Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión del 1° de febrero de 1915 Sesión del 2 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

JUNTA PREVIA DEL 2 DE FEBRERO DE 1915 CELEBRADA EN CUERNAVACA, MORELOS

Presidencia del C. Delegado Montaño


SUMARIO

Se integran las Comisiones de Relaciones, Fomento, Justicia e Instructora del Gran Jurado.- Averiguaciones sobre la causa de falta de asistencia de algunos ciudadanos delegados.- Ratificaciones del nombramiento del Tesorero General de la Nación.- El envío del agua de Xochimilco.- Discusión de la respuesta que se debe dar al general Buelna.

(El secretario Lecona lee la credencial y dictamen relativo del ciudadano Gilberto Montaño, a favor del ciudadano Felipe García)

Un C. delegado

Ruego al señor secretario se sirva leer cuáles son las causas por que excluyen a ese señor delegado.

El C. secretario

(Lee la credencial)

El C. Aceves

Es acuerdo expreso de la Convención de que ningún representado podrá retirar a su representante; pero en este caso, creo que es perfectamente de admitirse la nueva credencial, por razón de que el nuevo representante no cumplió con su deber asistiendo a las sesiones de esta H. Convención. De tal manera, que hay que hacer notar que sólo en este caso se puede recibir al nuevo representante.

El C. secretario

¿El señor Felipe García se halla presente?

El C. Felipe García

Sí, señor.

El C. secretario

Tiene usted la palabra para informar sobre su personalidad.

El C. presidente

La Mesa suplica al presunto delegado que va a hacer uso de la palabra, tenga la bondad de pasar por aquí, para que se le oiga.

El C. Felipe García

Mi labor respecto a la Revolución, data desde 1910, en que pertenecí al Partido Antirreeleccionista. En 1911, cuando se inició la Revolución, recibí órdenes de los señores Madero y Vázquez Gómez a ver si por mi rumbo se podía organizar algo de Revolución; en 1911 les hablé a Guadalupe Sánchez y a Manuel López, A. Soto y Silviano García, y ellos fueron a la Revolución en esos meses, y tuve que darles unos nombramientos, porque querían justificar ante los pueblos que iban a atacar, que eran revolucionarios y no bandidos.

Se triunfó, como se recordará, y entonces pasé al Cuartel General de México y entregué los documentos al ingeniero Alfredo Robles Domínguez, que tenía su despacho en la tercera de Roma número 50.

Yo, no queriendo ser militar, porque siempre he sido renuente a los galones, acepté mejor un puesto civil, y fungí en la administración del Hospital General. Al final, para no ser largo en esta información, cuando el cuartelazo, desempeñaba el puesto de Administrador y Pagador del Internado Nacional; me separé de allí y en tiempo de la dictadura de Huerta, no serví ningún puesto, sino que hice mi labor de propaganda; fui a Papantla a desempeñar una comisión de la Junta Revolucionaria de México, de la que era vicepresidente el que fue gobernad

Luego, en 29 de noviembre de 1913, marché también al sur de Puebla y al oriente, casi sur de Veracruz, al pueblo de Teocelo, a ponerme en contacto con los generales revolucionarios que eran entonces los ciudadanos Portas, Guadalupe Sánchez y Gilberto Camacho; ahí les entregué dinero para nuestra Revolución. Regresé a México, y al triunfo, me incorporé a la Brigada Sanitaria, adonde llegué el 30 de noviembre.

Con esto, creo que he demostrado que siempre he pertenecido al núcleo revolucionario (aplausos), y como prueba, traigo aquí un nombramiento de la División del Norte.

El C. secretario

Continúa la discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

En votación económica, se pregunta si se considera suficientemente discutida esta credencial.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Suficientemente discutida. Se pone a votación el dictamen.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aceptada la credencial. (Aplausos)

El C. Felipe García

Gracias por haberme aceptado.

El C. presidente

¿No hay ningún ciudadano general que tenga personalidad propia?

El C. secretario

Señores delegados: la Mesa, por conducto de la Secretaría, pone en conocimiento de ustedes, que habiéndose presentado un presunto delegado, cuya credencial estaba suspensa por el dictamen desde hace varios dias, se va a traer este diotamen, continuando, por consecuencia, la junta previa. (Se lee el dictamen referente al ciudadano Amezcua)

Está a discusión.

El C. presidente

El ciudadano Amezcua tiene la palabra para informar sobre la personalidad de su representado y de sí mismo.

El C. presidente

La Mesa suplica al presunto delegado, levante un poco más la voz, a efecto de que podamos oír.

El C. Amezcua

Esta es la hoja del general Ledesma, señores delegados. En el primer viaje del ciudadano Francisco I. Madero a Tehuacán, Pue., el señor Ledesma, en unión del ciudadano Genaro Amezcua, ofreció al líder trabajar en aquella zona por los ideales libertarios que iba predicando el señor Madero, estando desde entonces en constante comunicación con dicho señor.

