Índice de Los anarquistas de César LombrosoCapítulo ICapítulo IIIBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO SEGUNDO

Criminalidad de los anarquistas

De aquí que sean los autores más activos de la idea anárquica (salvo poquísimas excepciones, como Ibsen, Reclus y Kropotkin), locos o criminales, y muchas veces ambas cosas a la vez.

Una prueba clarísima de esto se tiene examinando el cuadro fisionómico, unido a mi Delitto político, en el que se ve que los regicidas, tales como Feniani, y los anarquistas, tienen perfecto tipo criminal, ya se trate de Kammerer, Reinsdorff, Riel, Hodel, Stellmacher, Brady, Fitzharris, o ya de aquellos locos criminales del 89 en Francia, como Marat -en tanto que los verdaderos revolucionarios, como Corday, Mirabeau, Cavour, y la mayor parte de los nihilistas, Ossinski, la Sassutiel, Solowief, Ubanoba, presentan un tipo completamente normal y a veces más bello (11).

Un juez, el egregio abogado Spingardi, quien me ha proporcionado gran número de datos para este estudio, me decía: No he visto todavía un anarquista que no sea imperfecto o jorobado, ni he visto ninguno cuya cara sea simétrica.

Entre los habitantes de París se encuentra el tipo criminal en un 12 por 100; entre 43 anarquistas de Chicago, existe en un 40 por 100; entre 100 de Turín, en el 34 por 100; en tanto que, entre 320 de nuestros revolucionarios, el tipo se reduce a 0.57 por 100, es decir, menos que entre los hombres normales (2 por 100), y entre los nihilistas rusos, a 6.7 por 100.


JERGA


Y el que los anarquistas son criminales, lo demuestra el uso extendido entre ellos de la jerga, y en especial la de los delincuentes (12).

Basta leer, para convencerse de esto, la colección de sus canciones, y su periódico favorito, el Père Peinard.

Entre ellos, a los compagnons se les llama copains, y a los camerati propagandisti, trimardeurs de trimard (vagabundos de la carretera) (13).

Por último, en los avisos de sus abonados y suscriptores, adoptan la jerga reçu galette. Reçu 4 balles pour la propagande. (Véase Père peinard y Révolte).


TATUAJE


No les falta ya otro signo que el tatuaje, de entre los que se dan frecuentemente en los criminales natos. En los movimientos anarquistas de Londres de 1888 observó un testigo ocular el gran número que había de tatuados, o lo que es lo mismo, de criminales.

Tienen -escribía dicho testigo- corazones, calaveras y huesos cruzados sobre el dorso de la mano, y también ancoras y bordados repartidos por toda la piel. Yo he visto una corona de laurel dibujada sobre la frente de un joven, y sobre la de otro la siguiente divisa: I love you (Yo te amo) (14).


SENTIDO ÉTICO


Si su criminalidad no se dedujera de los anteriores indicios, resulta claramente demostrada por la falta general de sentido moral, falta por la que les parece sencillísimo el robo, el asesinato y todos los crímenes que a los demás parecen horribles (15).

Sé de un anarquista a quien se objetaba que en Italia se habían siempre resistido los campesinos a aceptar la teoría anticonservadora. ¡Oh, es porque allí aun no hemos obrado, pues una buena bomba les meterá en cintura, contestaba. Los hombres a quienes parece lícito el uso de la bomba contra ciudadanos inermes en los teatros y en los hoteles, sin otra culpa que la de ser burgueses, se convierten en una especie de ametralladora dirigida contra los disidentes que son ... casi todos, los hombres honrados.


LIRISMO


Otra prueba de su tendencia a la criminalidad es el uso de aquellos cínicos lirismos, escritos en jerga, que tan comunes son a los verdaderos criminales natos, llegando a tener un Parnaso entero. Consúltese a este propósito Les coulisses de l´anarchie, por Flor O´squard, 1882; Les ramages du beffroi révolutionnaire, 1890; P. Paillete, Tablettes d´un lézard, 1893; Louise Quitrine, Ronde pour récréations enfantines.

He aquí unos clásicos ejemplares (16):

Nos pères jadis ont dansé

Au son du canon du passé!

Maintenant la danse tragique

Demande plus forte musique

Dynamitons, dynamitons!


Refrain

Dame dynamite, que l´on danse vite!

Dansons et chantons!

Dame dynamite, que l´on danse vite!

Dansons et chantons et dynamitons!


