Índice de La psicología individual y la escuelaCapítulo VIICapítulo IX Biblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO VIII

Acerca de la interpretación de los sueños sabemos hasta ahora lo siguiente:
1° El sueño tiene la misión de producir un estado afectivo que conduzca al soñador, en contra de su lógica, a una determinada situación, a la que tiende su estilo de vida.
2° El soñador se vale de diferentes medios, que se pueden reducir también a su estilo de vida; capta imágenes y recuerdos que facilitan su tarea y que le parecen valiosos.
3° El soñador se vale, sobre todo, de comparaciones y metáforas para reforzar aquel estado afectivo que necesita para su fin.

Nuestras observaciones concluyen en un punto. El soñador necesita este estado afectivo para poder seguir el camino que teme perder si se valiese de la razón y de la lógica. Por eso no puede comprender el sueño, se hunde, por decirlo en él, donde no se vea controlado e influenciado por la realidad. Para llegar a esta unidad en la interpretación, hemos comprobado que hay una dirección en el sueño que relaciona los materiales. Esta selección es tendenciosa. De la memoria del soñador emergen sucesos que, al igual que los recuerdos infantiles, se adaptan a su estilo de vida. Éste justifica sus intereses; se interesará por aquellas cosas que estimulen su tendencia individual a la superioridad. Mediante los sueños podemos comprobar también la forma de vida de un niño o un adulto. No es esto decir que por un sueño podamos deducirlo todo, pero este camino es muy productivo cuando lo relacionamos con otros datos para poder determinar un estilo de vida. Otro medio para producir un afecto y engañarse a sí mismo consiste en que el soñador acorta su problema, no abarca toda su extensión, sino solamente una parte, como si ésta fuese todo el problema. Durante la vigilia no obramos de otra manera. Lo podemos observar en el 100 por 100 de los casos de la vida diaria. Por ejemplo, un joven no quiere aprender a nadar, no quiere meterse en el agua. Se le trata de convencer, se le dice: ¡A lo más te mojarás un poco, inténtalo! Como si el mojarse un poco fuese todo lo que mueve a este joven cuando se niega a meterse en el agua. También el soñador en su sueño se refiere sólo a un punto; todo lo demás carece de importancia para él. Otra manera de acortar un problema es la exageración de la que ya les he hablado a ustedes cuando les contaba uno de mis sueños, en el que quería llegar a la solución de un problema durante la guerra. Hay, pues, posibilidades de encontrarse en el lugar adecuado durante el sueño, cuyos resultados se asemejan muchas veces a las conclusiones que hemos deducido de los sueños diurnos, fantasías, recuerdos infantiles para comprender la actitud de un niño ante sus tareas.

Hay sueños completamente típicos que se reproducen a menudo, y que aunque no significan lo mismo, producen siempre el mismo estado afectivo y en ciertos aspectos se asemejan unos a otros. Se pueden deducir ciertas conclusiones cuando se sabe que un niño tiene un sueño típico, que se reproduce. Con mucha frecuencia encontramos los sueños de caerse, en los cuales el soñador se precipita desde alguna altura. En algunos es tan corto este sueño, que sólo se vive el sentimiento de la caída, en otros es tan intenso que hasta se caen de la cama. Este sueño presenta, naturalmente, las más extremas consecuencias de lo que el soñador se imagina que podrá sucederle si no fuese precavido. Provocan un estado afectivo que le advierte: Cuidado, no pases de aquí, que estás en peligro, podrías experimentar una derrota.

A causa de la frecuencia de este sueño nos vemos obligados a la conclusión de que la mayor parte de los hombres no son muy valerosos, sino que la precaución, la angustia juega en ellos un importante papel. Podríamos decir que la cultura humana está llena de esta angustia, y seguramente se hubiera desarrollado de otra manera la historia del individuo y de la humanidad, si ambos hubiesen tenido más valor.

Una forma frecuente del sueño es el sueño de volar. Podemos concebir este sueño como la exposición en forma de metáfora de la tendencia a la superioridad. En este sueño encontramos expresado cómo se puede ejecutar algo que no podemos efectuar en la realidad, llevar algo a cabo por lo que se necesitan fuerzas sobrehumanas. En los niños que tienen tales sueños, sus rasgos de carácter muestran que tienden a la superioridad. Este sueño de volar está unido ocasionalmente al sueño de la caída, lo que interpretaríamos con las siguientes palabras: Quien sube muy alto, cae muy hondo.

