Indice de La vida heróica de Práxedis G. Guerrero de Eugenio Martínez Nuñez Frontis por el general Rubén GarcíaLIBRO PRIMERO El hombre - Capítulo primero Su vida en MéxicoBiblioteca Virtual Antorcha

LA VIDA HERÓICA DE PRÁXEDIS G. GUERRERO

Eugenio Martínez Nuñez

DOS PALABRAS DEL AUTOR POR EUGENIO MARTÍNEZ NUÑEZ



Como ocurre con Santiago de la Hoz, con Juan Sarabia, con Camilo Arriaga, la vida y la obra de Práxedis G. Guerrero son casi desconocidas para la generación actual, debido a que no se han reunido los elementos dispersos en archivos y bibliotecas para escribir una obra de conjunto en que pudieran apreciarse íntegramente a los grandes luchadores que combatieron la dictadura porfirista en la época precursora de la Revolución (Tómese en cuenta que esta obra se escribió en 1935, y no fue publicada sino hasta 1960, por lo que, en efecto, durante aquellas fechas no habíanse realizado muchos estudios sobre la actividad del Partido Liberal Mexicano, ni tampoco sobre su actuación en el seno del movimiento revolucionario mexicano. En la actualidad el asunto es muy diferente a lo anotado por Eugenio Martínez Nuñez. Precisión de Chantal López y Omar Cortés). Sin embargo, por los relatos que amorosamente ha conservado la tradición, así como por los apuntes más o menos fidedignos que aquí y allá se encuentran diseminados en periódicos y libros, todos los que en algo se han ocupado de la historia de nuestro movimiento político y social saben que Guerrero fue grande, no tanto por sus brillantes dotes intelectuales, sino porque para imprimir a sus luchas por la libertad el más generoso aspecto, supo despreciar el poder, las riquezas y la gloria, cosas éstas que todos los mortales ambicionan.

Y fueron sus grandes cualidades, que lo colocan en primer término entre las figuras que con mayor claridad se destacan en la historia de la Revolución Mexicana, las que me impulsaron a contribuir en el rescate de su olvido escribiendo el presente libro, para mirarlo bajo los aspectos del hombre, del revolucionario y del escritor, ya que como alguien ha dicho con acierto: en esos tres capítulos fundamentales se expondrían tres facetas de un mismo todo, que culminarían en la revelación de una vigorosa personalidad.

Hasta la fecha se han publicado una multitud de artículos literarios y algunos apuntes biográficos sobre este luchador sin mácula, en. los que se enaltecen sus méritos como pensador y paladín universal, se encomia su sacrificio de los bienes terrenales, y se habla de la pujanza de su brillante pluma de escritor de la más pura cepa libertaria. Sin embargo, la mayor parte de esos trabajos no están apegados en todo a la verdad histórica, pues sus autores, tal vez desconociendo la realidad de los hechos o con el deliberado propósito de hacer más interesante la de por sí ya grande figura del rebelde, dejaron volar la fantasía deformando ya las actitudes de los primeros años de su vida, ya el ambiente en que se desenvolvió su existencia antes de abrazar la causa revolucionaria, o ya las relaciones tiernas y amorosas que siempre' cultivó con su familia hasta el momento de su muerte (1).

Cuando hace años escribí este libro, deseando conocer a fondo la verdad acerca de todo lo que se relacionara con Guerrero, y tomando en cuenta que los trabajos arriba mencionados eran los únicos recursos que se tenían a la mano para estudiar la vida del gran combatiente desde su nacimiento hasta que emigró a los Estados Unidos a trabajar y a defender a los de abajo, hube de consultar cuantas fuentes de información creí pudieran arrojar más luz sobre el particular, pudiendo saber de este modo, en contra de lo que asientan las publicaciones de referencia, que Práxedis no alcanzó la perfección espiritual desde la niñez, sino de una manera lenta y gradual, hasta que llegó a la juventud; que nunca trabajó como peón en ninguna de las haciendas de México, ni como caballerango en las casas ricas de las ciudades; que jamás fue objeto de desprecios ni de burlas por parte de sus amigos y parientes al convertirse en obrero y en apóstol; que en ninguna ocasión sufrió atentados ni persecuciones de la dictadura antes de desterrarse porque aún no se iniciaba en las luchas populares y, en fin, que no se vio obligado por ningún maltrato a emigrar al extranjero, sino que lo hizo precisamente por el deseo de sacrificar su bienestar para dar cima a la purificación de su existencia (2).

