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Hilvanando los recuerdos

Omar Cortés


Jamás pensé que llegaría el día en que me encontrase frente a una computadora tratando de hilvanar recuerdos acerca de la vida de mi hermano, para plasmarlos en un escrito de homenaje.

Bien dicen los poetas y los que de estas cosas saben, que es en el sobreviviente, en el último de los últimos, sobre cuya espalda cae la responsabilidad de salvar lo salvable del recuerdo, porque precisamente corresponde al sobreviviente, a ese último de los últimos, mantener vivo el recuerdo o, en su defecto, enterrarlo para siempre, puesto que, en efecto, la muerte se genera con el olvido.

Agustín nació en la ciudad de León, Guanajuato. Su estadía en el vientre de nuestra madre no fue, que digamos, placentera, porque su nacimiento se generó a mes y medio de la terrible masacre ocurrida en la plaza principal de la ciudad de León, Gto., hoy llamada, precisamente en recuerdo a aquellos trágicos acontecimientos, Plaza de los Mártires del 2 de enero; y como sucedió que nuestro padre participó, a través de la Unión Cívica Leonesa, de manera activa en el movimiento político que sufrió aquella terrible represión, nuestra madre hubo de enfrentar los terribles sin sabores que de suyo genera el saber que su esposo había sido detenido después de la masacre ocurrida, cuando la soldadesca, de manera por demás cobarde, ametralló a una inerme multitud de dignos leoneses que con razón de sobra protestaba contra el abominable fraude electoral cometido en las elecciones municipales; y mayúscula ha de haber sido su angustia y desesperación, cuando hubo de enterarse que los detenidos estaban siendo procesados de manera sumaria para ser fusilados. Tal es la razón por la que deduzco que seguramente la estadía de mi hermano en el vientre materno no ha de haber sido placentera.

Finalmente, en el Edificio Andrade, situado en el centro de la ciudad de León, Gto., nació, a las ocho de la noche del día 15 de febrero de 1946, Agustín de Jesús, primer hijo de Agustín Cortés y Esperanza Gaviño.

No tengo la más remota idea de cómo transcurrieron los primeros siete años de vida de mi hermano, y preciso los primeros siete años de vida, porque a decir de psicólogos y agoreros es en ese lapso de tiempo en el que, por lo general, tienden a generarse los rasgos de la personalidad que a futuro se irán desarrollando.

Sus estudios primarios los realizó, tanto en la escuela de la señorita Jovita Medina así como en el plantel de La Salle, en donde cursaría hasta el segundo año de secundaria.

Contrariamente a lo que podría suponerse, mi hermano no fue lo que se conoce como un estudiante ejemplar; ello si nos atenemos a las evaluaciones escolares publicadas en los anuarios que en aquel entonces editaba, año tras año, La Salle.

Después, al trasladarnos a la ciudad de México, a decir de nuestros padres con el objeto de poder acceder a mejores oportunidades en nuestro desarrollo escolar, porque aquellos eran los años en que la ciudad de México aparecía ante los ojos de los mal llamados provincianos, como la divina y esplendorosa Metrópoli, y la Universidad Nacional Autónoma de México constituía el sueño por excelencia de todos los padres, para que sus hijos terminasen sus estudios en tan gloriosa institución.

Esa forzosa emigración produciría un rompimiento cultural que sin duda trajo mayores consecuencias para con mi hermano que para conmigo, muy probablemente debido a la edad en que cada uno de nosotros enfrentamos aquella no del todo agradable experiencia.

El tercer año de secundaria lo cursaría en la ciudad de México en la escuela Junípero Serra; y la preparatoria, a él le tocó aún el plan de dos años, en el colegio Franco Español.

Para el año de 1963 ingresaría a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Fue durante esa época, que la Universidad experimentaría cambios trascendentales que la marcarían de manera definitiva.

El movimiento estudiantil emergido, precisamente, de la Facultad de Derecho, que concluiría con la forzada renuncia del Rector Chávez, finiquitó la época de una Universidad férreamente controlada.

Según recuerdo, mi hermano no fue un partidario de aquel movimiento que se alzó con la victoria al obligar a renunciar al Rector. Inclusive él participó en el movimiento opositor a la huelga que exigía el regreso a clases.

