LA MISIÓN

Filmada en 1986, esta película, La Misión, fue un soberano taquillazo. En México fue bastante comentada; claro está que por aquellos años, atravezabamos momentos sumamente difíciles. Tiempos en los que la volatilidad cambiaria adquiría grotescos aspectos; tiempos aquellos del último mundial futbolero celebrado en tierras aztecas con la coronación de la onceava albiazul, la selección de Argentina, con todo y Maradona y aquel simpático gol con la manita de Dios; la soberana rechifla con la que el respetable saludó al titular del Poder Ejecutivo federal ... en fin, tiempos ríspidos, de medicinas amargas, dolorosas ... pero, se afirmaba, necesarias.

Fue en aquel ambiente de crisis cotidiana, que las salas cinematográficas mexicanas exhibieron La Misión, con Jeremy Airons y Robert De Niro en los papeles principales, y, como dato para los no cinéfilos, película que obtuvo un Oscar por su fotografía.

Gracias a este trabajo, nuestros corazones y pensamientos huían a refugiarse en la República jesuita del Paraguay, a esconderse en la romántica figura de esas ciudades de Dios concretizadas en las reducciones guaraníes, creadas, organizadas y promovidas por los jesuitas ... para, por una parte, evangelizar ese pueblo, pero conformando un criterio más civilizado al asimilar a la cultura hispana la cultura de los guaraníes, y dándole, de paso, una particular proyección a la epopeya de colonización, enfrentándola a la bárbara concepción colonizadora de los encomenderos y de los esclavistas bandeirantes, y, por otra parte, crear un muro de contención a las desmedidas ambiciones de la realeza portuguesa.

Aquellas reducciones con sus Tierras de Dios, Tierras comunales y Tierras familiares; sus seis horas de trabajo diarias y el gratificante ejemplo que representaron de cara al concepto de colonización bárbaro español y portugues, basado en la actitud depredadora hacia las etnias autóctonas; así, los inmensos logros económicos de las reducciones guaranies organizadas por los jesuitas, tanto en la producción agrícola con sus cifras record en el cultivo del mate, como en el terreno ganadero y artesanal, no se pueden ignorar.

Nuestros atormentados pensamientos encontraban gratificante descanso al permitírseles abandonar, aunque fuese sólo de manera momentánea, la asfixiante realidad de aquella crisis sin fin, con su cotidiana danza de aumentos en todo ... menos en los ingresos ... pudiendo ir a transitar por los municipios jesuitas con su particular y efectivísima organización interna y su bella confederación que les mantenía unidos en un vasto territorio.

Casi siglo y medio duró la experiencia evangelizadora de colonización jesuita desde 1609 cuando crearon la primera misión al norte del Iguazú, hasta 1756 con su derrota militar. Largo proceso que abarcó practicamente a cinco generaciones tanto de Guaraníes como de jesuitas y, también, de colonos hispanos y portugueses con todo y sus nefastas bandas esclavistas de bandeirantes.

Dícese que con la derrota militar la experiencia de las reducciones guariníes jesuitas quedó finiquitada, siendo materialmente arrancada de cuajo y nulificada su influencia; sin embargo ... ¿realmente se puede afirmar que esa experiencia de cinco generaciones no dejo huella? Permítasenos dudarlo, y para muestra un botón: el triunfo de la Alianza Patriótica con su candidato el ex-obispo Fernando Lugo, en las recientes elecciones presidenciales paraguayas, ¿no da qué pensar?

Junio del 2008

Omar Cortés


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