Instalado suficiente número de clubes por dicho señor Ledesma y avecinándose la campaña electoral de aquel entonces, cuya fórmula era Madero-Vázquez Gómez, trabajó con toda actividad por el triunfo electoral.

Fueron tan activos los trabajos que al fin logró una inmensa mayoría de adictos a dicha fórmula; pero desgraciadamente pasó lo que en toda la República; llegado el momento de instalar el Colegio Electoral para ser emitido el voto, fue invadido dicho recinto por una multitud de rurales enviados con el propósito de impedir el triunfo de dicha fórmula e imponer la candidatura oficial que era Díaz-Corral.

No obstante de haber infundido pánico entre los electores, el ciudadano Ledesma, que también era elector, con un valor excepcional en aquellos tiempos de servilismo, votó por los candidatos independientes, con lo cual, como es de suponer, se atrajo el odio de las autoridades.

Desde esa época empezó a propagar en el distrito de Tehuacán y en parte del Estado de Oaxaca las ideas que profesaba.

Más tarde, cuando el señor Madero fue aprehendido en San Luis Potosí, fue uno de los que con más ardor y con apoyo de su correligionario Amezcua, fue a dicha ciudad a fin de ponerse al habla con el señor Madero, y ver qué se hacía para lo futuro.

De regreso el señor Amezcua, y trayendo las instrucciones necesarias para conquistar adeptos a la Revolución en proyecto, laboró en esta nueva etapa de su vida de un modo decidido y eficaz, pues al estallar el movimiento en el mes de noviembre, los pueblos de la Sierra del Distrito de Tehuacán estaban suficientemente preparados para la insurrección. Desde ese momento quedaron substraídos a la acción del Gobierno Federal hasta el mes de marzo del mismo año, en que recibieron elementos de guerra para ponerse definitivamente en contra de dicho Gobierno.

El día 20 del mismo mes, por una delación, fueron aprehendidos e internados en la prisión de esa ciudad, y más tarde conducidos a Puebla, donde se les siguió instruyendo proceso por revolucionarios; permaneciendo en dicha prisión hasta el triunfo de la causa.

Inmediatamente después, la Junta Revolucionaria de Puebla dio comisiones al señor Ledesma, las que siempre llevó a buen fin. Como premio a tantos servicios dicha Junta expidió al señor Ledesma despacho de coronel.

El señor Ledesma fue uno de los jefes que con todo vigor sostuvo el empuje de las fuerzas federales comandadas por el entonces coronel Blanquet, en la infausta noche y madrugada del 13 de julio de aquel año en la ciudad de Puebla.

Más tarde siguió prestando sus servicios como coronel del nuevo Ejército de la República.

En la conciencia de todos los revolucionarios estaba el convencimiento de que en los primeros meses del Gobierno del señor Madero se presentía por ciertos hechos que los principios de la Revolución iban naufragando día a día; en tal virtud, el coronel Ledesma se separó de las filas, y pocos meSes después, asociado con el general Angel Barrios, daba el grito de rebelión en los Estados de Puebla, Oaxaca y Veracruz, proclamando los principios del Plan de San Luis, aquilatados en el Plan de Ayala.

Después de una serie de combates fue hecho prisionero en aquel Estado, y traído a la Penitenciaria de esta ciudad, donde permaneció hasta el cuartelazo, en que fue puesto en libertad.

Al recobrar su libertad, se puso en contacto con los generales Manuel Oseguera, Cándido Navarro y coronel Amezcua, para la nueva campaña contra la usurpación, a cuyo efecto se le comisionó por estos jefes para ir a reclutar gente en el Estado de Oaxaca en el mes de abril de 1913.

Encontrándose en esta labor de reclutamiento, fue denunciado, aprehendido y traído a la ciudad de Puebla, o lo que es lo mismo, hasta la llegada de las fuerzas del general Pablo González, que lo pusieron en libertad. Inmediatamente de recobrar ésta, se fue a unir con su compañero Angel Barrios, que se encontraba en Cuernavaca.

su nombramiento de general revolucionario lo recibió en abril de 1912, el cual estaba expedido en abril de 1911.

Durante los meses de noviembre y diciembre de 1911, y enero de 1912, no se lanzó a la campaña, por estar enfermo a consecuencia de los malos tratamientos recibidos en su largo período de prisión, pero no obstante, tenía gente en la Sierra de ZacapoaxtIa, Pue., La Malinche, rumbo de Tehuacán, Cholula y Chalchicomula, cuyos puntos desde aquel tiempo hasta hoy, han sido leales a la causa de la Revolución.

A pesar de que el general Ledesma salió para Morelos después del cuartelazo, su agente, el coronel Pablo Ramírez, levantado por indicación de él y bajo sus inmediatas órdenes, siguió levantado en La Malinche, como es púbico y notorio.

Esta es, señores delegados, la labor política y revolucionaria del general Carlos Ledesma.

El C. Caraveo

El presunto delegado nos hace un relato muy largo de los servicios prestados por su general; pero no nos dice en concreto cuáles son los combates que ha librado.

El C. Fierros

Pido la palabra.