Sería en el año de 1967 cuando, junto con un grupo de amigos, compañeros todos de la Facultad de Derecho, iniciaría la publicación de la revista Xilote, revista que se mantendría durante nueve años, llegando a ser editados cuarenta y dos números. Y fue en ese año de 1967 cuando publicaría su primera recopilación de cuentos, titulada Hacia el infinito.

Para el año de 1968, el grupo editor de Xilote incursionaría por los senderos de la actividad editorial al iniciar la publicación de pequeñas antologías poéticas de diversos autores, y Agustín publicaría su segundo libro titulado, ¿De dónde?, otra selección de cuentos. El grupo editor de Xilote no saldría bien librado de aquella experiencia puesto que, al no contar con una nfraestructura de distribución más o menos sólida, simple y sencillamente no pudieron distribuir los ejemplares de aquella colección de pequeñas antologías poéticas.

Vendría después el desarrollo del llamado movimiento estudiantil y popular que tantas conciencias despertaría y cuyo trágico desenlace con la matanza perpetrada el día 2 de octubre en Tlatelolco, constituiría un tremendo sacudimiento para toda una generación.

El efecto que tuvo en mi hermano aquellos acontecimientos fue definitivo.

Para el año de 1969, y aprovechando el conjunto de tomas de cine que con su cámara había realizado de las marchas del movimiento estudiantil, elaboró un cortometraje añadiéndole un texto suyo. Ese cortometraje lo mando a un concurso de cine experimental que, si mal no recuerdo, se celebró en la ciudad de Monterrey, alcanzando una mención por parte del jurado.

Hasta cierto punto decepcionado, no de sus estudios, sino de la práctica del derecho, decidió iniciar la carrera de Letras Hispánicas, en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por aquellos años colaboró en el suplemento del periódico El Heraldo de México y fue becado por el Instituto Nacional de las Bellas Artes.

Comenzó a impartir clases en una preparatoria a principios de la década de 1970, abandonando su anterior trabajo en una radiodifusora de la ciudad de México.

Su participación dentro de los medios literarios fue atrayéndole cada vez más hacia los círculos llamados de izquierda, los cuales mantenían una sólida presencia precisamente en esos medios.

Otro acontecimiento que tendría gran trascendencia en la vida de mi hermano, lo sería el golpe militar que derrocó al presidente chileno Salvador Allende. Curiosamente en aquel año de 1973, mi hermano y el grupo editor de la revista Xilote, se habían inmiscuido en el proceso de organización de un encuentro de literatos iberoamericanos, mismo que iba a celebrarse, precisamente, en la ciudad de Santiago de Chile en el mes de septiembre de aquel año. Recuerdo perfectamente que mi hermano contaba ya con su boleto de avión para trasladarse a aquel evento pero, a raíz de los sucesos generados por el golpe militar, hubo de cancelar su viaje.

Todos aquellos acontecimientos tuvieron, como es lógico suponerlo, un gran efecto en mi hermano, lo que trajo como consecuencia una acelerada metamorfosis tanto en su carácter como en su sensibilidad.

El efecto de aquella metamorfosis no tardó en dejarse sentir en la revista Xilote, la que comenzaría a experimentar una notorísima transformación, generándose a su interior, si mal no recuerdo, un cúmulo de fricciones que finalmente harían naufragar esa experiencia literaria que, como ya he señalado, logró mantenerse por un lapso de nueve años.

La revista Xilote desaparecería en el año de 1974 y fue suplida por la revista Manatí, la cual seria considerada como Revista de la confederación de escritores iberoamericanos. De esta revista se editarían siete números y la misma tuvo una gran importancia en el desarrollo intelectual de Agustín, puesto que representó el tránsito hacia sus simpatías por las corrientes de izquierda.

Efectivamente, atraído cada vez más por las ideas de izquierda, mismas que por aquellos años permeaban notoriamente los círculos literarios de la ciudad de México, Agustín buscaría canalizar sus inquietudes políticas ingresando al Partido Mexicano de los Trabajadores a mitad de la década de los 70; más sin embargo, no tardaría mucho en integrarse al Partido Comunista Mexicano, el cual evidentemente contaba con mucha más presencia en los medios o círculos literarios que la que mantenía el Partido Mexicano de los Trabajadores.

