VI

CASA DEL OBRERO MUNDIAL

El movimiento socialista en la República Mexicana ha sido, desgraciadamente muy pequeño; pero con gusto vemos que cada día la Nueva Doctrina tiene más adeptos y entusiastas partidarios.

Hagamos historia; un grupo bastante pequeño de luchadores que persiguen ideas y no hombres, encabezado por los camaradas Lázaro Gutiérrez de Lara, Santibáfiez, Cárdenas, Rojas, Manuel Sarabia, Pioquinto Roldán, Luis Méndez y otros, iniciaron una serie de conferencias socialistas en la sastrería de este último compañero en la 4a. de San Felipe Neri y a las que acudían regular número de convencidos. Manuel Sarabia publicó 20 números del periódico titulado El Socialista, y Santibáñez, Secretario General, formó las bases e hizo propaganda. Viendo que su campaña en año y medio había sido muy efímera, acudieron a unirse con la Casa del Obrero Mundial, a fin de llevar a cabo y con mayor actividad sus trabajos. Los compañeros J. Huitrón y Eloy Armenta que fungían como administradores de la Casa, aceptaron el pacto y el Partido Socialista quedó unificado, en lo sucesivo, con la Casa del Obrero Mundial.

Para hacer propaganda, se organizó un mitin que todo el mundo conoce los resultados que tuvo, por haberse inmiscuido un diputado que, en lugar de hacer obra socialista, fue a hacer obra política, agitando entre la multitud el odio de partidos y resultando de este trabajo la expulsión de los compañeros Colado, Armenta, hermanos Sorrondegui y José Santos Chocano, el eximio poeta del Perú, cantor de las Américas; así como la aprehensión de los compañeros J. Huitrón, Pioquinto Roldán, Luis Méndez, Epigmenio Ocampo y otros más.

El inteligente y honrado licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, viendo que nuestros actuales momentos políticos, bastante anormales, no eran propicios para continuar alimentando el fuego de lucha entre partidos, acordó que el Partido Socialista cesara en sus funciones de propaganda y que junto con la Casa del Obrero Mundial se dedicara a llevar a cabo la trascendental obra de educación popular y así fue.

Bajo la dirección de J. Huitrón, Roldán y Soto y Gama se han formado sindicatos, como se expresa en el cuadro abajo expuesto, alejándolos de todo movimiento político militante; llevar a cabo propaganda de ideas de amor y de concordia, abrir clases para el proletariado sin retribución alguna y conferencias de orden moral, científico, educativo y sindical que han sido dadas hasta la fecha por los inteligentes miembros de la Confederación Cívica Independiente, señores Agustín Aragón, Jerónimo López de Llergo, doctor Sánchez y los miembros de la Casa del Obrero Mundial, J. Huitrón, P. Roldán, J. Lozano, G. Olivares, Díaz Soto y Gama y el que escribe estas mal hilvanadas líneas.

No obstante, a todas luces, nuestra buena y honrada obra, los malquerientes e individuos que se gozan con la intriga, la Casa del Obrero Mundial sigue adelante su camino, victoriosa, dirigiendo su proa hacia la estrella del porvenir. Nuestro lema de Ciencia, Luz y Verdad e Igualdad, Libertad y Amor responden por ella y para todos aquellos que por ignorancia o por prejuicio no acuden con nosotros, por creer que predicamos ideas disolventes, me permito invitarlos a que acudan a nuestro seno y verán cómo esa venda ficticia caerá por los suelos, pues el ser tolerante con los demás, es manifestación de virtud propia. No queremos el convencimiento por medio del insulto y la diatriba, sino por medio de la razón y de los hechos. Otros también manifiestan que la Casa del Obrero Mundial es foco de conspiración, mentira burda y vergonzante; acudid a ella, a sus clases, a sus conferencias y notaréis siempre la corrección y la ninguna disputa para nuestras instituciones actuales de Gobierno, pues el inmiscuimos en ellas sería el producir la muerte de nosotros mismos con la clausura de la Casa del Obrero Mundial y, con todo ello, perder la oportunidad de ilustrar al proletariado. Estamos convencidos de que antes de ejercer los derechos, hay que saber los deberes, pregonando estas deducciones con el sello de la honradez estampada como escarapela en la frente.

¿Queréis ser verdaderos ciudadanos y hombres que, al morir, dejéis por toda herencia a vuestros hijos las siguientes palabras: -yo he luchado por la religión del porvenir? Pues sed cultos y unionistas y lo habréis conseguido.