Índice de la edición cibernética La hija del rey de José Peón ContrerasSegundo actoBiblioteca Virtual Antorcha

LA HIJA DEL REY
(Obra de teatro en tres actos)

José Peón Contreras

TERCER ACTO


Cámara pequeña. Puerta al fondo; otra a la derecha del actor, que conduce al aposento de Angélica, y junto a esta puerta, un reclinatorio. A la izquierda, otra puerta que da a un pasadizo que comunica con la iglesia del convento. Una mesa y un sillón. Una luz encima de la mesa.

ESCENA I

DON GASPAR Y SANTOYO

GASPAR
¿Y quién le contó esa historia?

SANTOYO
Yo, señor, yo ...

GASPAR
¡Por mi vida!
Debió quedar escondida para siempre en tu memoria.
Debió en secreto profundo
su origen permanecer ...
¡Ay, si lo llega a saber
el rey Felipe Segundo!

SANTOYO
El rey, señor, sabe bien
cómo le sirvo. El ignora
lo que su hija sufre y llora ...
¡Si lo supiera también!
Yo escribiré, pues me exalta
de mi señora el dolor,
cual la trata su tutor
don Iñigo de Peralta.

GASPAR
¡Ay de ti!

SANTOYO
¿Me amenazáis?

GASPAR
Bien pudiera.

SANTOYO
No os ofendo.

GASPAR
¡Esa altivez! ...

SANTOYO
Me defiendo.
Es que colérico estáis,
tal vez por la pesadumbre
de anoche; pues bien se ve
que ni al respeto os falté,
ni faltar es mi costumbre;
mas os advierto, señor,
que a doña Angélica aquí
en nombre del rey serví.
Ni a vos os tengo temor,
ni temor tengo a la ley,
que afianzando mi derecho,
guardada sobre mi pecho
llevo una carta del rey.

GASPAR
(Aparte) ¡Del rey! ...

SANTOYO
Y si ella me diera
poder, don Gaspar, bastante,
doña Angélica al instante
de este convento saliera.
Y si vos ...

GASPAR
Amenazaros
no he pretendido en verdad,
Santoyo ... Mas contestad
lo que voy a preguntaros.

SANTOYO
Hablad, decid qué os aqueja.

GASPAR
Anoche vuestra señora
con un galán a deshora
hablaba desde la reja
de vuestro propio aposento.

SANTOYO
Ya lo sé.

GASPAR
¿Quién era ese hombre?

SANTOYO
Lo ignoro.

GASPAR
¿Ignoráis su nombre?
¡Es extraño!

SANTOYO
Yo no miento.

GASPAR
¿Y permitisteis? ...

SANTOYO
Sí tal.

GASPAR
¿Sin conocerlo? No infiero ...

SANTOYO
Ese hombre es un caballero.

GASPAR
¡El caso es original!
Pues sin conocerlo vos
descubristeis el arcano
de su condición ... Villano
pudiera ser ¡vive Dios!

SANTOYO
Mirad que os ciegan los celos.
Don Gaspar, ¡perdéis la calma! ...
Cuando hay nobleza en el alma
nada importa un nombre.

GASPAR
¡Oh cielos!

SANTOYO
Y tan generosa acción
tuvo ese galán conmigo
que, cual lo siento lo digo,
conquistó mi corazón.
Además que mi señora
le ama ...

GASPAR
Callad.

SANTOYO
Y es en vano
que la tratéis inhumano.
¡Si supierais cuánto llora!

GASPAR
(¿Es inútil ... Nada puedo
sacar en limpio de aquí,
ni he de alcanzar, pese a mí,
infundir a este hombre miedo.)
Vuestra señora desea
hablarme ... Ya podéis, pues,
decirle que un honor es
que su servidor la vea. (Vase Santoyo)

ESCENA II

PERALTA Y DON GASPAR

GASPAR
Peralta

PERALTA
Habéis conseguido ...

GASPAR
Nada.

PERALTA
Ya sabéis mi intento.

GASPAR
Si no nos vamos con tiento
dad el lance por perdido.
El sirve al rey de esa suerte.

PERALTA
Vanos temores calmad:
contra la santa hermandad
no puede más que la muerte.

