Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 13 de mayo de 1915 Sesión del 15 de mayo de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 14 DE MAYO DE 1915

Presidencia del ciudadano José Quevedo

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 15 de mayo de 1915)


La Soberana Convención Revolucionaria, en su sesión de ayer, se dedicó al estudio de la cuestión económica de esta metrópoli, buscando la mejor manera de remediar las difíciles condiciones porque atraviesa el pueblo, con motivo de la escasez y carestía de los artículos de primera necesidad.

El gobernador del Estado de México ocurrió a informar respecto a las condiciones en que se halla aquella entidad, en relación con el aprovisionamiento de víveres. Los informes de dicho funcionario fueron satisfactorios y merecieron el aplauso de la Asamblea.

En el curso de la discusión del dictamen, referente a la resolución del problema, se presentaron dos nuevas proposiciones, y en esta virtud se acordó que la Comisión Dictaminadora tomara en cuenta las nuevas proposiciones para añadirlas al anterior dictamen.

SE ABRE LA SESION

Después de las cuatro de la tarde, bajo la presidencia del ciudadano Quevedo, se declara abierta la sesión.

Inmediatamente después, la Secretaría da cuenta con una proposición del licenciado Díaz Soto y Gama, relativa a que se suspenda cualquiera otra discusión para dar preferencia a la cuestión económica que urge resolver para bien del pueblo.

La Asamblea, por unanimidad, aprueba la moción suspensiva.

La Secretaría da cuenta con el dictamen que recayó sobre la proposición de los ciudadanos Díaz Soto y Gama y Lecona, relativa a que se diga al Ejecutivo que, desde luego emplee la suma de dos millones de pesos en la compra de artículos de primera necesidad, destinados a mejorar las condiciones del pueblo de la metrópoli.

El dictamen es en sentido aprobatorio, y solamente difiere de la proposición en que no fija la cantidad que inmediatamente debe destinarse a la compra de víveres, sino que previene que los desembolsos se hagan conforme haya fondos en el Erario, hasta completar la suma de cinco millones de pesos destinados anteriormente a ese objeto.

Puesto a discusión el dictamen, el delegado Nieto pide la palabra para interpelar al Tesorero General de la Nación, licenciado Zubiría y Campa, a fin de que informe si hay fondos en el Erario. El interpelado contesta en sentido negativo, y agrega que en la última decena hubo dificultad para el pago de nómina y haberes. Expresa que, aunque el gobierno puede emitir más papel, esto resultaria inconveniente, porque a mayor cantidad emitida, el valor de nuestra moneda bajará, y en consecuencia, las mercancías subirían también de valor, siendo esto perjudicial para el pueblo. Pero, para salvar estos obstáculos, el delegado Zubiría y Campa insinúa la conveniencia de que la cantidad destinada a la compra de víveres, se vaya extrayendo del Erario por partidas de dos a trescientos mil pesos, hasta completar la suma total.

El delegado Borrego interpela al tesorero si ya se ha emitido la cantidad de ciento treinta millones que decretó el ciudadano Carranza antes de que fuera infidente.

Zubiría y Campa responde que de esa suma, el gobierno de la Convención ha reconocido ochenta y dos millones.

Borrego advierte que, entonces, muy bien puede seguirse emitiendo el resto hasta completar los ciento treinta millones.

Zubiría y Campa vuelve a insistir en la inconveniencia de nuevas emisiones.

Borrego interpela al tesorero si con las contribuciones rentísticas, hay entradas bastantes para subvenir a los gastos del gobierno.

Zubiría y Campa contesta que no.

Borrego
Luego, hay que seguir emitiendo papel; y si esto es así, en nada cambia la situación al emitir dos millones más, para destinarlos a compra de viveres.

Zubiría y Campa advierte que los datos que ha proporcionado no tienen otro objeto que ilustrar el criterio de la Asamblea sobre el asunto a debate; por lo demás, no es a él a quien corresponde proporcionarlos, porque no es él el Ministro de Hacienda.

REPLICA DE DIAZ SOTO y GAMA

El delegado Menchaca hace otras interpelaciones al tesorero, y éste contesta que son datos que debe dar el encargado de Hacienda.

El delegado Díaz Soto y Gama, en tono irónico, critica los informes de falta de fondos. No hay dinero -dice- para aliviar las necesidades del pueblo, y si lo hay para dar subvenciones a El Monitor, a El Universal, para montar lujosamente la Escuela de Medicina, para pagar el Estado Mayor del Encargado del Ejecutivo. Para el lujo, para el aparato, para los gastos superfluos, si hay dinero ...

