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COMPENDIO DE LA HISTORIA DE MÉXICO

Manuel Payno

Cuarta parte

HISTORIA MODERNA
Época actual
Desde junio de 1867, a fin de diciembre de 1871

LECCIÓN XIX

Conspiración de Santa Anna.- Su prisión en Sisal.- Consejo de guerra.- Sentencia de destierro.- Rebelión en Yucatán.- Es pacificado por el general Alatorre.- Movimiento contra Rubí en Sinaloa.- Rubí triunfa y restablece el orden constitucional.- Aureliano Rivera.- Negrete.- Sublevación de los Estados de San Luis y Zacatecas.- Batalla de Lo de Ovejo.


- Desearía saber también si una vez instalado el gobierno de Juárez y restablecido el sistema constitucional, se conservó inalterable la paz pública y siguió la nación una marcha de orden y de progreso.

- Desgraciadamente la paz ha sido tan rara en nuestro país, que sólo hemos gozado de ella a cortos intervalos. Los primeros días de la nueva era de la Federación fueron pacíficos; pero comenzó a germinar el disgusto entre los mismos liberales, a consecuencia de la refundición o arreglo que fue necesario hacer en el ejército, licenciando y enviando a sus casas a más de las dos terceras partes de las fuerzas que habían peleado en la guerra de la Intervención. Las brigadas de los generales Díaz y Riva Palacio fueron refundidas, y estos generales se retiraron con cierto disgusto a su casa. El primero marchó a Oaxaca, a una pequeña hacienda llamada de la Noria, y el segundo permaneció en México y fue después electo magistrado en la Corte Suprema de Justicia, cargo que después renunció, marchándose a Europa, donde permaneció algún tiempo. A su regreso se ha ocupado de trabajos literarios y de redactar periódicos satíricos y políticos, generalmente de oposición. Los generales Corona, Alatorre y Escobedo conservaron el mando de divisiones que se reorganizaron y se situaron en determinadas demarcaciones.

- No veo hasta aquí ningún movimiento a mano armada, y desearía saber si en efecto por esas causas o por otras se verificó alguno.

- El movimiento revolucionario más notable de esos días, fue el promovido por Santa Anna.

- ¿Qué pudo hacer Santa Anna, si se hallaba fuera del país y no había figurado en la política de México después del triunfo del Plan de Ayutla?

- Santa Anna había, en efecto, permanecido ya en La Habana, ya en la isla de San Thomas; pero aunque entrado en edad, su caracter activo y la parte que durante tantos años tuvo en los acontecimientos de México, no le permitían quedarse como simple espectador. Primero aprobó los trabajos del partido monarquista y aceptó como emperador a Maximiliano, felicitándole en una carta fecha 15 de junio de 1864, y vino después a Veracruz con el objeto de ingresar al país y prestar sus servicios. No se le recibió, y esto le llenó de indignación, y se convirtió en decidido enemigo del imperio. Mr. Seward, en su viaje a Samaná y a algunas de las Antillas visitó a Santa Anna, y quizá algo habló con él de México; pero cierto o no esto, Santa Anna a poco se dirigió a los Estados Unidos y en mayo de 1866 desembarcó en Nueva York, y fijando su residencia en Elizabethport, publicó un manifiesto excitando a Juárez y a González Ortega a una reconciliación, y anunciando su decisión de combatir contra el imperio y contra los franceses.

- ¿Cómo recibieron este ofrecimiento Juárez y el partido liberal?

- Malísimamente. Juárez no aceptó las ofertas de Santa Anna, y el Club Liberal, formado de los mexicanos que expatriados residían en Nueva York, y a cuyo frente se hallaban don Francisco Zarco y don Juan José Baz, hizo una protesta, en la cual se rechazaban decididamente los servicios de Santa Anna.

- ¿Qué hizo Santa Anna?

- Contestó con igual vehemencia a sus adversarios; y furioso entonces contra Juárez y los liberales, no pensó ya sino en conspirar contra la República. Aprovechó las circunstancias de transición en que se encontró el puerto de Veracruz; compró o fletó el vapor Virginia, y se dirigió a las costas de Veracruz y Yucatán. Santa Anna, que fue acaso engañado, en vez de encontrarse con partidarios se encontró con enemigos. Fue extraído del vapor y aprehendido en Sisal el 12 de julio de 1867, y poco faltó para que fuera fusilado en el acto. El gobierno dispuso que fuese juzgado conforme a la ley de 25 de enero de 1862, y conducido en el pailebot Juárez, fue encerrado en el Castillo de San Juan de Ulúa y comenzó su proceso.

- ¿Qué fin tuvo esta aventura descabellada?

- Los amigos de Santa Anna movieron en México todos los resortes posibles, y la templanza y el recuerdo de los antiguos servicios hechos a la patria en Tampico, Texas y Veracruz, influyó sin duda en el consejo de guerra, que lo condenó el día 9 de octubre a ocho años de destierro. Contribuyó mucho a salvarle la vida su defensor, que fue el licenciado don Joaquín Alcalde. Santa Anna regresó a San Thomas, y ha mudado de entonces acá su residencIa a diversas islas, habiendo empleado una gran parte de su dinero en esta infructuosa tentativa; y encontrándose en el curso del tiempo falto de recursos y cargado de años, se decidió a regresar a México.

- ¿Qué otros movimientos o rebeliones hubo?

- Diversos, pero relativamente de poca importancia, porque resentaron un carácter local.

- Referidme, sin embargo, los más importantes.

- En la península de Yucatán se alteró el orden en principios del año de 1868, promoviendo una rebelión don Marcelino Villafaña, don Leonardo Guillermo y otros. El gobierno envió al general don Ignacio Alatorre con una fuerza de cerca de dos mil hombres. Los rebeldes fueron batidos en Mérida y en otros puntos, y la península pacificada por este general, que regresó a Veracruz en el mes de mayo.

