Indice de la edición cibernética ¿Qué es el anarquismo? de Federica MontsenySegunda parteConclusiónBiblioteca Virtual Antorcha

¿Qué es el anarquismo?

Federica Montseny

TERCERA PARTE



EL ANARQUISMO DESDE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA HASTA NUESTROS DÍAS

El fin de la guerra de España, con la pérdida de todas las conquistas revolucionarias y la muerte de millares de compañeros, fue una tragedia de carácter internacional para las ideas anarqulstas y para todas las izquierdas en general.

En España murieron excelentes compañeros, entre los cuales cabe citar Buenaventura Durrutl, Evaristo Vlñuales, Vicente Ballester, fusilado en Cádlz, José Vlllaverde, fusilado en La Coruña, Santana Calero, fusilado en Málaga. Y miles de muertos en los frentes, en la lucha contra el fascismo, sin contar los que habían caído en el curso de las jornadas de julio, como Francisco Ascaso.

En los sucesos de mayo de 1937, encontraron muerte alevosa, a manos de los agentes de Moscú, Camilo Berneri, profundo pensador italiano, Barbieri, Italiano y también compañero, así como Alfredo Martínez, de las Juventudes Libertarias, el argentino Rúa, Domingo Ascaso, hermano de Francisco, entre otros más.

Pero la hecatombe mayor vino al perderse la guerra y al Ser ocupada toda España por el fascismo vencedor. Entonces nuestros compañeros cayeron a millares y muchos más tuvieron que refugiarse en el exilio, en Europa y América.

Pronto el estallido de la segunda guerra mundial dio características universales al drama de España. Al ir avanzando los ejércitos italianos y alemanes por las diversas zonas de Europa que iban ocupando, las persecuciones contra socialistas, anarquistas, comunistas o simples hombres de izquierda se multiplicaron. En la América latina fueron instalándose dictaduras. De 1939 a 1945, se vivieron días de absoluto eclipse para las ideas de libertad en el mundo.

Millares fueron los antifascistas muertos en los campos de extermino de Alemania. En lo que respecta a los españoles, 11.000 fueron deportados a Mathausen, Dachau, Auschwitz, Belsen, Buchenwald, Granien-burg. De ellos apenas regresaron 1.500. Entre estos antifascistas, hubo gran número de compañeros.

Al producirse la caída de Mussolini en Italia, a ese país afluyeron los compañeros italianos diseminados por el mundo, muchos de los cuales habían tomado parte activa, primero en la guerra de España y después en la resistencia en Francia. Así pudo reconstruirse rápidamente el Movimiento libertario en Italia, renaciendo la FAI en el país vecino con toda la influencia y la aureola de heroísmo que le diera la participación de los compañeros en las resistencias italiana y francesa. Asimismo los españoles, después de pasar por la terrible prueba de los campos de concentración en que fueron enterrados por los franceses, sin guardar rencor alguno, tomaron parte activa en la resistencia en el país galo, contándose por miles también los que cayeron en el maquis o en los distintos cuerpos de ejército aliados. Baste decir que los llamados Pioneros británicos y sobre todo la Dlvisión Leclerc estuvieron constituidas por una gran mayoría de españoles y, de ellos, una mayoría de libertarios. Para ellos, esto no significaba más que continuar la lucha contra el fascismo.

De la misma manera que los compañeros italianos, al producirse la liberación de Italia y antes de que ella se produjese, se reintegraron a la lucha en ese país. los españoles, tan pronto terminó la guerra en Francia, en 1944, empezaron a proyectar hacia España el esfuerzo militante. En el interior de nuestro país no había cesado la lucha y la resistencia (Véase, haciendo click aquí, Lopez, Chantal y Cortés, Omar, Presentación al documental Los anarquistas (1936-1975), incuido como apéndice de La casa sin puertas, actas y documentos del primer Congreso de la Federación Anarquista de México, México, tercera edición cibernética, marzo de 2012, Biblioteca Virtual Antorcha, presentación, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés). En la clandestinidad, y pese a las persecuciones que no cesaban. se habían ido reconstituyendo las organizaciones y los militantes actuaban. El exilio confederal y libertario se organizó rápidamente, y el 1° de mayo de 1945, lo que entonces se llamaba Movimiento Libertario-CNT en Francia, celebró un Congreso de Federaciones locales, con asistencia de más de 400 delegados, representando cerca de 50.000 afiliados, exiliados en Francia, Africa del Norte, Bélgica, Inglaterra, América del Norte, México, Venezuela, Argentina, Chlle, Santo Domingo y demás países de Hispanoamérica a donde afluyeron refugiados.

