Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión vespertina del 14 de junio de 1915 Sesión del 16 de junio de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 15 DE JUNIO DE 1915

Presidencia del Coronel Alfonso Salinas

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 16 de junio de 1915)


Con objeto de resolver acerca de varias credenciales que había pendientes en cartera, la Soberana Convención Revolucionaria celebró ayer tarde una sesión previa, en la cual se empleó todo el tiempo reglamentario destinado a las sesiones, y terminada la junta previa, hubo de levantarse la sesión plena, por falta de quórum.

En la junta previa fueron aprobadas las credenciales expedidas por el general Juan N. Banderas, en favor del Lic. Rosendo L. Rodríguez, la del general Emilio Márquez, en favor del mayor Manuel Méndez, y la del general Epigmenio Jiménez, en favor del ciudadano Quintín A. y Pérez.

Quedó pendiente de resolución la expedida por el general Esteban Márquez, en favor del mayor José M. Bonilla, cuya personalidad fue objeto de largo debate, sin llegarse a una conclusión, por falta de quórum.

Otras credenciales, expedidas a favor de los ciudadanos Alejo Osorio, Salvador Jiménez, Lauro Caloca y del Rio, no fueron discutidas, porque los ciudadanos mencionados no se hallaban en el salón.

COMIENZA LA JUNTA PREVIA

Después de las cuatro de la tarde, ocupó la Presidencia el coronel Salinas, y declaró abierta la junta previa. La Secretaría dio lectura al acta de la última junta de esa naturaleza, celebrada el 18 de mayo. El documento fue aprobado sin debate.

Inmediatamente después, la misma Secretaría dio lectura al dictamen de la Comisión de Poderes, que consulta la aprobación de la credencial expedida por el general Juan N. Banderas en favor del Lic Rosendo L. Rodríguez. El presunto delegado pasa a la tribuna a informar de su personalidad, haciendo mención de los servicios que ha prestado a la causa revolucionaria. Los delegados Cuervo Martínez y general Sergio Pasuengo, abonaron la conducta de Rodríguez, y en votación económica se aprobó su representación. (Aplausos)

UNA COMISION ESPECIAL

La Secretaría informa que la Comisión de Poderes, formada por los delegados Montaño, Castellanos y Herrejón, se halla ausente y, en consecuencia, se consulta a la Asamblea si considera de pronta resolución las credenciales expedidas por los generales Esteban y Emilio Márquez, para que, en este caso, se nombre una Comisión especial que dictamine desde luego.

El delegado Casta habla en pro de la proposición, advirtiendo que los hermanos Márquez enviaron sus representantes desde hace más de quince días, y es conveniente que su discusión no se demore más tiempo.

La Asamblea resuelve en sentido afirmativo, y la Mesa designa a los delegados Marines Valero, Encinas y Ortiz, para que rindan dictamen sobre dichas credenciales.

Entre tanto, se pasa a discutir la credencial expedida por el general guerrerense Epigmenio Jiménez, en favor del ciudadano Quintín A. y Pérez.

El presunto delegado informa de su personalidad y de los servicios que ha prestado. El delegado Mesa Salinas informa que en Guerrero recabó informes de Pérez y supo que su conducta es intachable, y sus ideas revolucionarias; también, que ha prestado buenos servicios a la Revolución.

En votación económica se aprueba la representación. (Aplausos)

La Secretaría nombra a los presuntos delegados que mencionamos al principio de esta crónica, y como no se hallan presentes, se aplaza la discusión de sus credenciales.

EL DICTAMEN DE LA COMISION ESPECIAL

Los comisionados Marines Valero, Ortiz y Encinas, presentan dictamen acerca de las credenciaies expedidas por los generales Márquez en favor de los mayores Bonilla y Méndez. Rechazan la primera, por considerar que Bonilla no tiene méritos bastantes para estar en la Asamblea, y aprueban la credencial de Méndez, cuyos antecedentes revolucionarios son bien conocidos.

El miembro de la Comisión, Marines Valero hace uso de la palabra, para informar del criterio que normó la conducta de la Comisión al dictaminar como lo hizo.

Estima que Bonilla tiene algunos antecedentes que mucho le honran; pero en su contra existe la circunstancia de haber desempeñado un puesto público durante la usurpación, puesto en el que obtuvo ascenso, y en el cual duró hasta mayo de 1914; en consecuencia, el candidato a discusión no merece ser delegado.

