Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión celebrada el día 31 de octubre de 1914 en la ciudad de Aguascalientes Sesión celebrada el día 2 de noviembre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN CELEBRADA EL DÍA 1° DE NOVIEMBRE DE 1914 EN LA CIUDAD DE AGUASCALIENTES

PRESIDENCIA DEL C. GENERAL PÁNFILO NATERA

Crónica del periódico El Liberal, publicada en sus ediciónes de los días 2 y 3 de noviembre de 1914.


A las tres y quince minutos de la tarde, el secretario Santos pasó lista de asistencia.

Un numeroso público ocupa los palcos y el ambiente está impregnado de ansiedad.

Faltando un cuarto para las cuatro, el general Villarreal tomó posesión de la presidencia, y después de que la bandera fue colocada en su sitio por la Guardia de Honor, se declaró reanudada la sesión permanente.

La Mesa directiva manifiesta que empezando hoy nuevo mes, debería cambiarse el personal de la misma. Esto motiva la exposición de opiniones diversas sobre ese punto, prevaleciendo la idea de no cambiar Mesa, sobre todo porque el acto determinaría una pérdida de tiempo, que es precioso en las actuales circunstancias.

La asamblea decide que siga funcionando la misma Mesa. Y después la secretaría amonesta al público para que se abstenga de tomar parte en las discusiones, en ningún sentido.


EL PRESIDENTE SERA PROVISIONAL

El Gral. Hay pide que sea votado nominalmente el artículo segundo que anoche fue discutido y aun votado económicamente.

La secretaria lee tal artículo, en el que ha resultado cambiada la palabra interino por provisional.

Se procede a tomar la votación respectiva, y se recogen setenta y nueve votos por la afirmativa contra cuarenta y nueve por la negativa.

Y hay que advertir que los representantes de la División del Norte votaron en esta última forma, por su alianza con los zapatistas,

El coronel González Garza, al fundar su voto, dice que lo da negativamente, porque sus compromisos anteriores así lo obligan. Manifiesta que por su boca habla el general Villa, que no puede ser inconsecuente con sus actos; e hizo notar que la asamblea sí lo ha sido, porque habiendo aprobado el artículo decimosegundo del Plan de Ayala, no puede aceptarse el artículo segundo del dictamen.


LOS ZAPATISTAS LIBRES DE TODO COMPROMISO

Después habla Soto y Gama y lo hace vehementemente. Declara que desde el momento en que se respeta el arlículo decimosegundo del Plan de Ayala, el Ejército Libertador se considera libre de todo compromiso y rompe las ligas que tenía con esta Convención.

Entonces -interrumpe el coronel Carlos Prieto- ¿ese vociferador vulgar puede decir qué compromisos o qué ligas tienen los zapatistas con esta Convención?

Se multiplican las protestas y el desorden se intensifica. Luego que se aplaca un poco, el presidente dice:

¿El señor Soto y Gama está dispuesto a seguir hablando aun cuando no se le conceda la palabra?

No, señor -responde el aludido-; sino que el Ejército Libertador protesta contra los actos de esta Asamblea, que después de haber aprobado veinte veces una cosa, ahora la desconoce.

Nuevamente se reproducen los gritos y protestas.

El coronel Serratos, de la delegación zapatista, procura calmar los ánimos. Manifiesta que no pueden salirse de las órdenes que les dio el general Zapata.


EL ARTICULO 12° NO ESTA EN PUGNA

Luego pregunta que por qué no se quiere aceptar la proposición que hicieron anteriormente, acerca de que el general Robles, a quien no lo conocían, se encargara por quince o veinte días, del Poder Ejecutivo.

Y el general Lugo, a su vez, con la lectura al famoso artículo decimosegundo del Plan de Ayala, dijo que éste no se hallaba en pugna con el que se aprobaba ahora, pues que aquél habla de que en la Convención, integrada por elementos revolucionarios de los distintos Estados, se elegiría al Presidente de la República.

