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Primera parte

CAPÍTULO IV

PROGRAMA DE GOBIERNO


Una vez terminados los trabajos de la convención, el señor Madero y yo, formulamos el siguiente programa que transcribo íntegro, porque él expresa las mismas aspiraciones que todavía hoy son, en general, las de la nación mexicana. Dice así:

Conciudadanos:

Designados por la Convención Nacional Independiente como candidatos para la Presidencia y Vicepresidencia de la República en el próximo sexenio constitucional, y habiendo aceptado la designación hecha a nuestro favor, así como las bases fundamentales o lineamientos generales de política aprobados en aquella convención, tenemos el honor de cumplir con uno de nuestros más sagrados deberes, formulando el programa que normará nuestros actos en caso de que nos favorezca la mayoría del voto de nuestros conciudadanos; programa que sintetiza las aspiraciones de la nación, consciente de sus derechos.

El principal objeto que seguiremos será el de regular el funcionamiento de la Constitución, único medio de asegurar para siempre la paz y de sentar sobre sólidas bases el progreso y bienestar de la República.

Como medios más eficaces para lograr este objeto, hemos consignado en nuestro programa las medidas más apropiadas para asegurar la efectividad del sufragio y la no reelección; principios que sintetizan, en los actuales momentos, las aspiraciones del pueblo mexicano, que considera al primero como el único medio de recobrar su soberanía, y al segundo, como la garantía más eficaz para las instituciones republicanas.

También consignamos las medidas que a nuestro juicio influirán poderosamente para elevar el nivel económico, intelectual y moral de las clases proletaria e indígena, porque mientras la ignorancia y la miseria sean el patrimonio de una gran parte del pueblo mexicano, nuestra patria no podrá ocupar el lugar que merece entre las naciones civilizadas. Como uno de los medios para lograr este fin, dirigiremos nuestros esfuerzos a combatir los monopolios y los privilegios, que sólo benefician a pequeñísimas minorías, con gran detrimento de los intereses generales.

La instrucción pública merecerá nuestra especial atención y sólo descansaremos cuando todos los mexicanos en edad de recibir la instrucción primaria, concurran a estas escuelas y cumplan con ese precepto constitucional de tan altas miras.

Siendo la principal misión del Poder Ejecutivo la de ser fiel guardián de la Constitución y la de garantizar a los ciudadanos el libre ejercicio de sus derechos, respetaremos las atribuciones de los Poderes Legislativo y Judicial, para que el primero sea siempre el intérprete de la voluntad nacional y el segundo una garantía para los intereses y derechos de los ciudadanos.

A fin de no poner traba alguna a la libertad del sufragio y normalizar la intervención del pueblo en la designación de los funcionarios públicos, nos abstendremos de apoyar las llamadas candidaturas oficiales y procuraremos fomentar el sistema de convenciones para la designación de candidatos a los diversos puestos de elección popular.

Para colaborar con nosotros en los distintos ramos del gobierno, nos rodearemos siempre de los hombres de más méritos, sin distinción de partidos políticos, aprovechando los servicios de los empleados de la actual administración que hayan demostrado honradez y patriotismo en el desempeño de sus puestos.

En nuestro programa no tocamos numerosos puntos que también son de gran interés; pero cuando sea oportuno resolverlos, lo haremos inspirados en sus tendencias generales y en las necesidades y aspiraciones del pueblo, que nos hará conocer por medio de la prensa y del sufragio.

De acuerdo con las consideraciones que preceden, con lo dispuesto en la Convención Nacional Independiente, e inspirados en el más alto patriotismo, tenemos el honor de presentar a nuestros conciudadanos nuestro programa, formulado en las bases siguientes:

PRIMERA. Restablecer el imperio de la Constitución, haciendo efectivos los deberes y derechos que ella prescribe, así como la independencia de los poderes de la federación y la responsabilidad de los funcionarios públicos.

SEGUNDA. Procurar la reforma de la Constitución, estableciendo el principio de No Reelección del presidente y vicepresidente de la República. Procurar igual reforma en la Constitución Política de los Estados, por lo que hace a los gobernadores, y hacer efectivo el requisito de vecindad del distrito, territorio o Estado, para la elección de diputados y senadores.