Lo que hace tan digna de simpatía y admiración la figura de Guerrero es esa unidad espléndida y bruñida que constituye el mérito más alto de un libro, de un diamante y de una vida, pues naciendo en la opulencia desprecia los placeres de la burguesía, se transforma en proletario y cede su patrimonio a los que nada poseían, pudiendo haber sido orgulloso por su talento y su elevada cuna, fue el hombre más sencillo y más humilde; habiendo sustentado los principios anarquistas, los sostiene no sólo con la palabra y con la pluma sino también con el ejemplo, lucha, se sacrifica y muere por ellos, sin vacilaciones, sin evasivas, sin claudicaciones. Por cualquier aspecto que se le considere, por cualquier lado que se le mire, nos encontramos con un ser extraordinario: con un hombre completo.

Guerrero fue uno de los grandes iluminados que lucharon sin descanso contra todas las injusticias y que creyeron sinceramente en la redención de los oprimidos. No se supo jamás que en cualquiera circunstancia hubiese tenido la menor debilidad ante el cumplimiento del deber, y su vida ciudadana, que fue la de un verdadero santo laico por los continuos ejemplos de rectitud y abnegación que sembró a su paso, se desenvuelve en una brillante trayectoria en la que derramó a raudales la luz intensísima que fulguraba en su privilegiado intelecto. La rebeldía de su cerebro armonizaba con la bondad de su corazón, y con ese admirable equilibrio espiritual luchaba libre de ruines pasiones, sin odio al despotismo ni a sus perseguidores, sin amor al dinero ni a la gloria, por establecer sobre la tierra el hermoso reinado del bien y la justicia entre los hombres.

Cerca de medio siglo (Tómese en cuenta que esta obra se escribió en 1935, pero se publicó en 1960 y que esta especie de introducción data de 1957. Precisión de Chantal López y Omar Cortés) hace que sucumbió este personaje casi de leyenda que tan hondamente supo de heroísmos y amarguras, pero sus ideales de justicia social se han impuesto a través del tiempo y las concepciones de su mente fecunda y vigorosa han sido y serán siempre acicates de superación para el decoro y la dignidad humanas. Es de sentirse que no se haya publicado antes una historia completa de su vida, pero este ensayo lo pongo en manos de los escritores revolucionarios de talento para que saldando una deuda con este luchador excepcional, escriban sobre él otras páginas mejores en las que el pueblo contemple su perfil gigante y se nutra en el espíritu viril que alentó su diáfana existencia (3). Es deplorable también que su brillante obra literaria no haya sido hasta hoy suficientemente divulgada, pues si acaso en algunos centros obreros medio se le conoce, y se conserva, muy incompleta, en las bibliotecas de los pocos estudiosos que se han dedicado a la historia de la Revolución.

La obra intelectual y la vida heroica de Guerrero deberían divulgarse profusamente para que inyectaran vigores y nobles enseñanzas a esa gran parte de la juventud actual que se degrada en la adoración de vanidades y placeres, a esa juventud que olvidando su función social y su responsabilidad histórica, sólo vive para satisfacer las pasiones bajas de la existencia y no se atreve a levantar el pensamiento para contribuir en la continuación de la lucha social que abrirá definitivamente el camino de la verdadera libertad, de la fraternidad y el bienestar a la humanidad futura.

Solamente cuando los pueblos se fortifican con los ideales de redención y de justicia de los grandes combatientes se pueden abrigar algunas esperanzas de que esas vidas no hayan sido inútiles ni sus sacrificios estériles.

Ciudad de México, 1957.
Eugenio Martínez Nuñez



Notas

(1) Siendo hasta hace poco, punto menos que desconocida la vida de Guerrero, desde su nacimiento hasta que abrazó la causa revolucionaria en Estados Unidos en 1905, a los veintitrés años de edad, esos autores no hicieron más que repetir una especie de leyenda que se había tejido en derredor de esa época de la vida del gran rebelde.

(2) Una de las mejores fuentes de información que consulté fue la misma familia de Guerrero, la que con una multitud de documentos inéditos y desconocidos, de autenticidad indiscutible, y con cartas rebosantes de recuerdos y de citas cxactas, tuvo la amabilidad de contestarme desde León, Guanajuato. diversos y extensos cuestionarios.

(3) Recién muerto Guerrero, el escritor socialista norteamericano John Kenneth Turner, autor de México bárbaro, tuvo intenciones de publicar un libro sobre la vida y la obra de Práxedis, pero diversas circunstancias impidieron que su idea se llevara a cabo.
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