Don Paulino Martínez, presidente de la delegación zapatista, declaró que la Convención a que tal artículo se refería era ésta, y que entonces la asamblea no ha pisoteado sus acuerdos.

El general Obregón observó que cuando se trató de hacer cesar a los señores Carranza y Villa, entonces no se tomó en cuenta si estaban o no aquí los representantes del Ejército Libertador; y agregó que si se consideró que la Asamblea era soberana y podía quitar al Encargado del Poder Ejecutivo, claro es que también puede substituirlo por otro.


NO HA CESADO EL PRIMER JEFE

El teniente coronel Ruiz hace notar que no es verdad que haya cesado el Primer Jefe, porque las condiciones que fijó para abandonar el Poder no han sido aceptadas. Y que así, no es verdad que la República esté sin mandatario. Y agregó: si se nombrase Presidente provisional, habrá dos jefes de la nación y entonces el conflicto será más grave. Y todo puede remediarse con mejor redacción de los puntos resolutivos del dictamen: que se diga en el artículo primero que el señor Carranza cesará en sus funciones cuando lo decida la Convención; y en el artículo segundo, procédase a nombrar Presidente, etc., así que se haya formulado el supremo programa de gobierno que contenga las reformas que satisfarán los anhelos nacionales.

Conocido el resultado de la votación sobre el artículo segundo del dictamen, y la cual se prolongó por mucho tiempo en virtud de que los delegados en su mayor parte fundaron su voto, y otros divagaron abandonando el punto a discusión, la presidencia suspendió la sesión por treinta minutos.

Durante este tiempo formáronse en el interior del teatro numerosos corrillos que en animadísima charla cambiaban impresiones respecto al candidato a la presidencia provisional de la República.

A las ocho de la noche se reanudó la sesión; pero como era notorio que faltaban muchos delegados, el coronel Paniagua propuso una nueva suspensión mientras llegaban los convencionales ausentes.


UNA INTERESANTE PROPOSICION

En esto fue presentada una moción de los delegados Julio Madero y Alfredo Rodríguez, este último representante del general Pablo González. El espíritu de tal proposición es el siguiente:

Considerando que el Ejército Libertador forma parte importante de las fuerzas que combatieron al usurpador;

Considerando necesario que el Ejército Libertador se halle representado en esta Convención, ya que ha demostrado los mejores deseos de contribuir a la resolución de los problemas nacionales;

Proponemos que se adicione el artículo segundo, recientemente aprobado, en el siguiente sentido:

Inciso B.- La elección que conforme al inciso A, de esta ley se haga, será rectificada o ratificada por esta Convención el día 20 del actual, con asistencia de treinta delegados del Ejército Libertador.

Para fundar su proposición habló el delegado Madero. Y habló luego el teniente coronel Castillo Tapia; pero se refirió a cosa distinta de la que se trataba, pues para mencionar que en la mente de los delegados para candidatos a la presidencia provisional, estaban los nombres de los generales Isabel Robles, Eulalio Gutiérrez y Juan Cabral, dijo que atacaría a los tres y que debería estudiarse cuál de estos candidatos sería el más grato a los grupos disidentes. Cada uno de éstos -agregó- indudablemente querrá que triunfe el que menos contacto haya tenido con el bando opuesto: así, el general Robles, que ha militado bajo las órdenes del general Villa, será rechazado por el señor Carranza; el general Gutiérrez, que recibió órdenes de Carranza, no será aceptado por Villa probablemente.

Se llama la atención acerca de que no están a discusión las candidaturas.

El delegado Julio Madero habla acerca del papel que los enviados zapatistas desempeñarán en esta cuestión, y pregunta a Soto y Gama que qué le parecen los candidatos Robles, Gutiérrez y Cabral. Y el aludido manifestó que Gutiérrez no le gusta, y que acepta a cualquiera de los otros dos.