En estos diversos países existieron, hasta 1951, delegaciones de la CNT independientes. En 1951, estas delegaciones se fusionaron en un sólo organismo, llamado CNT de España en el Exilio, con un Secretariado Intercontlnental que las representaba a todas y federativamente organizadas en núcleos de Francia y del Exterior, con la autonomra propia de todas las regiones en la mecánica confederal y libertarla.

Pero fue ya en el Congreso de París de mayo de 1945 donde se llegó a la cancelación del periodo de colaboración política, que llevara a la CNT hasta la participación en el Consejo de la Generalidad de Cataluña y en el gobierno de Largo Caballero, en Madrid. No creemos interesante detenernos en el pleito interno producido por los que a pesar de haber suscrito las Mociones del Congreso de París en octubre de este mismo año 1945, obedeciendo, según ellos, las instrucciones del Comité Nacional de España, aceptaron formar parte del primer gobierno de la República en el exilio -el presidido por Giral- y produjeron una escisión que duró 15 años. Escisión cancelada en el Congreso de Limoges en 1961, unificándose de nuevo la CNT.

Estos compañeros se dieron cuenta de que nada había podido hacerse en los años de esperanza y de forcejeo con las otras fuerzas políticas y reintegraron la posición antipolítica y antiparlamentaria del grueso del movimiento libertario y de la CNT que habían sostenido la necesidad de un frente antifascista y de la alianza con todas las fuerzas obreras en la lucha activa contra el franquismo, pero sin conceder crédito alguno a la eficacia de una colaboración política que se limitaba a esperar una solución al problema de España por parte de las cancillerías europeas y americanas.

En estos años se produjeron pérdidas sensibles para el movimiento libertario Internacional, como fue la muerte de Nettlau en Amsterdam, donde se había refugiado, muerte acaecida en los comienzos de 1945, cuando ya se perfilaba el total aplastamiento del fascismo, como hemos dicho antes. Más tarde murieron también Lulgl Fabbrl, Rodolfo Rocker, Hugo Treni, Enrique Nido, entre los más conocidos internaclonalmente.

En Royan, donde se había refugiado, en el momento de la ocupación de París por los ejércitos nazis, murió también durante la segunda guerra mundial, Sebastián Faure, de cuya obra como propagandista y de cuyo talento hemos hablado antes.

Pero a la vez que se apreciaban estas pérdidas, se iban haciendo conocer nuevos valores. Aparecieron los trabajos históricos de Renée Lamberet, continuadora de la obra de Nettlau y que ha terminado el segundo tomo de La Internacional y la Alianza en España, dejado sin concluir por el historiador más prestigioso del anarquismo. En Montevideo empezó a conocerse el profundo pensamiento de Luce Fabbri, hija de Luigi. En Inglaterra María Luisa Berneri, muerta prematuramente, hija de Camilo, realizó asimismo una obra literaria muy importante, siendo uno de sus libros más conocido Viaje a través de la Utopía. Su compañero Vernon Richards ha escrito varios libros sobre la revolución española.

El anarquismo emergió lentamente de la terrible prueba que para él habían sido la pérdida de la guerra y de la revolución en España, los diversos avatares de esa experiencia y el paso del nazi-fascismo por una Europa devastada y dividida.

En París apareció el diario Le Libertaire, fundado por Sebastián Faure y Luisa Michel a principios de siglo, bajo la dirección de Marcel Lepoil y con la colaboración de Georges Brassens, más tarde cé!ebre como compositor y como cantante. Se afirmó la presencia en la tribuna y en la prensa de Arístides Lapeyre, amigo y discípulo de Sebastián Faure, de André Prudhomeaux, autor, con su compañera Doris, de uno de los mejores análisis de la revolución en Cataluña.

Emma Goldmann, que tuvo que abandonar los Estados Unidos, murió en Toronto (Canadá). La pérdida de esta mujer excepcional dejó huérfano un movimiento que había sido, años antes, muy rico en hombres y en ideas.

En este confuso y agitado período, se produjo otro acontecimiento de características mundiales, cuya importancia conviene destacar. Nos referimos a la toma del Poder, en China, por Mao Tsé Tung y sus amigos, después de la larga lucha que les opusieron a Tchang Kai Chek y a los que representaban los intereses capitalistas mundiales en la Inmensa China. De este acontecimiento hemos de destacar solamente lo que se refiere a la influencia de los anarquistas.

Desde fines del pasado siglo, existió en Shangai un fuerte movimiento libertario. Las obras de Kropotkin habían sido traducidas al chino y difundidas a través de China por estos compañeros, de entre los cuales destacamos el nombre de Lu Chlen Bo. Estos militantes y los jóvenes que les sucedieron, propagaron las ideas anarquistas en todo el inmenso territorio que las fuerzas comunistas fueron recuperando, primero de manos de los japoneses, después de las de Tchang Kai Chek.

