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CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 23 DE ABRIL DE 1915

Presidencia del ciudadano José Quevedo

(Crónica publicada por el periódico La Convención, en su edición del 30 de abril de 1915)


La sesión del viernes 23 de los corrientes, de la Soberana Convención Revolucionaria, dio principio a las cuatro y cuarenta y cinco minutos, bajo la presidencia del ciudadano José Quevedo; aprobada sin debate el acta anterior, la Presidencia concedió la palabra al delegado Lecona, para que presentara al ciudadano general Everardo González, que deseaba desempeñar sus funciones como delegado.

El ciudadáno Borrego manifestó que el asunto debería ser tratado en junta previa, y el presidente expresó la conveniencia de que el caso fuera resuelto por la Asamblea, pues no había precedente ni norma de criterio para resolverlo, insistiendo el delegado Borrego en su observación, y la Presidencia, a su vez, en que el asunto fuera resuelto desde luego por la Asamblea, sosteniendo el trámite el delegado Valle.

El delegado Lecona suplica a la Asamblea dé su asentimiento para que presente al ciudadano general González, haciendo una aclaración el delegado Cervantes, que pide se cumpla con el Reglamento.

La Mesa invita al general González a que pase a la plataforma, entre tanto se resuelve el caso, manifestando que desde luego se procedía a discutir si se tomaba o no la protesta al mencionado general.

El ciudadano Borrego se opone y ratifica su anterior aserto, de que el asunto debe ser tratado en junta previa, y no en sesión plena.

El delegado Orozco manifiesta su inconformidad por lo expuesto por el ciudadano Borrego, y como se extraviara del punto a debate, la Presidencia suplicó al orador que concretara su discurso al tema a discusión.

El delegado Nieto pide que se cumpla el acuerdo aprobado en Cuernavaca, relativo a que ningún representante puede ser retirado de la Asamblea, sin previo permiso de la misma.

El delegado Mancilla sostiene el derecho que el general González tiene para estar en la Asamblea, y el ciudadano Cervantes apoya la observación hecha por el delegado Nieto, y concluye pidiendo que para satisfacer a los delegados del Sur, el general González debe pasar desde luego a ocupar una curul.

El delegado Orozco rectificó lo aseverado por el ciudadano Nieto y los ciudadanos Borrego y Chargoy hicieron varias aclaraciones relacionadas con la discusión.

El incidente se prolonga, el delegado Lecona expresa que antes de dar principio la sesión, se habia acercado a la Presidencia para manifestarle que el general Everardo González se iba a presentar, a representarse por sí mismo, suplicándole que se procediera en la forma conducente, contestando la Presidencia que el hecho lo había puesto en conocimiento del ciudadano Zepeda, representante del general González.

El delegado Casta, tratando de dar fin al prolongado incidente, manifiesta que no hay lugar a discusión, pues el general González tiene derecho para presentarse en la Asamblea a la hora que le parezca, y que respecto al delegado Zepeda, no podrá tomarse una decisión, hasta que su representado manifieste que retira su delegación.

El delegado Zepeda manifiesta que está dispuesto a retirarse de la Asamblea, no sólo temporalmente sino que renuncia la representación que tiene.

El delegado Nieto pide se dé por terminado el incidente, y que la renuncia del ciudadano Zepeda sea tratada en junta previa, pidiendo el delegado Fierro que se tome la protesta al general González.

El delegado Piña hace uso de la palabra para sentar un hecho, siendo interrumpido por la Presidencia, que le suplica se concrete al punto a debate.

La Presidencia propone que se tome la protesta al general González, y después de verificado el acto, se le interrogue si su estancia será temporal o definitiva.

El delegado Valle está conforme con que se tome la protesta desde luego, pero no con que se interrogue al general González respecto a su permanencia.

La Presidencia defiende el trámite propuesto, y el delegado Borrego manifiesta que se ha extraviado la discusión, pues de lo que se trata de resolver es si el asunto se trata en junta previa o en sesión plena.

El delegado Marines Valero exhortó a sus colegas para que hicieran abstracción de los asuntos personales y se concretaran a tratar los de verdadero interés. Preguntada la Asamblea si se tomaba la protesta al general González, resolvió afirmativamente, y la Mesa tomó la protesta con las solemnidades debidas al general Everardo González.

DISCUSION DEL ARTICULO 21

Terminado el anterior incidente, se dio lectura al artículo 21 del Programa de Reformas Político-Sociales de la Revolución, que dice:

Proteger a los hijos naturales y a las mujeres que sean victimas de la seducción masculina, por medio de leyes que les reconozcan amplios derechos y sancionen la investigación de la paternidad.

Puesto a debate, y después de dar lectura a la lista de oradores, se concedió la palabra, en contra, al ciudadano Nieto; este ciudadano manifestó que cedía su turno al delegado Marines Valero, reservándose el derecho de hablar después, formulando varias interpelaciones a los delegados Méndez, Cervantes y Mesa y Salinas, relativas a los medios de que debía valerse para investigar la paternidad, interpelaciones que, fueron contestadas en sentido que no dejó satisfecho al interpelante.