Entonces la secretaría recuerda que se halia a discusión la proposición de los señores Madero y Rodríguez.

En el debate que con este motivo se suscita se llega a creer que no puede señalarse fijamente la fecha del 20 de noviembre para rectifIcar o ratificar la elección presidencial.

El general Lugo señala el peligro de fijar fecha determinada y el número fijo de representantes surianos, porque podría darse el caso de que éstos no se reunieran.

Entonces el teniente coronel Rodríguez propone una modificación, en el sentido de que se exprese que la asistencia de treinta delegados zapatistas será como máximum; es decir, que pueden venir de uno a treinta.

El general Obregón dice que mientras los delegados surianos no hagan suya esta proposición, encaminada indudablemente a un noble fin, o al menos hagan declaración expresa manifestando si en esas condiciones aceptarán venir a la Convención, no podrá resolverse.

Castillo y Tapia pregunta a Soto y Gama si la comisión zapatista está dispuesta a sostener al candidato para la presidencia provisional que emane de esta Convención.

El interpelado recuerda que el general Zapata les dio instrucciones para que en caso de que se festinara el establecimiento de nuevo Gobierno, propusieran un triunvirato; y agrega, que como suprema concesión prometen buscar el apoyo del general Zapata para el candidato que resulte electo, si les es grato.

Castillo y Tapia pregunta todavía más: Si a ese candidato electo, que ellos acepten, se comprometen a apoyarlo.

Y Soto y Gama responde afirmativamente.

Castillo y Tapia continúa hablando por largo rato. A cada momento es interrumpido; se separa del punto a debate, lanza ataques personales; habla de mil cosas, hasta que la presidencia le manda que se siente.

Luego habla el delegado Marciano González, quien lee las instrucciones que dio Zapata a sus representantes, y en ellas consta que éstos se hallan facultados para contribuir a la elección de presidente o de Junta Provisional de Gobierno. Entonces -concluye- los delegados zapatistas tienen facultad para ayudar en la elección de que ahora se trata.

Soto y Gama interrumpe manifestando que además el general Zapata les dio otras instrucciones secretas. Y el delegado González se manifiesta inconforme, pues dice que esa aseveración pugna con las que constan en el documento y que hablan de categórica manera.

En este debate, que se prolonga por mucho tiempo, intervienen los delegados Buelna, Gutiérrez de Lara, Josué Sainz, Alfredo Rodriguez, García Vigil y otros.

Este último manifestó que resultaba una inconsecuencia tratar esa proposición mientras los delegados del Sur no se comprometieran haciéndola suya.

Soto y Gama contesta que eso sólo podrá hacerse después de saber quién es el candidato.

Y el capitán Vela declara que don Paulino Martínez manifestó a la asamblea que los delegados no traían candidato y que aceptarían cualquiera por veinte días.

Y Martínez manifiesta que les han sido presentados varios candidatos y que están absolutamente conformes con ellos.

¿ Cuáles son?, preguntan los delegados.

Los generales Cabral, Robles y Aguirre Benavides-, responde el interpelado.

Vuelve a intervenir en la discusión el teniente coronel Castillo Tapia, y nuevamente provoca varios incidentes, lo cual obliga al general Natera, que preside, a callar al orador. El delegado Martín Espinosa solicita que el doctor Zertuche reconozca el estado en que se halla Castillo Tapia, y entonces éste toma sombrero y abrigo y sale del salón diciendo desdeñosamente: ¡Aquí no hay patria; sólo hay servilismo!

Al fin se declara agotado el debate y al tomarse la votación resultó aprobada la proposición de que se trata.


LA DISCUSlON DE LOS CANDIDATOS

La Mesa invita luego a la asamblea para que presente candidatos presidenciales que desempeñen el altísimo puesto por veinte días.

Numerosos delegados conferencian con la delegación zapatista; le dan nombres y ésta asiente. Y Paulino Martínez declara: aceptamos a los generales Eulalio Gutiérrez, Isabel Robles y Juan Cabral.

