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Librado Rivera

Entre los numerosos compañeros y colaboradores de Ricardo Flores Mahón, Librado Rivera era el más próximo a él. Su compañerismo revolucionario, que nos recuerda a la pareja formada por Durruti y Ascaso, duró veinte años o sea hasta la muerte de Ricardo en la cárcel de Leavenworth, provocada directa o indirectamente por las autoridades estadounidenses.

Librado fue miembro fundador de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y tuvo una participación fundamental en su orientación anarquista. A pesar de esto, su actuación ha sido desgraciadamente menospreciada; lo cual quizá se deba, en parte, a su modestia natural y a su reserva; siempre rehuyó destacar; aún estando en la primera fila de la lucha, prefería adoptar el papel de un simple militante.

Como incansable anarquista, revolucionario y propagandista pasó más de treinta años luchando a favor de todos los oprimidos y explotados de la Tierra con el fin de establecer, como él decía, una nueva sociedad que tenga en sí libertad, amor y justicia para todos.

Librado Rivera nació en 1864 en la municipalidad de Rayón, San Luis Potosí, siendo hijo de un pobre granjero, Antonio Rivera y de Irinea Godinez. En su infancia asistió a una escuela al aire libre que estaba cerca de la hacienda La Estancia. El maestro de esta escuela, Jesús Sanáz, tuvo gran influencia sobre Librado, ya que después de las clases, alumno y maestro daban grandes caminatas juntos, durante las cuales Sánaz explicaba al joven Librado las razones de la pobreza de los campesinos y la necesidad de una reforma social radical. Más tarde se cambió a la escuela municipal de Rayón. Allí demostró ser un alumno excepcional y gracias a la intervención de un hacendado local pudo obtener una beca del gobierno estatal, lo que le permitió proseguir con sus estudios en la Escuela Normal de maestros en San Luis Potosí, la capital del Estado.

Graduado con honores en 1888, Librado empezó a enseñar en la escuela El Montecillo de San Luis Potosí, convirtiéndose en su director algunos años más tarde. En 1895, regresó a la Escuela Normal como profesor de historia y geografía. Para completar su sueldo de maestro, impartió clases privadas en su tiempo libre, a niños de las familias más selectas de San Luis Potosí, inclusive a los del Jefe Político local. Al visitar los hogares de la burguesía provincial, Librado pudo comparar sus vidas llenas de salud y ocio con las de pobreza e injusticia de los pequeños proletarios y peones. Este odioso espectáculo del rico viviendo holgazanamente y del pobre sufriendo, iba a ser la obsesión de Librado durante todo el resto de su vida. Pronto, en la Escuela Normal, empezó a denunciar la injusticia social a sus alumnos.

Más tarde escribió en el artículo Frente a las tiranías:

El dinero que recibía como honorarios era sacado de los escuálidos bolsillos del pueblo en forma de contribuciones. Mi responsabilidad era, pues, mayor ante el pueblo que ante el gobierno; porque un gobierno puede ser cambiado de la noche a la mañana por la voluntad popular. Obedecí, pues, al grito de mi conciencia y comencé a combatir la dictadura, ya en la cátedra, como fuera de ella.

Uno de los estudiantes que influenció fue a Antonio I. Villarreal; quien más tarde sería miembro de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.

En 1900, Librado Rivera era un defensor entusiasta del recién formado movimiento liberal, fundado gracias a la iniciativa de Camilo Arriaga, y cuyo propósito original consistía en combatir la creciente influencia de la iglesia católica en los asuntos estatales a pesar de las Leyes de Reforma de 1857; además, muchos de los interesados en el movimiento, entre ellos Librado, se oponían férreamente a la dictadura de Díaz que se basaba en la esclavitud, en la corrupción y en la expropiación estatal de tierras comunales trabajadas por los campesinos en una forma primitiva de anarco-comunismo.

