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Indice de La conquista del pan de Pedro KropotkinNora editorial de Chantal López y Omar Cortés a la edición impresaBiblioteca Virtual Antorcha

La conquista del pan
Pedro Kropotkin

PRESENTACIÓN
A la edición cibernética



Fue a finales de 1969 y principios de 1970 que tuve mi primer acercamiento con la obra de Pedro Kropotkin. En sí, cuando cursaba la carrera de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, durante el examen final de la materia Historia de las doctrinas económicas, me tocó desarrollar el tema relativo a la influencia de las doctrinas kropotkianas.

Quizá venga a bien el precisar que en aquella época los exámenes finales realizábanse oralmente frente al maestro. La dinámica era harto sencilla: había una caja que contenía canicas numeradas, y un temario que contenía los temas, numerados, vistos en el curso. Así, uno extraia una canica de la caja, y de acuerdo al número que tenía rotulado, era el tema que debía el estudiante desarrollar.

Pues bien, en aquella ocasión saque el tema relativo al anarquismo, en el que sobresalían los cuatro principales personajes de esta corriente: Pierre-Joseph Proudhon, Miguel Bakunin, Max Stirner y Pedro Kropotkin.

Por motivos que hasta la fecha desconozco, resultó que la maestra me pidió que tan sólo concentrara el desarrollo de mi perorata en Pedro Kropotkin, y ahí fue donde la situación se me complicó al extremo, ya que de ese tema, aparte de algunas cosillas relativas a Proudhon, de los demás personajes no sabía ni jota. Así, que no me quedó más recurso que el buscar inventar cuanto se me vino a la mente para tratar de salir del atolladero. Sin embargo, como siempre ocurre en situaciones similares, mi imaginación no convenció a la maestra, ya que lo único que deje en claro fue que de Kropotkin no sabía absolutamente nada. Para mi fortuna, la maestra, de manera pausada, palabras más, palabras menos, me dijo:

Compañero Cortés, me doy cabal cuenta de que usted no tiene ni la menor idea de lo que está diciendo. Sin embargo, no deseo perjudicarle, veo que ha asistido regularmente a clases, ha presentado todos los trabajos y evidentemente se ha esforzado por realizar un buen curso; desgraciadamente para usted le toco en este examen final un tema que definitivamente no maneja, así que, tomando en cuenta su trabajo a lo largo del semestre lo voy a calificar con una S.

Por supuesto que aquello fue música a mis oídos, puesto que ya me había hecho a la idea de recibir la nada confortante nota del NA, esto es, materia no acreditada.

Después de aquella memorable experiencia, por puritita automotivación, intenté profundizar sobre aquel maldito tema de los anarquistas que estuvo a punto de hacerme tronar Historia de las doctrinas económicas. Pero en aquel entonces no era nada sencillo encontrar material en las librerías. Recuerdo que conseguí el libro Los anarquistas de James Joll editado por Grijalbo, y ... verdaderamente me fascinó. Lo leí cuando, con el grupo de rock Antorcha, cumplíamos un contrato en el Hotel El refugio de El Salto, ubicado en la población de Valle de Bravo en el Estado de México. Como el contrato abarcaba la presentación del grupo en el bar del hotel durante una semana, tuve tiempo más que suficiente para leer el libro.

Meses más tarde, y ante la imposibilidad de encontrar más textos en las librerias, acudí a la Biblioteca de la UNAM ubicada en aquel entonces en la calle de Isabel la Católica, en donde encontré, precisamente, La conquista del pan de Pedro Kropotkin.

Aquella biblioteca era algo tenebrosa, puesto que parecía una sala de retiro monacal. Sin embargo, y no obstante lo pesado del ambiente, me envalentoné y después de ocho o nueve visitas a aquel auténtico refugio de monjes, terminé de leerlo.

Aún recuerdo la hilaridad que me provocó la frase de Kropotkin casi al final del libro, cuando sentencia:

Lo único que a la revolución puede faltarle es el atrevimiento de la iniciativa. Embrutecidos por nuestras instituciones en nuestras escuelas, esclavizados al pasado en la edad madura, y hasta la tumba, no nos atrevemos a pensar. ¿Se trata de una idea? Antes de formar opinión, iremos a consultar libracos de hace cien años para saber qué pensaban los antiguos maestros.

Si tomamos en cuenta que esto que estoy relatando ocurrió en 1970, y que la primera edición francesa de La conquista del pan se editó en 1892, pues, tenemos que lo aseverado por Kropotkin caía realmente como anillo al dedo. De hecho ésa fue la primera gran enseñanza que saqué de mi primera lectura de La conquista del pan.

Dieciocho años después, en febrero de 1988 editamos en nuestra editorial Ediciones Antorcha, esta obra que ahora colgamos en la Red de redes a través de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha. Corría el año de 1988, una época esperanzadora, puesto que much@s bregabamos por un cambio en la estructura política del pais. La desastrosa situación a que nos vimos envueltos la mayoría de los habitantes, con la puesta en práctica de aquellas frasecitas de las medicinas, dolorosas, amargas pero necesarias, que tan sólo provocaron dolor y sufrimiento en la población, aunado ello a la vivencia de solidaridad entre los defeños durante el terremoto de 1985, construyeron los sólidos cimientos para que fuesen edificándose alternativas de participación. Por desgracia, el autoritarismo presidencialista y los poderosos intereses económicos frustraron mediante un escandaloso fraude electoral, aquella intentona de transformación. Tal fue, pues, mi segunda lectura de esta obra.

Ahora, veintitrés años después, por tercera ocasión, leo esta monumental obra con su captura, diseño y colocación en los estantes de nuestra Biblioteca Virtual Antorcha. Y al igual que la primera lectura que hice cuarenta y un años atrás, sigue pareciéndome excelente. De sorprendente actualidad, porque el espíritu mismo de su contenido resulta de una contemporaneidad abrumadora.

En fin, espero que quien se adentre en la lectura de La conquista del pan, logre entresacar elementos que le ayuden en su cotidiana lucha por la superación.

Omar Cortés
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