Índice del Manifiesto de los plebeyos y otros escritos de Graco BabeufPrimer escritoBiblioteca Virtual Antorcha

Presentación

Francisco Noël Babeuf, mejor conocido como Graco Babeuf, nacido en Saint Quentin en 1760 y muerto en la guillotina en Vendôme, el 27 de mayo de 1797, fue uno de los más importantes cabecillas del movimiento conocido como la conspiración de los iguales, nombre que deviene del libro escrito por el revolucionario italiano, sin duda el principal teórico de ese movimiento conspirativo, Felipe Buonarroti (1761-1837), sobre el desesperado intento de frenar la contrarrevolución francesa representada en el Directorio encabezado por Carnot.

En efecto, a raíz de la caída de Robespierre y de Saint-Just, y de su posterior ejecución, la vertiente más radical del movimiento revolucionario francés quedó acéfala, presentándose condiciones más que idóneas para el retorno del antiguo régimen.

Previendo las probables consecuencias que ello traería para aquel proceso revolucionario, Felipe Buonarroti funda el Club del Panteón, el cual lograría aglutinar una importante membresía, ya que al principio de 1796, contaba con más de diecisiete mil miembros, y varias decenas de miles de simpatizantes. Pues bien, es en torno a ese proceso de construcción de ese polo revolucionario que fue el Club del Panteón, que la participación de Francisco Noël Babeuf con su periódico El Tribuno del Pueblo, fundado en 1794, adquiriría gran notoriedad.

Francisco Noël Babeuf optó por el nombre o, si se prefiere, el sobrenombre de Graco, debido a su admiración por los famosos tribunos de la Roma republicana, autores de la archifamosa Ley Sempronia, los hermanos Graco Sempronio, que con sus ideas igualitarias influyeron de manera decisiva en el pensar de Francisco Noël.

El ideario político revolucionario de Graco Babeuf impregnado de un igualitarismo sin precedentes, marcó, sin duda, un gran paréntesis en el seno del amplio proceso conocido como la gran revolución francesa. Su tajante rechazo a las instituciones de la propiedad privada y el régimen hereditario, así como su proclividad a fundar un régimen igualitario en el cual la función de la administración pública sería la de una concienzuda labor para evitar que, incluso las desigualdades de capacidades entre los integrantes de la República, pudiesen llegar a dar base a la acumulación de riqueza. Así, en opinión de Babeuf, una importantísima labor por parte de los organismos administrativos de la República, lo sería el evitar que el más capaz o más trabajador, o más inteligente, recibiese mayores contraprestaciones que los demás ciudadanos, llegando, incluso, a afirmar que la base a tomar en cuenta para el monto de las prestaciones, no debería ser el trabajo desarrollado, sino las necesidades manifiestas. Así, por ejemplo, si A podía trabajar catorce o dieciséis horas sin mostrar agotamiento, y B, en cambio, no podía trabajar más de doce, y siendo A soltero y sano, y B casado, con hijos y enfermizo, B debería percibir mayor prestación que A puesto que eran mayores sus necesidades; igual constante debería permanecer en relación al trabajo manual e intelectual, por lo que un arquitecto debería ganar lo mismo e incluso menos, si sus necesidades fuesen menores, a la retribución de un simple peón, que demostrase que sus necesidades eran mayores. Y esta pauta debería seguirse de manera estricta en todos los aspectos del trabajo. De esta manera, Babeuf pensaba llevar a la práctica la máxima que versa: De cada uno según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades, máxima que terminaría convirtiéndose en el non plus ultra de las corrientes comunistas en sus diversas variantes.

Finalmente, todo este movimiento sucumbiría cuando un individuo, el capitán Grisel, infiltrado en el Club del Panteón, pasaría al Directorio toda la información que había logrado recabar, ordenándose a Napoleón Bonaparte la disolución del referido Club, acción que llevó a cabo a fines de febrero de 1796. Ante esta represión, los implicados en el movimiento, entre quienes destacaba, por supuesto, Graco Babeuf, intentaron inflamar los ánimos de las multitudes, particularmente de los denominados sans-culottes, fracasando rotundamente en sus intentos.

Así las cosas, a principios del mes de mayo, concretamente el 10 de mayo de 1796, Graco Babeuf, Felipe Buonarroti, Darthé y otros más, serían detenidos y sometidos a un proceso que duró más de once meses y cuyo resultado fue condenar a la guillotina a Graco Babeuf y a Darthé, y al exilio a Felipe Buonarroti y a otros implicados.

El día 26 de mayo de 1797, cuando el tribunal comunicó la sentencia de muerte a Babeuf y a Darthé, ambos intentaron suicidarse con un cuchillo, pero su intento fue frustrado por los guardias, siendo trasladados a prisión gravemente heridos para que, al día siguiente, 27 de mayo, la sentencia terminara ejecutándose de manera escrupulosa.

Tiempo después, el capitán Grisel seria asesinado de un balazo por el hijo mayor de Graco Babeuf.

Sin duda que sería excelente que ese furor igualitario de Graco Babeuf sirviese de base para que quien se acerque a leer o curiosear esta edición virtual, reflexionase, ya de manera individual o conversando con familiares o amigos, sobre la viabilidad o inviabilidad de tal planteamiento.

Chantal López y Omar Cortés

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