Le gaz est aussi de la fête

Si vous résistez, mes agneaux,

Au beau milieu de la tempête

Je fais éclater ses boyaux.


Ma boutique est toute la France!

Mes succursales sont partout

Où la faim pousse à la vengeance;

Prends ta bouteille et verse tout!


Refrain.

J´ai tout ce qu´il faut dans ma boutique,

Sans le tonnerre et les éclairs,

Pour watriner toute la clique

Des affameurs de l´Univers.


Traducción de la canción, por Chantal López

Antaño bailaron nuestros padres

¡Al estruendo del cañón del pasado!

Ahora la danza trágica

pide música más fuerte.

¡Dinamitemos, dinamitemos!


Refran

¡Dama dinamita, que rápido bailemos,

Bailemos y cantemos!

¡Dama dinamita, que rápido bailemos!

¡Bailemos y cantemos y dinamitemos!


El gas también acudió a la fiesta

Si resisten, mis corderos,

En medio de la tempestad

Yo haré estallar sus tripas.


¡Mi tienda es la Francia entera!

Mis sucursales están en todas partes

En donde el hambre fomenta venganza;

¡Toma tu botella y vierte todo!


Refrán

Tengo todo lo necesario en mi tienda,

sin el trueno y los relámpagos,

Para eliminar a toda la chusma

De los hambreadores del universo.


En Boulangère, y a propósito del hecho de negar un pan una panadera a la mendiga que se le pide, canta ésta, que es anarquista:


Pour rire les fillettes,

Et tin, tin, tin, sonnons le tocsin;

Pour rire, les fillettes,

Chauffent le four à point, tin, tin,

Chauffent le four à point.


Si bien que la mégère

Et tin, tin, tin, sonnons le tocsin,

Si bien que la mégère

Fut cuite sans levain, tin, tin.

Fut cuite sans levain.


C´est pour apprendre aux riches,

Et tin, tin, tin, sonnons le tocsin;

C´est pour apprendre aux riches,

Et tin, tin, tin, sonnons le tocsin;

C´est pour apprendre aux riches

A nous faire crever d´faim, tin, tin.

A nous faire crever d´faim, tin, tin.


Traducción de la canción por Chantal López

Para reir, niñas,

toquemos a rebato;

Para reir, niñas,

Calienten el horno a punto.

Calienten el horno a punto.


Así la arpía

Y toquemos a rebato,

Así la arpía,

Fue cocida sin levadura.

Fue cocida sin levadura.


Es para escarmentar a los ricos,

Y toquemos a rebato;

Es para escarmentar a los ricos

Que nos dejan morir de hambre.

Que nos dejan morir de hambre.


Concluiremos transcribiendo la canción del P. La Purge, impresa por la juventud anarquista del décimoquinto distrito y que es como sigue:

Je suis le vieux père La Purge,

Pharmacien de l´humanité.

Contre ta bile je m´insurge

Avec une fille Egalité.


Pendant que le peuple s´étiole

Sur le pavé sans boulotter

Bourgeosie, assez de ta fiole!

Avec ma purge il faut compter.


J´ai des poignards, des faux, des piques,

Des revolvers et des flingots,

Pour attaquer les flancs iniques

Des Galliffets et des sergots.


J´ai du pétrole et de l´essence

Pour badigeonner les châteaux;

Des torches pour la circonstance

A porter au lieu de flambeaux.


J´ai du picrate de potasse,

Du nitre, du chlore à foison,

Pour enlever toute la crase

Du palais et de la prison.


J´ai des pavés, j´ai de la poudre,

De la dynamite, oh! crénom!

Qui rivalise avec la foudre

Pour vous enlever le ballon.


Traducción de la canción por Chantal López

Soy el viejo compadre La Purga,

Farmacéutico de la humanidad.

Contra tu bilis me sublevo

Con una chica Igualdad.


Mientras el pueblo vegeta

Sobre el empedrado sin chambear

Burguesía, ¡basta de tu jeta!

Con mi purga hay que contar.


Tengo puñales, hoces, picos,

revólveres y fusiles,

Para atacar los flancos injustos

de los generales y de los polizontes.


Tengo petróleo y gasolina

para embadurnar los castillos;

Y, para la circunstancia, antorchas

A llevar en lugar de candelabros.


Tengo picrato de potasio,

Tengo nitrum, cloro en abundancia,

Para quitar la cacoquimia

del palacio y de la carcel.