GASPAR
¿Prenderlo?

PERALTA
Se le asegura,
para que en negar no insista;
que no hay lengua que resista,
don Gaspar, a la tortura.
Veréis cómo nos confiesa
quién es ese hombre.

GASPAR
Id con Dios,
y hacedlo.

PERALTA
Mendoza, y vos
no olvidéis vuestra promesa.
Mas él viene.

SANTOYO
Caballero,
no tendréis que aguardar mucho.

PERALTA
Señor Santoyo ...

SANTOYO
Os escucho.

PERALTA
Seguidme, que hablaros quiero.
(Vanse Santoyo y Peralta)

ESCENA III

GASPAR Y DESPUÉS ANGÉLICA

GASPAR
Ya cayó; cayó en la red
que Peralta le ha tendido.
¡Pobre Santoyo! ... Oigo ruido ...

ANGÉLICA
Dios guarde a vuestra merced.

GASPAR
El a vos. (¡Cuánta hermosura!)

ANGÉLICA
Perdonadme si os molesto.

GASPAR
No hay razón, señora, puesto
que es serviros mi ventura.

ANGÉLICA
Bien, don Gaspar; y aunque amada
de vos, mi desdén os ciega,
no os olvidéis de que os ruega
una mujer desdichada.
Ayer, aunque el alma mía
jamás odiar ha sabido,
odio por vos he sentido.
Le robabais su alegría;
pero hoy ... ese es mi secreto,
no me preguntéis por qué,
siento por vos yo no sé
qué misterioso respeto.
En nombre de él os suplico,
y no he de rogarlo en vano,
que prescindáis de mi mano ...
No ignoro que os sacrifico,
yo leo en vuestro semblante
el acerbo sufrimiento ...
Tened piedad un momento:
compadecedme un instante.
¿Qué puede débil mujer,
si de otra cosa no entiende;
si sólo el amor enciende
y rinde todo su ser?
¿Qué puede si pena ingrata
le roba calma y reposo?
¿Si un sueño dulce y hermoso
su pensamiento arrebata?

GASPAR
¡Basta, señora, por Dios!
Bien acaso concebís
que eso que vos me pedís
os estoy pidiendo a vos.
Ahora, en este momento
que me habláis, se me figura
que hacéis la viva pintura
de mi propio sufrimiento;
vuestra pena me sofoca,
me angustia, es la mía
que refiere vuestra boca,
lo mismo que siento aquí
que es inmenso, que es horrible ...
conque juzgad si es posible
eso que exigís de mí.

ANGÉLICA
¡Vos que tenéis fortaleza! ...

GASPAR
Fortaleza ... Si es igual
para entrambos este mal
que por matamos empieza,
vos sois como yo tan fuerte,
y pues muerte es este amor
para los dos, el dolor
¡es igual ante la muerte!
Basta: pretensión insana
fuera oponerme a mi anhelo:
¡o esposa mía, o el velo
al pie del altar, mañana!
(Angélica se queda ensimismada)
(¡Ah! si yo pudiera oír,
después de esta lucha fiera
que mi suerte decidiera
lo que a solas va a decir!
(Queda en el fondo con la puerta entreabierta de modo que se le vea.)

ESCENA IV

ANGÉLICA, DON GASPAR Y GUIOMAR

ANGÉLICA
Cruel ¡oh Dios mío! cruel
vacilación me anonada ...
Guiaomar ... ¡Ya no espero nada!
(Entra Guiomar)
Toma, Guiomar.

GASPAR
¡Un papel!
¡Para él!

ANGÉLICA
¡Guiomar, dame ayuda! ...

GUIOMAR
¿Estáis decidida?

