Las siete maravillas de la antigüedad


Desde siempre, las agrupaciones humanas han buscado trascender con particulares creaciones arquitectónicas que patenticen su propia existencia ante la posteridad.

En efecto, desde el momento en que los grupos humanos pasan de su estado nómada al sedentarismo, van construyéndose sitios comunes de vida -aldeas-, en los cuales, rápidamente la forma tenderá a superar con creces a la función; esto es, la tendencia a embellecer, distribuir y jerarquizar espacios desplazará su función original de convivencia, convirtiéndoles en espacios propios de élites destinados a buscar la trascendencia de minorías absorbiendo la energía de mayorías. Así, cada grupo dirigente tratará de trascender en tiempo y espacio a la población de la que emerge buscando una proyección atemporal.

Obras colosales, rituales complejísimos, lenguajes reservados para algunos, en fin una infinita suma de particularidades, servirán de cimiente para la elaboración de impresionantes obras arquitectónicas, por medio de las cuales esos grupos dirigentes lanzarán su mensaje, su desafío a la humanidad toda, buscando mostrar a propios y extraños su fuerza y potencialidad.

El concepto mismo de maravillas de la antigüedad, deviene de la visión helénica propia del criterio imperialista pregonizado por el accionar de Alejandro Magno.

La catalogación de los, llamémosles, monumentos más impresionantes o, si se prefiere, más apantallantes, forzosamente debería de emerger de una cultura con marcadas tendencias expansionistas de dominio. Y así, aunque con certeza no se conoce al o a los autores de la catalogación de las denominadas Siete maravillas de la antigüedad, se supone que personajes como Herodoto, el llamado padre de la historia, al igual que Folio de Bizancio, no son ajenos a la susodicha catalogación, aunque, y esto es opinión nuestra, no sea producto del trabajo de un individuo, sino de varios, probablemente alguna orden sacerdotal, puesto que la inclusión de símbolos propios de sociedades herméticas, se encuentra presente en la catalogación de los monumentos en cuestión.

En fin, haya sido cual haya sido la manera en como se elaboró esta lista de maravillas del mundo antigüo, el hecho es que, en la actualidad, tan sólo una sobrevive: la gran piramide.

Los monumentos que fueron seleccionados para representar esas siete maravillas, son los siguientes:

1.- La gran pirámide de Giza.

2.- La gran estatua de Zeus en Olimpia.

3.- El templo de Artemisa.

4.- El mausoleo de Halicarnaso.

5.- El coloso de Rodas.

6.- Los jardines colgantes de Babilonia.

7.- El faro de Alejandría.

En el video que aquí te invitamos a ver, albergado en el sitio Google Videos, se hace un interesante y muy ameno recuento histórico de cada uno de estos monumentos magnos, y si bien la duración del documental es de más de una hora y media, bien vale la pena verlo, porque además de pasarla muy bien, es factible adquirir nuevos conocimientos que permitirán reflexionar y conversar sobre varios puntos que en este video se tocan.

Abril del 2010

Chantal López y Omar Cortés






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