Además, yo he notado cierto obstruccionismo del Encargado del Ejecutivo para dar cumplimiento al acuerdo que se le transmitió desde Cuernavaca relativo a la compra de artículos de primera necesidad para el pueblo de México.

Se alega que no hay dinero -continúa el orador- y nosotros debemos ordenar que se tome de donde lo haya ... ¿qué, el Gobierno no tiene crédito en ninguna parte? ¡Que se contrate un empréstito! Pero lo urgente, lo ineludible, es que se dé de comer al pueblo que tiene hambre, al pobre pueblo en cuya opinión debe apoyarse el Gobierno convencionista, no en la clase rica ni media, no en el elemento que forma estas galerías ... (siseos y rumores en las galerías)

El delegado Castellanos hace uso de la palabra para defender la Escuela de Medicina. Dice que no deben considerarse como de lujo los gastos que se han hecho para instalar ese establecimiento. Diaz Soto y Gama dijo que se habían destinado a ese objeto trescientos mil pesos, y que en esto hay un error, pues sólo se emplearon veinte mil pesos, plata, para adquirir una casa anexa al establecimiento; que esa institución es indispensable, con mayor razón ahora que el ejército está necesitando médicos y no los hay.

Luego dice que la escuela de referencia siempre estuvo abandonada, excepto cuando fue director de ella Urrutia, a quien como profesor lo ha defendido y lo seguirá defendiendo -insiste que como profesor, no como politico-, porque en este sentido lo detesta y no vacilaría en pedir su cabeza. (Rumores en las curules)

En seguida pasa a referirse a los cargos de Díaz Soto y Gama al Ejecutivo. Dice que es falso que gaste lujo, y que son injustos los cargos que se le hacen, porque muy contrariamente a otros generales que andan seguidos de una corte, el Encargado del Ejecutivo apenas se hace acompañar de dos o tres amigos.

Cree Castellanos que mejor que hacer nuevas emisiones de papel, que hará bajar más su valor, es más conveniente dictar medidas enérgicas a fin de que las disposiciones de las autoridades se respeten. Refiere un caso relacionado con los abusos que cometen algunos jefes secundarios. También se muestra partidario de la contratación de un empréstito. (Aplausos)

El delegado González Cordero propone dos medios para remediar la situación: Primera, dictar disposiciones tendentes a evitar las alcabalas limantourianas, impuestas por algunos jefes; y segunda, contratar un empréstito para adquirir las mercancías.

También insinúa la conveniencia de que mientras dura esta situación, sólo el Gobierno pueda vender artículos de primera necesidad, los cuales se declararán incomerciables.

Cree que será fácil conseguir el empréstito, tanto entre los nacionales, como entre los extranjeros, en virtud del noble fin a que se destina el dinero.

El delegado Samper hace una aclaración, para definir que no le alcanza responsabilidad de la suma de dinero que aparece entregada para El Universal, pues el que habla sólo fue director político de ese periódico.

LA DEFENSA DE URRUTIA

Habla en seguida el licenciado Díaz Soto y Gama. Dice que se explica perfectamente el porqué de la calurosa defensa del doctor Castellanos hacia el doctor Urrutia; es que ha oído hablar de la existencia de un Comité de Salud Pública y quiere explicar antes de tiempo algo que se relaciona con ciertos abrazos a Huerta. Por otra parte, estima que está fuera del lugar la defensa al Ejecutivo, pues ya han pasado para siempre los tiempos de las adulaciones. Ahora es necesario más valor civil, más independencia.

El orador interpela seguidamente al tesorero Zubiría y Campa para que diga si es cierto que se han presupuestado trescientos mil pesos para la instalación de la Escuela de Medicina. El interpelado responde que primero se habían destinado doscientos mil, y más tarde, esa suma se aumentó en cien mil pesos, de los cuales se han invertido ciento treinta y seis mil en la compra de la casa anexa. Agrega que a esta compra se opuso él -Zubiría- por tratarse de una propiedad del hijo del señor Ramón Fernández, que fue gobernador del Distrito Federal en la época del general Manuel González.

Soto y Gama termina: Ya lo ve usted, señor Castellanos. Se necesita talento para venir a hacer defensas, si no, mejor es no menearlo.

