Índice de ¡Viva Tierra y Libertad! de Librado RiveraDocumento anteriorSiguiente documentoBiblioteca Virtual Antorcha

Por la razón o la fuerza

La criminal campaña iniciada por Alvaro Obregón en connivencia con el gobierno de México para arrebatar a los Yaquis sus fértiles terrenos ha entrado en su octavo mes de rudos encuentros y de sistemática persecución por parte de las fuerzas federales. Y se puede asegurar que apenas comienza la campaña, a pesar de los infundados cálculos de los estratégicos militarotes asesinos del pueblo, de que la destrucción de esa raza de hombres dignos y trabajadores sinceros, no duraría más que unos tres meses.

De las últimas noticias comunicadas a la prensa por los mismos agentes del gobierno se deduce que la actual administración, en su despecho por no poder dominar a esa raza de certeros tiradores, ha ejercido la más cruel venganza contra pacíficas e indefensas criaturas, hombres, mujeres, niños y ancianos no combatientes, por la honrosa acción de esas pobres gentes de no querer denunciar a sus compañeros levantados en armas contra la infamia de sus perseguidores. Después de golpearlos y tenerlos sin comer y sin beber por algún tiempo, se les lleva a la cárcel o al cuartel donde mueren de debilidad por falta de alimento.

Se recordará que para justificar el robo de estas tierras, se excitó a la masa partidaria de los lobos políticos encaramados sobre las espaldas del rebaño, declarando que los Yaquis son partidarios del fracasado Adolfo de la Huerta, antiguo obregonista. Y tan grande fue su empeño en complicar a los Yaquis con el autor del último cuartelazo, que el mismo Obregón confeccionó documentos y publicó dizque facsímiles de cartas escritas por De la Huerta dirigidas a los jefes Yaquis.

Si de veras los Yaquis estuvieran levantados en armas por su partidarismo en favor de Adolfo de la Huerta, ya Álvaro Obregón fuera un cadáver desde el 12 del último septiembre, que en el pueblo de Vicam se apoderaron mil quinientos Yaquis del tren de pasajeros en que viajaba el referido General Obregón. Pero su único propósito era tenerlos como rehenes mientras se ponía en libertad a sus sesenta compañeros presos en la capital de Sonora.

Si no conociéramos el origen de esta infame intriga de políticos empedernidos sin rubor y sin consciencia, que no les detiene la monstruosidad del crimen con tal de alcanzar sus innobles fines... que la historia diga algo en contra de ellos... ¿Y qué? Al fin y al cabo somos todos, el pueblo mismo, el principal responsable, el cómplice del crimen.

Los que conocemos la histórica rebeldía del Yaqui, comprendimos la vanidosa jactancia de los asesinos profesionales que calcularon sólo tres meses para el completo aniquilamiento de la raza.

¡Vana palabrería! Primero se convertirán en panteón las fértiles praderas del río Yaqui antes que conseguir el sometimiento de sus moradores.

Los Yaquis son hábiles y certeros tiradores. Al tirano Porfirio Díaz le acabaron batallones. Un ciento de Yaquis era suficiente para destruir dos o tres mil federales. Y tan es así, que actualmente sólo los aeroplanos lanzabombas pueden penetrar a las montañas donde moran. Y sin embargo, he aquí lo que dice la prensa semioficial:

Ayer en el tren de Guadalajara que arribó a la estación de Colonia, llegaron los cadáveres del Teniente Jesús Ulloa y del mecánico Eduardo C. Vigil Ahumada, los aviadores que perecieron trágicamente en el Estado de Sonora...

Sobre las causas del accidente en que murieron los aviadores... se nos dijo en la Secretaría de Guerra que el Teniente Coronel Samuel Rojas, jefe de las escuadrillas aéreas que operan en el Yaqui ha manifestado que es imposible conocerlas, pues el aparato quedo totalmente destruido y aunque Vigil sobrevivió algunas horas a la catástrofe, tan grave se hallaba que nada pudo declarar.

Nada dice el telegrama sobre las balas de los rifles Yaquis que fueron las principales causantes de la tragedia: todo eso se callan, como se cuidan las partes oficiales de dar a conocer el total número de muertos que hacen los Yaquis a las fuerzas liberales.

Otro telegrama nos dice que por la razón o por la fuerza los Yaquis se verán obligados a someterse muy en breve.

He aquí otro telegrama de los mismos esbirros oficiales, que pinta la triste situación de los Yaquis pacíficos que llegan a caer en manos de los asesinos federales:

Nogales, Sonora. Informes de última hora procedentes de Ortíz, manifiestan que la circunstancia que más deprime a los Yaquis con motivo de su sublevación, es que las mujeres y niños que nacieron durante el último periodo de paz y bienestar, se están muriendo a consecuencia de diversas enfermedades y por la carencia de provisiones y ropa; pudiendo asegurarse que todos los jóvenes indios desean la paz; pero que debido a la actitud asumida por los Yaquis viejos no han depuesto sus armas los alzados en su totalidad.