ANGÉLICA
Sí.
Vete al templo por allí,
que en el templo está sin duda;
al pie del púlpito irás,
que allí un mancebo te espera:
negra, hermosa cabellera
sobre su frente verás.
Negra capa en las espaldas,
dos plumas blancas unidas,
en el sombrero prendidas
con un joyel de esmeraldas,
negra truza, acuchillada
de oro y azul celeste ...
Dale esta llave, dale este
papel sin decide nada.
Ya tú sabes lo que yo
he escrito ... no tardes mucho.
(Vase Cuiomar y desaparece don Gaspar)
¡Cómo lucho, cómo lucho!
Tal vez se desesperó
de esperar ... tal vez, Dios mío,
se fue ya sin esperanza,
acusando mi tardanza
de desamor y desvío. (Lee)
Angélica, del dolor
es una nuestra querella ...
¡Cuán triste brilla la estrella
del cielo de nuestro amor! ...
Ayer lozanas, benditas
nuestras flores ¡y el destino
hoy las riega en mi camino
deshojadas y marchitas!
Desde aquel santo placer
un siglo vi transcurrir ...
Ayer debiste morir ...
¡Yo debí morir ayer!
Ya luché ... ya me venció
el dolor ... no puedo más ...
Quiero saber lo que harás
después que haya muerto yo ...
Pero si luchar prefieres
todavía por el bien
que nos roban, yo también
dispuesto estoy, di qué quieres ...
Si feliz no ha de vivir
aquel a quien debo tanto,
aún puede secarse el llanto,
aún nos queda un medio: huir.
Esta tarde, con Guiomar
respóndeme ... he de aguardar
del nuevo púlpito al pie
...
- De pasos oigo rumor.
Sor Isabel ... (Vase)

ISABEL
Un momento;
debe estar en su aposento.
Esperad aquí, señor. (Sale)

PERALTA
¡Ah, por más que lo pretenda
seré con ella inflexible!
Y mi ambición ¡ah, imposible!
he perdido la encomienda.
Mas Santoyo aunque persista
en guardar ese secreto,
al Santo Oficio sujeto,
no hay temor de que resista.

ESCENA V

PERALTA Y DON GASPAR, DESPUÉS GUIOMAR

GASPAR
Peralta.

PERALTA
Señor.

GASPAR
Triunfamos ...
Ya duda alguna no cabe.

PERALTA
¿De qué?

GASPAR
Sí ... todo lo sabe
Guiomar ... Aquí la esperamos.
Ella, torpe encubridora
de Angélica, ha un momento
que a la iglesia del convento
fue de un papel portadora
para él, no es ilusión;
verle quise y llegué tarde
al templo ... mas ¡Dios le guarde,
Peralta, en esta ocasión!
El destino, que se empeña
en perseguirme, ya halaga
mi esperanza ... Que Dios haga
que al fin le mate ... ¡Ah, la dueña!
Ven acá ... ¿De dónde vienes?

GUIOMAR
¡Ay Jesús! Ved lo que hacéis.

PERALTA
Decid verdad u os perdéis.

GASPAR
La vida en mis manos tienes,
¿fuiste al templo?

GUIOMAR
Si, senor.

GASPAR
Llevaste un pliego a un doncel.
¿Qué decía ese papel?
¿Era una carta de amor?
No pienses que una respuesta
cualquiera me satisfaga.

PERALTA
(¡Si desnudara la daga!)

GASPAR
¡Contesta, dueña, contesta!

GUIOMAR
¡Dios mio!

GASPAR
¡Silencio!

GUIOMAR
¡Ah!

GASPAR
¿Era una cita?

GUIOMAR
Tal vez ...

GASPAR
¿A qué hora vendrá?

GUIOMAR
A las diez.

GASPAR
¿Por qué las diez no son ya?
Dilo todo, haz que te ahorre
sufrimientos ...

GUIOMAR
Se me exige ...

GASPAR
¡Por Cristo!

GUIOMAR
Pues ya no dije ...
En compostura la torre está ...

GASPAR
Ya comprendo a fe,
y por los andamios ...

GUIOMAR
Sí.

GASPAR
¿Quién ha de ayudarle, di,
en esa empresa?

GUIOMAR
No sé.

PERALTA
¡Profanación es muy grave
obrar así en deservicio
del Señor ... que el Santo Oficio! ...

GUIOMAR
¡Ah! (Aterrorizada)

GASPAR
¿Quién ha dado la llave
de la torre? Di, contesta.
Dime su nombre al momento
o en el potro del tormento
callar, la vida te cuesta.

GUIOMAR
Santoyo ...