Tengo piedras, tengo pólvora,

Dinamita, ¡Oh! ¡Por Dios!

Que rivaliza con el rayo

Para quitarles la pelota.


Es muy de notar también que casi todos sus héroes y protagonistas son criminales natos.


RAVACHOL


Ravachol y Pini, po ejemplo, presentan los más completos caracteres del tipo del criminal nato, no ya tan sólo en sus fisonómicos rasgos, sino también en el hábito del crimen, en el placer del mal, en la absoluta ausencia de sentido ético, en el odio invencible que sienten hacia la familia, en el desprecio de la vida humana.

Lo que más marcadamente se revela a primera vista en la fisonomía de Ravachol es la brutalidad. La cara, extraordinariamente irregular, se caracteriza por una grandísima stenocrotafia, por lo exagerado de los arcos supraciliares, por la desviación marcadísima de la nariz hacia la derecha, por las orejas en forma de asa y colocadas a diferentes alturas, y en fin, por la mandíbula inferior enormemente grande, cuadrada y muy saliente, que completa en esta cabeza los caracteres típicos de un delincuente nato.

A todo esto hay que añadir un defecto de pronunciación que muchos alienistas consideran como signo frecuente de degeneración. Su psicología corresponde en todo a sus lesiones anatómicas.

Alumno de las escuelas elementales hasta los quince años, no pudo ni siquiera acabar de aprender el alfabeto, y luego ha sido incapaz para todos los oficios que intento abrazar.

Se convierte en vagabundo, roba y fabrica moneda falsa, desentierra un cadáver para despojarle de sus joyas, mata a un viejo ermitaño para apoderarse de su dinero, y, por último, en la misma época se dice, aunque no está legalmente probado, intentó matar a su madre y abusar ferozmente de su hermana.

Por no faltarle nada, no le falta tampoco la herencia morbosa: su abuelo (Konigstein) y su bisabuelo murieron en el patíbulo, acusados de incendiarios y salteadores en cuadrilla (17).


PINI


Otro ejemplo reciente de criminal nato anarquista, lo encontramos en Pini.

De treinta y siete años, es uno de los jefes de los anarquistas de París, hermano de una loca, tiene poca barba, frente huida, exageradísimos arcos superficiales, mandíbulas enormes y orejas muy largas.

No tan sólo se jactaba de ser anarquista, sino de haber cometido robos (por más de 300000 liras) para vengar a los oprimidos, contra los ricos, contra la burguesía y llamaba a sus robos una expropiación legítima a favor de los no propietarios, teniendo un numeroso séquito de admiradores; en complicidad con Parmigiani intentó cometer dos asesinatos: uno contra el anarquista Ceretti, por sospechar que había delatado sus robos, que causaban horror a todos los anarquistas honrados, y otro contra Prampolini, uno de nuestros políticos más leales y sinceros, y que lo había favorecido en distintas ocasiones, impulsado en su tentativa tan sólo por la idea de venganza, sugerida por una discusión sobre la teoría del anarquismo que con él había tenido.


LA CRIMINALIDAD Y LA POLÍTICA


La historia ofrece numerosos ejemplos de casos en que la criminalidad y la política se dan la mano, y en que tan pronto predomina ésta sobre aquélla, tan pronto aquélla sobre ésta.

Mientras Pompeyo tiene con él a todos los hombres honrados, como Catón, Bruto, Cicerón, etc.; Cesar, de más talento, mucho más genial, no tiene sino malvados entre sus partidarios: Antonio, un obsceno y un borracho; Curión, un quebrado; Clelio, un loco; Dolabella, que mata a su mujer a fuerza de tormentos y que quiere abolir todas las deudas, y a la cabeza de todos ellos, Catilina y Claudio.

En Grecia, los Kleftos, bandidos en tiempo de paz, fueron valerosísimos defensores de la independencia de su patria. En nuestros tiempos, mientras en 1860 el Papa y los Borbones se servían del bandolerismo contra el partido y las tropas nacionales, la guarnición de Sicilia se sublevó con Garibaldi, y la canalla de Nápoles ayudaba a los liberales.

Triste alianza aun no extinguida, según prueba el triste hecho de que se sublevara dicha canalla durante el último periodo parlamentario, y aun dure hoy la sublevación, sin que se tenga esperanza de mayor fortuna.