En febrero del año siguiente, en el Primer Congreso de los Clubes Liberales que tuvo lugar en San Luis Potosí, Librado representó al Club Liberal Benito Juárez de Rayón - uno entre más de cien clubes formados en todo el país.

En este Congreso, conoció a Ricardo Flores Magón quien pronunció un audaz discurso - que Librado apoyó con entusiasmo - denunciando abiertamente la administración de Díaz como una madriguera de ladrones.

Al concluir el Congreso, continuó enseñando en la Escuela Normal de la cual ahora era director, a la vez que participaba activamente en las reuniones del Club Liberal Ponciano Arriaga de San Luis Potosí, como uno de sus secretarios. A través de la extensa biblioteca del presidente del Club, el señor Camilo Arriaga, descubre por vez primera las obras de Bakunin, Kropotkin, y otros escritores anarquistas, leyéndolas con entusiasmo y pasión.

Hacia finales de 1901 el Club Liberal Ponciano Arriaga que fungía como Centro Directivo para los clubes liberales de todo el país, comenzó los preparativos para el Segundo Congreso Liberal que iba a tener lugar, como el primero, en San Luis Potosí, a pesar de la creciente represión ejercida por la dictadura contra los movimientos liberales, represión que desembocó en la supresión de muchos clubes y en el encarcelamiento de activistas como, por ejemplo, Ricardo y Jesús Flores Magón, y en la clausura de su periódico de oposición Regeneración.

Este Segundo Congreso intentaba ir más allá del anticlericalismo del primero. La orden del día propuesta, que sin duda Librado ayudó a elaborar, incluía puntos tales como: la libertad de los presos, la libertad del sufragio, la supresión de los Jefes Políticos y métodos para el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores en las grandes haciendas. Sin embargo, el Congreso nunca iba a tener lugar.

El 24 de enero de 1902, un poco menos de dos semanas antes de que empezara el Congreso, un mitin del Club Liberal Ponciano Arriaga fue brutalmente disuelto por la policía y sus miembros arrestados después de un alboroto que había sido provocado por un congresista porfirista y policías vestidos de civiles.

Librado y Arriaga, para evitar ser arrestados, fueron a refugiarse en la casa de este último, pero tuvieron que entregarse cuando la rodearon los rurales y un destacamento de soldados regulares. Llevados a la penitenciaría estatal fueron acusados, junto con Juan Sarabia, el editor de Renacimiento, el periódico órgano del Centro Director de los Clubes, de obstruir a las fuerzas públicas en el ejercicio de sus funciones, y por lo tanto sentenciados a un año de cárcel sin juicio alguno. Estando en la prisión, Librado, Sarabia y Arriaga, ahora con Antonio Díaz Soto y Gama, continuaron su trabajo para el movimiento liberal fundando el periódico El demófilo, que fue impreso por el primo de Arriaga en San Luis Potosí.

El demófilo, iniciado en nombre de los trabajadores que son víctimas de las injusticias ... las clases humildes y explotadas, atacaba muchos aspectos de la dictadura de Díaz incluyendo la práctica de la conscripción militar forzada, la leva, como un sistema de trabajo forzado.

En el periódico, Librado colaboró con muchos artículos sobre la cuestión social, siendo esos suficientes para que la dictadura lo clausurara cuatro meses después de su aparición. Él y sus cuatro camaradas fueron cambiados a celdas separadas y mantenidos incomunicados durante varios meses. Además, las autoridades rodearon la penitenciaría, con federales, y colocaron guardias extras afuera de las cuatro celdas de los liberales. Fue en esa época cuando apodaron a Librado como El Fakir, debido a sus grandes poderes de concentración. Disgustando a sus compañeros de celda, se sentaba en una esquina y leía, completamente indiferente a lo que estaba pasando a su alrededor.

A finales de septiembre de 1902, fue puesto en libertad; después de haber pasado algún tiempo, posiblemente, en San Luis Potosí, se encaminó hacia México, llegando ahí en marzo de 1903.

