Índice de Lecciones de historia patria de Guillermo PrietoCUARTA PARTE - Lección IVCUARTA PARTE - Lección VIBiblioteca Virtual Antorcha

LECCIONES DE HISTORIA PATRIA

Guillermo Prieto

CUARTA PARTE

Lección V

República federal. Presidencia del general Bustamante. Indigna conducta del Congreso. Varios pronunciamientos. Crueldad del gobierno. Asesinato infame del general Guerrero. Pronunciamiento de Veracruz. Pronunciamiento de San Luis Potosí. General Melchor Múzquiz. Batalla del Gallinero. Plan de Zavaleta. Presidencia del general don Manuel Gómez Pedraza. Nuevas elecciones. Don Antonio López de Santa Anna y don Valentín Gómez Farías. Pronunciamiento de religión y fueros. Plan de Cuernavaca. Dictadura de Santa Anna.


Tomó posesión de la presidencia de la República en su calidad de vicepresidente, el general don Anastasio Bustamante, el 1° de enero de 1830. Sus títulos para esa dignidad reconocían la misma fuente que los de Guerrero, a quien acababa de derribar.

El Congreso, envilecido y adulador, declaró legítimo el movimiento revolucionario y la separación de Guerrero del poder, por medio de una declaración inicua, en que se decía que estaba imposibilitado para gobernar la nación.

Es respiro de paz que tuvo por algunos meses la República, la probidad inmaculada en el manejo de los dineros públicos, el limitado presupuesto del ejército y la observancia de leyes hacendarias dictadas en el sentido liberal, hicieron florecer la administración y que fuese próspero su periodo.

Pero la intolerancia de partido y el rigor con que se trató a los disidentes políticos, produjeron una nueva revolución, pronunciándose contra el gobierno establecido: Guerrero y Álvarez en el Sur, Codallos en el Cerro de Barrabás, Salgado en Michoacán, Victoria y Rossains en Puebla, Gárate en San Luis, Guzmán en Jalisco, se alzaron en armas y combatían furiosos al gobierno; pero este perseguía a los pronunciados con fuerzas considerables; llenó el país de patíbulos; por todas partes se difundía el terror y la sangre; ¡como si eso valiese algo en contra de las ideas!

Rossains, Gárate, Márquez y otros muchos fueron vencidos y pasados por las armas.

El ministerio, compuesto de Alamán, don José Ignacio Espinosa, Mangino y Facio, seguía una política implacable de terror.

Facio sedujo y se puso de acuerdo con un genovés llamado Francisco Picaluga que mandaba el bergantín Colombo, surto en las aguas de Acapulco, con quien concertó la aprehensión del general Guerrero, quien ignorante de todo, y convidado a comer en el bergantín, fue traidoramente aprehendido, conducido a Oaxaca y, con atropello de las fórmulas tutelares de la justicia, fusilado en Cuilapan el 14 de febrero de 1831.

El execrable atentado que acabamos de mencionar, fue estímulo poderosísimo de la revolución.

El 2 de enero de 1832 se pronunciaron en Veracruz Landero y Andonaegui, poniéndose Santa Anna al frente, y siendo derrotado en Tolome por el general Calderón.

Moctezuma apareció en San Luis; se dio licencia al presidente para ir a perseguirlo, quedando en el mando el general don Melchor Múzquiz.

Moctezuma fue vencido en la batalla del Gallinero; pero después de algunos triunfos, Bustamante fue derrotado por Santa Anna en Rancho Posadas, camino de Puebla, y obligado a firmar los Convenios de Zavaleta el 23 de diciembre de 1832 (1).

En virtud de los convenios anteriores entró al poder el general don Manuel Gómez Pedraza, quien sólo duró en él tres meses.

Hombre de muy levantadas ideas, severa moral y ardiente patriotismo, se distinguió por la separación del ejército de los complicados en el atentado de Guerrero; por ejecutar una nueva ley de expulsión de españoles; por otras medidas de administración inteligentes y benéficas; y por expedir la convocatoria que dio por resultado la elección de presidente de don Antonio López de Santa Anna y de vicepresidente de don Valentín Gómez Farías, el primero sin principios fijos, ignorante, expresión genuina del soldado arbitrario y vicioso; el segundo liberal, exaltadísimo, honrado e inteligente en cuanto a sus ideas democráticas.

En el curso de esta administración ejercieron el poder alternativamente Santa Anna y Farías, del modo que sigue:

Gómez Farias, de 10 de abril a junio de 1833;
Santa Anna, junio y julio;
Gómez Farías, de julio a octubre;
Santa Anna, de octubre a diciembre;
Gómez Farias, de enero a abril de 1834;
Santa Anna, de abril de 1834 a enero de 1835.

No obstante los vaivenes a que tenía que estar expuesta administración tan variable y accidentada, ésta es la época en que empezaron a columbrarse ideas de reforma trascendental. Se hizo laica la instrucción pública, se proclamó un plan de estudios progresista y adecuado a las necesidades de la administración; se quitó al clero la coacción civil para el diezmo, medida progresista y altamente económico-política; se retiró también la coacción para los votos monásticos, dejando en libertad a los religiosos para que abandonasen los conventos; se reintegró a la nación en sus fueros respecto al patronato, a obispados y beneficios; se suprimieron la Universidad y el Colegio de Santos; se habló, con aplauso, de desamortización eclesiástica, abolición de fueros, etcétera; en una palabra, en 1834 apuntó la aurora de la Reforma de 1857; sin más sombra, que la ley llamada del Caso, dictada para justificar destierros, hijos de la pasión y de la desconfianza.

Las anteriores medidas, y más que todo la actitud decidida de Farías, dieron por resultado el pronunciamiento de don Ignacio escalada en Michoacán, proclamando la defensa de religión y fueros, el 31 de mayo de 1833.

Secundaron el movimiento en Chalco, Durán ostensiblemente, y Arista sin dar la cara, de acuerdo o por lo menos con la tolerancia de Santa Anna, que todo lo desconocía, según se dijo, quien marchó con Arista a castigar a los revoltosos; pero Arista, convenido con Durán, aprehendió a Santa Anna en el camino; éste logró fugarse, organizó fuerzas, y corrió a batir a Durán y a Arista que unidos defendían el plan de religión y fueros en Guanajuato.

El partido anti-independiente y el de los fueros y las clases, empleó sus medios para apoderarse del ánimo de Santa Anna, lo que no fue difícil, atendiendo a su carácter y la versatilidad de sus principios.

Retiróse a la hacienda de Manga de Clavo, dejando en la presidencia al general Barragán y el peso de la situación al señor Farías, y favoreciendo secretamente la revolución.

El movimiento revolucionario estalló en Cuernavaca, proclamando la dictadura de Santa Anna, quien tomó posesión del mando en abril de 1834 (2).

En virtud del ejercicio de su poder disolvió el Congreso, derogó las leyes que había expedido, restableció la Universidad, derogó las leyes de instrucción pública, obligó al ilustre Farías a que saliese del país, y convocó un nuevo Congreso para fines de 1834.

En una palabra, se declaró la nación en estado de pleno retroceso.



Notas

(1) En esos convenios o capitulación se mencionó el Manto de la Patria, para cubrir los desmanes pasados, y la frase hizo fortuna.

(2) Este movimiento lo explica con preciosos pormenores el señor don J.M. Luis Mora en su obra intitulada: México y sus revoluciones.

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