Especialmente en los principios de las revoluciones y los levantamientos es cuando abundan los apasionados políticos, porque después, las más anormales y morbosas energías nacen en los indiferentes y los débiles, impulsándolos a cometer los más vandálicos actos por una verdadera epidemia contagiosa de imitación.

Hablando Chenu de las épocas revolucionarias anteriores a 1848, demuestra cómo la pasión política degeneró poco a poco en abierta tendencia al crimen, tratándose de algunos revolucionarios precursores de los actuales anarquistas, contando entre sus jefes, por ejemplo, a Coffineau, que tanto llegó a exagerar los principios comunistas, que concluyó por erigir en principio político el robo: saqueaban las tiendas de los comerciantes que, según ellos, estafaban a los parroquianos, aduciendo la excusa de que así restituían lo robado y provocaban descontentos que luego se unirían a la revolución. Otros se dedicaban después al saqueo, a emitir billetes de banco falsos, y llegaron hasta tal punto sus crímenes, que no solamente fueron rechazados por los verdaderos republicanos, sino que en 1847 se les condenó por los tribunales de justicia a infamantes penas.

En Inglaterra, durante las conspiraciones contra el gobierno de Cromwell, se multiplicaron de un modo asombroso, alrededor de la ciudad, los bandidos y los ladrones, que se unían en cuadrillas, y encubriendo con la pasión política sus intenciones criminales, preguntaban a todo el que cogían si había o no prestado juramento de fidelidad a la República, maltratándole ferozmente o soltándole, según fuera su respuesta negativa o afirmativa. Fue preciso recurrir para reprimirlos, a las tropas regulares, que no siempre vencieron en los diferentes encuentros y combates que con ellos tuvieron.

Aun los mismos mantenedores de la Revolución Francesa constituían una cuadrilla de vagabundos, ladrones y asesinos. Mercier les califica diciendo que eran un ejército de más de 10000 hombres, que arma en mano cercaban la ciudad, penetrando después en ella, y que cuando comienza la época del terror, presencian en masa todas las ejecuciones, como después presenciaron los fusilamientos de Tolón, y vieron las horcas de Nantes; y Meissner dice que el ejército de los Comités Revolucionarios eran asociaciones organizadas para cometer impunemente todo género de asesinatos, latrocinios y pillajes.

En 1790 fueron conducidos a la Conciergerie 490 reos, y en 1791 fueron conducidos 1198. Los ladrones gritaban: Al nobile, si arrestados; burlas al juez, si condenados, y se masturbaban mientras estaban ante el tribunal.

Entre tanto viene la Commune de París; y en aquella población, decepcionada en sus aspiraciones patrióticas, derrotada en deshonrosa batalla, víctima del hambre y del alcoholismo, no se sublevaron, salvo rarísimas excepciones, más que los criminales, los locos, los alcoholizados, etcétera, que se impusieron por las anormales circunstancias de la ciudad; una prueba del género de gente a que pertenecían los sublevados son los horrores cometidos con inermes e indefensos prisioneros, tales como el de hacerlos saltar el muro, apaleándoles durante el salto, y continuando los golpes a todas horas; el P. Bengy fue destrozado con 69 golpes de bayoneta (18).

No cesaron estas acciones criminales ni aun con las fuertes represiones de los tribunales de guerra: en el mismo París se renovaron durante la agitación anarquista de 1863, en la que, de 33 anarquistas arrestados, 13 estaban acusados de robo; y no mucho tiempo después se reprodujeron en Bélgica, en mayor escala, con los saqueos y devastaciones de los talleres de vidrio, entre cuyos promovedores, de 67 arrestados, se contaban 22 que habían cometido 10 muertes, y 26 condenados por robos y violaciones.

No necesitábamos, en verdad, recurrir a las cifras para probar nuestros asertos. Vemos entre nosotros mismos adoptar la nueva idea a gran número de hombres de ideas avanzadas (sin excluir a los que siguen la nueva escuela penal); pero los vemos también portarse en la vida pública, tal vez un poco exageradamente contra los clérigos, pero de una manera íntegra e intachable (hasta el punto de que yo he predicho su próximo arribo al poder mucho antes que los socialistas); y al mismo tiempo vemos improvisarse en todas las ciudades de Italia sendos tribunos que tienen la palabra facil y el ingenio vulgar, como vulgar también y poco recta es su conciencia, y que disponen y abusan ilimitadamente de la buena fe de los campesinos; tanto, que hasta entre nosotros el politician es sinónimo de bribón, o por lo menos de intrigante.

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