En la capital se reúne inmediatamente con Ricardo, Enrique Flores Magón y Juan Sarabia, quienes fueron liberados al mismo tiempo que él, y participa en la edición de El Hijo del Ahuizote que era el sucesor del clausurado Regeneración.

Poco después de un mes de su llegada a México, las oficinas de El Hijo del Ahuizote son allanadas por la policía. Librado, junto con Ricardo, Enrique, Sarabia y otros seis compañeros son arrestados por ultraje a oficiales públicos.

Fueron llevados a la infame cárcel de Belem, en donde todos quedaron incomunicados durante dos meses y medio; Librado sería el primero en ser liberado ya que los demás permanecieron en la cárcel hasta el mes de octubre siguiente.

A su liberación, los más prominentes activistas de la oposición a Díaz, decidieron continuar la lucha desde el exilio en lugar de tener que padecer más años de inútil reclusión. Por lo tanto a principios de 1904, Ricardo y Enrique cruzan la frontera de los Estados Unidos y llegan a Laredo, Texas, en donde Librado los alcanzará poco tiempo después, junto con otros tres camaradas, encontrándose entre ellos el estudiante de la Escuela Normal de San Luis Potosí, Antonio I. Villarreal. Allí, Librado encontró trabajo de peón como los demás exiliados con la intención de recoger bastantes fondos para volver a publicar Regeneración.

A mitad del año, Ricardo parte a San Antonio, Texas, en donde reanuda en noviembre la publicación de Regeneración. A principios del año siguiente, Ricardo es obligado a mudarse a Saint - Louis, Missouri, ya que los agentes de Días lo estaban hostigando. Pronto Librado se reune con él y participa activamente en la elaboración de Regeneración. En Saint - Louis, va con Ricardo a un concurrido mitin en el que participa Emma Goldam; ahí conocerá al anarquista español Florencio Bazora. Estos dos encuentros iban a tener un profundo impacto en Librado y en Ricardo, ayudándoles en gran medida a clarificar su anarquismo.

El 28 de septiembre de 1905, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano estaba formada por los exiliados liberales teniendo a Ricardo como presidente y a Librado como el primero de los tres vocales.

Poco tiempo después de la fundación de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, las oficinas de Regeneración son invadidas por los detectives Pinkerton que arrestan a Ricardo, a Enrique y a Juan Sarabia, confiscando todo el material de la oficina incluyendo las imprentas.

Regeneración vuelve a aparecer en febrero de 1906 gracias al sacrificio de todos los camaradas involucrados. Pero, al mes siguiente, Ricardo y sus dos camaradas, que han sido liberados bajo fianza, son obligados a huir a Canadá, temiendo, no sin justificación, que las autoridades estadounidenses intentaran extraditarlos a México. En este momento, con la ayuda de Manuel Sarabia (el hermano de Juan), Villarreal y el linotipista Aarón López Manzano, Librado toma la dirección del periódico.

Empero, en septiembre las nuevas oficinas de Regeneración son incursionadas por la policía que, esta vez, destroza las instalaciones de la imprenta.

Un mes después, una mañana temprano, las casas de Librado y de Manzano son objeto de una visita por parte de la policía federal y de unos agentes de inmigración; visita que concluye con el arresto de los dos hombres.

Encarcelado secretamente, Librado es acusado por la dictadura de Díaz de robo y asesinato durante la huelga de los mineros de Cananea, Sonora, que estalló en el mes de junio de ese año.

