Índice de Diálogos de los muertos de Luciano de SamosataCapítulo XVIIICapítulo XXBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO XIX

Eaco, Protesílao, Menelao y París

EACO.- Protesilao (40) ¿por qué has intentado estrangular a Helena?

PROTESILAO.- Porque yo morí por su culpa, con mi casa a medio construir y dejando viuda a mi joven esposa.

EACO.- Entonces, haz responsable de ello a Menelao, pues él fue quién os llevó contra Troya por esa mujer.

PROTESILAO.- A mí no. A él culparé de mi muerte.

MENELAO.- A mí no, amigo mío. Deberías culpar a Paris, pues él raptó a la esposa del hombre que le acogió en su casa y con ella se marchó. Él es quien debe ser estrangulado, por ti, por todos los griegos y bárbaros, pues fue el causante de la muerte de miles de hombres, muy injustamente.

PROTESILAO.- Es verdad. Así que, cruel Paris, jamás te soltaré.

PARIS.- Serás injusto si lo haces, y, además, yo soy un enamoradizo como tú y a ambos nos encadena el mismo dios. Tú sabes que está por encima de nuestra voluntad, y que esa divinidad nos conduce a donde quiere, sin que nosotros podamos evitarlo.

PROTESILAO.- Es cierto. ¡Ojalá pudiese coger aquí a Eros!

EACO.- En cuanto a él, yo te diré lo que es justo. Sin duda reconocerá haber sido tal vez el causante del enamoramiento de Paris, pero no admitirá ser el autor de tu muerte, de eso, te acusará a ti mismo, que, olvidando a tu recién casada esposa, te lanzaste temeraria e irreflexivamente antes que el resto de soldados, al llegar a la Tróade, con ansia de gloria, verdadera culpable de que fueras el primero en morir al bajar de la nave.

PROTESILAO.- Pues bien, Eaco, te diré algo en mi defensa más justo aún: yo no soy el culpable de esto, sino las Moiras, que han hilado mi destino así.

EACO.- De acuerdo. Entonces, ¿de qué acusas a estos?

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