Muy frecuentemente encontramos también el sueño en el que alguien se ve perseguido por un hombre o un animal. Estos sueños nos muestran claramente cómo corresponde a la esencia de este hombre presentarse a sí mismo como el más débil y presentar a los demás como los más fuertes. Estos sueños muestran un grave sentimiento de inferioridad. Cuando observamos los sueños de los ladrones, encontramos lo mismo. Sueñan, por ejemplo, que se ven en un gran peligro, para el que no encuentran salida, o se ven perseguidos por alguien, quieren cerrar la puerta, pero la puerta no se cierra, etc. Nos recuerda este sueño al llamado sueño alpino, en el cual se encuentran tales representaciones que el soñador siente una presión irresistible y tiene con frecuencia el sentimiento de estar despierto.

Son frecuentes los sueños en los que emergen representaciones como la de llegar tarde a un tren o tranvía que vemos partir ante nuestras narices. Son, a menudo, hombres que se creen perseguidos por una mala estrella y se imaginan que estas desventuras no les pasan más que a ellos. Puede suceder también que una persona se encuentre en una situación difícil y piense lo bonito que sería si no tuviese que resolverla. Sin notarlo procurará apartarse de esta situación.

Extraordinariamente frecuentes son también los sueños de examen. En años anteriores era un signo peligroso que el sueño de examen fuese unido a un sentimiento de temor, pues servía para producir un estado angustioso. Todos éstos son sueños típicos que se reproducen con frecuencia y que se encuentran muy a menudo en los sujetos más diferentes.

Hay otros sueños que se reproducen constantemente en un individuo. Estos sueños, que se presentan de vez en cuando, muestran con extraordinaria claridad el carácter de un hombre si los interpretamos de una manera adecuada. En ellos podemos ver cómo busca siempre el mismo puente para llegar, en las diferentes situaciones, al fin de la superioridad. Estos sueños provocan un afecto que mantiene al soñador en la dirección que corresponde a su estilo de vida.

Es muy interesante observar que algunos hombres sueñan mucho y otros poco o nada. La causa de esto parece ser que los hombres que no quieren engañarse o mentirse a sí mismos, que no están dominados por sus afectos, o que los tienen en poco estima, no sueñan o sueñan muy poco. Parece ser que tampoco sueñan los que se encuentran a gusto en una situación o por lo menos no intentan salir de ella, o no sienten impulsos para resolver una cuestión en la que se ven complicados. Sueñan más los hombres que se dejan conducir por sus afectos más que por la lógica. Hay sujetos que tienen sueños cortos, que nos dicen que se trata de hombres que han encontrado un camino corto para resolver su problema y van decididos a la producción del correspondiente estado afectivo. Los sueños largos y complicados nos demuestran que el soñador no se encuentra en situación de producir un estado afectivo sencillo y con cierta unidad. A menudo fracasamos al interpretar un sueño largo; son, en su mayoría, sueños de hombres que todavía no han decidido cómo han de producir un estado afectivo.

Al poseer un abundante material de sueños infantiles, hablaremos de algunos de éstos aquí:

Sueño de un niño de la tercera clase:
Durante la noche no sueño nunca y por el día sueño muy poco.
Se podría admitir que es un niño decidido que conoce su camino, piensa en el sentido de la realidad y no se deja llevar por sus fantasías.
Algunas veces me imagino que cuando sea mayor me casaré con nuestra sirviente.
Este niño no anda con pequeñeces ni ilusiones, es decidido, sabe ya lo que hará cuando sea mayor.
Yo la quiero porque es buena para mí; cuando ella esté ante el altar con su prometido, yo saltaré y lo arrojaré de allí.
Toma las cosas muy en serio y se da cuenta de que necesitará un procedimiento decidido por su parte, que tendrá que ser agresivo.

