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Capítulo 40

Los ceses de don Venustiano Carranza, como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo, y del General Francisco Villa, como jefe de la División del Norte.

Después de haberse perdido mucho tiempo en la sesión vespertina del 31 de octubre de 1914 en discusiones bizantinas, que versaron sobre el mañoso cuestionario, más bizantino aún, que don Venustiano Carranza envió a la asamblea, ya los convencionistas estaban muy fatigados, unos por haber hablado mucho y otros por haber sufrido el indecible tormento de escuchar peroratas vacuas y desordenadas.

Reinaba gran ansiedad porque se llegara a la discusión del artículo primero de la parte resolutiva de las Comisiones unidas de Gobernación y Guerra, que consultaba los ceses de Carranza y de Villa de sus respectivos cargos, pero cada uno de los que hablaban parecía retardar indefinidamente el arribo a la suspirada meta.

La discusión de los ceses.

Al fin, a las 9:30 de la noche, se comenzó a discutir el citado artículo, que rezaba:

Por convenir así a los intereses de la Revolución, cesan en sus funciones como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista Encargado del Poder Ejecutivo, el C. Venustiano Carranza, y como Jefe de la División del Norte, el C. General Francisco Villa.

Habló en contra el Coronel González Garza, representante del General Villa. Expresó que el artículo puesto a debate constaba de dos proposiciones, una relativa a la eliminación de Carranza y otra a la dejación del mando por parte del General Villa, comprendida esta última en el artículo sexto que consultaba la supresión de los Cuerpos de Ejército y de las Divisiones, ya que sus jefes deberían pasar a depender de la Secretaría de Guerra.

González Garza fue escuchado con elocuentes muestras de impaciencia. Muchos solicitaron hablar, pero ante esa impaciencia, renunciaron al uso de la palabra. Sin embargo, la discusión continuó tormentosa, desordenada y pletórica de pasión. Hablaron varios delegados, haciendo cargos a Carranza y a Villa y otros se levantaron a defenderlos. Señalóse la ambición incontenible del Primer Jefe, cuyos únicos títulos para aferrarse al poder consistían en las firmas de unos cuantos jefes y oficiales que habían suscrito el Plan de Guadalupe, y en aquellos momentos osaba imponer condiciones a una asamblea en que estaba representada toda la Revolución.

Se dijo que en la junta efectuada en México, Carranza, sin condiciones de ninguna clase, se presentó a la asamblea e hizo entrega del poder, pero que aquel acto sólo constituyó una farsa bien preparada. Censuróse al Primer Jefe el hecho de haberse rodeado de un grupo de efebos rapaces e intrigantes, de haber sembrado la división entre los revolucionarios y de no haber ganado ni una sola escaramuza.

Los adeptos a Carranza arremetieron contra Villa señalando su ignorancia, su impulsivismo, sus asesinatos, sus raptos de ira, su afán de sobreponerse a todo el mundo y lo peligroso que para el país entrañaba el encumbramiento del Centauro del Norte. Se registró un penoso incidente entre los delegados General Martín Espinosa y Coronel Carlos Prieto, que afortunadamente no fue de mayores consecuencias.

La votación nominal.

A las 11:30 de la noche fue tomada la votación nominal. Los dos ceses fueron aprobados por una enorme mayoría de noventa y siete votos. Sólo votaron por la negativa veinte delegados. Los nombres de los Generales y gobernadores que concurrieron personalmente, así como los de los que designaron delegados, se ponen a continuación. Debe recordarse que todos, sin excepción, estaban obligados al acatamiento de los acuerdos de la Convención, en cumplimiento del juramento solemne prestado ante la bandera patria, ratificado con sus firmas estampadas en la misma bandera.

Generales y gobernadores que personalmente votaron por los ceses.

Generales: Eugenio Aguirre Benavides, Isaac Arroyo, Mateo Almanza, Fidel Avila, Felipe Angeles, Santos Bañuelos, Rafael Buelna, Daniel Cerecedo Estrada, Pedro A. Carbajal, Joaquín V. Casarín, que además de su previa representación tenía la del General Ignacio V. Pesqueira, Secretario de Guerra y Marina, Saturnino Cedillo, Severino Ceniceros, José Trinidad Cervantes, Manuel Chao, Martín Espinosa, Guillermo García Aragón, Macario Gaxiola, Eulalio Gutiérrez, Eduardo Hay, Eduardo Hernández, Miguel B. de la Vega, Raúl Madero, Francisco de P. Mariel, Esteban Márquez, Julián C. Medina, Pánfilo Natera, Alvaro Obregón, Matías Pazuengo, Orestes Pereira, Ildefonso Pérez, José Isabel Robles, Vicente Salazar, Martiniano Servín, Tomás Urbina, Antonio I. Villarreal y Fortunato Zuazua.