Los anarquistas se vieron forzados a integrarse al nuevo sistema. Numerosos son los que viven en China, realizando en secreto la obra que pueden. Pero responde tanto el anarquismo -y sobre todo la interpretación comunista libertaria y comunalista de Kropotkin- a la mentalidad china, que no pocas de las realizaciones sociales efectuadas en China llevan la impronta del pensamiento kropotkiniano. En poder de la que esto escribe existe una traducción al chino de varias obras de Kropotkin, entre ellas El Apoyo Mutuo, Ética y La Conquista del Pan, Un día llegará en que será conocido el aporte del anarquismo a la revolución china, que se parece muy poco a la revolución rusa, a pesar de que los vencedores militares y políticos sean en ambos casos marxistas.

Con el último compañero chino con quien hemos sostenido correspondencia es con Li Pei Kan. Se nos asegura que vive y que continúa trabajando silenciosamente por nuestras ideas.

En el Japón, al producirse la ocupación americana, los anarquistas, terriblemente perseguidos, casi diezmados por la reacción, resurgieron nuevamente, aunque su radio de acción y sus actividades se pierden en el dédalo de interpretaciones que los dividen y que imposibilitan una acción coordinada y fecunda. Destaquemos, sin embargo, la obra callada y persistente que realiza el compañero Agustín Miura, continuador de la que realizara el llorado compañero Yamaga, muerto demasiado pronto, víctima de la leucemia, secuela de las bombas atómicas lanzadas sobre el Japón por los libertadores americanos.

En la Argentina, destruida la Editorial La Protesta, desaparecida la prensa libertaria, la Editorial Argonauta habiendo dejado de existir, surgió otra con el nombre de Americalee, que ha editado obras excelentes, entre las que cabe destacar las Obras completas de Barret, los tomos de Memorias de Rudolf Rocker, entre otras muchas. En México se han hecho también ediciones excelentes, como es la de El Proletariado MIlitante, de Lorenzo, El Herodoto de la Anarquía, de Rocker, La Anarquía a través de los tiempos, de Nettlau.

Pero el fenómeno más sorprendente -sorprendente para los que no comprenden la verdadera naturaleza de la idealldad anarquista, fuerza moral y corriente social y filosófica subyacente, que corre como un río subterráneo durante tiempo, para surgir bruscamente a la superficie cuando menos se lo esperan- fue el renacer de las ideas anarqulstas a partir de los años 60. Renacer en Francia, en España, en Estados Unidos, en Inglaterra, en la India.

En América del Norte se redescubrió a Thoreau y su librito Desobediencia civil, inspiró todo un movimiento de juventud, enfrentada con la guerra del Vietnam y sobre todo con las condiciones de la vida americana. El movimiento provo en Holanda y los hippies en los países anglosajones se han nutrido de ideas anarquistas, desgraciadamente desviadas por los que han hecho todo lo posible por amortiguar todo carácter revolucionario a la acción de esa juventud, precipitándola en los brazos de los mercaderes de la droga, que, en muchas ocasiones, la hacían circular con el acuerdo de la policía. Pero los movimientos estudiantiles en casi todo el mundo -en Europa, en América del Sur y del Norte particularmente- estuvieron fuertemente impregnados de anarquismo.

En Francia, durante los acontecimientos de mayo de 1968, el anarquismo y las realizaclones de la revolución española fueron el tema predilecto en las discusiones en la Sorbona, en París, y en todas las universidades y centros culturales de Francia (Véase, haciendo click aquí, López, Chantal y Cortés, Omar, El espiritu del 68, México, primera edición cibernética, octubre de 2007, Videoteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés). Hábilmente, la Prensa quiso desviar este movimiento, polarizándolo en torno de la figura de Daniel Cohn-Bendit, un joven estudiante judío alemán, de gran cultura, pero de espíritu irónico y aún no maduro para esta peligrosa prueba, a fin de arrancarlo a lo que podemos considerar contornos clásicos del anarquismo. Pero la realidad es que, en aquellos días, todas las obras que hablaban de anarquismo se arrancaron de las manos de los vendedores y que todo el mundo tuvo que reconocer que el anarquismo, no tan sólo no había muerto, sino que aparecía més pujante que nunca, con fuerzas nuevas e innegable simpatía entre la juventud (Véase, haciendo click aquí, Information Correspondance Ouvrière y Noir et Rouge, La huelga generalizada, México, primera edición cibernética, octubre 2005, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés).

Hoy, el mismo fenómeno producido en Francia en 1968 se está produciendo en España, donde nunca cesó de ser una ideología de enorme arraigo popular, afincada en el alma de la clase obrera, gracias a lo que ha sido, es y será su acierto mayor: su implantación entre los trabajadores, siguiendo fielmente lo que había sido genial premonición de Bakunln y obra persistente, perseverante de los primeros internacionalistas ibéricos y de los que les sucedieron.