Sueño de una niña de la cuarta clase:
Estaba en la cama y soñé. Esta vez fué un sueño espantoso. Estaba en una sala desierta y horrible que tenía dos grandes ventanas y sin embargo era muy lúgubre. Vi a la muerte que andaba por el cuarto, con un traje blanco tan largo que lo arrastraba por el suelo. Carecía de ojos y de cabellos y, sin embargo, parecía como si quisiese mirar. Quise gritar, pero me faltó la voz. Entonces miré a mi padre. Tenía un aspecto completamente diferente. Tenía un bigote negro, cuatro pies y parecía completamente joven. De repente ya no vi mas.
Es muy clara la interpretación de este sueño, aunque parece complicado. Es una niña que piensa en la muerte de uno de sus familiares, y en la situación en que se encontrará cuando se muera esta persona. El padre se le aparece en el sueño muy joven; quiere tranquilizarla; hasta que él muera queda todavía mucho tiempo. Parece estar preocupada por lo que hará cuando se muera su padre. Parece estar más unida con el padre que con la madre. Debo señalar que algunos psicólogos admiten que en este punto se encuentran los deseos del niño de que mueran sus padres. Yo casi nunca he encontrado estos sueños de deseos de muerte. Aquí el estado afectivo producido por este sueño es poco claro. La niña piensa en el futuro y se pregunta: ¿Qué haré cuando mi padre muera? Será espantoso. Pero en seguida se tranquiliza: Mi padre podría morir, pero, por ventura, es todavía muy joven. El que vea a su padre con cuatro pies puede ser una comparación, como, por ejemplo, cuando se está encolerizado con alguien y se le dice como insulto: ¡Asno!, etc. No me atrevo a deducir otras relaciones.

Sueño de una niña de la cuarta clase:
Tuve una vez un hermoso sueño de un ángel. Estaba yo en un jardín; un hombre me quería arrojar al agua; de repente se me apareció un ángel que detuvo su brazo y dijo: Si arrojas a esta niña al agua, morirás. El ángel me condujo después al cielo. También llevó a mis padres. Allí todo era muy bello. Yo estaba muy contenta. Es, naturalmente, una niña que busca un apoyo. Parece que sus relaciones con un hombre se le presentan como una situación peligrosa. Éste quiere arrojarla al agua. Lo que quiere decir, que un hombre lleva malas intenciones; y necesita un ángel protector. Otra prueba de que se trata de una niña mimada, es que lleva a los padres consigo cuando va al cielo.

Soñé una vez que era el día de Navidad. El día antes había escrito una carta al Niño Jesús; soñé con ella. Soñé que me dieron un árbol de Navidad muy grande que llegaba hasta el cielo. Yo me alegré...
En el sueño no se puede presentar otra cosa que una continuación del movimiento psíquico del día anterior. Esta niña saca ella misma esta conclusión psicológica.

...Porque había colgadas de él muchas golosinas.
La niña tiene, manifiestamente, un gran interés por todo lo que se pueda comer.
Entonces abrí tanto los ojos, que vi un gran oso en un coche de muñecas.
Podemos sospechar que esta niña es de tipo visual.

Cuando quise coger un dulce del árbol, se abrió la puerta de repente y el diablo entró y salió rápidamente.
Es la prohibición: ¡No seas golosa!
Cuando desperté busqué dónde estaba el enorme oso en el coche de muñecas y el árbol de Navidad; todo había desaparecido. Mi mamá me había dado un beso durante el sueño.
Indudablemente es una niña que está muy unida a su madre, tiene grandes deseos, que están manifestados en el árbol de Navidad. Una niña golosa, codiciosa, como nos demuestra en la última fase de su sueño, no se conforma nunca y, por lo menos, debe recibir un besito de su madre.

Sueño de una niña de la cuarta clase. (Retrasadas). Mi padre y yo fuimos a pasear; caminamos una hora y otra, pero nunca llegábamos al final. Por fin nos encontramos con una casa en la que entramos.
Esta niña no se siente segura en ninguna parte.

Allí todo era de plata. Quedamos tan embebidos en su contemplación que nos dormimos.
Se han dormido durante el sueño.
Soñamos que nos cogió un diablo y nos llevó a una montaña. Los dos resbalamos por la pendiente y caímos separados. En este momento me desperté, pero me tuve que levantar porque ya eran las siete.
Siempre la desgracia. Después de un viaje viene un diablo que le agarra a uno, rueda por la montaña, se cae. ¡Es tan difícil mantenerse arriba! La escritura de esta niña nos muestra en todos los renglones una tendencia al descenso. Es posible que esto sea sólo una casualidad, pero en todo caso se verá que esta niña es abandonada, piensa constantemente que tendrá dificultades, que no marchará bien y que no debe esforzarse, porque no le ha de servir para nada. Verosímilmente se relaciona todo esto con el hecho de que pertenece a una clase de retrasados. (1)