En Sinaloa hubo una rebelión local de importancia. Los oficiales superiores don Jorge Granadas, don Adolfo Palacios y el periodista don Ireneo Paz, se pronunciaron el 4 de enero en Culiacán contra la elección del general Rubí como gobernador, extrayendo de la casa de moneda cosa de 70 000 pesos; el 14 del mismo mes, en Elota, dichos oficiales y el coronel don Jesús Toledo renovaron el acta, confiriendo el gobierno al general Martínez, y éste, con fecha 28, aceptó en Mazatlán el movimiento. Los generales Corona y Rubí movieron fuerzas sobre los disidentes, y el 8 de abril fueron éstos derrotados en Villa de Unión por el general Donato Guerra, restableciéndose así el orden constitucional en todo el Estado. Palacios se escapó de la prisión en que estaba en Mazatlán; sorprendió a Culiacán el 13 de marzo de 1869; dirigió una proclama desconociendo el gobierno de Rubí y proponiendo de gobernador interino a don Plácido Vega, y fue derrotado y muerto el 18 de abril en el punto de la Soledad. Granadas tomó después parte en la revolución de San Luis y Zacatecas, y fue muerto el 15 de febrero de 1870, defendiendo el paso del puente de Tololotlán, que era atacado por Rocha.

En el mismo mes de abril estalló repentinamente un motín en Perote. Fue reprimido y fusilado el día 7 el jefe de los sublevados, Felipe Mendoza.

Aureliano Rivera, que se había distinguido en la última campana, malaconsejado sin duda, se rebeló, expidiendo una proclama en principios de mayo contra la Convocatoria y desconociendo a Juárez. Reunió unos cuantos hombres y expedicionó por las montanas; pero no habiendo sido secundado en sus proyectos, tuvo que prescindir y ocultarse en la ciudad hasta que se publicó la amnistía. El general don Miguel Negrete, de choque desde tiempos atras con el gobierno, tomó las armas, pero no tuvo mejor éxito. El general don Francisco Vélez salió de la ciudad con fuerzas competentes y lo batió el 15 de mayo en Chalchichihuila. Negrete aÚn continuó sus expediciones, y un momento se apoderó de Puebla, pero desbandadas sus fuerzas, tuvo también que andar mucho tiempo errante y oculto. La estrella del gobierno parecía cada Vez más brillante.

- ¿Aquí pararon todos los pronunciamientos?

- Hubo además cuestiones locales entre los gobernadores y las legislaturas en diversos Estados, y las más ruidosas y complicadas fueron las de Jalisco y Querétaro, pero muy grave e imponente fue la rebelión de los Estados de Zacatecas y San Luis Potosí.

- Dadme algunos pormenores sobre este acontecimiento.

- El coronel don Francisco Aguirre se pronunció en San Luis, en 15 de diciembre de 1869, contra la legislatura del Estado, desconociendo también al gobierno general: se apoderó de todo el material de guerra de la Federación, y se le unieron parte de las tropas de línea, al mando del general don Pedro Martínez. El 8 de enero de 1870, el gobernador de Zacatecas y la legislatura se pronunciaron también, y entonces se pudo contar entre Zacatecas y San Luis una fuerza contra el gobierno federal que pasaba de ocho mil hombres. Mientras en el Estado de México el diputado de la legislatura don Jesús Romo se pronunció, Santillán, los Noriegas, Abraham Plata, Fabregat, Aragón y otros aparecieron con fuerzas de caballería sublevadas en los Estados de México, Hidalgo y Morelos. La paz volvió a turbarse en Puebla. Orizaba fue atacada por una partida, pereciendo el distinguido literato don Joaquín Arróniz. Por el rumbo de Jalapa se pronuncia don Ángel Santa Anna, y en Jalisco, además de diversas partidas que recorrían el Estado, un acreditado jefe liberal, Guadarrama, se manifestó en actitud hostil. Pareció un momento que iba a terminar su existencia moral en México el gobierno, y que comenzarían de nuevo las peregrinaciones de los señores Juárez y Lerdo.

- ¿Qué resultado tuvo este gran trastorno político?

- Los pronunciados salieron de San Luis y Zacatecas, e hicieron varias marchas sin éxito ninguno. El general don Mariano Escobedo, en jefe de las fuerzas del gobierno, con una fuerte columna ocupó San Luis y Zacatecas, y los sublevados tomaron el rumbo de Jalisco, donde Guadarrama prescindió de la cuestión local y se puso a disposición del gobierno.

En 21 de febrero se encontraron las fuerzas de García de la Cadena, gobernador de Zacatecas, con las del general Rocha, en un punto llamado Lo de Oveja, se trabó un reñido y sangriento combate, en que ambas fuerzas se portaron con valor; pero la victoria quedó por el gobierno. El gobernador Cadena se retiró con poca gente, y don Francisco Aguirre pasó el río Bravo. El joven Romo había sido antes atacado por los gendarmes del Estado de México, pereció en el combate. Abraham Plata y los que le seguían se sometieron, sin condiciones, al señor Riva Palacio, y sucesivamente fueron derrotados, aprehendidos y fusilados, Fabregat, Noriega, Santillán Y otros de menos nombre. Don Angel Santa Anna y sus compañeros fueron aprehendidos, juzgados y condenados a muerte. El diputado don Trinidad García, conducido a México de orden del gobierno, fue declarado por la Cámara, el 21 de abril, bien preso; de manera que, en cuatro meses logró el gobierno federal sofocar una revolución que tuvo tan imponentes y formidables elementos.

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