Un escritor francés escribió un libro, L'increvable anarchisme, que refleja exactamente la singular potencialidad de nuestra ideología, a la que nadie ni nada ha podido matar, aunque hayan muerto por millares los hombres que la habían abrazado y por ella se sacrificaban.

EL ANARQUISMO, DEFINIDO POR SUS TEÓRICOS Y LOS ACUERDOS DE SUS CONGRESOS

La Anarquía es la más alta expresión del orden. Eliseo Reclus.
Anárquico es el pensamiento y hacia la Anarquía va la Historia. Giovanni Bovio
Más allá del ideal habrá siempre ideal. Ricardo Mella

En el Congreso de le Unión Anárquica Italiana, celebrado en julio de 1920 (Véase, haciendo click aquí, Varios, Actas de las sesiones del Congreso de la Unión Comunista Anárquica italiana, celebrado en Bolonia los días del 1° al 4 de julio de 1920, México, primera edición cibernética, marzo del 2011, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés), Enrique Malatesta presentó un proyecto de programa anarquista-comunista, que fue aprobado por unanimidad. Por considerarlo una síntesis clara y concreta de lo que queremos, reproducimos a continuación las conclusiones, lamentando que la falta de espacio nos impida incluir los considerandos. Aquellos lectores interesados en documentarse a fondo sobre el pensamiento de Malatesta, uno de los mejores teóricos del anarquismo, podrán encontrar el texto íntegro en el libro de Vernon Richards Malatesta, vida e ideas; publicado por la colección Acracia, de Barcelona.

1. Abolición de la propiedad privada de la tierra, de las materias primas y de los instrumentos de trabaJo, para que nadie pueda vivir explotando el trabajo ajeno y todos, al ver garantizados los medios de producir y vivir, sean realmente independientes y puedan asociarse a los demás libremente, por el interés común y según las propias slmpatías.

2. Abolición del gobierno y de todo poder que establezca la ley y la imponga a los demás: por lo tanto abolición de monarquías, Repúblicas, parlamentos, ejércitos, pollcías, magistraturas y de cualquier institución dotada de medios coercitivos.

3. Organización de la vida social por obra de libres asociaciones y federaciones de productores y consumidores, creadas y modificadas según la voluntad de los componentes guiados por la ciencia y la experiencia y libres de toda imposición que no derive de las necesidades naturales a las que cada uno, inspirado por el mismo sentimiento de necesidad ineludible, voluntariamente se somete.

4. Asegurar los medios de vida, desarrollo y bienestar para los niños y para todos aquéllos que se encuentran en estado de impotencia para proveerse a sí mismos.

5. Guerra a las religiones y a todas las mentiras, Incluso si se ocultan bajo el velo de la ciencia. Instrucción científica para todos y hasta sus grados más elevados.

6. Guerra a las rivalidades y a los prejuicios patrióticos. Abolición de las fronteras; hermandad entre todos los pueblos.

7. Reconstrucción de la familia, de tal manera que resulte de la práctica del amor, libre de todo vínculo legal, de toda opresión económica o física, de todo prejuicio religloso.

Hubiéramos querido transcribir Mociones aprobadas por los Congresos Internacionales anarquistas, de Amsterdam (1907) hasta nuestros días (Conferencia Internacional anarquista de París, en 1949, Congreso Internacional anarquista de Londres en 1958). En la imposibilidad de poder hacerlo por el limitado espacio de que disponemos, creemos poder resumirlas todas, reproduciendo la Moción aprobada por el Congreso constitutivo de la I.F.A. (Internacional de Federaciones anarqulstas) celebrado en Carrara (Italia), del 30 de agosto al 8 de septiembre de 1968 (Véase, haciendo click aquí, Varios autores, Congreso Internaciona Anarquista, Carrara, Italia (Del 30 de agosto al 8 de septiembre de 1968), México, primera edición cibernética, abril del 2008, Biblioteca Virtual Antorcha, captura y diseño, Chantal López y Omar Cortés).

Esta Moción fue presentada por la Federación Anarquista Ibérica -Interior y exillo- y fue adoptada por el Congreso para ser sometida al estudio y consideración de las Federaciones de los diversos países representados.

Ella correspondía al Punto 6°: La organización de la economía en una sociedad anarquista, o durante la etapa de transición revolucionaria hacia la anarquía.

Moción-Estudio
Revolución social libertaria indispensable

La organización de la economía de fondo, orientación y finalidad libertarias y su desarrollo y désenvolvimiento hace indispensable un cambio radical del sistema capitalista estatal y asimismo del llamado comunista de Estado, imbuido de todos los principios marxistas leninistas. Este cambio implica necesariamente abolir y superar ambos y asentar las bases fundamentales de la nueva economía y de la sociedad anarquista o del socialismo ácrata en marcha hacia ella.