Otro telegrama fechado el 13 de febrero, nos dice de un combate librado contra los Yaquis en el que dejaron siete carros guayines, recogidos por las tropas federales, así como siete muertos y tres prisioneros que inmediatamente fueron pasados por las armas, dos mujeres y dos niños quedaron prisioneros en Ortíz... las tropas federales destruyeron más de quinientos jacales de los Yaquis.

¡He aquí, hermanos campesinos, un medio eficaz del gobierno para arrebatar a los pueblos sus tierras y no para repartírselas! Ved que los gobiernos sólo sirven para azote y ruina de los pueblos que se esfuerzan y trabajan por su propio mejoramiento.

Los gobiernos no sirven para otra cosa más que para servir de policías del rico.

¡Mueran los gobiernos! ¡Viva Tierra y Libertad para todos!

II

Calles aprovechado discípulo de Gerardo Machado.

Calles está saliendo un aprovechado discípulo del asesino de los obreros de Cuba, Gerardo Machado, instrumento del capitalismo americano.

-No, nos dice una voz, es su Secretario de Industria, Luis N. Morones, el principal culpable de todo.

-Sí, es cierto, dice otra voz, pero Calles sanciona y cubre todos los crímenes de su Secretario.

Habrá, sin embargo, quien asegure que momentos antes de subir al poder Calles llevaba en su mente un manto de ilusiones en bien de los que sufren toda clase de ignominias y vejaciones de los de arriba. Pero sus actos ahora han venido a demostrar lo que decimos los anarquistas, que todo hombre por bien intencionado que parezca, al subir al poder se corrompe, se convierte en servil maniquí de los poderosos y un judas maldito contra los mismos que lo elevaron.

Sabemos bien que no todos los males que sufrimos los humanos tienen su origen en el gobierno. Pero es toda la maquinaria oficial que compone esa institución insana la principal culpable de todo.

Durante la presente huelga de mecánicos ferrocarrileros, algunos de los huelguistas salieron en comisión de propaganda a ponerse de acuerdo con las demás organizaciones obreras acerca de la solidaridad necesaria. Pero como la propaganda en favor de la huelga era una amenaza contra los intereses de la compañía explotadora, se persiguió a los propagandistas obreros acusándolos de sedición contra el gobierno. El obrero Hernán Laborde fue una de estas víctimas, se le tuvo incomunicado en uno de los calabozos de la misma compañía ferroviaria, y a pesar de que el gobierno tuvo conocimiento de estos hechos el gobierno mismo sancionó el atentado.

Laborde fue arrestado en Tampico el 26 de febrero por orden del asesino jefe militar de la guarnición en el puerto, para ser llevado a la ciudad de México. Pero como Laborde no llegó a la capital, sus amigos investigaron por su paradero hasta que lo localizaron encerrado en el calabozo referido.

El secretario de la Confederación de Transportes refiere los hechos: Se encontraba en el Departamento privado de la policía de las líneas nacionales, informe que fue desmentido el 28 de febrero por los ferrocarriles, asegurando que Laborde ni estaba, ni estuvo en poder del Departamento de policía de los mismos ferrocarrileros. Laborde fue encontrado encerrado primeramente en el local de la policía de los ferrocarriles, después fue llevado a la Inspección General de policía y el 3 de marzo trasladado a la prisión militar de Santiago.

Como no se le confinaba ante ningún juzgado para hacerle saber su delito, Laborde se declaró en huelga de hambre.

III

El problema de la tierra

El problema de la tierra que tantas vidas y ríos de sangre ha costado al pueblo obrero de México, se sigue solucionando rápidamente, pero solucionando a favor del poderoso, del señor feudal y de los que en todo tiempo han sido las más grandes sanguijuelas y verdugos del pueblo.

Los informes que enseguida reproducimos, tomados de un diario burgués de la ciudad de México, muestran la arbitraria y despótica conducta de los jueces y demás serviles instrumentos del poderoso en contra del débil, contrastando con la actitud sumisa y rastrera de esas mismas autoridades frente al que todo lo puede y dispone: el arrogante capitalista.

Por ser tan numerosos esos hechos, sólo daremos a conocer unos cuantos de los últimos incidentes a los cuales nos referimos.

Puerto México, Veracruz. Febrero 6 - En la finca Tuxedantepetl del municipio de Ixhuatlan, fueron incendiadas once casas de agraristas y derribadas siete por el mayoral Leopoldo Reyes atendiendo instrucciones de los dueños de la citada finca.

Las familias que habitaban las casas destruidas, se encuentran desde el día 3 del actual, sin techo, a la intemperie.

Según lo que se ha averiguado sobre el particular, resulta que los dueños de la finca están quejosos contra los campesinos porque estos venían residiendo en el lugar con anuencia de las autoridades agrarias que permitieron esto en atención a que el ingeniero de la Comisión Nacional Agraria les dio posesión de los terrenos.

