Indice de La Constitución de Apatzingan de Carlos María de Bustamante Carta primera. Apartado sextoCarta primera. Apartado octavoBiblioteca Virtual Antorcha

La Constitución de Apatzingan
Carlos María de Bustamante
CARTA PRIMERA
APARTADO SÉPTIMO



CUADRO POLÍTICO DE OAXACA

Me parece muy a propósito dar aquí una idea del estado en que se hallaba la provincia de Oaxaca, tanto para que se forme la que corresponde del buen trato que recibió de Morelos y lo poco que padeció aun en la efervescencia de la revolución, como para que sirva de informe estadístico que instruya al común de los americanos del mérito de aquella provincia; pues aunque hay formada una memoria por el mismo autor de este informe, que lo es D. José María Murguía, no todos la tienen a la mano, ni este papel que redacté e imprimí en Veracruz se ha vulgarizado (Gaceta núm. 573) (1). El principal ramo de su subsistencia que la hace célebre, y la trae la mayor y mejor porción de numerario que le ha introducido siempre la más pudiente parte del comercio de México y Veracruz, consiste en la grana: en consecuencia de esto, desde fines del año de 1811 y los dos subsecuentes, ha tenido este fruto tal decadencia cual debía resentir en el primer año por la absoluta interceptación de los caminos; en el segundo, por la misma razón, hasta noviembre; desde éste hasta el felicísisimo y venturoso 25 de marzo anterior, por la desgraciada ocupación que de ella hicieron los insurgentes.

La falta de ventas de este fruto ha perjudicado notablemente a toda la provincia, porque habiendo fugado mucha parte de los europeos establecidos en esta capital, han sido otros tantos agentes que han dejado de operar para dar giro y movimjento a este fruto, debiendo esparcir por un bajo cómputo hasta la cantidad de setecientos cincuenta y seis mil doscientos cincuenta pesos, valor de once mil arrobas de grana, que por lo menos debieron cosecharse en cada uno de estos años, y que en consecuencia traen tanta porción de numerario, como dos millones, doscientos sesenta y ocho mil, setecientos cincuenta pesos, en los respectivos años de once a trece (2). La jurisdicción de Tehuantepec, parte de esta provincia y de las más preciosas, tenía en un pie demasiado ventajoso sus obrajes de xiquilite o tinta añil. Estos fueron saqueados hasta el último grado (3). Del fruto de esta simiente (el añil) se exportaban para Puebla y México sesenta y seis mil arrobas, sin contar con el contrabando de este fruto, que no es extraño regularlo en dieciséis mil arrobas más, que valen otros tantos miles de pesos, que unidos a los que salían públicamente, importaban ochenta y dos mil pesos. La jurisdicción de Jamiltepec, que produce el algodón y sostiene diariamente a nueve mil personas que lo hilan y de quinientos a seiscientos que lo tejen, está en la mayor decadencia.

La jurisdicción de Teposcolula, único manantial del mejor trigo y azúcares, quedó desierta por la emigración a la revolución de sus habitantes, sin ganados ni aperos para la labranza. La jurisdicción de Villalta, cuya fortuna consiste en los tejidos de mantas de algodón, ha comprado los del Norte de esta provincia y no ha dejado de introducirlos, vendiéndolos a buen precio, y de ellos se han vestido los cuerpos de insurgentes.

La del marquesado se ha mantenido sin quebranto, pues su subsistencia consiste en trigos y maíz que se han sembrado. La de Teutitlán del Camino, y Teutila, tienen sus comercios con sus provincias vecinas de Puebla y Veracruz, y creeré que no hayan girado con libertad sus Hueypiles (traje de las indias, muy airoso) de la primera, y purga de Jalapa, y de la segunda sus algodones en greña, hasta que Topete no hizo salir de su seno las gavillas de insurgentes.

Teutitlán del Valle es jurisdicción de maíces y crianza de ganado menor, y ni en uno ni en otro ramo ha padecido detrimento.

Huámelula goza siempre de abundantes maíces y crianza de ganado vacuno y caballar, y si ha resentido algún perjuicio es el que al último diré como general en toda la provincia. Nejapa y Chontales, a más de sus maíces, tiene la primera trigos, grana, algodones tejidos y, crianza de ganado vacuno Y caballar, y la segunda, solo grana; han padecido poco, excepto los pueblos que tienen en el camino real a Tehuantepec, los que han sido demasiado vejados por el continuo tránsito de las divisiones que han pasado por ellos.

Zimatán Y Miahuatlán. La primera no tiene más cosechas que maíces, y la segunda es abundante en grana. Ambas jurisdicciones han tenido poco que sufrir fuera de lo que ha sido común en la provincia. A Huajuapam, población preciosa por su caserío, no le ha quedado más recinto habitable que el de la plaza; pues en el rigoroso sitio que sufrió quedaron destruidos todos los techos del resto de sus casas; siendo la que sostenía la crianza del cabrío, de que se hacen considerables matanzas que producen mucho sebo, ha quedado este ramo tan sólo en la décima parte de lo que era.