GASPAR
Y ¿cómo se explica? ...

GUIOMAR
Fácilmente, es muy sencillo,
ya sabéis que ese pasillo
con la iglesia comunica.

GASPAR
¿Por él vendrá ese galán?

GUIOMAR
Sí tal ...

GASPAR
¡Oh ventura mía!
¡Quién tan pronto pensaría
que terminase este afán!
Don Iñigo, entrar a ese hombre
dejaréis ... quiero retarle
en este sitio, y matarle
aquí mismo ... ¡Por mi nombre!
Cuando haya entrado, apostad
gente de justicia al pie
de la torre.

PERALTA
Yo estaré
en el pasillo.

GASPAR
Escuchad,
don Iñigo ... si es que acaso
otra vez se me escapase
y me hiriese o me matase
ese hombre ... cerradle el paso.
(Haciendo acción de que lo mate)

PERALTA
¡Don Gaspar! (Con asombro y con temor)

GASPAR
¿Y qué os extraña,
Peralta? ... No estéis inquieto:
soy visitador secreto
por el rey, de Nueva España.
Ni a la Audiencia ni al virrey
tengáis temor ...

PERALTA
Mas no obstante ...

GASPAR
Aguardaos un instante.
(Escribe un papel y se lo da)
Tomad. ¡Servicio del rey! ...
Soltad a Santoyo.

PERALTA
Sí.
Que su prisión no hace falta.
Adiós, Mendoza.

GASPAR
Peralta,
vos por la calle ... yo aquí.

PERALTAVenid, dueña, y no chistéis.

GUIOMAR
Yo os juro ...

PERALTA
No me obliguéis ...
(La amenaza con el puñal, y Guiomar sale por delante obedeciendo. Vanse por el fondo)

ESCENA VI

DON GASPAR Y DESPUÉS SOR ISABEL

GASPAR
¡Nada hará Sor Isabel!
Ama a ese hombre, más ¡por Dios!
que pronto uno de los dos
ha de morir ... será él.
¿Quién vencerme a mí podrá
si van a luchar mis celos?
Si a mí me matan ¡oh cielos!
¿quién de ellos se librará?
¡Ah! resiste ... acongojada
(Volviéndose al aposento de Angélica)
a mis pies he de mirarte!
¡Si siento en el talabarte
que se estremece mi espada!
¡Que no pueda y que lo anhele!
¡Que no alcance mi poder
a tanto, que pueda hacer
que el tiempo rápido vuele!

ISABEL
Don Gaspar, no he conseguido
convencerla, y me parece
que su desventura acrece.


GASPAR
A todo estoy decidido.

ISABEL
Fuera exigencia tirana
aumentar su desconsuelo,
hacerla tomar el velo
mañana ...


GASPAR
Será mañana.

ISABEL
Y si no es su vocación ...

GASPAR
¿Y cuál es entonces, cuál?
Si el matrimonio es un mal
para ella, su inclinación
por el claustro debe ser
indisputable.

ISABEL
O pudiera ...

GASPAR
Comprenderéis que soltera
no puede permanecer.
Su tutor debe mandar,
y pues así le acomoda,
el velo, Madre, o la boda,
el convento o el hogar.

ISABEL
La natural timidez
de esa angelical criatura ...

GASPAR
Sor Isabel, es locura ...
(Suenan las diez) ¡Ah! ... las diez ... venid ...

ANGÉLICA
Las diez ...
¡Cuál tiemblo ... cuál se estremece
mi corazón! ... ¿Y Guiomar? ...
¿No ha vuelto? .. ¿D6 puede estar?
¡Muy extraño me parece! ...
Oigo ruido ... ánimo, pues ...
¿Fue ilusión? ... Ya no oigo nada ...
¡Ah!
(Vance rápidamente. Siguen sonando las diez, y al terminar aparece Angélica)>br>

ESCENA VII

ANGÉLICA Y LOPE

LOPE
¡Mi Angélica adorada!

ANGÉLICA
¿Eres tú? ... ¡Dios mío! ... ¡él es!

LOPE
Pero esa puerta ...

ANGÉLICA
(Va a cerrar) Es verdad,
voy a cerrarla. No temas.

