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EL LAICISMO EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

Documentos históricos

CAPÍTULO SEXTO
Don Melchor Ocampo



Fue D. Melchor Ocampo uno de los consejeros y colaboradores más distinguidos del Presidente Juárez, tanto en el planteamiento como en la realización del programa político y social por el que luchó el Partido Liberal.

Don Justo Sierra califica a Ocampo como el Juan Jacobo Rousseau de la Revolución de Reforma. Su amor a la ciencia y al estudio lo demostró, como alumno que fue de bachillerato y derecho, en la ciudad de Morelia; como gobernador de Michoacán, como ministro de D. Benito Juárez y en su actuación de diputado al Congreso federal.

Ocampo tenía su credo -dice D. Félix Romero-, que proclamó desde la tribuna popular como orador, en septiembre de 1852, siendo a la vez gobernador de Michoacán, y repitió en Veracruz el año 59, siendo ministro de Juárez y también orador en el aniversario de la independencia. Era éste: instrucción al pueblo, general, laica y gratuita, sin la cual no se comprende al ciudadano; gratuita la justicia; libre la palabra y la conciencia; libre el comercio y el tránsito, así en la tierra como para el camino del cielo.

La historia ha recogido su pensamiento: ¿Hasta cuándo llegará el día en que se aprecie más al hombre que enseña que al hombre que mata?

En 1842 fue electo diputado al Congreso general y giró una circular a los ayuntamientos de Michoacán para fomentar el desarrollo de la instrucción pública. Como gobernador de Michoacán, en 1847, restauró el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, que había sido clausurado, y fundó, además, muchas escuelas primarias. El año de 1852, al volver a ocupar el puesto de gobernador de aquel Estado, mejoró el Colegio de San Nicolás con laboratorios que costeaba de su peculio personal; creó carreras de agricultura e ingeniería civil, organizó la carrera de jurisprudencia e instauró el examen público y privado para ser profesor de instrucción primaria. Durante este período demostró su gran amor a la juventud estudiosa ayudándola grandemente.

La gran cuestión de la enseñanza laica -dice D. Eduardo Ruiz- era totalmente desconocida entre nosotros; no sólo, si alguien se hubiese atrevido a proponerla, fundándola en su importancia social y política, hubiera encontrado una resistencia tal que habría hecho inútiles todos sus esfuerzos. Ocampo, que lo comprendía bien, pero que no vacilaba en llevar a cabo esta revolución bienhechora, sin revelar el objeto de sus miras, antes bien, como halagando las ideas del clero, restableció el extinguido Colegio de San Nicolás Obispo, a cuya historia están unidos los nombres de fray Juan de San Miguel, D. Vasco de Quiroga, de Hidalgo y de Morelos.

Cuando el 3 de junio de 1861 murió Ocampo, asesinado por los reaccionarios de aquel tiempo, reveló por última vez este ilustre liberal y reformador su gran amor a la juventud y al Colegio de San Nicolás, cediendo a éste, en su testamento, su biblioteca y su corazón.

A continuación damos a conocer el pensamiento de Ocampo sobre la educación, insertando diversos fragmentos que contienen el ideario que sustentaba sobre tan importante cuestión.

I. CARTA A SU AMIGO EL SEÑOR A. GARCÍA, ESCRITA DESDE POMOCA, MICH., EL 8 DE MARZO DE 1853

Respondiendo a los puntos que usted toca, en el mismo orden en que me los escribe, lo felicito, como a su Estado, porque aún se conservan los establecimientos de instrucción pública sobre el mismo pie en que ustedes los habían puesto; pero no creo que esto dure, si siquiera en esto entienden los triunfadores sus intereses. En Michoacán, el jefe actual de su clero sí lo ha comprendido bien, y aun antes de llegar a la silla episcopal ya trabajaba con tanto afán como buen éxito en fanatizar la juventud.

Si por desgracia debe haber entre nosotros diferencias del más al menos, del antes al después, tengamos siquiera la prudencia de ventilarlas cuando triunfemos, porque acibararlas mientras nos dominan aumenta nuestra debilidad. Esta nunca llegará a ser impotencia: el mañana es nuestro indefectiblemente, y no hay poder capaz de conservar a la especie humana en un perpetuo ayer. Tengo plena fe en el infinito progreso. ¡Yo, que la tengo tan escasa sobre tantos, tantos puntos! ...

Por desgracia, el Partido Liberal es esencialmente anárquico, y dejará de serlo sino después de muchos miles de años. Nuestro criterio de verdad está en la mutua glosa de los sentidos o en las inducciones rigurosamente lógicas que estén de acuerdo con la experiencia: el criterio de nuestros enemigos es la autoridad. Así, cuando ellos saben que lo manda el rey o el Papa, como por otra parte saben también que nada mandan sin consultar su interés, obedecen uniforme y ciegamente; mientras que cuando a nosotros se nos manda, si no se nos explica el cómo y el porqué, murmuramos y somos remisos, si es que no obedecemos o nos insurreccionamos. Porque cada liberal lo es hasta el grado en que desea manumitirse, y nuestros contrarios son todos igualmente serviles y casi igualmente pupilos. Ser liberal en todo cuesta trabajo, porque se necesita el ánimo de ser hombre en todo.