Así, participaría activamente en la campaña de Valentín Campa, cuando, sin contar aún con registro, el Partido Comunista Mexicano, buscando la comprensión del sistema, hizo el juego a la campaña del Licenciado José López Portillo, quien, como es sabido, no contaba con oposición alguna, puesto que en aquella ocasión el Partido Acción Nacional no presentó candidato a la presidencia de la República.

Poco tiempo después, el Partido Comunista Mexicano recibiría su reconocimiento al serle otorgado su registro condicionado.

En 1976, colaboraría con nosotros en la grabación de un disco Long Play que titulamos Anarquismo, y del cual también editamos casetes.

Posteriormente, en 1977, realizaría, junto con otras personas, un disco L. P. sobre la temática de la revolución cubana, que titularon 26 de julio.

Para el año de 1978 publicaríamos, en nuestra editorial, Ediciones Antorcha, su recopilación de cuentos titulada El hombre que volvió de la chingada y otros regresos.

Por aquellos años presentaría su tesis para obtener la licenciatura en Letras Hispánicas, con el tema de La novela cristera.

Más adelante, a principios de la década de 1980, se generaría una fusión entre diversos organismos políticos que traería como consecuencia el nacimiento del Partido Socialista Unificado de México, al cual, por supuesto, Agustín pertenecería.

Posteriormente seria designado candidato a diputado por no recuerdo que distrito electoral de la ciudad de México. Por supuesto, no alcanzó la victoria, sin embargo, los resultados obtenidos por el Partido Socialista Unificado de México durante aquella jornada electoral, no fueron de poca monta.

Junto con un grupo de amigos y compañeros formó una agrupación cultural partidista la cual denominaron Brigada Efraín Huerta, o algo por el estilo. Ese colectivo se reunía en nuestra casa, y recuerdo como un día se presentó a una de sus reuniones un jovencillo medio grillón que estaba ligado con no sé cuál sindicato independiente, el nombre de aquel muchacho era Marti Batres.

Fue en esa época que aparecería su libro Como un fantasma que buscara un cuerpo, una pequeña antología de cuentos en donde muestra su verdadero perfil ideológico, que en mi opinión, nunca fue otro que el existencialismo, de ahí precisamente los constantes enfrentamientos que tuvo, en el desarrollo de su devenir político, con las corrientes proclives al materialismo histórico.

Por aquellos años, mi hermano, junto con otras personas, elaboraron la revista El séptimo sueño, en sus inicios enfocada casi 100% a la poesía, pero al final incluyeron también prosa. De esa revista se publicaron seis números.

Una clara consecuencia de la actividad política literaria de mi hermano lo constituyó la aparición de la revista Zurda, revista literaria de evidente carácter partidista.

Zurda apareció en el año de 1986 como Revista de la Comisión de los Trabajadores del Arte del PSUM.

Posteriormente mi hermano decidiría radicar en la ciudad de León, Gto., y con ello se genero cierto alejamiento entre nosotros.

Sé que en Guanajuato fue postulado por el Partido Socialista Unificado de México, candidato a Senador, al igual que sé que colaboró en varias revistas y periódicos locales; que fue miembro fundador del Partido Mexicano Socialista en el Estado, y participó en la conformación del Partido de la Revolución Democrática en el Estado de Guanajuato, en donde por cierto contendió por la dirección estatal. Igualmente tengo entendido que fue miembro del Consejo de Artes del municipio de León, director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guanajuato, profesor de la Universidad Iberoamericana, candidato a la presidencia municipal de la ciudad de León, Gto., y un miembro destacado del Partido de la Revolución Democrática en la ciudad de León. Su último libro, Parábola del Obispo que quería ser Papa, le fue publicado durante su estadía en tierras del Bajio.

También sé que elaboró una película, la cual participó en una bienal de cine independiente o algo por el estilo. Pero por desgracia no me es sencillo eslabonar de memoria su recuento de actividades por tierras guanajuatenses, además de que sé que hay personas que podrían, si quisiesen, contar de manera excelente ese pedazo de la historia de la vida de mi hermano, y espero que eso algún día se realice.

León, Gto., 8 de diciembre del 2001


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