Castellanos hace aclaraciones. Explica que ya sabe a qué se refiere el licenciado Díaz Soto y Gama, y que espera las acusaciones que se presenten en su contra. Insiste en que defiende a Urrutia como cirujano, como profesor de Medicina, pues en este concepto es una gloria nacional. Que, cuando ocurrió el suceso de que se le inculpa, Urrutia era director de la Escuela de Medicina, y que entonces no había tenido ninguna injerencia en la política.

El delegado Nieto está de acuerdo con las proposiciones del delegado González Cordero, y estima que el medio más eficaz para mejorar la situación actual, es evitando todas las dificultades que existen ahora para la introducción de artículos de primera necesidad; sabe que hay dinero bastante para comprar víveres; pero que no hay facilidades ni seguridades para conducirlos a México.

Pide que se dejen las pasiones contra el Ejecutivo, que se quiten las subvenciones de que habló Díaz Soto y Gama, que se supriman las prebendas a quienes las tengan; pero que también se quiten los automóviles que se utilizan para provecho personal, que se obligue a los jefes a desocupar las casas de los científicos y que todo esto se venda o se alquile para destinar sus productos al alivio de las necesidades del pueblo.

Vuelve a hacer uso de la palabra el licenciado Díaz Soto y Gama. Dice que ya ha oído que de todo se echa la culpa a la Revolución, a los jefes revolucionarios, pero no se ha tenido en cuenta la conducta de los acaparadores, de los eternos explotadores del pueblo, que hoy siguen robándolo lo mismo que antes. Señala el caso reciente de Ignacio de la Torre y Mier que pidió la intervención de la Legación del Brasil para sellar sus bodegas repletas de maíz, a fin de que ese cereal no fuese adquirido para el pueblo. Allí está el principio del mal y allí debe atacársele.

El doctor Cuarón hace una moción suspensiva para que se permita al gobernador de Toluca, coronel Gustavo Baz, que está presente, que informe de la situación del Estado de México, en relación con el aprovisionamiento.

Muchos delegados expresan en voz alta su anuencia en que pase el gobernador.

Nieto se opone a que la moción se considere como suspensiva; y como después de hacer esta aclaración pretende seguir hablando sobre otro asunto, los delegados sisean de manera que interrumpen al orador. Este manifiesta que no se sentará hasta que se le deje hablar, o se suspenda la sesión. Por fin, termina el incidente y con aprobación de la Asamblea, el gobernador Baz pasa a informar.

EL INFORME DE BAZ

En la tribuna dice que va a explicar las causas por las cuales se ha notado escasez de víveres.

En el Estado de México había gran cantidad de cereales; pero desde que la Convención regresó de Cuernavaca a México, ese Estado comenzó a enviar mercancías, tanto a la metrópoli como a Morelos y parte de Puebla. Que, considerando que pronto se acabaría la existencia, propuso que los cereales se trajeran del Estado de Michoacán, donde hay en abundancia, con el propósito que los graneros de Toluca quedaran de reserva para última hora. Las condiciones militares han impedido la realización de este proyecto, y también la falta de apoyo. Agrega que después se ha opuesto a que los acaparadores adquieran los granos que hay en Toluca y tal vez a esto se deban las quejas presentadas en su contra, pues sólo a la gente humilde y a las instituciones de beneficencia, como las mismas pueden comprobar, les ha permitido sacar víveres, proporcionándoles también las facilidades que cabían en sus facultades de gobernador.

Propone que para mejorar la situación de los habitantes de México, se traigan los cereales que hay en Toluca, dejando en aquella población la cantidad bastante para sus necesidades y las de algunos distritos, cuyos habitantes, de la clase humilde, han ido a suplicarle, casi llorando, que no permita la extracción de los víveres. Estima injustificados los cargos que en la misma Asamblea se le hicieron, acerca de que está ligado con la reacción, y para desvanecer este error, pide que ahora que se va a instalar el Comité de Salud Pública, se envíe a Toluca una comisión para que funcione en aquel Estado.

Respecto a los ferrocarriles, dice que, actualmente, no tiene ninguna responsabilidad sobre las irregularidades que se cometan, porque se le ordenó que entregara dicha línea a la Superintendencia, cuando ya lo había organizado y estaba funcionando correctamente.

Los informes del gobernador Baz causaron desde luego magnífica impresión en la Asamblea, porque desde las primeras palabras de dicho funcionario, se advirtió la sinceridad con que se expresaba.