Sueño de un chico de once años:
Soñé una vez con un arroyo. Caminé a lo largo de él hasta que llegué a un punto con menos agua, en el que había un tiburón joven. Saqué mi revólver y maté al pez.
Es éste un joven héroe que hace las cosas muy fácilmente. Él tiene revólver y el pez no.
Cuando lo levanté mostraba más de tres heridas por disparo.
Es una verdadera acción heroica.
Lo llevé a mi casa, le abrí el vientre y le saqué las tripas. Entonces desperté porque todo esto era muy repugnante.
Esto debe aclararse. Pudiera ser que este joven tenga interés en saber cómo son las cosas por dentro.
En la estructura de un sueño se refleja algo de la inteligencia del soñador, muestra no sólo las particularidades de un hombre, sino que nos proporciona también otros datos.

Sueño de otro alumno de la misma clase:
En una de las últimas noches tuve un sueño extraño. Era un oficial cerrajero y no tenía padre.
Seguramente piensa lo que más tarde ocurrirá.
Vivía en un pequeño cuarto con una mujer muy elegante, que se parecía mucho a mi madre...
Podría ser también un huérfano que recuerda a su madre.
... y que no me exigía inquilinato.
(Una maestra cuenta que el niño, en efecto, no tiene padre.)
Aquí tienen ustedes a un niño que ahora tiene doce años y todavía no ha olvidado a su madre. Este niño no puede olvidar y piensa en lo que sucedería si tuviese madre.
Un día, cuando me trajo el desayuno, me regocijé de repente, pues reconocí a mi madre en la mujer. En seguida desperté.
Piensa que si tuviese una madre lo pasaría bien, le traería el desayuno, no tendría que pagar inquilinato y estaría siempre contento.
Los niños huérfanos sobrevaloran a menudo la importancia de los sucesos tristes, porque no tienen madre. En estos niños todos sus males y dificultades de la vida se reducen a que no tienen madre, lo que produce en ellos un estado de amargura y se sienten empequeñecidos ante los demás.

Me acuerdo de un joven huérfano. En el centro educativo en el que se encontraba era maltratado y había intentado suicidarse después de haber dejado una carta en la que escribió: Quisiera mejor estar con mis padres. Hay una gran discordancia entre la realidad y la fantasía, que el niño no tiene en cuenta.

Los sueños que hasta aquí hemos estudiado nos dicen que estos niños no son muy valerosos si se exceptúa aquel que triunfó del más fuerte y desposó a la criada. En los demás casos nos encontramos ante niños poco valerosos. Llama la atención que también por los sueños vemos su falta de valor. Por los sueños y por los recuerdos vemos que las bases de estos niños son poco sólidas, están atormentados por temores de todas clases, piensan siempre en peligro y derrotas y nunca pondrán en tensión todas sus fuerzas para alcanzar un fin; no irán valerosamente a resolver sus problemas, sino que se dejarán dominar por sus sueños y afectos y preferirán apartarse de sus tareas o acercarse a ellas sin precaución. En el comportamiento de este niño se refleja una concepción del mundo un tanto extraña. Concepción del mundo, esto es, cómo ve las cuestiones de la vida, qué actitud adopta ante ellas y qué conclusiones deduce. Si un hombre se encuentra siempre como en una carrera, se apresura, no está satisfecho, tiene temores y angustias de que otro le supere, no hay otro modo de ayudarle que enseñarle que su concepción del mundo es errónea. La idea de luchar unos contra otros es también una concepción del mundo, pero que carece de valor en el sentido del bien de la comunidad. Se debe descubrir la inexactitud de las ideas y procurar que los hombres reconozcan una concepción del mundo que sea útil y adecuada en el sentido del bien general.

**NOTA**

(1).- Por desgracia poseemos escaso material sobre los sueños de los oligofrénicos. Por mis casos me parece justificada la conclusión de que su vida onírica es escasa y aun nula. Sería de gran valor esta circunstancia, caso que se comprobara, para utilizarla desde el punto de vista del diagnóstico.

Índice de La psicología individual y la escuelaCapítulo VIICapítulo IX Biblioteca Virtual Antorcha