Ni la sociedad anarquista ni siquiera la comunista libertaria se van a realizar por arte de encantamiento ni en un día, ni de manera sincronizada en el plano mundial, en una fase dada de la historia universal. La revolución social no será simultánea en cada uno y en todos los países del mundo a la vez. Ni tampoco podrá ser uniforme, a base de un tipo o patrón único, pues las condiciones geográficas, climáticas, étnicas, demográficas, las de desarrollo industrial, de riquezas naturales, de existencia o no de materias primas, de posibilidades agrícolas, las de ambiente, mentalidad y cultura, etc., influirán en sus variantes constructivas, aun bajo la influencia determinante de la savia y de la orientación libertaria, haciendo que, según la densidad de ésta y de los caracteres específicos señalados, aparezcan, no ya sólo universalmente sino en cada país propiamente dicho, el sistema y sus estructuras nuevas bajo perfiles y aspectos polifacéticos, múltiples y pluralistas, en la rebusca de un incesante perfeccionamiento y armonioso equilibrio. Pero las características esenciales de la sociedad anarquista o anarquizante y de los medios y procedimientos prácticos y eficaces para llegar a ella, deben manifestarse con recios y claros lineamlentos para prender en la realidad y abrir surco profundo en ella, con miras a las eclosiones fecundas del mañana libre, ya desde hoy.

La finalidad de la nueva economía libertaria y de la sociedad anarquista debe ser la libertad y el bienestar de todos y de cada uno de los seres que la compongan, en un medio de igualdad social de solidaridad humana.

Para realizar este fin se hace indispensable la desaparición del Estado bajo todas sus formas; de la dictadura, aunque se llame transitoria; de todas las instituciones autoritarias; del capitalismo; de la propiedad privada; de todas las formas y procedimientos de explotación y de opresión del hombre por el hombre, de las clases sociales, rangos, jerarquías y privilegios; del asalariado.

Aunque la revolución social en un país no puede ir, desgraciadamente, en sus primeras fases, más allá de ciertas condiciones determinadas que impondrán inevitablemente las características del propio país y los medios con que el mismo cuente en el momento que estalle o se produzca aquélla, al menos en el orden económico, pues la economía globalmente considerada no se crea ni se desarrolla en un instante, desde el primer momento, imprimiendo su huella fecundante y su voluntad realizadora firmemente definida, por parte de los anarqulstas se ha de tener la preocupación de plasmar en la realidad la máxima sustancialidad, realizaciones y desarrollo libertarlos.

Y el lema debe ser: Libertad, pan, vestido, vivienda, cultura y recreo para todos. De cada uno seqún sus médios, a cada uno según sus necesidades. Habrá que destruir y barrer todos los obstáculos Interiores, supervivencias de un pasado de autoritarismo y de explotación, que se opongan a la libre organización de la sociedad nueva.

Y no se podrá contar mucho con la solidaridad revolucionaria mundial apoyando la revolución social del país que fuere, sobre todo si se presenta con tipología preponderante definidamente anarquista. Toda ayuda de los bloques predominantes internacionales tenderá a la satelización.

Y hay que contar, además, que en todo cambio revolucionario profundo se produce un período de marasmo económico, de tanteo experimental, de ajuste de las estructuras más idóneas a los objetivos y fines perseguidos, que pone a prueba la corriente revolucionaria transformadora y su valor y capacidad realizadora y constructiva.

Asegurar la existencia y el funcionamiento libre de la Sociedad

Desde el primer momento se hace necesario asegurar la producción, el abastecimiento, incrementar el rendimiento, la productividad. sin explotar al hombre productor, sin extenuarle, sin aprislonarle en normas de trabajo alienadoras.

El triunfo inmediato de la revolución social y su consolidación y las fases futuras de su desenvolvimiento progresivo, dependerá en mucho de la propia capacitación social, económica. cultural e ideológica de los trabajadores, de lo que podríamos llamar capacidad específica revolucionaria y libertaria, individual y globalmente considerada. El factor esencial del orden nuevo debe ser el hombre libre y consciente de sí mismo.

Ningún tipo de economía, ya desechando todo cuanto puede suponer sistema capitalista estatal o comunista de Estado, es consubstancial con el anarquismo.

Nuestro fin es vivir en libertad y hacer todo lo posible para que todos los seres puedan disfrutar de ella y gozar, en igualdad de condiciones, de cuanto la Tierra, la naturaleza y el esfuerzo solidario de los hombres puede proporcionar a todos y a cada uno indistintamente.