LOPE
¡Benditas horas supremas
de amor y felicidad!
¡Bien mío!

ANGÉLICA
¿Cuál es tu intento?

LOPE
Fácil es de concebir.
¿Cuál ha de ser, cuál? Huir
ahora mismo del convento.

ANGÉLICA
Es que el templo está cerrado
y la torre ...

LOPE
Vano afán:
Beatriz y Santoyo están
en la iglesia ...

ANGÉLICA
¿Qué he escuchado?
¿Beatriz? ... ¿Beatriz? ... ¡Ah! no, no ...
¿La hija de Santoyo?

LOPE
Cierto.

ANGÉLICA
Que Beatriz había muerto,
Santoyo me aseguró ...

LOPE
Partamos ya, que intranquila
tal vez aguarda ...

ANGÉLICA
No sé
qué pensar, no sé por qué
mi pecho duda y vacila.

LOPE
¡Ay, Angélica, pasó
de ayer la noche infernal! ...
Y su sombra funeral
mi cerebro enloqueció;
mil veces el homicida
puñal me amagó de muerte;
pero ¡ay! morir, y sin verte
¡despedirme de la vida! ...
¡Morir yo sin contemplar
otra vez tu faz amada,
sin beber en tu mirada
la luz que me ha de salvar! ...
¿Yo que anoche en mi dolor
me juzgaba con derecho
para destrozar tu pecho
asesinando mi amor?

ANGÉLICA
Lope, calla ... no recuerdes
la desventura pasada ...
Olvídate.

LOPE
¡Desdichada
que por mí la calma pierdes!
Tienes razón; olvidar
es preciso aquel martirio
como se olvida un delirio
horroroso al despertar,
si la luz de oriente brilla,
después que en la noche oscura
sufrimos la calentura
de implacable pesadilla;
¡tú eres la luz! ... Embriagado
en esa mirada célica,
déjame mirar, Angélica,
tu semblante enamorado.
¡Que es el imán de mi amor
su belleza virginal,
y el encanto celestial
de su hechizo arrobador! ...

ANGÉLICA
¡Te amo tanto!

LOPE
¡Si pudiera
ser esta inmensa alegría
purísimo albor de un día
eterno de primavera!

ANGÉLICA
¡Eterno, Lope! ...

LOPE
Es preciso
que huyamos pronto de aquí,
lejos de mi padre ... ¡Así
la suerte ingrata lo quiso!
Ya es hora ...

ANGÉLICA
Lope ¿qué hacer?

LOPE
Santoyo esperarnos debe.

ANGÉLICA
Se oye ruido.

LOPE
¿Quién se atreve? ...
Ya no hay tiempo que perder ...
Vamos.

GASPAR
(Adentro) ¡Abrid!

ANGÉLICA
¡Ah!

LOPE
¡Dios mío!

GASPAR
¡Abrid! (Sacudiendo la puerta)

LOPE
¡Mi padre!

ANGÉLICA
¡Es su voz!
Huye, Lope ... Huye veloz.

GASPAR
¡Abrid!

LOPE
Contigo.

ANGÉLICA
¡Qué impío
dolor! ... ¡qué pena tan fiera! ...
Rompen la puerta ... (Apaga la luz)

GASPAR
¡Ah!

ANGÉLICA
Ven.

GASPAR
(Entrando) ¡Luces!

ANGÉLICA
Vamos.

LOPE
Si tú me conduces ... (Se va)

ANGÉLICA
Espérame en la escalera.

ESCENA VIII

SOR ISABEL, SANTOYO, GUIOMAR, ANGÉLICA
(SANTOYO ENTRA CON LUCES)

GASPAR
¡Ah, triunfé, triunfé, señora!
No se escapará por eso!

ANGÉLICA
¿Tú, Santoyo? (Con extrañeza)

SANTOYO
Estuve preso.

ANGÉLICA
(A don Gaspar)
Decid ... ¿Qué queréis ahora?
¿A dónde vais?

GASPAR
Es igual
que os enojéis u os riais.

ANGÉLICA
¡No se pasa! ¿A dónde vais?

GASPAR
En busca de mi rival.