La secretaría manifiesta que a las diez y media de la noche se procedería a efectuar la elección.

González Garza, representante del general Villa, expone que se seguirá el método de elimínación, y lo explica: La División del Norte presentará su candidato; el Ejército Libertador presentará el suyo; y el otro grupo presentará a la vez su candidato. Esas tres candidaturas se entregarán a la Mesa; se discutirán las personalidades; y se irá eliminando al que obtenga menor número de votos en cada votación, hasta quedar uno solo, que será el triunfador.

Muchos delegados no se manifiestan conformes con esta proposición.

La secretaría, en nombre de la Mesa declara que triunfará quien obtenga la mayoría absoluta. (Más de la mitad de los votos, según las prácticas parlamentarias)

La asamblea protesta.

El delegado Julio Madero opina que el sistema de eliminación es el más democrático.

La secretaría propone luego que resultará triunfante el que obtenga la mayoría relativa. (Técnicamente, la formada por el mayor número de votos, no con relación al total de éstos, sino al número que obtiene cada una de las personas votadas) y entonces la asamblea asiente.


LA VOTACION

Entonces se procede a efectuar la votación. Para ello, el secretario Marciano González va llamando a los convencionales por el nombre' de la delegación o representación respectiva; y el secretario Vito Alessio Robles recibe en su sombrero boleado las cédulas que los votantes van depositando. Tanto uno como otro de los secretarios se hallan sentados en el proscenio.

Aguirre Benavides Eugenio ... Avila Fidel ... Almanza Mateo ... Angeles Felipe ... -va gritando el secretario González, y los nombrados suben a depositar sus votos, entre la enorme expectación general.


EL CANDIDATO TRIUNFANTE

Al fin, después de varios minutos, que se hacen eternos, se termina la votación y se procede a efectuar el escrutinio. Y es este el momento culminante. Todos los ojos están clavados sobre los montones de cédulas que se van formando a medida que son extraídas del bombín del secretario Alessio Robles. El público se muestra extraordinariamente agitado. Nosotros, los periodistas, que llevamos ya setenta y cinco horas sin dormir, pues ellas han sido de trabajo incesante, ante la solemnidad del momento, logramos dominar el cansancio de nuestros nervios y estamos muy pendientes del acto que se efectúa.

El secretario Samuel M. Santos practica el escrutinio y va mencionando el nombre de los candidatos consignados en las cédulas. Desde el primer momento, el general Gutiérrez domina a los demás: generales Juan Cabral y José Isabel Robles.

El segundo es el que le sigue en número de sufragios.

Y después de largos momentos de ansiedad, se declara que el general Gutiérrez ha obtenido mayoría: ochenta y ocho votos. El general Cabral tuvo treinta y siete; el general José Isabel Robles, de la División del Norte, obtuvo dos; y el general Eduardo Hay, uno.

Al conocerse el resultado de la votación, estalla un estruendoso: ¡Viva el general Gutiérrez!

Se aplaude con entusiasmo, y se vitorea a la Convención.

Los delegados se abrazan con los zapatistas, quienes gritan: ¡esto queríamos los del Sur, legalidad!

¡Ahora sí, señores -dice Castillo Tapia, que ha entrado de nuevo al salón-, juremos al Presidente, así los delegados del Ejército del Norte, como los del centro y los del Ejército Libertador!


LOS ZAPATISTAS ACEPTAN AL GENERAL GUTIERREZ

El licenciado Soto y Gama declara que el Ejército Libertador acepta con toda lealtad al candidato triunfante.

Son las once y media de la noche.

Los delegados se agrupan en el proscenio.

El general Natera, que ha fungido de presidente, toma la histórica bandera de la Convención, y declara solemnemente: Es Presidente Provisional de la República Mexicana el general Eulalio Gutiérrez que obtuvo la mayoría de votos. Y entonces estallan fragorosos vítores: ¡Viva Gutiérrez! ¡Viva la Revolución! ¡Viva Carranza! ¡Viva Villa! ¡Viva Zapata! ¡Viva la República Mexicana!