Amplia concepción del anarquismo social

Por las mismas razones nuestra concepción del socialismo integral, del socialismo ácrata es amplia y no exhaustiva, ni unilateral ni uniforme en sus posibilidades y modalidades de aplicación práctica. Y si nuestras preferencias van hacia el comunismo libertario, como régimen económico abierto y perfectible no rechazamos sistemáticamente, aparte las burguesas y autoritarias, otras modalidades de organización social, ya sean de tipo mutualista, colectivista, cooperativista, etc., siempre que de ellas quede excluida toda raíz de explotación del hombre por el hombre. La libertad de experimentación de modalidades económicas las más jústas y adecuadas para dar satisfacción a las necesidades humanas y asegurar al hombre el máximo de libertad y el mayor bienestar, deberán tener vía abierta en la sociedad anarquista, tratando, naturalmente, de que marchen de común concierto con la convivencia del conjunto y del sistema general cimentado en la asociación federativa de los productores libres y de consumidores solidarios.

Libertad de experimentación

La experimentación y coexistencia de modalidades de tipo soclallzador, mutualistas (Proudhon), colectivistas (Bakunln-R. Mella), comunistas (Kropotkln-Malatesta), cooperativistas (no comercializadas), etc., a la escala local, comarcal, regional o nacional, puede ser posible, dentro del sistema libertario, salvaguardado el principio anárquico esencialmente antiautoritario, fundamentalmente autónomo y federalista. Y máxime si se entiende, como es lógico libertariamente, que la evolución humana y la de las formas sociales no se estanca y que ninguna estructura económica podría considerarse definitiva e inmutable. Crear siempre más libertad, más bienestar, más abundancia de todo. mayor perfección, y las más óptimas condiciones para el pleno desarrollo del individuo, del grupo social, del conjunto humano, tal debe ser la orientación y el fin de la sociedad anarquista, de la organización social y económica libertaria.

Esbozos sociales y económicos libertarlos

La economía no puede desarrollarse sin base social. Y donde exista el ser o el grupo humano, surge la sOGledad, de la misma convivencia. Las necesidades se presentan, cop sus inapelables exigenclas, hasta por el mismo orden simple y natural biológico y, manlfestándose en el plano general, trascendiendo el conjunto colectivo, hacen que los hombres se vean en el deber de buscar una ordenación o principio regulador, para hacer al menos compatible la propia convivencia humana, ya sea a base de pacto o de contrato libremente aceptado y conscientemente consentido, voluntariamente aplicado.

En la concepción anarquista -al menos en la que admite la base organizadora por pacto libre- el comunismo libertario es el sistema o mecanismo estructural que hace más viable la formación y el desenvolvimiento de la sociedad cimentada sobre postulados ácratas, interpretados con lúcido realismo, sin mixtificación del sentido y contenido de aquellos.

Base de la nueva sociedad. La Comuna libre

La piedra angular o célula viviente de la nueva organización social libertaria, para nosotros, además del individuo, del grupo, de la colectividad, del sindicato, es la Comuna libre.

La Comuna libre, constituida Dor todos y cada uno de los ciudadanos, puede tener la función de coordinación social general, en el aspecto simplemente administrativo; no de poder o institución política sino de servicio social, en el plano territorial local. Sus funciones deben ajustarse a aquellas resoluciones, y decisiones que las propias asambleas libres comunales hayan tomado de consenso mutuo. De la organización comunal ha de desterrarse todo autoritarismo y toda burocracia.

Las Federaciones comarcales, regionales y nacionales de Comunas libres podrán constituirse en el plano general de un país o zona geoqráfica y étnlca determinadas, y confederarse internacionalmente.

La Comuna no debe concentrar en sí el poder politico, y menos militar, que debe éste igualmente desaparecer en absoluto. Ni siquiera poder revolucionario. Todo poder político ha de ser abolido y nadie debe ejercerlo. Tampoco debe haber en la Comuna propietarismo económico, que haga de su término geográfico e histórico un coto cerrado o un feudo. Toda Comuna debe estar abierta a la solidaridad, practicarla y recibirla, basándose en el principio de que toda riqueza natural o creada o fabricada, todo producto, utillaje o bien material, es patrimonio común y permanece a la disposición de todos, siendo su usufructo regulado por las normas colectivas libre y voluntariamente establecidas.