TERCERA. Procurar la reforma de la Ley Electoral, a fin de alcanzar la efectividad del sufragio. Procurar mayor ensanche y libertad del poder municipal y la abolición de las jefaturas y prefecturas políticas.

CUARTA. Reglamentar el artículo 7° de la Constitución federal, con objeto de hacer efectiva la libertad de escribir.

QUINTA. Mejorar y fomentar la instrucción pública y quitar las trabas que actualmente tiene la libertad de enseñanza.

SEXTA. Mejorar la condición material, intelectual y moral del obrero, creando escuelas-talleres, procurando la expedición da leyes sobre pensiones e indemnizaciones por accidentes de trabajo, y combatiendo el alcoholismo y el juego. Igual solicitud se tendrá respecto de la raza indígena en general, especialmente de los indios mayas y yaquis, repatriando a los deportados y fundando colonias agrícolas en los terrenos nacionales o en los que puedan adquirirse con tal objeto. Acelerar la mexicanización del personal ferrocarrilero en todas sus jerarquías, instituyendo al efecto los centros de educación especial que sean necesarios.

SEPTIMA. Favorecer el desarrollo de la riqueza pública; hacer que los impuestos sean repartidos con equidad, abolir el sistema de igualas, combatir los monopolios y privilegios, y sobre todo, cuidar que los fondos públicos se inviertan en beneficio general del país.

OCTAVA. Fomentar la grande y muy especialmente la pequeña agricultura y la irrigación, a la cual se destinará una parte de los fondos públicos. En cuanto a la minería, la industria y el comercio, se les concederán todas las franquicias que aseguren su desarrollo y prosperidad.

NOVENA. Estudiar y llevar a la práctica las medidas más eficaces para mejorar la situación del Ejército, a fin de que esté más apto para el desempeño de la misión que le está encomendada, de ser el guardián de las instituciones y la defensa del honor y la integridad de la República. Como una de las principales medidas se hará obligatoria la enseñanza militar.

DÉCIMA. Estrechar las buenas relaciones con los países extranjeros, especialmente con los latinoamericanos, y dirigir prudentemente la política del gobierno, para lograr la unión de las repúblicas centroamericanas.

México, D. F., a 26 de abril de 1910.
Francisco I. Madero.
Francisco Vázquez Gómez.

Es de sentirse que el señor Madero, durante sus catorce meses de gobierno, nada o muy poco haya hecho para cumplir el programa, aunque no fuera sino en parte, pues ni siquiera suprimió las odiadas jefaturas políticas. Esto contribuyó a que creyeran algunos que no había sido sincero en sus promesas de propaganda, y si a esto se agrega la división del partido revolucionario, que él provocó, y la alteración de la paz, que fue la consecuencia inmediata, no es de extrañar que no se ocupara en ganar en su favor la opinión pública, que lo fue abandonando rápida y efectivamente, pues en lugar de presentar iniciativas tendientes a la realización del programa, cumpliendo con lo acordado en la convención, más bien se ocupó en recurrir a la fuerza que a las medidas políticas, que tal vez habrían salvado la situación y consolidado el gobierno. Pero yo no sé qué tiene el poder, que marea a los hombres, pues una vez que se encuentran en él, no se les ocurre otro medio que la fuerza bruta, que como tal, excepcionalmente da resultados satisfactorios cuando no Va respaldada por las medidas políticas adecuadas. Esta falta la reconoció muy tarde el llamado Partido Renovador (que no fue sino maderista y no revolucionario), en un memorándum publicado en vísperas de caer el señor Madero. De este manifiesto se hablará en otro lugar de estas Memorias.

El 29 de mayo, si mal no recuerdo, la prensa independiente organizó una manifestación en honor de los candidatos, manifestación que fue sumamente numerosa y no impedida ni perturbada por las autoridades. En la calle de Balderas, donde estábamos el señor Madero y yo, tuvimos que dirigir la palabra a los manifestantes. Siento no poseer ninguna de las alocuciones, que fueron tomadas taquigráficamente.

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