Cuando terminó de hablar, fue unánimemente aplaudido.

El delegado Ortiz interpeló al gobernador acerca de los trabajos de repartición de tierras en la hacienda de Santa Cruz, de Pérez Cortina.

El interpelado contestó que se había dividido en lotes, y repartido, dejando a salvo los derechos de Pérez Cortina para presentar sus títulos, porque siempre gusta de oír a la parte contraria. (Aplausos en las curules)

A continuación se leyó el telegrama recientemente llegado a la Asamblea, conteniendo cargos contra Baz. El aludido los contesta satisfactoriamente.

Nieto lo interpela, para sentar el hecho de que no por obstruccionismo del gobernador Baz no llegan a México los cereales comprados en Toluca. Las díficultades son de otras autoridades.

Nieto pregunta también a Baz cuál es su criterio acerca del castigo a los enemigos de la Revolución. Baz contesta que es difícil exponerlo en tesis general.

Luego interpela Díaz Soto y Gama. Su objeto es hacer constar que había motivos para suponer que Baz obraba de acuerdo con los reaccionarios. Cita el caso de De la Torre, en cuyo castigo no habían puesto empeño las autoridades de Toluca, no obstante que De la Torre había dado motivos bastantes para proceder en su contra, diciéndose general del Sur, teniendo fuerzas en su hacienda, con lo cual desprestigiaba a la Revolución suriana. y casi la amenazaba. Baz está conforme y explica que no había procedido contra De la Torre, porque el asunto lo había tomado a su cargo el general Pacheco.

Luego Baz explica por qué los Barbabosa siguen cultivando sus tierras. Del Ministerio de Agricultura recibió instrucciones de no intervenir en nada que esté relacionado con la cuestión agraria.

Fierro hace constar que Baz tiene un enemigo político, que es un déspota y que trata de quitarlo del gobierno, guiado por miras personales.

Los delegados Casta y Piña interpelan también. El interpelado explica cuanto se le pregunta, sin reticencias ni vacilaciones.

Los delegados Marines Valero y Montaño hacen uso de la palabra para felicitar al honrado gobernante. El primero expresa que con hombres como él, se salvaría la Revolución. Montaño lo estimula para seguir cumpliendo con su deber. Baz responde pocas palabras. Su conducta está inspirada en el lema del Plan de Ayala: Reforma, Libertad, Justicia y Ley. (Galerías y curules aplauden con entusiasmo al joven gobernador)

Cuando se retira, muchos delegados lo felicitan.

UNA NUEVA PROPOSICION

Continúa la discusión del asunto a debate.

La Secretaría da lectura a una proposición de Cervantes, en la que pide que para mejor lograr el fin que se propone la Convención, además de autorizar la inversión de dinero en la compra de víveres, se creen puestos de prebostes que vigilen la compra y venta, y que las tropas de la guarnición se empleen en la vigilancia de las garitas y pueblos cercanos, para que eviten los abusos que algunos jefes secundarios traten de cometer.

Nieto expone que hay otra proposición sobre ese mismo punto.

Se entabla una discusión sobre si las mociones presentadas deben considerarse como suspensivas, o como adiciones al dictamen ya formulado.

En el curso de la discusión, vuelve a mencionarse la falta de fondos, las causas por las cuales no llegan los víveres a México, la falta de cumplimiento del Ejecutivo al acuerdo dictado sobre el particular.

Finalmente, se acuerda que la Comisión retire su dictamen, y tome en cuenta las dos nuevas proposiciones, a fin de agregarlas.

La Comisión cumple la disposición de la Asamblea.

Entre tanto, se da lectura a una proposición de Méndez y Marines Valero, para que se pidan informes al encargado de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, de por qué suspendió las clases en las escuelas el jueves último.

Palacios Moreno presenta otra proposición para que se llame al Encargado del Ejecutivo, a fin de que éste explique las razones que tuvo para no dar cumplimiento a la inversión de cinco millones de pesos en la compra de víveres. El autor de la proposición la funda y dice que con los informes que dicho funcionario proporcione, habrá mejores bases para resolver la cuestión, y también servirá su presencia para aclarar los ataques que se le han dirigido.

El general Matías Pasuengo habla en contra, Nieto y Borrego en pro.

Consultada la Asamblea, resulta rechazada la proposición, por mayoría de votos.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 13 de mayo de 1915 Sesión del 15 de mayo de 1915Biblioteca Virtual Antorcha