Del sindicato revolucionario y de sus funciones

El organismo que en la sociedad socialista ácrata mejor puede asegurar la organización del trabajo y su función es el sindicato de característica sindicalista revolucionaria, constituido por los trabajadores libres de la industria, del campo, de la mina, de los laboratorios, de los centros de investigación y estudio. los de especialidades técnicas. Los sindicatos, agrupados por ramos e industrias, en Federaciones locales, comarcales, regionales, nacionales e internacionales y administrando directamente, bajo su responsable control, fábricas y talleres, campos, minas. marinas, institutos científicos y tecnológicos, son organismos aptos para asegurar la producción de todos los artículos y cosas indispensables a la sociedad y a sus componentes, a tenor de las necesidades que se hagan sentir y se presenten, persiguiendo el objetlvo de crear la abundancia con la aportación de cada uno al esfuerzo común, según sus fuerzas y capacidades y sin explotación de nadie ni privilegio alguno. Todos los recursos materiales, económicos y técnicos, los artículos manufacturados, los productos agrícolas, ganaderos, de pesca, etc., habrán de considerarse y ponerse a disposición común, por medio de los organismos adecuados y más idóneos, para la distribución, el cambio y la repartición más equitativa.

Las Federaciones de sindicatos podrán formarse por categorías de producción, ya sea industrial, campesina, etc., o de servicios públicos, correos, comunicaciones, transporte y demás.

La revolución social, con la desaparición de la burguesía y de las estructuras capitalistas y autoritarias, deberá establecer una nueva ordenación económica, que implicará necesariamente otras modalidades de trabajo, reajustes de fabricación. reconversiones profesionales, especialidades distintas de la producción.

Los sindicatos por profesión o industria tampoco habrán de disponer de poder político ni de propiedad de fábrica, de maquinaria o de productos elaborados. Al propietarismo corporativista tampoco hay que dejarle tomar raíz en la sociedad anarquista o comunista libertaria

La autogestión ha de tener por base asegurar la mejor y más racional organización del trabajo y la función de producción, controlados por un elevado sentido de responsabilidad individual y profesional consciente y voluntario.

Los comités o comisiones de autogestión de fábrica, empresa, taller o colectividad productora serán nombrados directamente por el propio personal ocupado en las mismas, estando sujetos a renovaciones periódicas y siendo revocables.

El burocratismo debe desterrarse de los comités y de todas partes. Al mismo personal técnico o calificado en especialidad, no ha de conferírsele en ninguna circunstancia, categoría de mando.

Nos manifestamos contrarios a admitir el principio de todo el poder a los sindicatos, como el de concederlo, de dirección-mando, a cualquier persona técnica o especializada, encargada responsablemente de un trabajo, quien deberá considerar a los demás trabajadores en un plano de igualdad moral y efectiva, como hombres y como productores, cooperando en las labores de un empresa común al servicio del bien general.

Sobre el salario o remuneración

Si los anarqulstas nos hemos fijado por finalidad el suprimir la explotación del hombre por el hombre, el abolir las clases y el asalariado, lógicamente no podríamos pronunciarnos, en una organización social de tipo libertario, por el mantenimiento de un tipo de salario o de categorías salariales de retribución por el trabajo efectuado.

Indudablemente son varios los problemas ya de orden moral, efectivo, práctico y social que supone la supresión del salario. Y buscar procedimientos de remuneración por concepto de trabajo o unidades de especialidades del mismo, tampoco sería una solución libertaria y menos compatible con un alto sentido de justicia y de solidaridad humana.

Partiendo de este razonamiento, nos manifestamos partidarios de la aplicación del principio de de cada uno según sus fuerzas, a cada uno según sus necesidades, considerando que el trabajo de cada uno le da derecho a la satisfacción de sus necesidades personales y a procurarse libremente el abastecimiento de cuanto se le haga preciso e indispensable en los almacenes, cooperativas o centros de distribución común.

Una carta de trabajador o de productor ~carta especial para impedidos, inválidos, ancianos o niños-, puede tener valor adquisitivo en todas partes y dar derecho a ser beneficiario de todos los servicios comunes. La socialización de los mismos, como también los de la vivienda, sanidad, seguridad social, espectáculos y recreos, ha de considerarse como una de las fórmulas más prácticas y accesibles al usufructo individual, familiar y común.

Es indispensable que cada hombre o mujer válidos tengan aseguradá una plaza, un empleo o colocación útil en la organización común o colectiva del trabajo, como un derecho inalienable e imprescriptible reconocido y establecido por la sociedad anarquista, por la nueva organización social comunista libertaria.

Distribución y consumo

El fin de la organización social que defendemos y preconizamos no debe ser el beneficio o el provecho industrial o comercial, manipulado o monopolizado por un grupo, clan, entidad u organismo cualquiera, sino el bien común, dentro de la Federación o Asociación de Comunas libres y solidarias.

Por otra parte entendemos que las formas y mecanismos económicos de la sociedad anarquista no deben encajarse en una rígida armadura, en un régimen monolítico y de estructuras inamovibles.

Respetando el principio fundamental de no explotación del hombre por el hombre, de comunidad de riquezas, bienes, tierras, máquinas y productos, todo ha de ser puesto a la disposición, consumo y utilización individual y común.