La Secretaría pregunta si se aprueba la primera parte del dictamen que consulta que no es de aceptarse al mayor Bonilla como representante del general Esteban Márquez.

El presunto delegado Bonilla pide la palabra para defenderse de los cargos que se le hacen. Dice que se lamenta de que en la Comisión haya dos pesas y dos medidas, porque se le rechaza a él, alegando que sirvió un puesto en el ramo de Instrucción, donde hizo labor revolucionaria, y en cambio han sido admitidos individuos a quienes podrían hacérsele más graves cargos. (Voces: Que diga quiénes son)

Cita al delegado Cuervo Martínez, quien sirvió como Prefecto en la Preparatoria, y dio instrucción militar a los alumnos militarizados por Huerta. Luego se refiere a su labor revolucionaria, aprovechando el puesto que ocupaba, y que consiste en conferencias al profesorado, en favor de los ideales de la Revolución, en escritos publicados por medio de la prensa, en reproducción de artículos interesantes para la causa revolucionaria, como la contestación que dio el general Pesqueira a Flores Magón. los discursos del senador Belisario Domínguez, y otro que consta en un folleto; y finalmente, la publicación del periódico revolucionario El Renovador, en su segunda época, hasta que en mayo de 1914 abandonó la capital para ir a incorporarse a las filas del general Márquez en la sierra de Puebla.

Termina rechazando el cargo de que sirvió a Huerta, pues estima que servir a un Gobierno, consiste en desarrollar todas sus facultades y energías para sostenerlo, lo cual no hizo él nunca, pues, por el contrario, hizo cuanto pudo por derrocarlo. Estima que la oposición en su contra se debe a influencias de sus enemigos, los profesores porfiristas, a quienes ha atacado duramente.

Marines Valero protesta porque Bonilla ha insinuado que el dictamen obedece a influencia extraña y no a criterio maduro de la Comisión.

Bonilla contesta que no ha querido decir lo que Marines Valero interpretó, sólo que muchos enemigos suyos, cuando supieron que había sido designado representante del general Marquez, comenzaron a propalar versiones calumniosas en su contra. No ha querido decir que esos enemigos hayan ido a influenciar al señor Marines Valero.

El delegado Cuervo Martínez, aludiendo al cargo que Bonilla le hizo, declara que, efectivamente, ocupó el cargo mencionado en la Preparatoria, pero esto fue obedeciendo comisión especial que le confirió el general Zapata, para hacer propaganda revolucionaria dentro del plantel, según puede comprobarlo con el nombramiento respectivo.

Informa de otros trabajos que llevó a cabo en favor de la Revolución, y termina consignando un rumor en contra de Bonilla.

Marines Valero vuelve a hacer uso de la palabra para insistir en que es injusto el cargo de Bonilla, señalando a la Comisión como aplicadora de dos pesas y dos medidas, porque hay que tener en cuenta que la Comisión que dictaminó, fue formada especialmente para este caso y, por tanto, es la primera vez que dictamina.

El delegado Mejía insinúa la posibilidad de que Bonilla se halle en el mismo caso que Cuervo Martínez, y pide que la Comisión se documente antes de fallar.

El delegado Encinas, como miembro de la Comisión, argumenta en el mismo sentido que lo hizo antes Marines Valero; esto es: que los que sirvieron puestos durante la usurpación, son indignos de ocupar puestos en la Asamblea.

Bonilla vuelve a hablar para explicar su posición en el Gobierno de Huerta, y cita a los ciudadanos Galván y Díaz Soto y Gama, a quienes considera en iguales condiciones que la suya. (Cuando menciona a Díaz Soto y Gama se escuchan voces de protesta en las curules del Sur)

Marines Valero interpela a Bonilla acerca de qué jefes le dieron la comisión de servir algún puesto público para hacer propaganda revolucionaria. El interpelado contesta que no necesita más mandato que el de su conciencia.

El delegado Casta hace notar que la Asamblea ha admitido en su seno a los civiles, y en este concepto no se deben exigir antecedentes purísimos, pues si aun entre los militares hay dudas, cuánto mayores no serán las que despierten la conducta de los civiles.