Después de quedar incomunicados por algún tiempo en la cárcel de Saint - Louis, los dos camaradas son puestos en un tren para ser deportados a México. Pero gracias a una campaña pública fomentada, al conocer las inquietudes de las familias de Librado y de Manzano, por dos periódicos de Saint - Louis, el Saint - Louis Post Dispatch y el Saint - Louis Globe Democrat, las autoridades se ven obligadas a abandonar su tentativa de deportar ilegal y clandestinamente a los dos amigos, y éstos son bajados de tren en Irenton. Hasta ese momento permanecieron incomunicados en la cárcel local, pues las autoridades estadounidenses siempre fueron complacientes para ejecutar el trabajo sucio de Díaz; obviamente esperaban que la campaña para liberar a los dos hombres se detuviera en ese momento. Sin embargo estaban totalmente equivocadas, ya que los dos periódicos continuaron su implacable campaña hasta que Manzano y Librado regresaran a Saint - Louis. Allí son llevados ante un juez federal y frente a un público tenso, Librado rápidamente es absuelto ya que el juez James R. Grey, comisionado estadounidense, encontró que los delitos eran, por completo, de naturaleza política. En forma similar liberaron a Manzano. Fue esa única vez en la que los exiliados de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, en Estados Unidos se encontraron frente a algo parecido a la llamada justicia.

Librado, después de su liberación, intentó revivir la publicación de Regeneración pero por razones desconocidas, nunca lo pudo realizar.

Entre su liberación en noviembre de 1906 y parte de 1907, poco o nada se sabe acerca de las actividades de Librado. Esos tiempos eran especialmente duros para la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano; Ricardo y Villarreal estaban huyendo después del infructuoso levantamiento fomentado por la Junta en México durante los meses de septiembre y octubre de 1906; y en todos los estados fronterizos de los Estados Unidos, las autoridades estaban persiguiendo implacablemente a sus miembros y simpatizantes.

A pesar de este contratiempo, Ricardo y Villarreal se encaminaron hacia Los Ángeles, California en donde empezaron la publicación clandestina de Revolución, como sucesor de Regeneración, reuniéndose con ellos Librado en el mes de junio de 1907. Sin embargo, en agosto, su escondite es descubierto por los detectives de la agencia Furlong que eran empleados directamente por Díaz; son arrestados sin justificación y entregados a la policía estadounidense.

Estando en la cárcel regional de Los Ángeles, se las arreglaron para organizar otro levantamiento en México que debía tener lugar en el mes de junio - julio de 1908. Por eso, y por petición directa de las autoridades mexicanas, los tres son mantenidos incomunicados durante algunos meses y sin juicio alguno, se quedaron en la cárcel por un lapso de casi dos años; finalmente se les extradita a Arizona en mayo de 1909 donde son sentenciados a dieciocho meses de encarcelamiento por violación de las leyes de neutralidad.

Los tres camaradas cumplieron juntos su sentencia, primero en la infame cárcel de Yuma y luego en la recién construida prisión de Florence. Las condiciones en esas dos ergástulas eran aterradoras como más tarde Villarreal lo recordó; ahí Librado se enfermó; lo mantuvieron en un encierro solitario varios días, en una celda subterránea, totalmente obscura, por pedir un cambio de trabajo ya que el que le habían asignado empeoraba una afección pulmonar que sin duda contrajo mientras estuvo en las prisiones mexicanas.

Puestos en libertad en agosto de 1910, los tres miembros de la Junta regresaron a Los Ángeles; allí reanudaron la publicación de Regeneración.

Sobre esto Librado escribiría más tarde: nuestras viejas ideas de libertad y emancipación a favor de los explotados y esclavizados peones mexicanos fueron expuestas ...

El nuevo Regeneración había sufrido un profundo cambio a la víspera de la revolución apareciendo semanalmente contres páginas en español y una cuarta en inglés*; y la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano hizo más que cualquier otro grupo para cimentar el camino, al evolucionar desde un liberalismo radical hacia un puro anarquismo.

Ahora Librado se dedica enteramente al periódico, viviendo y trabajando con sus siguientes editores - Ricardo, Enrique, Anselmo Figueroa y el anarquista británico W. C. Owen que editaba la parte en inglés - en el local que servía a la vez de oficinas para la editorial y de casa.