Y así la libertad, el pan, la cultura y la independencia dentro de la unión y de la solidaridad quedarán mejor garantizadas y asegurados para todos.

La distribución general coordinada y al detalle de productos agrícolas y manufacturados podrá ser asegurada por las asociaciones o federaciones de consumidores, a base de almacenes de abastecimientos y suministro al por mayor, donde los sindicatos de producción y colectividades podrán suministrar y depositar los productos, y por medio de las cooperativas de consumo y de los economatos o centros calificados para la distribución al detalle, exentos de todo mercantilismo.

Organismos de la Revolución: Las colectividades

Las colectividades de producción, y hasta las mixtas de producción y consumo, sobre todo en el agro, en el medio rural y campesino, pueden ser también un factor importante entre los medios idóneos y eficaces de asentamiento y desenvolvimiento de la nueva economía, como organismos vitales funcionando sobre el principio de libre cooperación en la nueva economía solidaria, sin mercantilismo ni concurrencia.

La experiencia de los sovkozes y de los kolkhozes es demostrativa de los grandes defectos que aquejan esos organismos, sobre todo de la factura estatal de los primeros, ya a la vez de su ineficacia.

Los kibbutz, a través de sus modalidades conocidas y de su mismo funcionamiento interno, tampoco pueden ser preconizados como tipo de organización económica y social libertaria. En tal sentido, descaríamos igualmente la fórmula del soviet, cuya experiencia en la U.R.S.S. ya hemos podido comprobar lo que ha podido dar de sí.

Hasta la fecha, experimentalmente, como expresión práctica y eficaz de realización colectivista-comunista viviente, puede ofrecerse el de las colectividades de tipo libertario durante la Revolución española, en una situación dada de trascendental realismo histórico, manifestándose como organismos eficientes para asegurar el desenvolvimiento económico de un pueblo, sobre todo desenvolviéndose vinculadas de concierto con los sindicatos y demás organismos comunales, complementarios unos de otros y atendiendo, cada uno en su esfera delimitada y característica respectiva, las necesidades y funciones económicas y sociales inherentes a la sociedad o comunidad.

Consejos sociales y económicos

Entre esos organismos complementarios de utilidad, a título de asesoramiento, de información y de estadística, de orientación técnica, de rebusca de modalidades de organización más perfecta, de coordinaciones de plano local y general, de enseñanzas prácticas deducidas de las mismas experiencias diversas comparadas de producción y de consumo, de explotación y estudio de las posibilidades de desarrollo económico y de explotación de nuevas riquezas en común, puede haber los consejos de economía locales, comarcales y regionales, desembocando en el Consejo general de economía nacional federada.

Esos consejos de economía no deben tener ninguna potestad ejecutiva, sino simplemente misión consultiva y de asesoramiento. Podrán ser formados por delegados designados por la Comuna, los sindicatos, las colectividades, las cooperativas y centros de consumo, los organismos técnicos y culturales.

Los miembros de esos consejos, que incluso podrían éstos ser denominados consejos sociales y económicos, serán designados por los organismos respectivos y delegados a aquéllos, a título temporal renovable y revocable.

Teniendo en cuenta las necesidades esenciales, materiales, productivas, relacionadoras, culturales y artísticas, etc., entre los consejos sociales y de economía que podrían formarse hay el de alimentación, el de la vivienda, el del vestir, el de la producción agrícola, ganadera y forestal, el de la minería, el de la pesca, el de transporte, de comunicaciones, de artes gráficas, prensa y libro, el de la industria metalúrgica y siderúrgica, el de agua, luz, fuerza motriz y nuclear, el de la industria química, el del ramo del vidrio y cerámica, el del ramo de la madera, el de la construcción, el de sanidad, el de la cultura, artes y recreos, el de ciencias, investigaciones y técnicas, el de depósitos, créditos e intercambios, el de relaciones exteriores, el de importación y exportación, los cuales, a través de sus ramificaciones locales, comunales, sindicales, de colectividades, cooperativas y agrupaciones autónomas, sin centralismo alguno, de abajo a arriba, se entrelazarán en un consejo general de coordinación y solidaridad de entidades y organismos autónomos, sin atribuciones ejecutivas.

Las denominaciones de los diversos consejos que enumeramos podrán ser distintas de las que damos nosotros, los acoplamientos tener más o menos amplitud, las demarcaciones por especialidad o rama más variadas o sintéticas que las apuntadas. Y serán siempre adoptadas de común concierto, entre los interesados, directamente, sin imposición alguna.

(Fin de la Moción adoptada por el Congreso de Carrara).
Indice de la edición cibernética ¿Qué es el anarquismo? de Federica MontsenySegunda parteConclusiónBiblioteca Virtual Antorcha