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CAPÍTULO XL

Patentes de corso

Del 15 de noviembre de 1864 al 31 de diciembre de 1865

Estando en Oaxaca, se me indicó, por una casa de San Francisco California, que si podía darle una o más patentes de corso para hostilizar al comercio francés, me facilitaría armas y otros elementos de guerra que necesitaba urgentemente y que tenían entonces gran valor para mí. Con este objeto escribí a nuestro Ministro en Washington, el 15 de noviembre de 1864, suplicándole solicitara del Gobierno Federal me autorizara para que expidiera yo ese género de patentes, o me remitiera algunas en blanco.

Esta solicitud fue favorablemente acogida por el Gobierno Federal, quien mandó desde el Paso del Norte a nuestra Legación en Washington, el 12 de junio de 1865, veinte patentes en blanco para que me fueran remitidas a Oaxaca.

Las patentes llegaron a nuestro Ministro en Washington, cuando la ciudad de Oaxaca se había rendido a los franceses, y yo estaba prisionero en Puebla. Por este motivo las conservó en su poder para mandármelas cuando volviera a tomar las armas en contra de la intervención, o remitirlas a mi sucesor en el mando de la Línea de Oriente. Cuando el señor licenciado Benítez regresó de los Estados Unidos, después de mi evasión de Puebla, en diciembre de 1866, Don Matías Romero le entregó en Washington las patentes expresadas para que me las diera al incorporarse. Las recibí en efecto cuando se me incorporó Benítez, pero considerando peligroso el hacer uso de ellas, en todo caso, y no teniendo por otra parte necesidad urgente de servirme de las mismas, no llegué a usarlas.

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