II. DISCURSO PRONUNCIADO EN EL COLEGIO DE SAN NICOLAS DE HIDALGO, SIENDO GOBERNADOR DE MICHOACAN

Ilustre Ayuntamiento, señor regente, señores todos:

Desde los tiempos a que alcanza la historia de la humanidad, presenta ésta en todos los siglos una bien marcada división: hombres que por cordura o por interés, por pereza. o por miedo, aprueban y sostienen el estado presente, temiendo el porvenir y venerando el pasado, y hombres que por filantropía y por ambición, por cálculo o por deRcontento, pretenden variar este presente, despreciando el pasado y apresurando el porvenir. Lloran los unos las cebollas de Egipto; buscan los otros el Eldorado. Los unos quieren que la raza humana se conserve siempre en la infancia, calificando de peligrosa la mayoridad; los otros ansían porque llegue a esta edad madura, reputando desagradable la prolongación de la niñez y consiguiente tutela ...

Nos dedicaremos, pues, a hacer que prospere nuestra agricultura y minería, nuestros artefactos y nuestras relaciones mercantiles, esforzándonos en desestancar la propiedad, disminuir los gravámenes, mejorar los caminos, aprendiendo y aplicando las ciencias y artes que a esto conducen. Para ello, nuestro cuidado preferente será San Nicolás (el Colegio), y ojalá que consigamos levantar su fama al nivel de la del hombre benéfico que lo fundó y de la del héroe a cuya memoria se ha dedicado. Así debemos esperarlo del celo e inteligencia del patriota probo e ilustrado que hoy rige el establecimiento.

III. MANIFIESTO DEL GOBIERNO DEL PRESIDENTE JUAREZ A LA NACION, PUBLICADO EN VERACRUZ EL 7 DE JULIO DE 1859

Este documento, suscrito por Juárez, Ocampo, Ruiz y Lerdo de Tejada, fue escrito, según testimonio de D. Genaro Rubio, quien tenía en su poder el original, por D. Melchor Ocampo, como afirma D. Angel Pola en su obra Melchor Ocampo, tomo II.

En materia de instrucción pública, el Gobierno procurará con el mayor empeño que se aumenten los establecimientos de enseñanza primaria gratuita y que todos ellos sean dirigidos por personas que reúnan la instrucción y moralidad que se requieren para desempeñar con acierto el cargo de preceptores de la juventud, porque tiene el convencimiento de que la instrucción es la primera base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que el más seguro medio de hacer imposibles los abusos del poder.

Con ese mismo objeto, el Gobierno general, por sí y excitando a los particulares de los Estados, proveerá y fomentará la publicación y circulación de manuales sencillos y claros sobre los derechos y obligaciones del hombre en la sociedad, así como sobre aquellas ciencias que más directamente contribuyen a su bienestar y a ilustrar su entendimiento, haciendo que esos manuales se estudien aun por los niños que concurren a los establecimientos de educación primaria, a fin de que desde su más tierna edad vayan adquiriendo nociones útiles y formando sus ideas en el sentido que es conveniente para el bien general de la sociedad. Respecto de la instrucción secundaria y superior, el Gobierno se propone formar un nuevo plan de estudios, mejorando la situación de los preceptores que se emplean en esta parte de la enseñanza pública, así como el sistema que para ella se sigue actualmente en los colegios; y ajustándose al principio que sobre esto contiene la Constitución, se adoptará el sistema de la más amplia libertad respecto de toda clase de estudios, así como las carreras o profesiones que con ellos se forman, a fin de que todo individuo, nacional o extranjero, una vez que demuestre en el examen respectivo la aptitud y los conocimientos necesarios, sin indagar el tiempo y lugar en que los haya adquirido, pueda dedicarse a la profesión científica o literaria para que sea apto.

IV. INFORMES DE OCAMPO, COMO GOBERNADOR DE MICHOACÁN, ANTE LA CÁMARA DE AQUELLA ENTIDAD

1846.- Notables son los adelantos que, a pesar de la carencia de fondos, ha hecho Michoacán en la instrucción primaria, gracias al celo y desinteresado empeño con que la ilustre junta inspectora del ramo ha sabido establecer e impulsar las escuelas. Tanto los maestros, con pocas excepciones, como los libros elementales corresponden satisfactoriamente a su objeto, y el gobierno espera de vuestra soberanía lo autorice para hacer que se imprima por cuenta del Estado una cartilla política que se enseñe en estos establecimientos. En cuanto a la instrucción secundaria, tengo la grata satisfacción de anunciaros que pronto se abrirá el Colegio civil de San Nicolás de Hidalgo, para cuya apertura trabajó constantemente la extinguida junta directora de estudios.