En los valles que circundaban esta ciudad, las haciendas de laborío de maíz que eran de europeos quedaron reducidas a cortísimas existencias, y perjudicando a las obras pías en el valor de doscientos diecisiete mil trescientos cuarenta y nueve pesos que se vararon por la fuga de sus poseedores en la satisfacción del rédito.

Por la ocupación de las casas de europeos, reducidas a cuarteles, cesó el rédito respectivo al capital de trescientos dieciocho mil cuatrocientos noventa y seis pesos que en ellas se hallan fincados, rédito que unido al anterior en las haciendas por igual razón asciende a quinientos treinta y cinco mil ochocientos cuarenta y cinco pesos, que debieron producir a sus interesados treinta y cinco mil setencientos veintidós pesos, siete reales, cuatro grs. La circulación de moneda del cuño mexicano había cesado enteramente; sólo giraba el cobre, cuya cesación ha causado mucho perjuicio a la hacienda pública; pues los fondos que se hallaban en todas sus oficinas eran de esta clase, e importaban veinticinco mil cuarenta pesos, en esta forma. Por alcabalas mil cuatrocientos cuarenta, por tabacos dieciséis mil, y en la tesorería pública, siete mil seiscientos.

En la clavería de catedral, las rentas decimales contaban más de veinticuatro mil pesos, y en el supuesto de que no giraba más moneda que de cobre, no es fácil calcular la que tendría el vecindario. No se hará extraño que circulase sólo cobre, a pesar de haberse introducido moneda de plata de tierra adentro, que llaman chagoya, y haberse fundido más de doscientos mil pesos en esta capital de provincia; pues como los indios todos de ella son comerciantes y traen a la ciudad cuanto ésta consume en alimentos precisos a la vida y al gusto, y los grandes artículos de mantas y grana, sus pagos los exigían precisamente en moneda de plata; así es que la absorbieron toda, y a lo último ya costaba trabajo la introducción de víveres por no querer recibir el cobre.

El general perjuicio de todo este territorio ha consistido en la extracción de cuantas mulas y caballos han podido arrastrar los insurgentes, así como todas las armas de fuego, y en un donativo de totopo que les impuso Morelos.

Esta es la pintura del estado de la provincia de Oaxaca, hecha por los mismos enemigos de la insurrección. Yo quisiera que se me dijera ¿dónde está la devastación y el daño que causaba Morelos tan decantado, no de otro modo que el que pudiera hacer una langosta por los lugares de su tránsito? ¿Pudiera darse un conquistador más humano? ¿Podrá decir el Gobierno español otro tanto de sus comandantes depredadores, entregados al saqueo y a la rapiña? ... No niego que padecieron mucho los bienes de los españoles; mas teníanse entonces por enemigos irreconciliables: era contra ellos la guerra de exterminio, y entraba en el plan de hostilidades despojarlos de aquellos bienes y recursos con que entonces nos hacían toda hostilidad. No se quejarán ahora, ni dirán que por las autoridades se les ha faltado a lo convenido. He considerado a la provincia de Oaxaca por el aspecto de economía política que en el día buscan todos los que estudian la historia de la América, pues su independencia va a abrir al comercio una senda desconocida; algunos desaprobarán esta digresión, y la tendrán por importuna; no creo que los sabios se adunen a esta opinión.



Notas

(1) En esta relación hay hechos muy exagerados; la hizo Murguía y la firmó Alvarez, con el objeto de reprimir a los insurgentes; no obstante, al través de ella se toma idea de la riqueza de Oaxaca y de lo poco que padeció, pues Morelos no exigió más contribución que un poco de totopo para su tropa, y nada em reales.

(2) En el extracto de la estadística que imprimí en Veracruz en 1821, se pone por conclusión este párrafo. Los estados presentados desde 1758 a 1820, demuestran que en el decurso de sesenta años han entrado en la provincia de Oaxaca noventa y cinco millones, novecientos treinta y siete mil, quinientos nueve pesos, cuatro y tres cuartillas reales efectivos, no incluyéndose las enormes sumas que habían ingresado por contrabando a causa de los enormes derechos que reporta este fruto. Este dinero, en la mayor parte, ha sido propiedad de los indios, únicos cultivadores de la grana, que reducidos a un círculo estrecho de necesidades. sin duda han enterrado mucha porción de él. He aquí por qué en el Congreso General he dicho que Oaxaca es la China de esta América, proposición que hizo reír a muchos ignorantes espextadores.

(3) No lo habrían sido si Guatemala no nos hubiera invadido.
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