Teniente Coronel Eduardo Ruiz, gobernador de Colima y Coronel Carlos de la Vega, gobernador de Zacatecas.

Representantes de Generales y gobernadores que votaron por los ceses.

Votaron por la afirmativa los jefes y oficiales siguientes que tenían las representaciones de los Generales y gobernadores que se indican:

Coronel Salvador R. Alcaraz, representante del General Alfredo Elizondo; Coronel Vito Alessio Robles, representante del General Eduardo Carrera G.; Coronel Isabel P. Balderas, representante del General Herminio Alvarez; Coronel Atilano Barrera, representante del General Alfredo Ricaut; Capitán Francisco Betanzos, representante del gobernador de Coahuila, licenciado Jesús Acuña; Teniente Coronel David Berlanga, representante del gobernador de Aguascalientes, Alberto Fuentes D.; Mayor José Casta, representante del General M. Acosta; Teniente Coronel Rafael Cárdenas, representante del General A. Medina; Teniente Coronel Guillermo Castillo Tapia, representante del General Abraham Cepeda; Mayor Mauricio Contreras, representante del gobernador de Sinaloa, Felipe Riveros; Mayor José T. Cantú, representante del General Pedro C. Colorado; Capitán Elfego Chargoy, representante del General Víctor Monter.

Capitán Félix Durán, representante del General Benjamín Garza; Coronel Carlos Domínguez, representante del General Gonzalo Novoa; Capitán Valentín R. Flores Garza, representante del General Isidro Cortés; Teniente Coronel Agustín García Valderrama, representante del General Juan Lechuga; Mayor Guillermo Gaona Salazar, representante del General Alejo González; Coronel Roque González Garza, representante del General Francisco Villa; Capitán Jesús M. Garza, representante del General Juan Dosal; Teniente Coronel Eduardo C. González, representante del General Gustavo Elizondo; Mayor Ramón Gómez, representante del gobernador de Guanajuato, licenciado Pablo A. de la Garza; Coronel Ricardo González, representante del gobernador de Yucatán, ingeniero Eleuterio Avila; Capitán Luis González, representante del General Tomás Ornelas; Coronel Felipe Gutiérrez de Lara, representante del Jefe Político y Comandante militar del territorio de Tepic, Carlos C. Echeverría.

Coronel Lázaro J. Hernández, representante del General Jesús Dávila Sánchez; Coronel Juan Hernández García, representante del General Fortunato Maycotte; Coronel Salvador Herrejón, representante del General Martín Castrejón; Teniente Coronel Julio Madero, representante del General Benjamín G. Hill; Mayor Dionisio Marines Valero, representante del General Ernesto Santos Coy; Mayor Francisco S. Mancilla, representante del General Eugenio Aviña; Teniente Coronel Renato Miranda, representante del General Francisco Cossío Robelo; Coronel Pedro M. Morales, representante del General Máximo Rojas; Teniente Coronel Alberto Montaño, representante del General Ramón F. Iturbe; Coronel Félix Ortega, representante del General Angel Flores; Capitán Manuel Ortega, representante del General José María R. Cabanillas.

Capitán José H. Osterman, representante del General Francisco Urbalejo; Coronel Ramón Oyervides, representante del General Lucio Blanco; Teniente Coronel Miguel A. Peralta, representante del General José de la Luz Romero; Mayor Rafael Pérez, representante del General Sergio Pasuengo; Capitán Alberto B. Piña, representante del gobernador de Sonora, José María Maytorena; Mayor Jacinto Ramírez, representante del General Emiliano P. Nafarrete; Coronel Daniel Ríos Zertuche, representante del General Abel Menchaca; Mayor Manuel Roncal, representante del General Juan Carrasco; Teniente Coronel Alfredo Rodríguez, representante del General Pablo González; Coronel José Rodríguez Cabo, representante del Jefe Político y Comandante militar del Territorio de Quintana Roo, A. Garcillazo.