El C. presidente

La tiene el señor que va a contestar.

El C. Amezcua

Ahora últimamente está en campaña, señor. No me ha dado noticias de cuáles combates ha tenido, no puedo saber más.

El C. presidente

Continúa la discusión.

El C. Fierros

Para satisfacer la curiosidad del ciudadano Caraveo, manifiesto a esta Asamblea que el general Ledesma cOmbatió en 1911 en el Distrito de Teotitlán y sostuvo combates en el kilómetro 243 en la línea ferroviaria de Puebla a Oaxaca. En San Antonio tuvo un combate contra las fuerzas llamadas maderistas. En Acatlán, municipalidad del Distrito de Tuxtepec, contra fuerzas del 3° Regimiento, y fue hecho preso en la municipalidad de Jiménez, del mismo Estado de Oaxaca, en 1912.

Después de que obtuvo su libertad casualmente, salió a combatir en el Distrito de Tehuacán, y vuelto a caer prisionero en 1913, estuvo recluido en la Penitenciaría del Distrito Federal, e inmediatamente que recobró su libertad, marchó al Estado de Guerrero, en donde tomó parte en diferentes combates, y últimamente ha estado en las acciones de guerra que se han librado sobre la capital del Estado de Puebla.

Estos son los datos que le puedo dar al señor delegado Caraveo.

El C. Cruz

La personalidad del general Ledesma es indiscutible. He tenido la honra de militar a sus órdenes en los puntos que ha citado el señor Fierro, y ya no hay necesidad de que los relate yo.

El C. secretario

Continúa la discusión.

Señor presunto delegado Amezcua, se suplica a usted que en breves palabras informe sobre su personalidad.

El C. Amezcua

Mi personalidad, señores, mis hechos, son enteramente humildes y sencillos, sólo se concretan a que los que ya he puesto o que puse siempre a disposición de la Revolución, fueron enteramente humildes.

El C. presidente

La Mesa suplica al señor presunto delegado, tenga la bondad de levantar un poco más la voz, para que lo escuche la H. Asamblea.

El C. Amezcua

Mis pequeños servicios, señores, siempre estuvieron dispuestos a la Revolución.

Yo nunca milité con las armas, sencillamente estuve a las órdenes de varios jefes revolucionarios, mi casa siempre fue refugio de ellos.

Ya repito, mis pequeños servicios no hacen mérito de mi personalidad, facilitar un arma a un amigo, no significa un gran servicio. Así es que desde febrero de 1911 estuve yo aquí, en el Estado de Morelos, gestionando la cuestión de terrenos del pueblo de Amacuzac contra la hacienda de San Gabriel.

A raíz del cuartelazo, naturalmente, los del pueblo se fueron a quejar, diciendo que ya les habían quitado los terrenos.

Empezaron las persecuciones contra mí, al grado de no poder permanecer aquí; fui a la capital, abandonando mis pequeños intereses; en mi familia todos son revolucionarios; en el Estado de Michoacán, en el Distrito de Coalcomán, tengo un sobrino que se levantó en armas.

Ya no tengo otros méritos que manifestar a ustedes, porque lo que he dicho es lo único que podrá servirles de base. Actualmente estoy prestando mis servidos en el Cuartel General.

El C. secretario

Continúa a discusión la credencial.

El C. Casta

Yo acepto los servicios del señor como revolucionario, y aun deseo que forme parte de esta Asamblea, por sus convicciones revolucionarias, por su ayuda a la causa; pero en virtud de las mismas declaraciones que ha hecho, éstas no ameritan que el señor tenga el grado de coronel; yo creo que los grados se obtienen en los campos de batalla, y el señor nos ha dicho que no ha empuñado las armas. En tal virtud, como resultado de sus declaraciones, debe aceptársele por sus méritos, pero no como coronel.

El C. Orozco

Voy a informar a esta Asamblea que al señor Amezcua no se le ha extendido el nombramiento del grado de coronel, sino que presta sus servicios en el Cuartel General.

Cuando sus servicios ameriten que se le expida su nombramiento, se le expedirá; por ahora, no se le ha expedido, es como un simple asimilado.

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaría, informa al señor delegado Casta, que efectivamente, la credencial dice: Extiendo el presente para darle poder amplio y necesario para que me represente, al ciudadano Antonio Amezcua.

Lo considera como civil, no como militar.

El C. Casta

Pero el señor acaba de decir que es coronel.

El C. secretario

Continúa la discusión.

El C. Cruz

El ciudadano Antonio Amezcua, me consta que fue un colaborador de la Revolución desde 1910, fue infatigable en su colaboración para con ella, de modo que ciertamente yo nunca lo conocí como militar; pero como propagandista ha sido uno de los propagandistas de fuerza que ha ayudado mucho a la Revolución.

El C. secretario

Continúa la discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

En votación económica se pregunta si está suficientemente discutida esta credencial.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Suficientemente discutida.

Se pone a votación el dictamen que dice: (lee el dictamen)

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

El C. presidente

Se levanta la sesión previa y se abre la sesión plena.

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