El ciudadano Marines Valero atacó el artículo a discusión con argumentos sólidos, que causaron buena impresión en la Asamblea, refiriéndose al caso de que la Asamblea aprobara ese capítulo de las reformas sociales, dijo que sería sancionar la poligamia.

El doctor Cuarón, en pro del artículo a discusión, produjo un discurso científico que fue escuchado con toda atención por la Asamblea y el numeroso público que llenaba las galerias, y cuyo tema principal fue el de que la vida de todos los seres organizados se condensa en el amor y en el deseo de reproducción.

El delegado Casta atacó el artículo, citando casos prácticos y haciendo ver a la Asamblea la imposibilidad de poner en vigor una ley que autorizara la investigación de la paternidad, concluyendo el orador por sostener que la aprobación de ese artículo era tanto como legislar sobre el amor libre.

El delegado Orozco, en pro, manifestó que no iba a defender con razones científicas la aprobación del artículo a discusión, sino que iba a estudiarlo dentro del carácter de la Revolución, esgrimiendo argumentos en pro de la mujer seducida y de los hijos naturales, para los que las legislaciones pasadas no han tenido ningún amparo.

El delegado Nieto, en su largo estudio, demostró que era inmoral aprobar ese artículo y que aprobándolo, se acabaría con los hogares, y sería una amenaza constante para la mujer honrada. El orador demostró con casos prácticos y con citas oportunas lo indebido de legislar sobre ese asunto.

Después de una aclaración del delegado Cervantes, se suspendió la discusión, y se pasó a tratar de los asuntos en cartera.

El ciudadano Secretario Casta dio lectura a un oficio suscrito por el ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo en el que manifíesta haberse enterado de que por convocatoria de la Comisión Permanente de la Soberana Convención Revolucionaría, ésta ha reanudado sus sesiones con fecha 22 del corriente mes. A sus antecedentes.

Escrito del ciudadano delegado Antonio Díaz Soto y Gama, en el que participa no poder concurrir a la sesión de hoy, por encontrarse enfermo. De enterado con pena.

Se mandó pasar a la Comisión Revisora de Credenciales, por no considerarse de pronta y obvia resolución, la renuncia que el ciudadano Enrique M. Zepeda, hace de la representación que le fue concedida por el ciudadano general Everardo González.

El ciudadano Cervantes pidió hacer uso de la palabra para fundar su voto reprobatorio al trámite dictado por la Directiva, negándosela el presidente de la misma, en virtud de que se ha sentado el precedente, de no concederla para ese fin.

Posteriormente, el ciudadano Cervantes hizo varias consideraciones, y concluyó pidiendo se tratara el asunto desde luego.

No habiéndose considerado lo propuesto por el ciudadano Cervantes, la Secretaría declaró que la Mesa sostenía su trámite.

Considerada de pronta y obvia resolución la moción formulada por los ciudadanos Tulio Espinosa, Sergio Pasuengo, E. F. León y otros varios delegados, en que piden se nombre una comisión integrada por nueve miembros de la Asamblea, a fin de que desde luego vigile e investigue a todos los enemigos de la Revolución, que sin ningún derecho legal se han colocado en la administración pública, sorprendiendo a los empleados superiores de las diferentes oficinas para obtener los mejores empleos; dando cuenta la referida comisión a esta Asamblea, de todos sus trabajos, para que ésta resuelva todo lo relativo a las referidas investigaciones. Se mandó pasar a la Comisión de Peticiones, para que desde luego dictaminara sobre el particular.

El ciudadano Casta, de la Comisión, consultó si en caso de ser favorable el dictamen, se les autorizaba para presentar en el mismo, lista de candidatos. La Asamblea contestó en sentido afirmativo.

Transcurridos algunos minutos, la Comisión de Peticiones presentó su dictamen, el cual concluye con el siguiente acuerdo:

Unico. Nómbrese una Comisión de Salud Pública, compuesta de nueve delegados para que investigue e informe a esta Asamblea, sobre los individuos enemigos de la Revolución que tienen algún empleo o cargo en la actual ádministración, a fin de que esta Soberana Convención, promueva ante quien corresponda, su inmediata separación.

En votación económica, se propone para que integren la referida Comisión de Salud Pública, a los siguientes delegados:

Sergio Pasuengo.
José Quevedo.
Agustín Preciado.
Antonio Díaz Soto y Gama.
Reynaldo Lecona.
Santiago Orozco.
Enrique Santos Coy.
Dionisio Marines Valero.
José G. Nieto.

La Presidencia manifestó que en virtud de haber transcurrido las cinco horas de Reglamento, se iba a levantar la sesión.

Leída la orden del día a las ocho y cincuenta y cinco minutos de la noche, se levantó la sesión.

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