Coronel Adolfo Francisco Salinas, representante del General P. Hernández; Coronel Rosario L. Santana, representante del General Alejo Mastache; Teniente Coronel Filiberto Sánchez, representante del gobernador del Estado de Chiapas, General Jesús Agustín Castro; Coronel Guadalupe Sánchez, representante del General A. Portas; Teniente Coronel Manuel Serrano Tamez, representante del General Alfredo Aburto Landero; Mayor José Siurob, representante del gobernador del Estado de Querétaro, Coronel Federico Montes; Teniente Coronel Benjamín C. Silva, representante del gobernador del Estado de Campeche, J. Mucel; Mayor Josué Sáinz, representante del General Antonio de P. Magaña; Coronel Rafael de la Torre, representante del gobernador del Estado de Puebla, General Francisco Coss; Coronel Sabás Valladares, representante del gobernador del Estado de Michoacán, General Gertrudis Sánchez; Coronel Samuel C. Vázquez, representante del General Miguel M. Acosta.

Generales y gobernadores que votaron en contra de los ceses.

Votaron por la negativa los Generales Andrés Galeana, Salvador González, José Inocente Lugo y Manuel M. Santos que tenía además la representación del General Jacinto B: Treviño.

Representantes de Generales y gobernadores que votaron en contra de los ceses.

Mayor Alejandro Aceves, representante del General Anastasio Pantoja; Teniente Coronel Fermín Carpio, representante del gobernador del Estado de Jalisco, General Manuel M. Diéguez; Teniente Coronel Carlos S. Fierros, representante del General Francisco Murguía; Coronel Francisco Figueroa, representante del General Trinidad Rojas; Coronel Alfonso J. Herrera, representante del General Abraham García; Mayor Alfredo M. Jaimes, representante del General Pilar R. Sánchez; Coronel Marcelino Murrieta, representante del gobernador del Distrito Federal, General Heriberto Jara; Coronel Félix Neira Barragán, representante del General G. Camacho; Coronel Enrique W. Paniagua, representante del General Agustín M. Galindo; Coronel Miguel M. Ramos, representante del General Joaquín Amaro; Mayor Leopoldo Ruiz, representante del gobernador del Estado de Hidalgo, General Nicolás Flores; Coronel Federico Silva, representante del General Cesáreo Castro; Coronel Ignacio Vallejo, representante del General T. Gómez; Capitán Francisco Vela, representante del General Luis F. Domíngúez, y Coronel Viviano Saldívar Cervantes, representante del General Luis Caballero.

¡El Rey ha sido destronado! ¡Viva el nuevo Rey!

Entre una tempestad de aplausos fue hecho conocer el resultado de la votación. En casi todos los semblantes se retrataba una gran ufanía, y principalmente en los rostros del General Villarreal y de sus amigos que ya consideraban que la silla presidencial estaba segura en manos del primero. Los villistas y zapatistas no ocultaban su satisfacción. Pero los más empeñados en que se procediera desde luego a la elección de un presidente interino eran precisamente aquellos a quienes considerábase como incondicionalmente adictos a Carranza. Y por un contrasentido, los delegados de la División del Norte, los representantes del General Zapata y unos pocos verdaderamente adictos al Primer Jefe, eran los que se oponían resueltamente a la inmediata designación.

Y para nadie era un secreto que Carranza no entregaría voluntariamente el poder, que ya se preparaba a resistir y que trataba, por todos los medios posibles, de disgregar a la Convención.

Diluvio de oratoria.

A la medianoche, el Vicepresidente General Pánfilo Natera puso a discusión el artículo segundo del dictamen, que decía:

Procédase a nombrar por esta Convención un Presidente interino de la República.

Durante seis horas se registró en la asamblea un verdadero diluvio de oratoria. Uno tras otro subieron a la tribuna treinta y siete oradores que vertieron un chaparrón de palabras. El Teniente Coronel Alfredo Rodríguez, representante personal del General Pablo González, jefe del Cuerpo de Ejército del Nordeste, propugnó que no había que perder tiempo, que los momentos eran solemnes y que debería aprobarse el artículo sin más discusiones para proceder a la elección del nuevo presidente en aquella noche memorable. Agregó que en la tardanza radicaba el peligro.

Y lo siguieron los carrancistas, que ya estaban comprometidos a elevar al poder a Villarreal, bordando sobre el mismo tema: la aprobación del artículo y la elección sobre la marcha. Soto y Gama, por una parte y González Garza por la otra, sostenían que, habiendo aprobado por la asamblea el artículo decimosegundo del Plan de Ayala, debería esperarse para hacer la elección a que el Ejército Libertador del Sur enviara sus auténticos delegados, para que la elección fuera hecha por todos los revolucionarios.

A las 6 de la mañana del 1° de noviembre continuaba aún la discusión. Ya muchos delegados, entre ellos González Garza y varios Generales de la División del Norte, habían abandonado la sala de sesiones. El Vicepresidente Natera levantó la sesión.


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