En junio de 1911, las oficinas de Regeneración son una vez más registradas por la policía y Librado, junto con Ricardo, Enrique y Anselmo Figueroa fueron arrestados bajo el ahora familiar cargo de violación a las leyes de neutralidad y sentenciados a otros dieciocho meses de encarcelamiento que deberían pasar en la penitenciaría de la Isla Mc Neil.

Estando en la cárcel Librado, su compañera Concepción muere después de una larga enfermedad dejando a sus dos niños, un chico de quince y una niña de once años de quienes se harían cargo unos compañeros.

En un raro ejemplo de compasión, la administración Wilson otorgó temporalmente libertad bajo palabra a Librado para asistir al funeral, sin embargo le fue imposible ir al no poder encontrar suficiente dinero para sus gastos de viaje.

Después de su liberación en enero de 1914, Librado y sus tres compañeros regresaron a Los Ángeles en donde reanudaron su trabajo en Regeneración hasta que se vieron obligados a cerrar a finales del año, teniendo serio problemas financieros.

A mitad de 1915, Librado, Ricardo y Enrique con sus familias y otros camaradas rentan una pequeña granja en Edendale, cerca de un suburbio rural de Los Ángeles, en donde se instalan. Allí todos los camaradas trabajan comunalmente la tierra. Pronto pudieron reanudar la publicación de Regeneración cuya impresión fue hecha por Librado que trabajaba solo en una vieja imprenta manual.

En marzo de 1918 Librado es arrestado de nuevo, junto con Ricardo; esa vez bajo la acusación del delito de espionaje por publicar un manifiesto dirigido a los anarquistas y a los trabajadores del mundo en el que notificaban prepararse para la revolución social venidera. A pesar de que este manifiesto se publicó en español, Librado fue sentenciado a quince años de encarcelamiento y Ricardo a veinte años.

Más tarde Librado escribió:

En jurado secreto se ventiló nuestro proceso, el complot y la intriga eran bien manifiestos. El juez Bledsoe redondeó sus instrucciones al jurado leyendo con acento firme y voz arrogante, la siguiente sentencia: la actividad demostrada por estos hombres ha sido una constante violación a la ley, de toda ley, lo mismo han violado las leyes divinas que las humanas.

Juntos Librado y Ricardo son llevados a la Isla Mc Neil para cumplir su sentencia, pero en diciembre de 1919 Ricardo es transferido, ya enfermo, a la penitenciaría de Leavenworth, Kansas. Nueve meses más tarde, Librado es trasladado a la misma cárcel.

Mientras estaban en la prisión, en México se dio a conocer la difícil situación en la que se encontraban Librado y Ricardo. Varias huelgas de protesta tuvieron lugar, organizadas por grupos de trabajadores, incluso por la recién formada organización anarcosindicalista la C. G. T., (Confederación General de los Trabajadores); las mercancías estadounidenses fueron boicoteadas en un intento de presionar a las autoridades norteamericanas para liberar a los dos hombres. Estas resistían la fuerte presión como podían argumentando que Librado y Ricardo eran peligrosos anarquistas y por eso no podían libertarlos ya que no mostraban ningún arrepentimiento por su supuesto crimen. Sin embargo las autoridades mexicanas intervinieron, sin duda obligadas por la presión popular, y dieron instrucciones a su embajada en Washington de interceder a favor de Librado y Ricardo ante el gobierno estadounidense.

Esto no sirvió para nada, en una carta a un funcionario de una embajada que deseaba saber la razón de su encarcelamiento, Librado expuso sus ideas anarquistas:

... durante toda esta lucha por la justicia a favor de los oprimidos, he llegado a esta conclusión: el gobierno, todo gobierno, cualquiera que sea su forma, está siempre al lado del fuerte y es la maldición del débil; y la de que el gobierno no ha sido creado para proteger las vidas e intereses de los pobres, sino para los ricos que constituyen una muy pequeña minoría, mientras que la gran masa de los pobres forma el 99% de los habitantes de la Tierra. Esta es la razón por la cual yo estoy en contra de este sistema de desigualdad e injusticia, y que busque una nueva sociedad que tenga en sí libertad, amor y justicia para todos ...