Hace notar también que él se opuso a que los civiles fuesen admitidos; pero una vez que la Asamblea lo aprobó, hay que ser consecuentes con las disposiciones dictadas.

Marines Valero habla nuevamente. Explica cómo puede apreciarse si un individuo es revolucionario, de acuerdo con la relación que existe entre los actos exteriores y los pensamientos. Hace notar la conveniencia de que no sean admitidos los tibios.

Hace constar que según su criterio, en el presente caso no puede considerarse al señor Bonilla como un reaccionario, pero sí como un tibio, que no tuvo el valor suficiente para abandonar todo y seguir a la Revolución.

Consultada la Asamblea si el asunto se considera suficientemente discutido, la respuesta es afirmativa. En votación, resulta rechazado el dictamen.

El delegado González Garza indica que dicho dictamen debe volver a la Comisión, para reformarlo en el sentido del debate.

MENDEZ ADMITIDO

Se pone a discusión la personalidad del mayor Manuel Méndez, representante del general Emilio Márquez.

El presunto delegado informa de su personalidad y de los servicios que ha prestado a la causa.

El delegado Lecona manifiesta que le consta cuanto a dicho Méndez.

En votación económica se aprueba su representación. (Aplausos)

EL DICTAMEN REFORMADO

La Comisión Especial recoge su dictamen para reformarlo.

Marines Valero se excusa de reconsiderar el asunto, porque no hay motivos para variar su criterio.

Encinas, de acuerdo con Ortiz, reforma el dictamen en el sentido de la discusión.

El primero hace constar que tal reforma es hecha solamente en virtud de la petición de la Asamblea, pero él mismo pide que sea rechazado, porque el candidato Bonilla no tiene méritos bastantes para ser delegado, y hay que conservar la pureza de la Revolución, aun cuando sólo sea en la Convención. Además, hace notar que el artículo primero del Comité de Salud Pública señala que serán destituidos de cargos públicos, todos los que. hayan servido a Huerta.

¿Cómo se va a compadecer ese artículo con la admisión de individuos que, por cualesquiera circunstancias, sirvieron en la administración de Huerta?

Marines Valero expone que ya se han cometido algunos pecadillos que dan base a los carrancistas para tachar de reaccionaria a la Convención, y si se van a cometer más, razón tendrán en seguir llamándolos de tal modo, puesto que no toman en cuenta las advertencias que se les hacen.

Admite que los carrancistas son más radicales que los convencionistas. (Aplausos)

El delegado Casta, vehementemente dice que está indignado contra la actitud de ciertos delegados, que siempre están alabando a los carrancistas, en desdoro de la Convención:

Si tanto les simpatizan, si tanto los quieren, ¿ por qué no se van con ellos? (Aplausos estruendosos; bravos en las galerías)

Es vergonzoso -continúa Casta- que mientras ellos, por todos los medios de que disponen, nos llaman bandidos, asesinos, reaccionarios, nosotros estemos aquí ensalzándolos. ¡Qué criterio! Yo no me opongo a que se lleve a cabo la unificación revolucionaria, pero lo que hacen quienes elogian a los contrarios, es diametralmente opuesto a lo que se busca; por eso yo les ruego que se eximan de esos elogios, o que se vayan con ellos. (Nuevos prolongados aplausos)

El delegado Fierro presenta una moción suspensiva, para resolver la credencial de Bonilla, fundándose en que tiene informes de que dicho ciudadano no fue admitido en la primera junta militar de octubre, reunida en México, por considerarlo indigno de pertenecer a la Asamblea.

Fierro funda su moción.

Ledesma habla en contra.

La Asamblea no toma en consideración la moción suspensiva.

Bonilla hace aclaraciones respecto a lo dicho por Fierro. (Varias voces: Falta quórum)

Efectivamente, falta.

La Presidencia declara cerrada la junta previa para entrar a sesión plena.

Se espera largo rato para que el quórum se complete, y como esto no se consigue, se levanta la sesión.

El delegado Torre pide que se cite para hoy a las 10 a. m., a fin de seguir tratando el asunto de la unificación revolucionaria. En este sentido hace la declaración la Presidencia, y termina la sesión a las ocho de la noche.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión vespertina del 14 de junio de 1915 Sesión del 16 de junio de 1915Biblioteca Virtual Antorcha