Los convencionales todos están jubilosos; y al llegar el general Gutiérrez, todos lo abrazan.


¡TODOS TENDRAN GARANTIAS, MENOS LOS REACCIONARIOS!

Luego el general Gutiérrez se dirige a la Asamblea.

Agradezco la muestra de confianza que se me ha dispensado -dice-; y protesto aquí, en este lugar, cumplir y hacer cumplir todas las disposiciones que emanen de esta honorable Asamblea.

En los pocos días que yo esté aquí, los señores del Sur, los que siguen al general Zapata, todos los bandos, menos los reaccionarios, tendrán todas las garantías posibles con que deben contar todos los hombres honrados que buscan el bien de la Patria.

Espero también que ustedes me ayuden, y creo que así lo harán con todos los elementos de la Revolución y de esta Asamblea.

Luego Paulino Martínez y el general Robles hablaron en términos encomiásticos y felicitaron al general Gutiérrez por el triunfo obtenido.


UNA MANIFESTACION AL AIRE LIBRE

A las doce de la noche abandonamos el teatro Morelos, siguiendo al general Gutiérrez, a quien acompañan en masa todos los delegados. En medio de la tranquilidad de la noche, resulta imponente el soberbio coro formado por los repiques de las campanas, los silbatos de las locomotoras que se hallan en la estación, y las notas bélicas de los clarines.

En la manifestación forma numeroso público que prorrumpe en vivas al candidáto triunfante.

Los manifestantes dejaron al general Gutiérrez en el hotel en que se hospeda; y después los delegados y el público se dirigen a la casa que ocupa el general Antonio I. Villarreal, presidente de la Convención, y quien había renunciado ese puesto a causa del rumor echado a volar acerca de que a merced de aquél, quería ejercer presión en pro de su candidatura a la Presidencia de la República.


TIEMPO ES YA DE EMPEZAR LA RECONSTRUCCION

Al llegar los manifestantes frente a la casa citada, ei general Villarreal se asomó al balcón, ante las instancias de aquéllos.

Tomó la palabra el delegado García Vígil, quien encomió el acto que se acababa de realizar de manera pacífica, cuando todos creían en una explosión de ambiciones personales -dijo- que darían un resultado funesto. El orador vitoreó a la Patria y dijo que había cesado la lucha y que tiempo era ya de empezar la reconstrucción nacional.

En nombre de los manifestantes habló el general Aguirre, Benavides, quien tuvo frases de encomio para el general Villarreal, y le pidió que retirara su renuncia. El orador se regocijó también por haberse llegado a una feliz resolución, que hace esperar que la paz sea duradera y fructífera.

Desde el balcón respondió el general Villarreal, quien protestó contra el infame rumor de que trataba de aprovecharse de la presidencia de la Convención en favor de su candidatura. Dijo que tenía el propósito inquebrantable de renunciar, porque no era político, sino un hombre de trabajo y de lucha que ha servido lealmente a la Patria; agregó que no tenía ambiciones.

Los delegados, en plena calle, a grandes voces, dijeron que no admitirían la renuncia.

Hubo vivas y aplausos y después los manifestantes se dirigieron a la Plaza de Armas. Se detuvieron al pie del monumento a Juárez, y allí, el coronel Roque González Garza habló encomiando la obra del inmortal indio, como su patriotismo noble y desinteresado, y pidió que todos siguieran su ejemplo y que sólo se preocuparan por el porvenir de la Patria. Y allí mismo el orador pidió a los presentes que le dieran seguridades de que mañana el primer acto de la Convención sería rechazar de plano la renuncia del general Villarreal, y así se acordó.

Durante toda la noche hubo entusiasta agitación en Aguascalientes.