ANGÉLICA
¡No, no!
(Rumor de espadas en el pasillo)

GASPAR
Acero contra acero
chocan ... ¡Teneos, Peralta!
(Alzando la voz)

ISABEL
¿Qué es esto?

ANGÉLICA
¡Sólo eso falta!

GASPAR
¡Paso! ¡que matarle quiero!

ANGÉLICA
¡Matarle! ¡Dios mío!

GASPAR
Sí ...
Apartad.

ANGÉLICA
¡Matarle dijo!
¡Desdichado, si es vuestro hijo!

GASPAR
¡Maldición! ... ¡Lope! ...
(Desaparece por el pasillo)

ANGÉLICA
¡Ay de mí!

ISABEL
Socorro ... ¿Con qué derecho? ...
(Entran algunos pajes, educandas y servidumbre )

SANTOYO
Del destino esa es la ley!

GASPAR
(Saliendo de espaldas del pasillo; y viendo a Lope que entra con el pecho atravesado, se h0rroriza) ¡Jesús!

PERALTA
(Por el pasillo y agitando un papel)
¡Servicio del Rey!

GASPAR
¿Qué habéis hecho?

ANGÉLICA
(A don Gaspar) ¿Qué habéis hecho?
(Don Gaspar cae de rodillas)
¡Lope! ... ¡Lope! ...
(Arrojándose sobre él)

ESCENA ULTIMA

PERALTA, DON GASPAR, DON LOPE, ANGÉLICA, SOR ISABEL, SANTOYO, ORTIZ y BEATRIZ,
CUBIERTO EL ROSTRO CON UN VELO.
ESTOS DOS ÚLTIMOS ENTRAN CONDUCIDOS POR LOS CORCHETES

LOPE
(Cayendo en el sillón) ¡Desdichada! ...

ANGÉLICA
¿Qué es esto? ... ¡Sangre! ...
¡Oh dolor! ...

GASPAR
¡Qué horror, Dios mío, qué horror! ...

LOPE
¡Padre!

ANGÉLICA
No es nada ... No es nada ...
(Cuando lo dice ya está loca. La actriz expresará con su fisonomia el trastorno de su inteligencia.)

LOPE
Padre ... os perdono ... Yo fui
el culpable ... Esa es tu hija,
Santoyo ...
(Beatriz se echa en brazos de Santoyo)

SANTOYO
¡Ah!

LOPE
No te aflija ...
Mañana ... dije ... y cumplí ...
¡Oye, Angélica! ... quería
morir en tus brazos ...

ANGÉLICA
¡Ah!

LOPE
Perdónale ... como ya
(Señalando a su padre)
le perdoné ... vida mía ...
(Expira)

TODOS
¡Muerto!

ANGÉLICA
¡Mi Lope del alma!
¿Callas? ... ¿Por qué no me mira?

TODOS
(Muy bajo) ¡Loca!

ANGÉLICA
Su pecho respira ...
¡Qué dulce, qué dulce calma!
Reposa ... ¿Qué hacéis aquí?
¿Qué hacéis, infames, qué hacéis?
¡Ah! ¿robármele queréis?
No ... No ... ¿Robármele a mí? ...
¿Y éstas son vuestras proezas?
Habéis dado un golpe en falso.
Mañana, sobre un cadalso
¡rodarán vuestras cabezas!
Atrás os digo ... ¡ah! ¡qué horror!
(Mirando a don Gaspar que se levanta después de besar la mano de Lope)
¡Don Gaspar! ... ¡Ser no podría!
Mató un hijo que tenía ...
¡y se murió de dolor! ...
Idos todos ... Idos todas ...
Gente infame y sin conciencia ...
(Volviéndose a hablar con Lope)
¿Es verdad? Con su presencia
van a amargar nuestras bodas! ...
Idos ... ¡se van! -No hay temor.
(Todos se retiran un poco hacia el fondo)
No hay ya perfidias, no hay dolos;
ahora sí ... ya estamos solos ...
¡Ya estoy sola con mi amor!

FIN DEL TERCER ACTO
Índice de la edición cibernética La hija del rey de José Peón ContrerasSegundo actoBiblioteca Virtual Antorcha