Estado de Hidalgo el guerrillero Sotero Lozano.

El 5 del mismo, las fuerzas rebeladas al mando del general Ignacio Martínez, ocuparon el Saltillo, capital de Coahuila.

El gobierno federal envió sobre Oaxaca dos divisiones, una al mando del general Alatorre y otra al del general Rocha. El general Díaz, por medio de una marcha rápida, y aprovechando su conocimiento en los diversos senderos por las montañas, apareció en los días del 16 al 18 de noviembre en la tierra caliente, en Chalco, en Texcoco, y después tomó el rumbo de Pachuca y se internó en la sierra sin que durante muchos días se supiese en la capital el lugar donde estaba.

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