Según Librado, la vida rigurosa y monótona de la cárcel agravaba el estado de salud de Ricardo. Durante más de dos años fue testigo de cómo su viejo compañero iba empeorando, desarrollándose cada vez más su creciente ceguera a causa de la rotunda negativa para proporcionarle atención médica adecuada.

A principios de noviembre de 1922, Ricardo fue transferido de la celda que ocupaba, adyacente a la de Librado, a otra, mucho más alejada. El 20 de noviembre Librado lo vio por última vez. Sobre esto escribió más tarde:

La tarde del veinte fue la última vez que nos encontramos en las filas, así como las últimas palabras que nos comunicamos Ricardo y yo; palabras que conservo en mi memoria como eterna despedida del compañero y hermano querido, que durante veintidós años participamos juntos constantes persecuciones, amenazas de muerte y encarcelamientos por los esbirros del capitalismo.

Al día siguiente, Ricardo fue encontrado muerto en su celda. A pesar de que oficialmente se dijo que su muerte había sido causada por un ataque al corazón, Librado pensó que fue asesinado. Quedo todavía más convencido de ello, cuando las autoridades de la cárcel le dictaron el texto del telegrama que debería enviar a los compañeros de Ricardo.

A principios de 1923 Librado salió en libertad de la prisión de Leavenworth y pronto deportado a México. Después de pasar algún tiempo en San Luis Potosí en donde rechazó una invitación del Partido Reformista Juan Sarabia, para concurrir al Congreso, se estableció en Villa Cecilia, Tamaulipas (hoy Ciudad Madero), donde editó Sagitario, un periódico fundado por el grupo anarquista Los hermanos rojos.

Sagitario tenía una amplia circulación tanto en México como en el extranjero; su interés estaba enfocado en la propaganda anarquista dirigida principalmente a los trabajadores petroleros de la región. Esta tuvo un gran éxito; en noviembre de 1924, Librado pudo escribir:

... se redoblan las fuerzas, se agita el pensamiento, nuevos grupos; plenitud y más plenitud tiene la propaganda anarquista en la región petrolera.

En las columnas de Sagitario expuso también algo acerca de los mitos del mal llamado régimen socialista de Calles, de la farsa de la repartición de la tierra, de la persecución y asesinato de los indios Yaquis y del hurto de su tierra por los funcionarios del gobierno. Seguramente a causa de esta última declaración Librado fue arrestado en abril de 1927 junto con dos co-trabajadores de Sagitario, y llevado a la penitenciaría de Andonegui, Tampico.

Si las autoridades pensaban que encarcelando a Librado podrían callarlo estaban profundamente equivocadas. Desde su celda de la cárcel siguió enviando artículos para Sagitario, y escribió desafiante, a sus compañeros que estaban en libertad:

La historia se repite. Hoy pesa sobre mi cabeza una acusación semejante a la que me llevó al presidio en San Luis Potosí hace veintisiete años. Con la diferencia de que en tiempos de la dictadura porfiriana fui absuelto por falta de méritos; mientras que hoy se me ha declarado culpable por reincidente. Es que vuelvo a la carga contra una dictadura más feroz. Las verdades que lanzaba desde la cátedra contra la dictadura de entonces, hoy las lanzo desde el presidio contra la dictadura de hoy, y las seguiré lanzando mientras no me acorten el resuello de sus calabozos regeneradores. Los propósitos de las tiranías de aislarme del contacto de los vivos con el fin de regenerarme, declaro que han fracasado, no han sido suficientes catorce años de encierro para conseguirlo. Sus instrumentos de tormento se han estrellado ante la roca de mi inquebrantable voluntad en donde descansan mis más puras y sanas convicciones de emancipación a favor de todos los oprimidos y explotados de la Tierra.