A cada momento escuchábanse descargas de fusilería, en señal de regocijo.

Tal es el ambiente del momento actual en esta ya histórica ciudad.


QUIENES VOTARON QUE SI Y QUIENES QUE NO

La siguiente es la lista completa de los delegados que votaron el dictamen de las comisiones unidas de Guerra y Gobernación, sobre el retiro del Primer Jefe y del general Villa.

Por la afirmativa:
Eugenio Aguirre Benavides.
Salvador R. Alcázar.
Isaac Arroyo.
Vito Alessio Robles.
Fidel Avila.
Mateo Almanza.
Felipe Angeles.
Isabel P. Balderas.
Atilano Barrera.
Santos Bañuelos.
Francisco Betanzos.
David Berlanga.
Rafael Buelna.
José Casta.
Daniel Cerecedo Estrada.
Juan G. Cabral.
Rafael Cárdenas.
Pedro A. Carvajal.
Joaquín Casarín.
Guillermo Castillo Tapia.
Saturnino Cedillo.
Severino Ceniceros.
José Trinidad Cervantes.
Mauricio Contreras.
José T. Cantú.
Manuel Chao.
Elfego Chargoy.
Félix E. Durán.
Carlos Domínguez.
Martín Espinosa.
Valentín Flores Garza R..
Guillermo García Aragón.
Agustín García Balderrama.
GuilIermo Gaona Salazar.
Nicasio Gaxiola.
Roque González Garza.
Jesús Garza.
Eduardo González E..
Ramón Gámez.
Ricardo González.
Eulalio Gutiérrez.
Luis González.
Felipe Gutiérrez de Lara.
Lázaro J. Hernández.
Eduardo Hay.
Juan Hernández García.
Salvador Herrejón.
Eduardo Hernández.
Encarnación León.
Miguel V. Laveaga.
Julio Madero.
Raúl Madero.
Francisco P. Mariel.
Dionisio Marinos Calero.
Esteban Márquez.
Francisco S. Mancilla.
Julián C. Medina.
Renato Miranda.
Pedro M. Morales.
Alberto Montaño.
Pánfilo Natera.
Alvaro Obregón.
Félix Ortega.
Manuel Ortega.
José H. Osterman.
Ramón Oyervides.
Matías Pasuengo.
Miguel A. Peralta.
Orestes Pereyra.
Ildefonso Pérez.
Rafael Pérez.
Alberto B. Piña.
Jacinto Ramírez.
Daniel Ríos Zertuche.
Manuel Roncal.
Isabel Robles.
Alfredo Rodríguez.
José Rodríguez Cabo.
Eduardo Ruiz.
Francisco Adolfo Salinas.
Rosario B. Santana.
Filiberto Sánchez.
Guadalupe Sánchez.
Vicente Salazar.
Martiniano Servín.
Manuel Serrano Tamez.
José Siurob.
Benjamín G. Silva.
Josué Sainz.
Rafael de la Torre.
Tomás Urbina.
Sabás Valladares.
Carlos de la Vega.
Samuel G. Vázquez.
Antonio I. Villarreal.
Fortunato Zuazua.

Por la negativa:
Alejandro Aceves.
Fermín Carpio.
Carlos Fierros.
Francisco Figueroa.
Andrés Galeana.
Germán García Lozano.
Salvador González.
Atenógenes J. Herrera.
Alfredo M. Jaimes.
José Inocente Lugo.
Marcelino Murrieta.
Félix N. Barragán.
Enrique W. Paniagua.
Miguel M. Ramo.
Leopoldo Ruiz.
Federico Silva.
Samuel M. Santos.
Ignacio Vallejo.
Francisco Vela.
Bibiano Zaldívar Cervantes.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesSesión celebrada el día 31 de octubre de 1914 en la ciudad de Aguascalientes Sesión celebrada el día 2 de noviembre de 1914 en la ciudad de AguascalientesBiblioteca Virtual Antorcha