Es de suponer que con el tiempo se abran nuevas carreras a la juventud estudiosa; es también de esperarse, y no porque el gobierno crea en la ponderada superabundancia de sacerdotes, abogados y médicos, pues nunca sobra el número de personas instruídas, sino porque juzga que la conciencia, la bolsa y la salud no son los únicos objetos de estudio, y sí que las ciencias presentan hoy un vasto campo de utilidad y de gloria, que muchos jóvenes puedan dedicarse a brazos de ellas que se hallan hoy enteramente desatendidos entre nosotros, que forman la suerte y el lustre de muchas familias en Europa y que evitarán en lo sucesivo la aglomeración de personas en unas mismas facultades, que por su mismo número no pueden vivir cómodamente del desempeño de ellas ni dedicarse con facilidad a nuevos estudios después de haber consumido, en lo que al fin le resultan estériles, ellos los mejores años de su vida, y sus familias el capital que representan sus alimentos y demás gastos reunidos, y después de haber adquirido hábitos poco adaptables a un nuevo y distinto género de ocupaciones.

Por fortuna, en la República, especialmente en Michoacán, la instrucción comienza a tenerse en la consideración y respeto que se le deben; rarísimos son ya los insensatos que juzgan ser los libros unas bagatelas fútiles, unas distracciones del ocio:ya no hay ricos que piensen que sus hijos derogan a su presuntuosa dignidad pecuniaria concurriendo a las escuelas y colegios, y pobre que no áspire a dar a los suyos alguna instrucción.

Por desgracia, pero no sólo de Michoacán, aun no se comprende suficientemente la diferencia que hay entre instrucción y educación, y son, comparativamente, más las personas instruídas, y entendiendo por esto las que hayan recibido nociones de alguna ciencia, que las personas educadas, dando a esa palabra la rigurosa significación que debiera corresponder en el desarrollo del espíritu sobre la moral, la política y las conveniencias sociales. Así se ve, y eso da lástima, que jóvenes bastante aprovechados en los rudimentos de la enseñanza salen de los colegios como tímidas e inútiles doncellas, sin entender una palabra de negocios, sin comprender una sola de las fases de la vida práctica, sin saber muchos de ellos ni saludar ni presentarse en una tertulia o en un círculo. Aun más, en la profunda y general ignorancia sobre los deberes domésticos y públicos, elevados nuestros predicadores en las altas regiones del dogma, raras veces se dignan descender a los pormenores del hogar doméstico; y empeñados nuestros políticos en sus polémicas y revueltas, raras veces también instruyen al ciudadano sobre sus deberes de tal, y aquí resulta que son pocas las personas que se hayan formulado de una manera precisa sus obligaciones de dentro y fuera de casa; las pocas aún, las que entre sí guardan uniforme conducta sobre sus deberes. Cada uno desarrolla del modo que su sentido íntimo le aconseja, y bien o mal, los primeros rudimentos de educación religiosa y política que recibió en sus más tiernos años o en medio de los tempestuosos placeres de la juventud.

1848.-
Instrucción.- Grande ha sido el impulso que ha recibido la del Estado con la apertura del Colegio de San Nicolás, que en la Memoria pasada sólo pudo anunciarse. Se han establecido en él las cátedras de gramática castellana, latina. y francesa; de lógica y matemáticas, de derecho civil y canónico. Todas ellas han sido desempeñadas con notoria aprobación del público, que presenció con particular agrado las muestras que de su aprovechamiento dieron los varios alumnos presentados a examen solemne en todos los ramos enseñados. Va a recibir nuevo impulso con la apertura, en parte, de las que vuestra honorabilidad facultó al gobierno para que estableciese por la ley de 20 de septiembre último, pues ya hay quienes sirvan gratuitamente las de química y farmacología, y está dotada y provista en propiedad la de física, que se había vuelto indispensable no sólo para que continuasen sus cursos los alumnos de matemáticas, sino también, y principalmente, para que se complete la serie de estudios que la ley de agosto de 842 determinó como preparatorios. De todo lo expuesto hay constancias oficiales, y de un modo privado se sabe que pueden abrirse también, y con el carácter de servicio gratuito, las cátedras de clínica, botánica, agricultura, elocuencia y derecho de gentes, lo que, si se efectúa, hará que San Nicolás presente desde su segundo año un conjunto de enseñanzas que no tiene ningún otro colegio de la República y haga desde ahora presentir la facilidad con que Michoacán llegará a tener una verdadera Universidad.

Con más razón podrá esperarla cuanto que acaba de agregársele el establecimiento médico-quirúrgico, que en medio de las dificultades con que ha luchado tiene ya dados a la ciencia abundantes frutos y al Estado varios médicos que hacen su honor y contribuyen al alivio de la humanidad y a nuestro buen nombre.

Sobre la instrucción primaria debo informar:

... los números totales de gastos (14,986 pesos) y de niños (1,830) que figuran en este último estado, y que así reflexione el fuerte gasto que Michoacán hace pagando casi ocho y un cuarto pesos anuales por la instrucción elemental de cada uno de los niños que cursan sus escuelas.
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