LOS FRANCOS

Albergado en cinco partes en el sitio You Tube, el documental que ahora colocamos en nuestra Videoteca Virtual Antorcha, perteneciente a la serie Los bárbaros, producida por History Channel, aborda la historia de los comienzos de la denominada Dinastía merovingia a través de sus tres principales representantes: Meroveo, Childerico y Clodoveo, con las intervenciones de los historiadores Kenneth Harl, Thomas R. Martin, Kelly Devries, Nick Everett y otros.

La importancia del considerado fundador de la dinastía que da inicio a la existencia misma de los francos, el mítico Meroveo, a quien se consideraba descendiente de una deidad marina, deviene de que fue uno de los primeros jefes de las tribus o comunidades de muertos de hambre, asadores de castañas, que celebró alianzas con el imperio romano para coadyuvar en la defensa de las fronteras de la Galia y así frenar el avance de las tribus de los hunos.

La celebérrima y a la vez mítica batalla de Chalons, en la cual los asadores de castañas lograron apuntarse el éxito sobre las terribles tribus hunas,corrobora el valor de ese jefe tribal para el Imperio romano. Y aquel combate trascendería los tiempos para la tribu de muertos de hambre al traerles benéficos efectos.

Muerto Meroveo, sucedióle su hijo Childerico I, quien logró conjuntar a varias tribus de pela castañas, creando una especie de confederación, y otorgándole así a los francos un lugar destacado como resguardantes de las fronteras imperiales. Esta nueva situación quedaría de manifiesto cuando Childerico y sus huestes, son requeridos por el Imperio romano para la salvaguarda de la frontera de la Galia contra la amenaza de las fuerzas visigodas.

Childerico y la confederación que encabeza, cubriríase de gloria al lograr detener la avanzada visigoda derrotándola plenamente. Gracias a esta victoria, el imperio le concedería un lugar preferente al otorgarle un estatus especial.

Dícese de Childerico que era mujeriego, parrandero y jugador, y que por lo primero, las huestes que le seguían, lo mandaron a la goma, porque andando siempre como burro en primavera, no se le iba ninguna chica, ya que sin pudor ni respeto a todas galanteaba sin importarle nada.

Así las cosas, Childerico tuvo que huir a tierras germanas ya que al igual que a Juan Charrasquedo, sus cuates oportunamente le comunicaron que le andaban buscando, y que eran muchos hombres, y que no lo fueran a matar; aunque aquí, a diferencia de lo relatado en el famoso corrido, Childerico sí tuvo tiempo de subir a su caballo y de irse como rayo, emprendiendo la huida sabedor de que si de mujeres se trataba, bien podía encontrarlas en otras tribus; por lo que esfumose de aquellas tierras no sin antes haber establecido con uno de sus grandes cuates el pacto-compromiso siguiente: en el momento indicado se le avisaría que ya podía regresar a tierras francas mediante el envío de la mitad de una moneda de oro, la cual serviría de santo y seña.

Por supuesto que la partida de Childerico no significó un cambio en su particular concepción de vida, y a donde le llevó el viento, anduvo también de don Juan conquistando cuanta fémina pudo. Finalmente su cuate le enviaría la mitad de la moneda de oro, dándole a entender que era hora de regresar, lo que Childerico acató de inmediato, arribando a tierras francas acompañado de la hija del jefe de las tribus en Turingia, mujer a la que Childerico había flechado y que le siguió como perrito junto con su hijo, un tal Clodoveo.

Cuando Childerico muere, su fallecimiento es llorado por un buen número de féminas, y festejado, como era comprensible, por sus respectivos esposos, quienes por fin podían estar seguros de que los hijos de sus esposas eran realmente suyos.

Llególe el turno a Clodoveo quien desde un principio dejó claro que bajo su jefatura las cosas iban a cambiar. Y dicho y hecho, no bien había sido ungido como jefe de las huestes de muertos de hambre pela castañas, se atrevió a tomar, ni más ni menos, que la mismísima capital romana de la Galia, esto es, la ciudad de Soissons, lo que realizó en 486. Hecho éste de gran trascendencia, puesto que alteraría las relaciones entre los francos y el Imperio romano de occidente, el que, dicho sea de paso, se encontraba ya en plena desintegración, por lo que hallábase imposibilitado para tomar represalias, realidad que Clodoveo conocía a la perfección.

La labor de Clodoveo se centraría en agrandar la unión, mediante pactos de confederación, con las demás tribus presentes en aquellos lares, con el objeto de acrecentar su dominio territorial a la vez que solidificar su aparato militar. Gracias a esta estrategia, Clodoveo establecería una alianza con otro jefe de aquellas tierras, el afamado Sigiberto, el cual convertiríase en la mano derecha de Clodoveo, siendo particularmente importante este pacto de confederación en las batallas que los francos tendrían contra los alemanes, tribus también de aquella zona que disputaban territorio a los francos. Finalmente los francos habrían de alzarse victoriosos contra los alemanes y de ahí para adelante, la expansión territorial de sus dominios continuaría como sobre ruedas.

Luego Clodoveo, asusado por su esposa Clotilde, terminaría cristianizándose; y es en este punto en donde en el documental se desdibuja todo, porque tomando como referencia el hecho mítico de que Clodoveo en un combate, en el que le estaban dando a su ejército y al de su cuate Sigiberto, hasta por debajo de la lengua, se encomienda a Jesucristo tomando la enseña de la cruz y ... ¡pácatelas! le pone en la torre, de golpe y porrazo a sus enemigos, y de aquí que se convierta al cristianismo, pero no sólo él, sino todos los muertos de hambre pela castañas que lidereaba. Por supuesto que todo esto no es más que un cuento y como tal debe abordársele. Sin embargo, en este documental, parece que se busca otorgar al mito cierta veracidad, y aquí es donde, en nuestra opinión, se borra lo histórico.

Posteriormente, Clodoveo, muy cristianizado, comienza a cometer actos tan bestiales que pareciera que había hecho pacto con el mismo diablo. Le juega chueco al mandamás visigodo Alarico II, con quien, después de haber concluido un pacto de no agresión, va y le pone en toditita la torre obligándole a replegarse cediendo un territorio de extensión considerable. Luego, después de ser nombrado Consul por el emperador del denominado Imperio Romano de Oriente, traiciona a su cuate Sigiberto, grillando al hijo de éste, un tal Cloderico, diciéndole que si elimina a su padre, él, Clodoveo, le garantizaría los dominios de su padre, a lo que el ambicioso Cloderico accede y, contratando a dos matones, ordena que maten a Sigiberto. Finalmente, y como bien dice el dicho de que quien a hierro mata a hierro muere, a Cloderico lo ejecutarían un par de soldados enviados por Clodoveo.

Total, que la tan cacareada cristianización del famoso Clodoveo no se entiende.

No obstante lo asentado, este video es ameno e invita a la reflexión, la plática, el cotorreo y el análisis, no cabiéndonos la menor duda de que todo aquel que lo vea la va a pasar muy bien.

Mayo del 2011
Chantal López y Omar Cortés.






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