Finalmente fue enjuiciado y acusado de ... ¡Insultar al presidente!, hacer la apología pública del anarquismo y de incitar al pueblo hacia la anarquía.

El mismo Librado hizo su defensa, pidiendo su liberación incondicional y acusando a la administración de Calles de asesinato.

Aunque fue sentenciado a seis meses de encarcelamiento, fue liberado después de cumplir seis semanas, lo más probable por orden directa del mismo Calles que no dudaba en pensar que Librado representaba una amenaza mayor en la cárcel que fuera de ella.

Cuando Librado estaba en la prisión, las oficinas de Sagitario fueron invadidas por la policía y las prensas quemadas. Poco tiempo después las autoridades suprimieron totalmente el periódico proscribiéndolo en el correo.

Al ser liberado, Librado se mudó a Monterrey, Nuevo León; después de mucho esfuerzo y sacrificio logró iniciar la publicación del periódico bajo el nuevo nombre de Avante, pero siendo hostigado por la policía sólo pudo sacar tres números.

Después de mucho trabajo, Librado reanudó la publicación de Avante a mitad de 1928, pero en febrero de 1929 fue de nuevo arrestado y las oficinas e imprentas del periódico destruidas por la policía, llevado a la prisión militar de Tampico fue inmediatamente sujeto a un mal trato sistemático, incluso fue brutalmente golpeado con un pedazo de alambre por el General Eulogio Ortiz que se enfureció al comprobar el valiente espíritu del viejo hombre. Después el valeroso General intentó asesinar a Librado pero como era mal tirador no dio en el blanco. Las autoridades amenazaron inyectarle bacilus para hacerle confesar su complicidad en el recién asesinato de Obregón, pero la amenaza nunca se llevó a cabo.

Después de estar detenido durante dos meses, Librado fue liberado y regresó a Monterrey en donde una vez más se reanudó la publicación de Avante. Menos de un año después las autoridades postales prohibieron que se mandara por correo puesto que afirmaban que atacaba al gobierno de la República. Dos días después una fuerza de soldados federales bajo el mando de Ortiz invaden las oficinas y destruyen todo lo que encuentran, inclusive una colección completa de Regeneración.

Liquidado Avante por las autoridades, Librado se mudó a México en donde vivió con Nicolás T. Bernal a quien había conocido cuando estaba en los Estados Unidos.

En 1931 comenzó la publicación de Paso apoyando a través de este vocero a los maestros de escuela de San Luis Potosí en su pleito contra el gobierno que se rehusaba a pagarles sus sueldos.

En febrero de 1932, Librado sufrió un accidente automovilístico. Mal herido, fue llevado al hospital, en donde, por un descuido, contrae el tétanos, causa por la que muere el primero de marzo. Aún cuando estaba agonizando poseía todavía aquel espíritu de rebeldía y resistencia que lo había acompañado y sostenido durante toda su vida. Cuando una enfermera levantó la sabana para proteger su cara contra las moscas, él intentó quitársela. ¡Con que rebelde aún, compañero! dijo la enfermera; siempre luché, contestó Librado y todavía lucho contra las injusticias sociales de los fuertes.

En un excelente homenaje a Librado publicado en la prensa anarquista, el anarquista escocés T. H. Bell escribió:

Mucho después que los insignificantes tiranuelos que hoy prevalecen, hayan sido olvidados, cálidos corazones jóvenes en tu tierra nativa se inspirarán en la leyenda del resuelto valor y la constante dedicación de Librado Rivera.

David Poole

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*De hecho, en 1910, el periódico Regeneración contendría tres páginas publicadas en español y una en italiano. El cambio de idioma del italiano al inglés en esta última página sería posterior. (Chantal López y Omar Cortés).


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