No obstante, como la finca pertenece a la sucesión del señor Pedro Ruiz, cuyos intereses representa la señora Teodora R. Vda. De Ruiz, esta dama interpuso el recurso de amparo que el Juez de Distrito de Salina Cruz, concedió hace más de un año; pero como los campesinos se negaban a salir y abandonar las tierras, la interesada pidió al Juez de Distrito la pusiera en posesión de sus predios y el funcionario judicial para poderlo hacer, solicitó la ayuda de las fuerzas federales dándoles 24 horas de plazo a los campesinos para que las abandonaran. Como no lo consiguiera el señor Manuel Ruiz, heredero del señor Pedro Ruiz, ordenó a su mayoral que en compañía de otros hombres incendiaran las casas.

Puebla, febrero 28 - En vista de que el día 22 de los corrientes no se pudo llevar a cabo la diligencia en que la Comisión Nacional Agraria habrá de complementar el acuerdo de la autoridad federal para que le sean devueltas sus tierras al señor Don Luis N. Colombres, el Juez Numerario de Distrito ha tenido a bien señalar el día 8 de marzo próximo, a las diez de la mañana, para llevar a efecto la práctica de esta diligencia habiendo girado ya los oficios respectivos a las autoridades que darán sanción legal a este acto, así como al Jefe de las Operaciones Militares, para que facilite la fuerza necesaria que haga respetar la devolución de las tierras de que se hace mención.

Estas tierras pertenecen al rancho Colorado, habiendo estado ellas en posesión de los ejidatarios del pueblo de San Felipe de Hueyotitlan, por espacio de más de cuatro años, en consecuencia tendrán que desalojarlas para que ellas pasen a poder de sus legítimos propietarios.

Amparos petroleros que pasan a la Suprema Corte.

Once amparos más, relacionados con la cuestión petrolera, serán enviados hoy (9 de marzo) por el Juez Primero de Distrito. Lic. Julio López Masse a la Suprema Corte de Justicia, para su revisión.

Estos amparos son los interpuestos por la compañía petrolera El Águila, S. A.; United Oíl Production Company; Rafael Ortega, S. en C.; Compañía Agrícola y Colonizadora, S.A. representada por Robert Hutchison; Pánuco Boston, S.A.; Cortés Aguado Petroleum Corporation; Mexican Trust Oíl Company; D.W. Johnson Company, Sucesores; Compañía Transcontinental de Petróleo, S.A.; Atlántida y Compañía Mexicana Productora y Refinadora de Petróleo.

Los anteriores amparos se acumularán a los que actualmente están tramitándose en el más alto tribunal de la República.

Telegrama de los Estados Unidos:

Nueva York, Marzo 11 - El (New York Times) encabeza los mensajes que de México le envían su corresponsal De Cursi, con la frase de se inicia en México un movimiento para enmendar la Ley del Petróleo a fin de apaciguarnos y enseguida inserta estos mensajes que entre otras cosas dicen:

Se nota dentro de los círculos oficiales un decidido sentimiento de optimismo de que se encontrará la manera de arreglar las dificultades respecto de las leyes de extranjería. Personas muy ligadas con los funcionarios del gobierno mexicano dicen que ese optimismo es bien fundado y que algunos favorecen la idea de convocar al Congreso a una sesión especial para iniciar las enmiendas al artículo 27; informándose también que se hará una excitativa a la Suprema Corte para la resolución de los amparos pendientes.

Además otros indicios hacen creer que el gobierno de México está inclinado a suavizar las reglamentaciones de las leyes petroleras y a modificar su programa relativo, a fin de atender las objeciones puestas por las compañías extranjeras, simultáneamente, para posibilitar a México obtener mayores ingresos con las operaciones petroleras. En apoyo a esta creencia se señala el deseo aparente del Secretario de Industria (1) de facilitar ampliamente a ciertas compañías petroleras, la manera de continuar sus trabajos sin esperar la decisión final de la Corte, sobre la retroactividad del citado artículo...

Los anteriores hechos nos recuerdan los crímenes de los latifundistas que en unión de la soldadesca federal descargaron sus armas de fuego sobre los indefensos campesinos de la congregación de Sabacneta, Veracruz; lo acontecido con los miembros del sindicato Despertar del esclavo, el 24 del último julio (en los arrabales de Cecilia), a cuyos obreros después de haberles destruido sus labores y sus casas, fueron arrojadas sus familias a la calle, golpeados y llevados a la cárcel; lo acontecido a los trabajadores miembros del sindicato Cuerpo Campesino Chihuahuense de Ciudad Jiménez, Chihuahua, a quienes también después de destruirles sus cosechas se les arrojó a la calle, juntamente con sus familias, golpeando y encarcelando sin brizna de compasión a los miembros del sindicato.

Del periódico La Antorcha, 10 de agosto de 1927.

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(1) Luis N. Morones, el que capitanea a esa organización política llamada CROM, el principal azote de los obreros conscientes que odian la política, porque saben que la política sólo es buena para servir de escalón a los más vivos y astutos, que suben al poder para enriquecerse y gozar una vida cómoda a costillas de los que se desloman, dejando jirones de su vida en las entrañas de la tierra, en el surco y en las fábricas.


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